Fecha de inicio: 24 de julio de 2015

DISCLAIMER:Los personajes, sus nombres y su personalidad corresponden al creador del anime HunterxHunter. Tan solo es original esta trama.

ALERTA SPOILERS: Esta historia toca la parte final del anime (Capítulo 147).

ADVERTENCIAS:Este fic puede contener vocabulario soez.

GÉNERO:Romance, Humor, Sentimental, Amistad

Espero de corazón que disfrutéis de mi primer fic y os animo a que juzguéis sin ningún tipo de tapujo, pues vuestra crítica me ayudará a mejorar en mis posteriores creaciones. Muchas gracias ^^


FALSA AMISTAD, AMOR VERDADERO

LA REFLEXIÓN DE KILLUA (Capítulo 1)

— Bueno, Gon— Dijo Killua antes de detenerse junto a Alluka— Esto es lo más lejos que avanzaremos. Ten mucho cuidado.

Gon solo asentía manteniendo, al igual que Killua, una sonrisa de una forma totalmente estoica. Sus ojos, que no dejaban de mirar a Killua, brillaban a causa de unas lágrimas que amenazaban con salir.

Sin embargo, Gon no era el único que se emocionaría en esta clara despedida.

— Killua…

— ¿Huh? ¿Qué pasa, Gon?

— Gracias por todo, Killua.

Esas palabras provocaron un rubor instantáneo en las blancas mejillas de Killua. Sin embargo, su personalidad no le permitía perder la compostura en casi ningún momento, y mucho menos, ante Gon. En estos casos, utilizaría siempre una de sus estrategias favoritas: su personalidad tsundere para hacerse ver el más poderoso de los dos.

— Sí—Sonrío levemente y de una forma extraña— Además, después de oírte decir que ibas a pelear tú solo contra Neferpitou y que eso no era de mi incumbencia, me dejaste bastante deprimido— Dijo acusándolo con la mirada.

Estaba dispuesto a todo con tal de que Gon se disculpase por su comportamiento egoísta… y lo consiguió sin resistencia alguna.

— L-Lo siento mucho, Killua…—Agachó Gon la cabeza ante la traviesa mirada de Killua y la reprendedora mirada de Alluka.

— ¡Onii-Chan!—Le reprimió la que para él era su «hermanita», ante lo que Killua solo pudo poner una cara de pura satisfacción.

Una vez que ya hizo pagar a Gon su afrenta, volvió a su estado normal de ánimo.

— Bueno, ya que te disculpaste, quiero confesarte que estoy aquí con Alluka porque hemos pasado mucho tiempo juntos. Ah, por cierto, ella fue quien te curó.

— ¡¿D-De verdad?! ¿¡Por qué me lo dices ahora?! ¡Eres terrible, Killua!

Gon gritó empezando una pataleta en medio de la calle ante la que Killua reaccionó llevándoselo a un callejón apartado del bullicio para presentarle al auténtico autor de su milagro: Nanika (何か) [Algo]. Killua, ya consciente de que su restricción había sido retirada, no escatimó en detalles a la hora de contarle la historia completa del poder de su familiar a su mejor amigo.

Sin embargo, llegó el que sería el momento más duro para ambos: el momento de la despedida. Killua se aseguraría de mantener intacta la integridad física de Alluka mientras ambos viajaban alrededor del mundo al tiempo que Gon resolvería todas y cada una de las dudas que tuviese sobre su padre. Notando como el momento iba siendo cada vez más tenso y más triste, Alluka decidió hablar.

— Cuando ya me haya aburrido de jugar con mi Onii-Chan, lo dejaré marchar para que ambos volváis a jugar juntos— Dijo sonriendo ampliamente.

— ¡Hoi! ¡Espera un momento, Alluka! ¡Soy yo el que te deja pasar tiempo conmigo!— Reaccionó Killua infantilmente. Luego se dirigiría a Gon— ¡¿No es una hermana genial?!

Y, en la siguiente frase, llegó el punto de inflexión de esta historia.

