Ok esta es una nueva historia (si pienso terminar la otra!) pero si no comenzaba a escribir esta me iba a dar algo jajaja
Al principio talvez parezca un poco confusa pero poco a poco iran averiguando lo que ocurrio con pequeños flashbacks ;)
Espero que les guste y que comenten. Es meramente Ichiruki pero va a haber accion ademas no es como el otro en lo romantico ya se van a ir dando cuenta jeje hay varios personajes que tardaran un poco en salir pero los principales son los que interesan.
Lo escribo desde ahora es porque tengo toda la historia ya en mi mente y si no lo escribo ahorita que esta fresca despues me voy a olvidar y arrepentir bastante. Toma lugar despues de lo que ocurrio con Aizen y en mi historia Ichigo no pierde sus poderes y... ah bueno ya van a ir viendo ustedes mismo buahahaha!
Los personajes pertencen a Tite Kubo (hasta q se demuestre lo contrario) jajaja
Pasado
Quiénes eran? De dónde habían salido? Cuál era su propósito?
Ninguna de estas incógnitas había podido ser completamente respondida antes del ataque. Había sido tan rápido como poderosa su embestida en la pequeña ciudad. Algunos capitanes y vice capitanes del Gotei 13 habían tenido que intervenir. Su sorpresa había sido grande al darse cuenta que el enemigo era poderoso.
Entonces todos tuvieron que intervenir.
Pequeñas batallas individuales habían ocurrido al mismo tiempo donde cada uno dio lo mejor de sí para superar al adversario. Los shinigamis no habían podido sacar nada de información de sus nuevos contrincantes que habían aparecido tan de repente que por el momento el número de heridos superaba a los ilesos.
Afortunadamente los reiatsus de ningún capitán había desaparecido. Todos estaban ganando esta inesperada guerra tratando de no provocar más estragos en el mundo humano.
En los alrededores de la pequeña ciudad Karakura un shinigami con cabello anaranjado seguía peleando. En su modo de bankai y usando su máscara de hollow cada cierto tiempo había logrado acorralar al enemigo que vestía completamente de rojo y solo dejaba al descubierto sus ojos. Su espada, que imitaba en poder a una zanpaktou, había sido destrozada en el último ataque.
El peli naranja tan solo debía dar la última estocada a su adversario que se hallaba de rodillas delante de él. Pero no pudo. Se quitó su máscara de hollow y al sentir el reiatsu de sus amigos que se aproximaban decidió dejarlo vivir para interrogarlo después.
-Ichigo!- un shinigami de cabello rojo se acercó corriendo, pero comenzó a caminar más tranquilo al ver la posición del enemigo frente a su compañero – ya vienen los demás, al parecer aún con varios heridos hemos ganado- señaló al adversario con desdén – los que no han muerto salieron huyendo con el rabo entre sus patas.
Ante esto quien se encontraba arrodillado ladeó la cabeza mirando al vice capitán con ojos que retaban sus últimas palabras. Renji se abalanzó sobre él para matarlo pero Ichigo lo detuvo.
– No vale la pena – le dijo tranquilo – nos servirá para sacarle información – cuando sintió que su amigo relajó los hombros se alejó un poco – y los demás?
-Inoue está ayudando a curar a los demás pero no debe tardar. Rukia estaba por venir.
Se sentía aturdido ante todo lo que había ocurrido. La luna al menos parecía estar tranquila ahora que todo estaba más calmado. Mientras el peli rojo ataba al enemigo Ichigo se había alejado inconscientemente tratando de respirar aire fresco. Parecía hace tanto tiempo que estaba en una noche tranquila y normal en su hogar. Al menos sus hermanas estaban a salvo, lejos de todo esto y con su padre pendiente de que nada les ocurriera. Entonces regresó a mirarlos y sintió un escalofrío recorrer toda su piel. La persona o cosa con el traje rojo lo miraba fijamente con los ojos bien abiertos y, lo que Ichigo supuso, una pizca de locura en su mirada.
Iba a decir algo, pero lo que sucedió después se lo impidió.
-Ichigo!- al momento de escuchar su voz ya era demasiado tarde.
Presente
El sol se colaba por la ventana. Hacía calor esos días en Soul Society. Era lunes y como todo inicio de semana la comodidad de la cama llama de una manera que cuesta desobedecer. Pero ya era hora de levantarse.
Estiró todo su cuerpo y se dirigió al baño para mojar su cara y terminar de despertar. Se miró en el espejo. Su negro cabello había crecido levemente, pero no quería cortárselo todavía. su rostro se veía más delgado de usual, una apariencia que junto a las ojeras dejaban a la impresión de un fantasma. No había mucho que hacer al respecto. Se peinó y puso su uniforme. Miró el reloj y no pudo evitar maldecir. Se le había hecho tarde para presentarse.
