Disclaimer: J. K. Rowling es la dueña y creadora de todo lo que reconozcan. Lo que no, es un invento de mi cabeza, pero nadie me paga por mis locas ideas.

Este fic participa en el minireto de octubre para "La Copa de las Casas 2014-15" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Agorafobia (miedo a espacios abiertos, multitud, lugares públicos).


El camino a la superación

No recordaba bien la primera vez que entró al Callejón Diagon. Era confuso y simplemente no quería ni esforzarse en recordarlo. Cuando lo intentaba, lo primero que venía a su mente era las náuseas que lo invadieron. Y ahí se dio cuenta de que en Hogwarts la cosa se iba a poner peor. Había escuchado que habían casi mil alumnos por año, y no sabía si podría manejar su ansiedad estando con todos en un solo lugar.

Solo me queda intentarlo, pensó Justin en el tren. La palidez casi extrema que estaba alcanzando preocupó a Hannah. —¿Pasa algo, Justin? —le preguntó.

—Nada, solo estoy algo ansioso —le respondió él con un timbre de voz agudo, que ayudó bastante a que la chica no volviese a preguntar.

Pasó intentando encontrar una solución, pero las ideas no llegaban. Supo que estaría inquieto hasta que llegaran, por lo cuál se levantó, y salió del compartimento. En el camino al baño, se encontró con la señora de los dulces, quién al ver su caminar ansioso, sonrió divertida.

—Joven, ¿necesita algo? —Justin saltó ante la pregunta. La señora al ver su reacción, sacó rápidamente del carro una rana de chocolate y se la entregó, guiñándole un ojo —. Esto te ayudará.

—Gracias —Cuando levantó la cabeza para decirle algo, la señora ya no estaba. Se comió rápidamente la rana de chocolate, y si era posible, la señora tenía razón.

Cuando volvió al compartimento, la mujer se encontraba diciendo algunas cosas a Hannah, y reían amenamente. Pensó que ella le había dicho algo sobre lo que recién había sucedido, pero se tranquilizó cuando la señora le guiñó. Una viejecita muy alegre, pensó.


Ya en Hogwarts, y entrando en el Gran Comedor, su respiración se aceleró. Yo puedo hacer esto, se dijo. Pero cuando subió a aquella butaca, y el sombrero comenzó a hablar en su cabeza, mientras todos lo miraban, supo que para superar su fobia, le quedaba un camino largo, estrecho y lleno de dificultades.