Caóticamente
Hermosa.
Las explosiones sacudían, una a una, el piso 43. La torre entera temblaba de forma inexplicable y, los causantes de aquel caos no tenían pensado detenerse. El choque de titanes era inesperado, pero a la vez anhelado por cada rango y regular existente en la torre.
Urek Mazino, conocido como Ray Barracuda se enfrentaba a Garam Zahard, también llamada Ballena Asesina. Él era el irregular conocido más poderoso de la torre y ella, una de las princesas más fuerte de la historia de Zahard.
Nada bueno podía salir de este encuentro. No de estos dos seres que, con sentimientos opuestos el uno por el otro, no podían dejar de batallar para lograr algo tan nimio como el corazón o, en el caso de ella, la muerte del otro.
Los rumores decían que Mazino llevaba mucho tiempo enamorado de la que alguna vez había sido la princesa favorita de Zahard pero, aun sabiendo que nunca podría estar con ella —el rey nunca lo permitiría. Si la sangre de una de sus princesas más fuertes se mezclaba con la del irregular más fuerte, quien sabe el monstruo que resultaría— seguía intentándolo. Y probablemente lo haría hasta que las fuerzas le fallasen y su corazón se detuviese.
Por su parte, Garam odiaba con fervor a su enamorado. Nadie conocía las razones exactas, pero si aversión hacia el irregular era famosa en toda la torre. Probablemente ninguna mujer lo odiara tanto como ella —y eso era decir mucho; Barracuda no se caracterizaba por caerle bien a las mujeres— y, sin embargo, el amor que él le profesaba no lograba ablandar su frío corazón ni un ápice.
Por eso el resultado de aquella batalla no estaba claro. Ambos ponían toda la fuerza de sus sentimientos en cada golpe, en cada estocada. Las apuestas iban y venían pero nadie podía predecir con exactitud cuál de los dos expertos luchadores sería el ganador.
Su historia nunca fue la más bonita, tampoco era perfecta ni mucho menos envidiada por nadie, pero para ellos, aun con todas las afrentas que habían tenido, era caóticamente hermosa.
