Konnichiwa!!!, Les saluda Kaze Icesword, de nuevo n___n;... bueno, eh vuelto con mi nuevo fic, por cierto tardaré un poquito en subirlo pero espero que esto les agrade. Esto es shonen ai, porque realmente no soy buena con los lemons, trataré de hacer alguno pero dudo del éxito.

La historia se realiza en un universo alternativo, las parejas, bueno ustedes las conocen, aunque no están muy claras, pero con forme vaya pasando la historia se irá comprendiendo más. Hay algo que debo decirles y eso es que mi historia parece un poquito inclinada a la religión y todo eso, así que si no eres de mente abierta y rechazas ideas nuevas pues mejor retírate, no quiero hacer que alguien se sienta mal por lo que pueda escribir.

Como todas sabemos los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, este es un fin sin fines de lucro. Claro está que tendré que introducir personajes nuevos, totalmente míos, cuando esto suceda daré una breve explicación de ellos al inicio del cada capítulo.

Los diálogos empiezan con guión - , los pensamientos están entre comillas "

Creo que por ahora es todo, disfruten del Prólogo.

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= Entre Ángeles y Demonios = Por: Kaze.

0° Prólogo

Cielo e infierno, bien y mal, blanco y negro, cosas totalmente contradictorias, sin embargo, en este universo, siempre existe cierto punto en donde se unen para ser uno solo, para lograr ese balance perfecto, por lo general inalcanzable. Sentimientos iguales de seres tan distantes, de aquellos que pelean entre si por algo llamado el ´poder sobre el otro´. Pero aún así logró llegar, ese tan inesperado balance entre fuerzas antagonistas se unió entre sonrisas y miradas, pero, como lo ha marcado la historia en infinitas veces, el balance se pierde entre sollozos tristes y líquidos rojos. Y una vez más vuelve a ser el mundo común en donde agua y aceite no pueden convivir.

Ángeles y demonios, representados por los seres humanos como bien y mal, cuando en realidad aquello no es del todo una verdad absoluta. Cielo e infierno, mundos diferentes que, junto a la Tierra, son la constitución completa del vasto universo.

Desde tiempos inmemorables los seres de alas blancas y los de alas negras han tenido cierta rivalidad, colores opuestos los representan, ubicaciones diferentes los guardan, pero ideas similares los mantienen unidos, aunque ellos rechacen esa verdad.

En tiempos pasados se negó la convivencia entre las dos razas, sólo ese ser superior, aquel que rige ada rincón del universo, sabe el por qué de la rivalidad entre ambas fuerzas, tal vez fue por el balance o simple diversión, respuestas que se encuentran fuera de nuestro alcance y es dudosa su llegada; pero sabemos que les dio territorios opuestos, el cielo a los ángeles y el infierno a los demonios, también les dio una tarea la cual era rescatar almas.

También se les repartieron habilidades diferentes a cada ser, mientras que los ángeles estaban a merced de los sentimientos, los demonios podían quitarlos si así lo deseaban, muchas veces esa clase de cosas impedían el buen trabajo, así que los demonios decidieron deshacerse de ellos y sólo darlos a quienes consideraban los suficientemente fuertes como para soportarlos. Podían invocar diferentes espíritus y usar las fuerzas de la naturaleza en su ayuda.

Pero había una ley que ambas razas compartía, tenían estrictamente prohibido establecer alguna clase de relación con aquellos que fuesen diferentes, así los demonios no podían tener contacto con los ángeles o humanos, y los ángeles con los demonios o humanos. Al quebrantar esa ley se imponían castigos dependiendo de la gravedad del caso.

Cincuenta años han pasado desde el último caso, un ángel y un demonio se enamoraron, sin poder evitarlo encontraron su fin a manos del dulce amor. Se les impusieron castigos graves, pero esto no fue sólo por la rivalidad o la estúpida ley, había algo más, algo que comprenderán de la peor forma...

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La madera era consumida poco a poco por el fuego devorador mientras salía de ella un estrepitoso sonido, la fría habitación era sólo iluminada por el esplendor de las llamas. Libros de varios tamaños, una gran ventana y el sillón frente a la chimenea era la constitución total de aquel cuarto tan triste. Un hombre observaba desde la ventana el sombrío paisaje que esta proporcionaba, su cabello rubio llegaba hasta un poco más arriba de la cintura y proporcionaba un grandioso espectáculo con el resplandor del fuego, sus ropajes negros lo hacían ver totalmente elegante. Su mente se perdía en la nada mientras su mirada azul ponía atención a un abatido árbol seco en las afueras del edificio.

