Primera vez
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No importaba si la sangre se escurria o que él tuviera esa extraña sonrisa marcada en el rostro, ella seguiría con aquella acción de "entrar y salir" hasta que se cansará, aún que de vez en cuando lo miraba pero nunca paraba, eso es lo que aquél sujeto quería y en estos momentos se cumplía.
Minutos antes una frágil figura corría entre las calles de una fría noche tratando de escapar de su depredador, sin embargo, él la seguía con calms, esperando que cometiera un error y así fue, pues aquella chica no tuvo más camino por un callejón abandonado.
-Fin del juego - sonrió al ver a su presa temblando y llorando por la desesperación pegada a la pared, viéndolo acercarse paso a paso al mismo tiempo que sacaba su cuchillo.
-Piedad - ella habló al estar tirada en el piso y cubriéndose inútilmente con sus pequeños brazos. Esas débiles palabras no lo detendrían, pero lo excitaban bastante en querer hacer su cometido. Alzó su cuchillo listo para atacar en ese instante, a pesar de que no lo lograría, por que de un segundo a otro él se hallaba tirado en el piso desangrándose en vez de ella.
Ninguno de los dos hubiera pensado en eso, el haber cambiado los papeles de aquel juego, más en cambio ella fue primera en atacar, al lanzarle una piedra en la cabeza para diatraerlo creando la oportinidad de agarrar fácilmente el cuchillo, con el cual se defendió enterrándolo en el cuerpo del atacante, y sería la única en hacerlo. -Vamos, ¡Hazlo! - ordenó disfrutando del momento en vez de intentar recuperar el control, mientras que aquella joven pelirroja lloraba sin parar y hacía caso a la orden.
No se detuvo hasta que por fin se dio cuenta de que ese hombre ya no respiraba y aún así todavia su sonrisa nunca se borró. Al salir de aquel lugar tiro lejos de su vista el arma y corrió lo más que pudieron sus piernas antes de que sus ganas de vomitar la detuvieran.
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Era cierto, la primera vez de alguien nunca era fácil y ella no lo tomo tan bien ni en cuerpo como en mente, pero seguía viva y eso lo agradecía profundamente.