1: NO ME JODAS!?

¨COMO MIERDA ME METÍ EN ESTO!? ¨

Pensaba la joven Yume mientras sentía como aquel extraño, y hermoso, sujeto peinaba su oscuro cabello. Claro que cabía aclarar el hecho de que ella estaba atada a una silla y SOLO vestía una bata, bastante suave debía admitir, quizás de seda... no, no, eso no es lo importante. Lo mejor era empezar a aclarar su mente repasando su día, o mejor su semana desde el principio.

No conocía a una persona que hubiera pasado por peores días que ella. Era como si al pasar del domingo al lunes hubiera caído en un agujero que la llevo a otra dimensión donde atraía la mala suerte como polen a las abejas.

Para comenzar con los peores días de su vida descubrió que su novio la engañaba, y utilizaba el apartamento que ambos habían comprado para hacerlo. Solo podía agradecer de que era con una chica a la cual no conocía, por que si hubiera sido así ya hubiera ido a quemar le la casa a a desgraciada, claro que si quemo las sabanas pues le daban asco solamente saber que ellos dos se habían revolcado allí.
Después de eso necesitaba que algo bueno pasara, tenia la esperanza de que las cosas mejoraran en sus estudios, claro que se equivoco. Tan solo al día siguiente represivo la bofetada de la realidad al ver que habían desaprobado el examen de ingreso a la universidad, así que tendría que volver a tomarlo, pero tendría que esperar medio año a que fueran los nuevos exámenes.

Claro que si hablamos de una semana era obvio pensar que su mala suerte no termino allí, no, por supuesto que no. Cabia aclarar que hacia tiempo que no podía pagar la renta de su apartamento, pues su novio... bueno, ex novio, no traía dinero, y solo con el trabajo de medio tiempo que ella tenia como mecerá no alcanzaba para pagar. Por supuesto que cuando regreso de su trabajo el miércoles, tenia pegado un aviso de desalojo en su puerta.

Sin novio, educación o casa, ya estaba mas que desesperada. ¿Que podria hacer en un momento como ese? ¿Habia algo que hiciera que todo valiera la pena?... entonces recordó algo, y con desesperación comenzó a buscar dentro de su valija, hasta que encontró aquella hermosa cadena de oro que su novio le había regalado en su aniversario de un año, quizás esto era lo mejor que había conseguido de esa relación, y ahora lo usaría sabiamente.

El dinero que consiguió por empeñar esa joya no era mucho pero le sirvió suficiente para una cosa: Un boleto para un crucero. Si, un crucero, Yume había preferido gastar ese poco dinero que había conseguido en pasarse unos días descansando y olvidándose de sus problemas.

El viernes salio de inmediato de tierra firme y por fin tuvo la sensación de que las cosas irían mejor. Claro que eso duro... mas o menos hasta media noche, por que fue cuando se desato una tormenta como nunca había visto ¿Como no se la veía venir? Ella estaba atrayendo la mala suerte como un imán atrae el metal. Solo faltaba su madre en escena para echarle en cara todos sus errores, como cuando se tiño el cabello de azul, o el tatuaje de una margarita que tenia sobre el muslo derecho.

Estaba muy asustada, jamas había visto algo así. El cielo se iluminaba a cada minuto con relámpagos, y los ruidos de los truenos al caer eran como escuchar al demonio gritar en persona, ademas de que el barco se mecía sin piedad a un lado y al otro. Pronto una fuga de agua comenzó a llegar los pisos inferiores del crucero, y todos los tripulantes comenzaron a subir a cubierta para poder tomar los botes salvavidas.
Yume fue al segundo bote, ya con su chaleco puesto y el corazón en la garganta. ¿Podía pasar le algo mas? Si, si podía, pues al poner sus pies arriba de aquel pequeño botecito, este se soltó, cayendo sobre las aguas, quedando ella sola allí arriba, siendo arrastrada por la cruel tormenta.

... ¨Y aquí estamos¨ Lo ultimo que podia recordar era ella en aquel botecito, bajo la luz del sol, con hambre y sed, cayendo inconsciente. Lo siguiente que supo es que estaba en esta habitacion, de decoración bastante caribeña, que tenia un enorme ventanal por el cual se podía ver el amplio mar, y la luz del sol entraba sin problemas. Y también estaba este sujeto, de cabello claro y de rostro tan delicado como el de una muchacha, que la estaba peinando con una suave sonrisa... muy tierno de verdad ¨PERO ESTOY ATADA Y DESNUDA!¨

-Que hermoso cabello... nunca había visto un cabello tan negro y es suave...- En la media hora que llevaba despierta era la primera ves que lo escuchaba hablar, y hablaba ingles! Podía entender le perfectamente y no había dicho nada hasta ahora por que pensaba que no hablaban el mismo idioma! ¨Ahora si me siento idiota¨

-...Tu hablas ingles... por dios.. Dime donde estoy por favor! Que esta pasando aquí!? Por que estoy en bata!- Ahora que tenia la seguridad de que el otro le entendía no paraba de hablar y hacer preguntas, sacudiéndose desesperada mente sobre aquella silla de madera a la cual permanecía atada.

-Tranquila, por favor... te prometo que no es nada... Mi nombre es Louis Asahina... Mi hermano menor te encontró en la costa y te trajimos aquí... tus ropas estaban mojadas y arruinadas... las sogas no eran por nada en especial... pero entenderás que no te conocemos... solo era por seguridad... permite me...- Sintió como poco a poco las sogas se iban aflojando hasta que finalmente aquel chico la había liberado por completo.

-Eso...lo entiendo... pero, donde estamos? - Se acaricio ligeramente los brazos, sintiendo aun las sogas sobre ella, aunque no estuvieran allí en realidad

-Estas en una pequeña isla que no aparece en el mapa, estas a unos 150 km al sur de la linea del Ecuador... este lugar se llama Isla Kotahi- Nunca le había ido bien en geografía, pero sabia exactamente que era la linea del Ecuador, y no era cerca de donde ella venia... -Debes tener hambre... te pediré algo de comida y agua... - En el momento que el otro iba a salir de la habitación, ella tomo tímidamente la manga de la camisa que el llevaba puesta.

-...Puedo... puedo pedirte algo de ropa también?- Sentía vergüenza de tener que pedir algo así, pero entonces el joven sonrió con amabilidad y asintió con su cabeza. -Muchas gra...- Antes de que acabara de hablar sintió sus manos pasar por su cuerpo, delineando la lentamente, lo que hizo que su rostro enrojeciera al momento y se separo. -Que haces!?-

-Solo revisaba tus medidas... no te preocupes, te traeré algo para tu talle...- Y como si nada, aquel muchacho tan raro se fue de la habitacion, dejando a Yume completamente avergonzada.

-Dios mio... que esta pasando aquí?- No sabia cuanto tiempo estuvo desmayada, pero sin dudas estaba agotada, el peso de todos estos días aun estaban sobre sus hombros, y sinceramente, aquella enorme cama que estaba en la habitacion la estaba seduciendo desde el momento que abrió sus ojos. Entonces arrastro sus pies y se dejo caer sobre aquel cómodo colchón y fue cerrando sus ojos, esta ves cociente de que dormiría un poco hasta que Louis volviera con comida, agua y ropa para ella... luego llamaría a sus padres para decirles que aun estaba viva... si es que les importara...

Fin.


No se preocupen por nada, les prometo que los demás hermanos aparecerán en el próximo capitulo y esta historia se pondrá mucho mejor.

Pero espero que les haya gustado este primer capitulo, muchas gracias!