Los educados golpes a la puerta lo sacaron de su profundo pensamiento.

-Adelante –dijo con tono sutil, sin despegar la mirada aquel árbol.

La puerta se abrió lentamente dando paso a una mujer de cabellos cortos y negros, ojos azules y con un vestido negro bastante elegante, contrastaba a la perfección con todo.

-Disculpa, ¿me llamabas? –la mujer se detuvo unos pasos detrás del rubio, admirando siempre la belleza del hombre, en silencio.

-Sí –el hombre se dio medio vuelta encontrándose con el par de ojos azules, mirándolo fijamente, esperando –gracias por venir tan rápido Lucrezia, te esperaba.

-Dime, Zechs, ¿acaso me llamaste por él? –la mujer se detuvo al ver la mirada azul cubriéndose por una sombra.

-Sabes, como yo, que este día llegaría, me negaba a creerlo, incluso a aceptarlo, pero no podemos detenerlo más... tiene que seguir su curso –Zechs caminó hacia la chimenea y se detuvo para observar la belleza fatal del fuego -¿en dónde está?

-Esperando... ¿quieres que lo traiga?

-No es necesario –la voz segura atrajo la atención de los presentes en la habitación. Estaba en la puerta, un joven de cabellos negros y un poco largos, tez blanca y ojos tan negros y abrumadores, observándolos, estudiándolos con atención –lamento entrar así, pero es aburrido esperar.

-Descuida –la hermosa figura del joven había cautivado a Zechs, era más de lo que esperaba –soy Zechs Marquese –se acercó al joven de ojos negros y tendió su mano en señal de saludo.

-Un placer, Wufei Chang –tomó la mano que el rubio le ofrecía, la soltó dirigendo una mirada inquisidora –dígame, Señor Marquese...

-Zechs, está bien, sin el señor –interrumpió el rubio con una sonrisa.

-Dime, Zechs, cómo es que alguien como tu, un mayor tan prestigiado, necesita de los servicios de un teniente –dijo Wufei en acto de grandeza.

-Necesito que vigiles a alguien...

-Deberías comportarte Chang –interrumpió la chica –estás hablando en el mayor Marquese, así que guarda tu compostura –dijo dirigiéndole una mirada retadora al joven de ojos negros.

-Tu deberías comportarte, eres más grosera al interrumpir las palabras de Zechs –el joven miró de manera desafiante a la chica, tensando el ambiente.

-Comandante Noin –interrumpió el rubio dirigiendo su mirada a la chica –te ruego nos dejes solos.

-Lo que usted diga Mayor Marquese –hizo una reverencia y salió del cuarto, dirigiendo una mirada de insatisfacción al joven de ojos negros antes de perderse detrás de la puerta.

Wufei observó la puerta por unos instantes, era obvio que algo pasaba, circunstancias de gran importancia y secretas a la vez, porque por lo visto los únicos enterados, o al menos eso concluyó él, eran el Mayor Marquese, la Comandante Noin y él; pero su intuición le decía que esos sucesos ya los conocía, era sensación tan extraña que inundaba sus sentidos y aceleraba su corazón.

-Como te decía –la voz del rubio llamó la atención del joven, haciendo que ambas miradas se encontraran de nuevo –necesito que vigiles a alguien.

-¿Quién es el demonio al que tengo que vigilar?, o acaso ¿es un ángel? –Wufei mostró una sonrisa de satisfacción ante la idea, le hacía sentir bien el tener que vigilar a sus enemigos.

-No es un demonios... tampoco es un ángel, te llamé para que vigilaras a un humano –acciones difíciles dichas con palabras seguras. Esto borró la pequeña sonrisa de Wufei e hizo arder su mirada.

-¿Me llamaste para vigilar a un ser humano?, escucha Zechs, no soy un demonio cualquiera, mi rango es más alto que el de un simple soldado.

-Entiendo que te moleste, pero el rango no tiene algo que ver, tienes habilidades especiales y es por eso que te llamé –la furia de Wufei bajó por el tono de Zechs.

