¡Hola! Estoy aquí de vuelta para mostraros mi fic de cómo podría ser la vida de algunos de nuestros Reales y Rebeldes si… Hubieran jurado acatar su destino. Muchos de los personajes no van a aparecer en esta historia, ya que estarán siguiendo se destino mientras esta historia transcurre. Espero que os guste :)


-Yo... Yo...-empecé nerviosa a decir-Yo prometo acatar mi destino como...

Todas las miradas estaban centradas en mí. El día del Destino había llegado. Nunca pensé en que me costaría tanto jurar seguir mi destino. Pero lo que lo dificultó todo, es que estaba totalmente enamorada de la persona equivocada, y él de mí. Lo busqué entre la multitud y le vi. Estaba guapísimo, llevaba una camisa marrón con el cuello abierto y una capucha con una capa larga de color verde. Se veía tan lindo ahí… Y posiblemente sería la última vez que le vería. Le amaba muchísimo, no me imaginaba una vida alejada de él. Era el amor de mi vida, mi príncipe azul. No, no quería una vida sin él, pero no tenía otra opción. Estaba con mirada triste mirándome. Le leí los labios mientras me decía: "Hazlo" tratando de sonreír. Una lágrima cayó por mi mejilla. A partir de este momento, nunca podría volver a estar con él.

Miré al director Grimm que me observaba seriamente y parecía que empezaba a enfadarse al ver mi miedo. Cerré los ojos con fuerza, limpié mi lágrima y con voz clara dije:

-Prometo acatar mi destino como la próxima Cenicienta

Una llave apareció ante mí. La tomé y miré el libro temerosa. Miré al público. Él seguía ahí, mirando atentamente cada paso que yo hacía. Todo el mundo me estaba observando. Mucha gente parecía confusa al ver mis acciones. Todo el mundo pensaba que yo quería seguir mi destino, mi final feliz, que estaba orgullosa de tener ese destino. Y sí, me parecía un gran cuento, un gran final. Pero no iba a ser mi final feliz… Mi felicidad estaba sólo en ese guapo cazador que estaba entre el público. Otra lágrima bajó por mi mejilla. Me la limpié de inmediato y introducí la llave con decisión, dando una vuelta de 30 grados como nos había dicho el Director Grimm. Estaba lista para ver que de deparaba el destino.

Las páginas del libro empezaron a mostrar mi futuro. Me vi con un vestido viejo, sucio, limpiando un enorme salón con la ayuda de unes ratoncitos mientras cantaba. Pasó la página y aparecí con mi hada madrina convirtiendo mi viejo vestido en uno precioso a conjunto con mis zapatos de cristal. Pasó otra página y apareció una imagen de mí bailando con un príncipe que no se distinguía muy bien quién era. En verdad tenía curiosidad de saber quién era el príncipe con el que iba a casarme. El libro se cerró. Un espejo apareció a mi lado. Me puse de frente y apareció una imagen de mí de mayor, con un vestido azul, largo hasta el suelo y unos zapatos de cristal. El vestido era la cosa más bonita que hubiese visto nunca, ¡por no hablar de los zapatos!

El espejo desapareció y volví la mirada al libro. Una pluma apareció y la tomé. Miré insegura ese espacio en blanco en la última página dónde tenía que firmar. Firmé y una lágrima cayó encima del libro, al lado de mi firma, dejando una marca.

Todo el mundo aplaudió y le vi alejarse. Corrí hacia dónde iba, pero ya era demasiado tarde. Se había ido. Se había ido de mi vida... Para siempre.

Me levanté de la cama de un golpe asustada y gritando un: ¡NO! Haciendo despertar a mi marido que dormía a mi lado.

-¿Te encuentras bien?-dijo preocupado encendiendo la luz

-Sí... Sólo fue una pesadilla-dije respirando agitada

-Es la segunda vez esta semana... ¿Qué es lo que sueñas?

-Nada Dexter... No te preocupes-dije sonriendo y dándole un beso

-¿Segura?

-Si... No te preocupes amor, vamos a dormir-dije tumbándome de nuevo.

Él hizo lo mismo abrazándome con ternura.

Ese recuerdo otra vez... Durante este tiempo había desaparecido bastante de mi mente, y había conseguido olvidar un poco a Hunter, pero últimamente no dejaba de soñar lo mismo. Una y otra vez. Siempre seguí amándolo, tuve que casarme con Dexter, siguiendo mi destino. Y no puedo quejarme, es un perfecto marido, el único problema, es que Hunter sigue entrometiéndose en mi mente. Mi primer amor... No, no podía olvidarle tan fácilmente. Llevaba casada con mi marido des de hacía cuatro años más o menos. Y había vivido feliz, hasta que su recuerdo volvió a apoderarse de mi mente. Cerré los ojos intentando dejar de pensar en él.

Al día siguiente, Dexter salió al castillo de sus padres. Cuando puedo, suelo escaparme al bosque. Me encanta estar rodeada de la naturaleza. Sé que eso no es muy digno de una reina, pero no lo puedo evitar. Detrás de mi castillo hay un precioso bosque, y ahí hay preciosas criaturitas a las que siempre les llevo algo de comida.

Y así hice, cogí una cesta y la llené de comida. Fui a escondidas al bosque, bastante adentro para evitar que alguien me viera. Una vez me aseguré de que no había nadie, me puse a cantar. Mi voz atrae a los animalitos que en seguida vinieron. Yo me senté al suelo y les di comida mientras les acariciaba y les cantaba con dulce voz.

-¿Hola?-dijo una voz detrás de mí haciéndome voltear asustada.

Me quedé parada. No daba crédito a lo que veía. Y parecía que él también se quedó realmente muy sorprendido de verme. Mi corazón se aceleró de manera preocupante

-Ashlynn-consiguió decir con un hilo de voz.

Yo me levanté rápido y corrí alejándome de él.

-¡Ashlynn! ¡Espera!-me gritó corriendo detrás de mí.

Era mucho más rápido que yo y enseguida me alcanzó agarrándome del brazo. Yo me paré cerrando los ojos y respirando agitada.

-No huyas de mi por favor...-me dijo levantándome la cara dulcemente para que le mirara. Abrí los ojos con miedo hasta cruzarme con sus preciosos ojos color miel. Esos ojos que me enloquecieron des del primer día que los vi.

-Hunter-logré decir al cabo de un rato con la voz temblorosa

-Sí-dijo el sonriéndome. Esa sonrisa que tanto amaba... Esa sonrisa que nunca ha logrado salir de mi cabeza-Como… ¿Te va todo?

-Bien

-Me alegro, ¿Qué haces por aquí?

-Salí a dar una vuelta por el bosque

-Veo que sigues amando la naturaleza-dijo sonriendo

-Si-sonreí tímidamente

-¿Por qué no te vienes a mi casa y hablamos? Te invito, está aquí cerca

-¡No! Será mejor que no-negué de seguida

-¿Por qué?-dijo algo ofendido

-Mi marido estará buscándome

Hunter bajó la cabeza con tristeza

-Estás casada

-Sí-le dije mirándole-¿Y tú?

-Estoy prometido. En unas semanas voy a casarme-dijo levantando la cabeza y mirándome.

Otra vez esa mirada que me hacía perder la razón. Aparté la mirada y hablé

-¿Y con quien vas a casarte?

-Con Cerise


Espero que os haya gustado... Pronto el siguiente episodio

Agradecería que comentarais que os ha parecido, me gusta saber las opiniones de la gente :)