Disclaimer: Shugo Chara NO me pertenece (:
Es el primer fic (si es que realmente mi pequeño texto puede ser llamado así) que subo a esta pagina, espero que sea de su agrado.
Me encuentro en un pasillo lleno de puertas en ambos lados, deambulo por el con la mirada perdida, sin saber que encontrare, ni mucho menos que es lo que quiero encontrar. Con cuidado abro la primera puerta sonrió casi imperceptiblemente al darme cuenta de lo que esta ocultaba. Una vieja escena… Se trataba de una chica, hermosa como ella sola, de ojos dorados y extraño cabello color rosa, pero también perdida en la inmensidad de un mundo desconocido, aquel mundo que conocía a través de su pequeña ventana, pero todo cambio con la aparición de aquel joven de sonrisa amable y ojos azules, que bajo disfraz de persona normal tendió su mano a la belleza de la ventana, porque eso era ella, sin dudarlo la chica acepto la mano amiga. La imagen se comenzó a distorsionar y lo próximo que vi fue nuevamente aquella puerta, pero esta vez cerrada.
Giré sobre mis pies y seguí caminando, aun sosteniendo la sonrisa provocada por aquel recuerdo. Observé todas las puertas y decidí probar una más, deslice mi mano sobre el picaporte y la puerta se abrió de par en par. Nuevamente una imagen se proyectó, era otra vez aquella chica pero esta vez se hallaba afuera, sentada sobre un muro de concreto y a su lado se hallaba aquel mismo muchacho, ambos reían alegremente, la mirada de ella poseía un brillo extraordinario, la de él tan solo era traviesa y juguetona, ambos se abrazaron, yo me dedique a observar con nostalgia aquella escena. Sonreí nuevamente pero esta vez era una sonrisa quebrada.
Cerré la puerta y dude sobre continuar con la tarea de ojear dentro de las demás, con un suspiro me decidí a continuar, di varios pasos a ciegas ignorando varias puertas que no llamaban mi atención, visualice una puerta negra, no era llamativa, no obstante me dirigí a ella, ya con la idea en mente de lo que sucedería dentro de ella la abrí, ahí estaba otra vez la chica esta vez en una habitación claramente masculina, en ella también se encontraba el joven, ambos sentados sobre una cama con expresiones serias, aun así la mirada de la muchacha seguía brillando, más la de él se encontraba apagada, ambos hablaban calmadamente, por un momento me pareció escuchar lo que decían, sin soportar más escuchar aquella voz, sin duda alguna su voz, salí de allí y me dedique a correr por aquel interminable pasillo.
Me detuve abruptamente al encontrar una puerta diferente a las demás, era blanca como el marfil, con los ojos cerrados la abrí. Pasaron unos poco segundos hasta que me atreví a abrir los ojos, esta vez lagrimas bajaron por mi mejilla al contemplar la escena, eran él y ella, esta vez abrazados, con expresiones tristes, y sonrisas frágiles, sin duda era una despedida, el chico aprisionaba a la chica entre sus brazos, claramente no quería dejarla ir, y ella no se quería ir, de nuevo la imagen ante mí se distorsionó y me vi obligada a salir de allí, las lágrimas seguían bajando. La belleza de la ventana era yo, y aquel joven amigo era él, y las lágrimas eran porque acababa de contemplar algo que no sería igual una vez que el volviera de su largo viaje.
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