Notas de la autora: Los personajes de Kingdom Hearts no me pertenecen, les pertenecen a Square-Enix y a Disney…=D
Solo hay una razón por la que no podemos estar juntos
¿Qué cual es mi numero de la suerte preguntas? El ocho ¿Y cual mi color favorito? El rojo ¿La piedra preciosa que más me gusta? La esmeralda ¿Mi elemento preferido? El fuego…
Cualquiera diría que estoy loco…si, loco por aquel chico que tiene exactamente las mismas características de mis cosas favoritas, aquel chico de cabello rojo y ojos verdes, que controla el fuego y es el numero VIII de la organización…Axel.
Nos llevamos muy bien, nos reímos juntos y todo…incluso a veces hablamos de algunos otros de la organización a sus espaldas…tiene las típicas cualidades de un mejor amigo, pero (¡JODER!) odio que solo seamos amigos.
Y para poner la cereza en el pastel solo hay una (si, y dije bien, ¡SOLO UNA!) razón por la que no podemos estar juntos:
Yo también soy un chico…de haber sabido que algún día lo conocería, hubiera escogido ser mujer…pero ni eso es posible…un Nobody…eso es lo que soy.
Pero solo él hace que yo sienta como si verdaderamente tuviera un corazón.
-Llamando a Roxas, Hey Roxas! ¿En que piensas?-
Parpadee sorpresivamente, me había quedado pensando.
-¿En que piensas? De la nada te pusiste tan rojo como mi cabello-
Claro, y como no me hubiese sonrojado si el estaba prácticamente a menos de medio metro de distancia con su rostro sonriente a la altura del mío.
-¡ABRAZO DE GRUPO!-
Demyx saltó encima de nosotros y Axel cayó sobre mi abrazándome por la cintura, el levantó el rostro y se sonrojó cuando nuestras miradas se encontraron… supongo que yo me sonrojé también, porque mi corazón latía muy fuerte. Apartó la vista de mí y gritó unas cuantas maldiciones.
-Demyx eres un imbécil, usa lo que te queda de cerebro, si es que aún no se te ha consumido todo. Estoy arto de las idioteces que hacen todos y estoy arto de estar arto de todo… necesito respirar otros aires por un rato.-
-¿A dónde irás Axel?- Le pregunté, ya que se había dado media vuelta, dispuesto a marcharse.
-A donde iremos, querrás decir, no pienso dejarte con los idiotas a que te metan basura en la cabeza. Vamos…-
Me tomó de la mano y abrió un portal. No imaginé que iríamos al típico lugar de siempre, en lo alto de la torre de Twilight Town.
De la nada sacó un helado y me lo dio, le di una mordida y me di cuanta que el no comía y solo me observaba.
-¿Solo tenías un helado y me lo diste a mi? ¿Por qué no te lo comiste tú?-
-No sé…me gusta verte mientras comes- Sentí que toda la sangre que tenia en el cuerpo subía a mi rostro, específicamente a mis mejillas.
-¿Eh?- Repentinamente el también se sonrojó…
-Oye Roxas, ¿me dejas probar…?-
-¿El helado?-
-No… tus labios…-
El helado que sostenía cayó. El me miraba a los ojos y mi corazón latía mil por hora, esto había sido lo que había estado esperando durante tanto tiempo.
Asentí lentamente con la cabeza y el se sorprendió (Creo que no esperaba que yo dijera que si). Se acercó a mí y tomó mi mano entrelazando sus dedos con los míos. Cuando su rostro estuvo a centímetros del mío, con su mano libre me tomó por la barbilla alzando mi rostro y nuestros labios se juntaron.
Su boca ejercía una ligera presión sobre la mía y el movimiento de sus labios me volvía loco, más loco de lo que ya estaba por él. Finalmente nos separamos por falta de aire.
-Axel ¿Y la organización? ¿Nadie se va a enterar verdad?-
-Te quiero Roxas, no me importa nada más-
-Yo también te quiero-
-¿Te puedo probar otra vez?- Preguntó sonriéndome.
-Todas las veces que quieras- Dije, y nuestros labios se juntaron una vez más.
Fin