— Lo siento, Gon. Pero, en lo que a mí respecta, tú estás en segundo lugar.

Pese a que la primera reacción de Gon fue la de desternillarse de la risa y la de recordarle que, en palabras de Kaito, «vayamos donde vayamos, siempre seremos buenos amigos», en el momento en el que Alluka y Killua se volteraron, el rostro de Killua volvió a coger un tono triste y melancólico.

Realmente echaría de menos a Gon. Realmente echaría mucho de menos a su mejor y primer amigo... o al menos, así era como él lo llamaba.

Ya en la aeronave, junto a Alluka, fue cuando recibió una foto en la que Gon salía con la vista del atardecer que podía verse desde la cima del Árbol del Mundo. En ese momento, volvería a él la frase que tanto le ha estado carcomiendo hasta el momento presente:

«Lo siento, Gon. Pero, en lo que a mí respecta, tú estás en un segundo lugar».

A cada segundo que pasaba, Killua estaba menos convencido de que esa afirmación fuese realmente verídica. ¿Acaso, después de todas las experiencias que Gon y él habían pasado juntos, tan solo estaba en un segundo lugar?

Alluka se había quedado dormida en sus brazos, lo que le dio un gran momento de reflexión que no dudaría en aprovechar.

Empezó a recordar todo lo que habían vivido desde el comienzo del Examen de Hunter: cómo se conocieron en esa oscura y maloliente alcantarilla donde empezaría la primera fase del examen, como empezaron a unirse más el uno al otro durante el desarrollo de la prueba de la torre, como su vínculo se estrecharía hasta el nivel de amistad cuando Illumi amenazó con matar a Gon una vez se convirtiese en cazador…

En ese punto, en una simple amistad, era en el que Killua creía que estaba su relación con Gon. Sin embargo, no pudo detenerse y siguió recordando.

Recordó como Gon había ido con Kurapika y Leorio a su propia casa, considerada como territorio altamente peligroso, solo para sacarlo de allí y estar todos juntos, recordó como aprendieron su Nen juntos con el Maestro Wing y Zushi, recordó como desarrollaron su máximo potencial en aquel entonces dentro de la Torre de los Cielos… y recordó como Gon lo había llevado a Isla Ballena, a conocer a Mito y a su familia.

Conforme los recuerdos iban transcurriendo en el tiempo, el corazón de Killua empezaba a latir cada vez más y más fuerte. Gon no era tan solo su amigo ya en ese momento, Gon era su primer y mejor amigo como siempre había pensado. Sin embargo, el tiempo en su mente siguió sin detenerse.

El recuerdo continuó en Isla Ballena, como pasaron un tiempo formidable juntos, durmiendo en la misma habitación, como su esencia rodeaba aquellas cuatro paredes, como su olor se impregnaba en su propia ropa, mezclando ese olor cálido de un núcleo familiar unido con uno putrefacto resultante de una familia dividida por sus propios intereses… como la luz de Gon empezaba a coger forma en el oscuro y frío corazón del Killua de aquel entonces.

Los ojos de Killua empezaron a teñirse de un tono brillante, vivo, intenso. Sus emociones estaban a flor de piel y Gon cada vez se adentraba más y más en sus entrañas, en su oscuro interior iluminándolo todo, en su corazón que había vuelto a encontrar un motivo para empezar a latir de nuevo.

Los recuerdos de Killua siguieron pasando ante sus ojos como si de una película se tratase: el comienzo de Greed Island, el entrenamiento intensivo con Biscuit, la obtención de su licencia de cazador, el enfrentamiento contra El Bombardero, el final del juego, la vuelta al mundo real…

En ese momento, el corazón de Killua dio tal vuelco que tuvo que llevarse la mano al pecho al recordar una de las frases de Gon que jamás pensaba olvidar:

«Voy a llevar a Killua conmigo a ver a Ging porque es mi mejor amigo».