-Entonces esto es grande, ¿no? –una sonrisa se formó de nuevo –dime, ¿qué tiene de especial este humano?

-Dependemos de él...

Palabras perturbadoras para el corazón de Wufei, algo inexplicable, diferente en todos los sentidos de la palabra, y la incógnita lo embargaba, ¿por qué se sentía así?. Los ojos negros se posaron en el mar azul, nadando más profundo, tratando de encontrar respuestas del silencio, pero sabía que era inútil, aquella búsqueda era inútil o al menos de esa manera, pero también sabía que el rubio no le daría una explicación, o al menos no en ese momento. Se dio media vuelta y caminó hacia la puerta, pero las palabras del Mayor lo hicieron detenerse.

-¿Aceptarás? –preguntó Zechs con algo de miedo, esa misión sólo podía confiársela al joven que ahora le daba la espalda.

-Supongo... pero aún me parece una idea absurda, después cuestionaré tus motivos –dio otro paso, pero se detuvo repentinamente al sentir que Zechs también se movía.

-¿Por qué te vas? –se detuvo al ver que el joven de cabellos negros hacía lo mismo.

-Porque ahora me dirás que vaya con la Comandante Noin para recibir instrucciones específicas, o ¿me equivoco? –Wufei volteó la cabeza para encontrarse de nuevo con la mirada azul, la cual se veía más segura por tener el completo apoyo del joven.

-Eres inteligente, Chang Wufei –le dedicó una sonrisa al joven.

-Por algo me llamaste –caminó de nuevo y asomó una de sus manos en señal de despedida antes de perderse por la puerta.

La mirada azul se perdió en el camino que había tomado el joven, ahora vacío yaciendo tristemente en la oscuridad. Sus pensamientos vagaban y se dejaban llevar, sin que él pudiese detenerlos, sin que él pudiese reclamarles algo. la tristeza se incrementaba en su interior, aquella situación era simplemente injusta, pero sabía que no podía detenerlo; le dolía en el alma no poder hacerlo. Ahora su única posibilidad era continuar, continuar y al terminar todo dependerá del humor. Todo dependerá del dolor y las heridas ocasionadas-.

-El tiempo ha llegado y es irreversible... –una lágrima escapó de la jaula azul y corrió con libertad por la blanca mejilla.

El joven rubio se dio media vuelta y regresó su vista hacia la ventana, hacia el triste árbol que servía como claro reflejo de su corazón.

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El tic tac del reloj marcaba el tiempo, las blancas manecillas con incrustaciones de diamantes mostraban lo inevitable; el reloj blanco en la pared, aún más blanca que el mismo, llamaba al destino ya escrito tiempo atrás. Destino que él conocía.

La figura del hombre se posaba con majestuosidad detrás del blanco escritorio, la mirada azul se perdía en la blancura de la nada, en espera de esa persona. Una suave brisa entró por la ventana justo detrás suyo para jugar con los cabellos castaños del hombre y pasearse delicadamente por su rostro.

Levantó la vista y la postró sobre la puerta al percatarse de la llegada de alguien, de momento a otro un joven apareció en la puerta, cabellos castaños y ojos verdes, alto y de cuerpo atlético, y de vestimentas blancas, tanto como las propias nubes que cruzaban el cielo. El joven de ojos verdes se acercó al escritorio; se detuvo a una distancia prudente e hizo una reverencia.

-Me alegra que hayas llegado Trowa –dijo el hombre al momento que indicaba una de las sillas frente a su escritorio para que el joven tomara asiento.

Trowa se sentó sin perder de vista al hombre, aún mostrando esa caballerosidad, postró la mirada verde en la azul, sin decir palabra alguna, no preguntas, tampoco reclamos. El hombre sonrió ante la acción.

-Nunca cambias Trowa, siempre tan serio, sólo esperando órdenes.

-Estoy seguro, Mayor Kushrenada, que usted no me llamó sólo para elogiarme –dijo Trowa, aún con tono serio.

-Estas en lo correcto, te llamé porque quiero que vigiles a alguien –se acercó un poco recargando los codos sobre el escritorio y entrelazando sus manos –un humano.

-¿Eso es todo? –cuestionó Trowa, dudoso.

-Por ahora, no te confíes, se que harás un buen trabajo –el hombre le dedicó otra mirada.

