Disclaimer applied.
Conjunto de Drabbles y one-shot.
Incoherencias.
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I. Problemas Familiares.
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Me miró por el entre rejado de su cuna, la sonrisa que mostraba diminutas piezas de una incompleta dentadura, abarcaba toda la extensión de su pequeña carita. Una risita torpe y los ojitos brillosos fueron su último regalo antes de optar por dormirse.
¡Qué barbaridad! Su desalineado cabello negro descansaba en un revoltijo de almohadas y sábanas.
Luego ya solo se escuchó el insistente sonidito de la succión de su dedo.
Yo estaba tendida, desmadejada sobre el suelo de la mullida alfombra color arena. Y la montaña de juguetes que antes habían estado ordenados en una minuciosa clasificación ahora me rodean desparramados en toda la habitación.
"de verdad debes de odiarme"…
Me moví hacia un costado. ¿Qué era eso?
¡Ah sí! Una ruedita del autito de colección que su padre le había regalado hace dos días la quité de debajo de mí y me acomodé para caer en un apacible sueño.
Por la mañana.
Se levantó y enseguida preparó el desayuno del bebé. Un cuenco de yogurt y cereales y otro de frutas. Quizás, quizás no quisiera ni uno ni lo otro.
Suspiró. Fue a su habitación ordenada con esmero. Todavía dormía. Una levísima brisa hacía mover la blanca cortina que llegaba a tapar una de sus manitos que colgaba por entre los barrotes. Le hizo mimos en su carita hasta que despertó.
El reproche se veía en sus ojitos verde oscuros, mas estiró los brazos pidiéndole silencioso que le alzara. Llevaba puesto su pijama de rayitas.
Se recostó en su pecho y dormitó hasta la cocina. Lo colocó en su sillita y se durmió allí.
Le movía suavemente, aun debía darle el desayuno. Cuando despertó le puso su comida frente a él. Tres segundos después las frutas estaban desperdigadas por todo el suelo de la cocina y el yogurt chorreaba por su silla y camiseta. Le miró con ojos enormes de puro asombro y balbuceó su nombre algunas veces.
Como había predicho, no quería ni uno no lo otro.
Limpiaba el piso con afán y juntaba las frutas inservibles mientras él la veía desde su silla con una maquiavélica sonrisa.
Se incorporó y lo sacó de su silla mientras limpiaba un poco su ropa, por supuesto, lo regañaba.
Salió con su firme pasito por el pasillo, hasta que un objeto regordete y peludo llamo su atención.
Los chillidos del animal se escucharon en toda la casa.
Sakura llegó corriendo a ver la escena.
Himaru arrastraba al gato que se revolvía furioso. El destino de su paseo lo llevaba a la pequeña fuente-llena-en el centro de su cuidado jardín.
Cuando secaba al gatito su pelambrera. Oyó un ruido extraño.
"Pero si Himaru ve tele en este momento" se dijo.
Un sonido más fuerte le alertó y salió otra vez al patio.
El perro que antes estaba detrás de la cerca de su lado del patio ahora cavaba en su jardín, masticaba sus flores y babeaba a su hijo que feliz le aplaudía.
Se desharía de sus… mascotas y pronto, muy pronto.
Llevó al niño al baño, se deshizo de la ropa y lo metió en la bañera. El menor se debatía y gritaba su nombre en cuanto abrió el grifo. Le sentó en la orilla y le limpio a conciencia. Enojado Himaru a la primera oportunidad volcó todo el contenido de su shampoo-que estaba lleno-… al escusado.
Sakura volvía de la recamara a paso rápido, con toalla en mano. Él también se apresuró y apretó el botón.
Sus ojos jade casi, casi derramaron lágrimas.
El baño estaba inundado en espuma con olor a bebé.
Dejó a su niño con un gran mohín y lagrimillas en los ojos, ya cambiado, frente al… televisor-temblaba de solo pensarlo-para disponerse a secar el baño.
Terminó rápido y fue a ver a su retoño que veía tele cantando las cancioncillas a coro con un dinosaurio morado. También un bolígrafo se hallaba en su mano y papeles ¡oh si, muchísimos papeles! sobre la mesa enana del living.
Se acercó con cautela.
Temía lo esperado y esperaba lo que temía. Enumeró cuentas, cartas, boletines, papeles del trabajo de su esposo, carpetas de sus pacientes…
Volvió sin decir nada a la cocina y preparó el almuerzo.
Al terminarlo, post una batalla de comida, de la cual no salió limpia, tampoco su hijo; decidió que la hora de la siesta había llegado… para ella. Para Himaru no, se enfurruño y desparramó todos sus juguetes en el largo del pasillo, recibidor y su cuarto.
