Original en ingles: http(:)(/)(/)andcanyoukneelbeforetheking.(tumblr). co(m)(/)post/59651796775/at-the-will-of-others-kur t-sebastian-500-words *eliminar parentesis*


"Di que no."

Kurt se sobresaltó, casi dejando caer la banda de oro en el fregadero. Se relajó aliviado cuando rebota lejos del desagüe hacia una esquina relativamente segura. Decepcionado, observa la manera en que brilla hacía él, yaciendo a un costado de un charco de agua.

Sebastian aclaró su garganta, sus zapatos sonaban en el piso detrás de Kurt pero no se girará a verlo, no aún. Ya no está seguro que es lo que Sebastian quiere.

"¿Kurt?"

Levantó su mano, encorvando sus hombros. "Ya te oí."

Sebastian suspiró profundamente y Kurt lo podía imaginar tratando de meter sus dedos en su pelo corto para intentar desordenarlo. Lo sabe porque lo ha hecho. "¿Entonces?"

"¿Porque?" Kurt cuidadosamente sacó el anillo del fregadero, frotando con el pulgar el borde liso exterior. Era de oro y amarillo y una parte de Kurt odiaba la forma en que luciría con sus trajes favoritos.

Blaine nunca tuvo buen gusto, pero Kurt estaba más que seguro que uno no debería odiar su anillo de compromiso desde el principio.

Unas manos en sus hombros lo remecieron mientras giraban a Kurt para tenerlo de frente. Sebastian lucía pálido bajo la suave luz de la cocina, su piel fina estirada a través de su nariz y pómulos. Se ve cansado mientras pone los pulgares en los huecos de las cláviculas de Kurt y lo empuja contra el mesón.

"¿Quieres un anillo lindo? Te compraré miles. ¿Quieres una casa? Mudate conmigo. ¿Quieres romance y- y todas esas locas mierdas que las parejas hacen? Robare las flores de mierda del patio del vecino ahora." Sebastian arrastró sus manos para acariciar la parte posterior de la cabeza de Kurt. "Solo di que no."

Kurt apretó el anillo en un puño, casi creyendo que podría hundirse bajo su fuerza. "¿Y si quiero amor?" Sabía que de alguna manera, Blaine lo amaba - de la misma manera en que una estrella ama ser el centro de atención.

No era el amor que Kurt quería y no el que necesitaba pero él siempre había sido tan bueno en hacer lo mejor sin sonar complaciente.

"Si tu crees que no tengo amor que darte, no sé qué más podría decir para que me elijas," murmuró Sebastian después de un amargo momento. "No seas estúpido, deja el anillo en el mesón y listo. Vete conmigo o sin mi - te compraré un boleto de avión a donde sea y los mantendré fuera de la puerta."

Kurt puso el puño sobre el mesón de la cocina, contó las respiraciones entre ellos. Había sólo una cosa que quería. "¿Podemos ir a casa?"

Lima nunca se sintió tan lejos de su corazón como ahora. A pesar de las raíces familiares, su casa brillaba mucho más y cantaba aún más fuerte que Lima.

Sebastian sonrió y era cegador. Dedos firmes se arrastraron en su brazo, hasta que el puño de Kurt cedió y el anillo cayó sobre el mesón ruidosamente.

Lo dejaron ahí, brillando en soledad a la espera de que alguien lo encuentre.

Kurt no lo necesitaba más.