Eso era una tarea indignante, el joven de ojos verdes sentía que su rango era más como para encargarse de solo un humano, de un ser tan débil, pensó en protestar, desistió de la idea, porque por alguna razón tenía el vago presentimiento de que detrás de algo así se escondía un suceso grande.

Trowa se sumergía cada vez más en sus pensamientos, en dudas y posibles preguntas que se encargaría de contestar. Algo era seguro, su confianza en el Mayor Kushrenada estaba por los suelos, no confiaba y jamás confiaría en un hombre como él, tras ese caballerismo y carisma irradiaba una notable maldad, pero era su superior, y tenía que obedecerle, aunque siempre tenía en mente que si dada la ocasión tuviera que traicionarle, lo haría sin titubear.

De pronto salió de sus pensamientos al sentir dos presencias que se acercaban por detrás, se abstuvo de voltear y esperó paciente a ver de quien se trataba, únicamente clavaba la vista en el hombre frente a él.

-Lady, me alegra verte –dijo el hombre levantándose y siendo seguido por el joven de ojos verdes, mostrando respeto por las personas acabadas de llegar. Salió de detrás de su escritorio para acercarse a la joven mujer de cabellos castaños y ojos azules, tomó la mano de ella y la besó en señal de respeto. Después dirigió su vista al joven que la acompañaba, hermoso ser de cabellos dorados y ojos aqua, aún más angelical de lo que debía ser –Quatre Raberba Winner –le ofreció una sonrisa al joven rubio.

Trowa aún dejaba vagar su mente por la ventana frente a él, ignorando por completo todo lo ocurrido a su espalda, lo único importante en ese momento era armar conjeturas, unir la información que poseía para por fin descifrar aquello que lo atormentaba, si bien por algo importante alguien como él había sido asignado para vigilar a un simple ser humano, y no era porque el se sintiera superior para tal tarea, si no que aún no lograba comprender la importancia del asunto.

-¿Trowa? –llamó el Mayor al joven de ojos verdes haciéndolo voltear. Trowa había olvidado por completo la presencia de las personas en la sala. -¿Te encuentras bien? –dijo clavando su azul mirada en los ojos verdes.

-Disculpe Mayor, ¿me decía?

-Escucha Trowa, quisiera presentarte a Lady One, mi asistente –dijo señalando a la mujer.

Trowa tomó la mano de la dama depositando un beso en ella, y alejándose después de la acción.

-Y él es Quatre Raberba Winner –dijo el hombre señalando al joven rubio.

Trowa posó su mirada sobre el rubio, hasta ese momento lo había ignorado por completo, se había perdido de la belleza que tenía frente a él. Quedó completamente embelesado en su mirada, hermosos ojos inundados de una tristeza y una soledad enigmantes, pero escondidos un poco por la bella sonrisa. Trowa extendió la mano hacia Quatre y este la tomó, de pronto el joven de ojos verdes sintió cierto espasmo extraño extendiéndose desde sus dedos y pasando por sus extremidades para llegar a la espalda colapsando en un pequeño escalofrío reconfortante.

-Es un placer conocerlo Teniente Barton –dijo el rubio, soltando de manera disimulada la mano de Trowa.

-Igualmente Raberba Winner –Trowa pasó su mirada de manera difícil, sin querer alejarla de rubio, al Mayor –escuche mayor...

-Se lo que piensas –interrumpió –escucha Trowa, el soldad Quatre será tu compañero en esta misión –se dirigió a su escritorio y sacó una carpeta de uno de los cajones –necesito que me mantengas informado –le entregó la carpeta a Trowa –no me defraudes.

Trowa hizo una reverencia y salió seguido de Quatre.

-¿Es lo correcto? Treize –preguntó la mujer que había permanecido en silencio durante todo el tiempo.

-No te preocupes, todo saldrá conforme lo eh planeado –Treize miró a la mujer, le dedicó una sonrisa y dejó vagar su mirada por la puerta. "Será mejor que no hagas algo estúpido Trowa, porque yo lo sabré."

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¿Y bien?, espero les haya gustado, recuerden que este es el prólogo, aún faltan muchos cabos sueltos por atar y que les iré dando a lo largo de la historia.

Gracias por leerme, nos vemos pronto. Cuídense y no olviden dejarme su impresión del fic en un review o a mi e-mail kaze_mrv@hotmail.com

¡Dewa Mata!