Cada capítulo se trata de algún evento de BOFA contado desde la perspectiva de de Fili y Kili, sus pensamientos, emociones, etc.
Disclaimer: Nada es mío.
Crónicas de la Última Batalla
… Weep, little lion man,
You're not as brave as you were at the start.
- Little lion man, Mumford and sons.
No el mismo.
Ya todo se había calmado, la noche de terror había terminado y el dragón estaba muerto, ahora cada quien trataba como podía de rearmar su vida. Fili se concentró en empujar la barca, lo hacía con toda la energía que le quedaba, pero apenas cedía, era un bote de hombres, grande y pesado, difícil de maniobrar para tres enanos todavía un poco alterados. Bófur aún estaba blanco como el papel, Oín en completo silencio desde la noche anterior. Él mismo se sentía a punto de dejarse caer al suelo de espaldas y no pararse de ahí hasta que su estómago se dignara a bajar de su garganta. Sonaba tentador, pero tenía miedo de no tener la fuerza para ponerse de pie otra vez. O la confianza.
Llamó a Kili un par de veces, con la voz irritada, el ceño fruncido, pero él no lo oía, no estaba realmente ahí con ellos, no estaba realmente ahí con él. Se volvió a verlo, hablaba con la elfa de los cabellos rojos…
Respiró profundo y decidió no pensar en eso, no por el momento, sólo quería salir de ahí, subir a la barca, terminar el viaje, llegar junto a los otros… Cerró los ojos con fuerza, empujando una vez más la maldita nave para que cayera al agua de una buena vez. Los otros… si es que todavía seguían ahí, si es que no se habían convertido en una pila de cenizas.
"No, ellos debían estar bien", trató de convencerse, obligó a sus pensamientos a volver atrás, desaparecer, se concentró en la tarea que tenía por delante, empujar la barca y subirlos a todos a ella, cruzar el lago, llegar a la montaña, no tenía suficientes fuerzas como para pensar en nada más. Era comprensible, se tranquilizó, no siempre debía escapar del fuego de un demencial dragón la misma noche en la que casi perdía a su hermano, estaba cansado, eso debía ser. Pero no era sólo eso, se daba cuenta, había estado muy cerca de perder a Kili antes, dios sabía lo cerca que había estado ese mocoso otras veces, pero no cómo esa, no así, había visto la muerte en su cara, la vida escapársele del cuerpo, el corazón latiéndole tan, tan despacio… Y él estaba ahí, justo ahí, sin poder hacer nada.
Tuvo que parar un segundo, no pudo evitarlo, las manos comenzaron a temblarle... Se apoyó contra la barca y trató con furia de recuperarse, esa noche lo había mermado, podía sentirlo, no en su cuerpo, pero en su alma. Ya no se sentía tan fuerte como lo era antes, ya no era el mismo.
Cerró los ojos otra vez, mientras su voz rugía el nombre de su hermano una vez más ¿Tanto le alteraba, darse cuenta de que el mundo era más peligroso de lo que había pensado? ¿Había sido tan estúpido como para pensar en que podía zambullirse en la vida de cabeza sin que nada malo le pasara? Sonrió para sí… no, no era eso, peor aún, había sido tan estúpido como para pensar que, sin importar los peligros, nada malo podía pasarle a los que amaba, simplemente porque él estaría ahí para protegerlos. Siempre estuvo tan cierto de eso, tan ridículamente seguro… Ahora ya no lo sabía.
Su hermano por fin llegó junto a él y empujó la barca, innecesariamente porque ya estaba casi en el agua. Trató sin mucho éxito de disimular su completa distracción de lo que pasaba a su alrededor y se subió. Fili lo observó con detención y no supo si golpearlo o abrazarlo, porque mientras su espíritu amenazaba con desplomarse, los ojos de su hermano brillaban llenos de ilusión al mirar hacia la orilla que dejaban atrás. Pero estaba bien, pensó, estaba todo bien, estaba vivo, estaba bien…
Se permitió descansar un poco mientras navegaban tranquilamente hacía la Montaña, se sentía desgastado y débil, su cuerpo se recuperaría rápido, pero su corazón estaba lleno de temor y de dudas ¿Había valido realmente la pena? Todo eso, todo lo que pasó, a su hermano, a la gente del Lago… Se sentía tan valiente al comenzar, tan seguro de sí mismo, ahora sólo estaba seguro de haber sido un iluso.
Miró hacia el horizonte, hacia la Montaña Solitaria cada vez más cercana, con la esperanza de que Thorin pudiera despejar esa incertidumbre. Esperaba con todo el corazón que así fuera.
