Hawk Moth había sido derrotado y con eso, quebró lo poco que quedaba en pie en la familia de Adrien. Porque su padre era el villano, porque su progenitor era el mal que debían erradicar.

Descubrir eso, lo dejo en shock. Descubrir la identidad de su Lady quedó en segundo plano, únicamente pensaba que su distante y frío papá era el ser malvado por quien luchaba Ladybug y el siendo Chat Noir.

"¡Quería recuperar a tu madre!" "¡Volver a armar nuestra familia!"

"¡Destrozaste lo poco que quedaba!" "¡La desintegraste!"

El brillo que nació en los ojos de Adrien cuando supo la identidad de su Lady, se apagó y no volvió a encenderse cuando supo la de Hawk Moth.

No hablaba, no sonreía, no salía de su cuarto, apenas comía, a veces reaccionaba. Estaba perdido, su mirada apagada.

Marinette y Tikki querían ayudarlo, brindarle su apoyo. No obstante, él no las dejaba, no quería ver a nadie, Plagg era la excepción, no podía hacer que se marche su perezoso Kwami. Era el único que podía estar a su alrededor entretanto brindaba, su manera extraña de demostrar afecto.

—¿Quieres queso?

Algunas veces, el brillo de sus ojos se encendía, pero era el resultado de las lágrimas que comenzaban a acumularse en sus ojos.

Plagg dormía con él, su Kwami estaba sobre su cabeza, hablándole todo el tiempo. Tratando de animarlo, con sus charlas triviales, sus cantos desafinados, con su presencia.

—Gracias —pronunció Adrien de la nada un día.

—¿Uhh? —articuló soñoliento sobre su cabello rubio, pero oyéndolo con atención.

—Porque tú estás aquí... —espetó—conmigo.

—Chico, mientras tengas queso voy a estar siempre contigo.

Él sonrió —era un pésimo mentiroso— hace unos días, ya se había acabado el queso.