Su cuerpo empezó a temblar mientras algunas lágrimas empezaban a deslizarse por sus mejillas al tiempo que esa película memorística no cesaba: el encuentro con Kaito, el descubrimiento de las Hormigas Quimera, la derrota en Gorteau del Este y la pérdida de Kaito a manos de Neferpitou, la liberación de sus ataduras emocionales con Illumi, la primera vez que vio a Gon perder completamente los estribos... fue en ese momento cuando Killua volvió a sentir el mismo dolor punzante que en aquella época, el dolor del miedo a perder a la persona que más aprecias en el mundo.

Killua no había hecho más que engañarse a sí mismo desde que despidió de Gon. El hecho de haber sido capaz de poner una y otra vez su vida en riesgo con tal de conseguir que Gon estuviese siempre sano y salvo… el hecho de sentir la tristeza y el dolor de su amigo multiplicado por miles de veces en sus propias carnes… el hecho de sentir cada vez más como la luz de Gon iluminaba hasta el más oscuro de los rincones de su ser… convertía a Gon en lo que siempre había sido para él.

Gon Freeccs no era su amigo…

Gon Freeccs no era su mejor amigo…

Gon Freeccs no era la luz que iluminaba su perdido corazón…

Gon Freeccs no era un hermano de otra madre…

Gon Freeccs es…

— La persona más importante de mi vida…

Masculló en un susurro una y otra vez entre lágrimas sin percatarse que una de ellas cayó sobre el rostro de Alluka, despertándola y haciéndola enfocar sus ojos a los llorosos de su hermano. Ella se preocupó al instante y lo zarandeó para que reaccionase.

— ¡Onii-Chan! ¡Onii-Chan! ¿Estás bien?—Dijo alterada.

— S-Si…— Él se limitó a limpiar sus lágrimas y dedicarle una tímida sonrisa— Tranquila, Alluka… estoy bien.

Pero esa reacción no convencía a la pequeña Zoldyck.

—Onii-Chan…

— Dime, Alluka— Sonrió algo más para intentar que la pequeña se preocupase lo menos posible.

— Echas… echas de menos a Gon-Kun… ¿verdad?

— No… todo lo que necesito ahora eres tú, Alluka-Chan…

Obviamente mentía. El volver a mencionar el nombre de Gon volvió a desencadenar la misma sucesión de emociones haciéndole empezar a llorar de nuevo.

— Todo…—Las lágrimas caían descontroladas sobre el rostro de Alluka mientras él intentaba recomponerse vanamente— Todo lo que necesito en mi vida ahora… es la compañía… es la… la compañía… de…

— La compañía de Gon-Kun, ¿verdad, Onii-Chan?— Sonrió ampliamente la pequeña mirando a su hermano.

— Sí… necesito a Gon conmigo… le necesito para ser feliz…—Killua no podía dejar de llorar.

En ese momento, Alluka lo abrazó con todas las fuerzas que pudo sin dejar de mirar el afligido rostro de su querido hermano mayor, de la persona que la había rescatado de las garras de una familia de monstruos, la única persona que la consideró como parte de la familia. Cuando atrajo toda la atención de Killua, dijo exactamente las palabras que el joven de pelo blanco quería oír en ese momento.

— ¡Onii-Chan, vayamos a buscar a Gon-Kun y juguemos los tres juntos para siempre!

Ese grito alegre hizo que Killua y sus energías volviesen a él de una sola vez, haciéndole sonreír de manera sincera por primera vez desde que dejaron a Gon atrás. Acto seguido, dio la media vuelta con el dirigible con una mirada totalmente decidida.

— Espérame, Gon, voy a buscarte. Voy a buscarte para ir juntos a todas partes. Quiero estar contigo para siempre porque…

«Te amo, Gon».


Bueno, este ha sido el primer capítulo de mi primer fic. Killua al fin ha dejado de engañar a su corazón desde que supo cuan especial era Gon para él. Ahora que al fin ha admitido que lo ama con todas sus fuerzas, ¿será su amor correspondido por él o esos sentimientos, tan nuevos como sinceros, caerán en saco roto y se perderán en el vacío?

Todas las respuestas, ¡en el siguiente capítulo!