Cansado de llorar y chillar durante más o menos, em… si varias horas, cuando ya la hora de la siesta estaba terminando su madre pudo recostarlo.
O no, pero aún no se dormía, primero debía cantarle esas horrorosas canciones que solo dolor de cabeza le daban. Hasta que por fin el infante se apiadó de ella y durmió…
Llegó a su casa que lucía igual que cuando se fue, o sea tranquila, porque nada más al llegar vio en su recibidor y sala de estar papeles rotos y rayados.
Buscó a su esposa en la cocina. El olor a guisado llenó su nariz, pensó que tal vez Sakura preparaba la cena; pero no era así, había sobre la mesa un plato intacto de comida y otro volcado en la sillita de su hijo. Suspiró. Las necesidades apremiaban. Fue al baño y al tirar la cadena ese exquisito olor a bebé se regó en el piso mojándolo-nuevamente-de una vaporosa espumilla. Un tic se apoderó de uno de sus ojos.
Volvió la búsqueda. Salió al patio y encontró el jardín destrozado, al perro encerrado y atado, al gato mojado y manchas de barro en las blancas tapias.
Los colores estaban subiendo a su rostro pálido… alguien tendría problemas.
Caminaba muy de prisa a la habitación de su hijo, en el pasillo resbaló con un objeto que juraba era el cuerpo de un oso de peluche sin cabeza, apoyó ambas manos para detener la caída, he allí su error, su mano patinó junto con el armazón de lo que antes había sido un cochecito de juguete y su mentón, labios y nariz quedaron pegados al suelo.
Siguió con evidente enojo la estela de muñecos decapitados y juguetes que pasaron por el desarmadero… ¿Qué había estado haciendo Sakura en todo el día?
Entró al azulado cuarto de Himaru, dormía plácidamente en su cuna. Mas allá acurrucada como un niño dormía su esposa en la alfombra mientras murmuraba incoherencias, probablemente regaños.
Le alzó y llevó a su cama. Se abandonó a los dulces sueños de su familia.
Sintió unos labios sobre los suyos.
-Sasuke-kun, la cena está servida.
-Hai.
Salió de su habitación con cuidado de no tropezar. El pasillo estaba despejado, entro al baño que estaba pulcro y seco… y con aroma bebé. Cuando salió se cruzó con el gato que iba directo hacia el patio, limpios todos, gato, perro y patio. El recibidor lo recibió también ordenado y fresco. Con prisa fue a la cocina y…
-Sasuke, Sasuke, Sasuke-le llamaba su hijo.
-O-t-o-s-a-n-lo corregía él.
Se acercó y lo besó en la coronilla. Himaru demostró su descontento con un mohín cuando se acercó y tomó de la cintura a su esposa.
-¡No! Sakura-gritaba el menor.
-O-k-a-a… hmp como sea.
Se sentó en su lugar, mientras su esposa alegre terminaba de servir la cena y su hijo enfurruñado se cruzaba de brazos poniendo de manifiesto su mal humor. Quizás si hablaba con ellos…
-¿Qué ha sido de su día?
El menor abrió sus ojos enormes y Sakura, ella solo se dejó caer en la silla.
¿Qué, había dicho algo malo?
La risilla nerviosa de su hijo dejó en evidencia lo que se avecinaba, otra reprensión, otro berrinche. Mas no hubo tiempo, Sakura jugueteó con su comida y le distrajo con su adorable presencia.
Y algo que rondaba su cabeza por varios días hizo clic.
-Sakura, he estado pensando…
-¿Si?-le animó a seguir con una enorme sonrisa.
-¿Qué te parece darle un hermanito a Himaru?
La enorme sonrisa se congeló en su rostro.
-Oto-chan, Okaa-chan-los llamó con lagrimillas en sus ojos.
Sorprendidos los mayores le miraron y es que él jamás les llamaba así.
-Solo digamos que hasta que Himaru no se gradúe de la universidad no creo estar lista.
-Demo…-dejó su frase inacabada y miró con insistencia a su mujer.
-Um, bien… podríamos intentarlo.
Qué más daba el lio en la casa, las noches sin dormir, las extenuantes tardes de limpieza si sentía las manos y labios de su esposo recorrerla.
Qué más daba llegar y encontrar un campamento de guerra su hogar todos los días y que Sakura se durmiera antes de comenzar todas las noches si le regalaba siempre esa sonrisa.
Qué más daba que sus papis ahora no le prestaran atención por estar besándose y toqueteándose.
Intentaba contener la risa que le provocaba las cosquillas que el gato le hacía al lamerle el pie para quitar los restos de comida.
Aunque tendría problemas por tener restos de la cena en su ropa, rostro y cabello…
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Espero les guste:)
No podia esperar para subirlo jeje
Um, reviews?
