Y con esta última tanda... termino mis vicios, muchas gracias a las que los habeís leido.. me hicieron MUY muy feliz vuestros Reviews... Espero que os gusten, la verdad
Un besoooo y...viva el fandom de Pot!
(Ah..y pido disculpas, no me llegan al correó los avisos de nuevos comentarios, por eso no contesté a ninguno de los que me dejaron en los últimos fics que subi... Intanteré contestarlos estos días, ne?. Sorry...)
Control
Gakuto miraba a todos lados, intentando buscar una respuesta a por qué estaba ahí en los rostros pintados de los lienzos que los rodeaban
Hiyoshi, por el contrario, se reía disimuladamente de su sempai. Dio las gracias interiormente a su hermana por mencionar aquel lugar el día anterior. Prometiéndose comprarle un buen regalo pos su próximo cumpleaños se acercó al aturdido pelicereza.
- Sempai- llamó, Gakuto le miró furioso y Hiyoshi señaló una sala contigua con el dedo antes de que el mayor comenzara a protestar – por ahí
Gakuto quería gritarle, largarse de allí y olvidarse de aquella extraña… ¿cita? Con su kohai. Pero acabó siguiéndole por los recargados pasillos del Museo de Arte Moderno, recién inaugurado y hogar de una de las cosas que menos le gustaban a Gakuto: cuadros.
En el fondo, sentía curiosidad por dónde quería llevarlo Hiyoshi, seguramente esa era la razón por la que había aceptado a ir con él nada más el menor se lo pidió. Sonrió al recordar la cara que se le había quedado a Yuushi cuando les escucho quedar para la tarde. Si, esa era otra buena razón
Ojala todo ese teatrillo sirviera para que el tensai se diera cuenta de una vez de todo
Gakuto prácticamente se chocó contra Hiyoshi cuando este paró en seco al a entrada de una sala pintada de color carmesí.
-´Ya hemos llegado – comentó, echando un vistazo a su plan del museo. Gakuto le miró curioso y el menor, al fin, esbozó una sonrisa – hay algo que quiero que veas, Mukahi-san
El mayor abrió la boca para comenzar a preguntar como un loco, pero Hiyoshi se escabulló dentro de la sala antes de que pudiera decir algo. Enfurruñado, entró lentamente. La sala estaba iluminada por una tenue luz que provenía de un pequeño foco situado en una de las esquinas de la sala. Los ojos de Gakuto se acostumbraron rápido a la luz y busco a Hiyoshi, incómodo
- No me gusta jugar al escondite – medio amenazó, pasándose una meno por el pelo en un gesto nervioso – Sal
Sintió como alguien se movía tras él y se giró, comenzando a enfadarse de verdad
- Me estoy cansa…- una manó apareció de entre las sombras y se colocó en su boca, callándole.
Hiyoshi esbozó una nueva sonrisa y empujó al pelicereza al centro de la sala
-Quería enseñarte esto
Gakuto dejo de lanzar miradas de odio al menor y enfocó a malas la escultura que tenia frente a él. Sintió como se le secaba la garganta de pronto
- Me recuerda a ti – afirmó Hiyoshi, mirando fijamente las figuras de bronce dorado- Es de mi escultor favorito. Que casualidad, ne?
El pelicereza asintió levemente, dudando que hacer en ese momento, o dejar de controlarse de una maldita vez y tirarse al cuello de su kohai para abrazarle por mucho que pareciese infantil o quedarse ahí, inmóvil, observando extasiado como un hermoso delfín saltaba y se contorsionaba sobre el agua buscando la manera de alcanzar el sol que se alzaba brillante sobre él
Finnnn