Corrió a todo pulmón y al fin llegó a su destino. Abrió la puerta despacio y agachó inmediatamente la cabeza sin mirar a la persona que esperaba sentada.
– Lamento llegar tarde capitán!
-Esta bien Kuchiki, en realidad eres la primera en llegar sabes? - el capitán de largo cabello blanco sonreía y movía su mano excusando a su subordinada – además es lunes, no hay mucho problema todos nos quedamos dormidos. Pero necesito que me ayudes en algo ya que eres la primera que llega- la peli negra asintió ya más tranquila – hoy tenemos la junta mensual con el resto de capitanes pero no me siento muy bien para ir. Anda en mi nombre y pídeles que cualquier indicación te la den a ti. Y…- rebuscó entre unas hojas esparcidas en su escritorio – entrégales estos informes.
-Hai!
-Muy bien eso es todo – sonrió a su pequeña subordinada mientras le entregaba los papeles y de la nada sintió una punzada de preocupación – Kuchiki?
-Si?
-Te sientes bien? – ella asintió con la cabeza preocupándose instantáneamente de si tenía ojeras a la vista. El capitán volvió a sonreír y le dijo que podía retirarse. Pero cuando se quedó solo meditó sobre lo que acababa de hacer.
Estará bien? Van a estar todos los capitanes allí…incluso… movió la cabeza de un lado al otro Bueno veamos que ocurre, ya ha sido bastante tiempo.
Por segunda vez en el día Rukia Kuchiki se encontraba corriendo con todo su ser. Ahora se dirigía al gran cuartel donde los capitanes… estaban a punto de salir de la reunión! Maldición!
Sus piernas parecían volar. Debía llegar a tiempo, pero estaba cerca. Entonces la puerta se abrió. La joven Kuchiki iba a detenerse pero la suerte al parecer no estaba de su lado ese día. Tal vez estaba con Madarame de la onceaba división. Se tropezó de la manera más estúpida, traicionada por sus propios pies. Una mirada fulminante estaba lista para evitar que se burlaran de ella mientras caía cuando unas fuertes manos sujetaron sus hombros antes que su cuerpo siguiera cayendo a su inevitable destino.
Bueno tal vez un poco de suerte si estaba con ella.
Alzó la vista para encontrarse con la inexpresiva mirada del capitán de la quinta división.
Retiró lo dicho.
De un brinco se separó de sus fuertes manos y se inclinó a modo de saludo.
– Bu -Buenos días Kurosaki taichou – sin querer levantar la vista notó que dicho capitán cerraba sus manos en fuertes puños.
Entonces para su gran sorpresa pasó a su lado y caminó sin decir ni una sola palabra. Rukia puso su espalda recta al instante. Qué demonios? Se dio la vuelta y miró con un creciente sentimiento de ira al joven capitán con cabello naranja que se alejaba.
Sus manos seguían cerradas en puños.
Estúpido malcriado pensó la shinigami de cabello negro enojada decir un buenos días no mataría a nadie, suspiró. Era un capitán después de todo y ella…
-Rukia?
-Ah, nii-sama buenos días
-Qué haces aquí.
Al parecer al ser capitán no tenías la obligación de saludar. Le explicó a su hermano que el capitán Ukitake le envió y le entregó los papeles. Como siempre su hermano se mantuvo inexpresivo. Su mirada casi competía con la frialdad de los ojos del capitán de la quita división, pero entonces Byakuya juntó levemente sus cejas.
-Te encuentras bien Rukia?
Ella asintió sorprendida. Era la segunda vez en menos de una hora que le preguntaban lo mismo. Tal vez no se había peinado bien? Acaso seguía en pijama?
Pero a decir verdad sentía una ligera opresión en el pecho. Su encuentro con el joven capitán de cabello extravagante le había recordado lo bajo que seguía siendo su puesto. Y lo débil que era ahora.
Miró a su hermano pero se tragó cualquier palabra que pensaba decir. El capitán Kuchiki estaba viendo fijamente al final del corredor. Justo por donde el otro capitán había pasado no hace mucho. Lo que cortó las palabras de Rukia sin embargo era los ojos de su hermano mayor. Estaban completamente oscuros. Nunca, recordaba ella, haberlos visto tan negros y llenos de rabia.
Parpadeó dos veces y volvió a mirarla. Sus ojos se aclararon de nuevo pero seguían inexpresivos.
Intercambiaron un par de palabras más y Rukia cumplió con su mandado hablando con el capitán Shunsui Kyoraku quien aceptó con una gran sonrisa los informes de su amigo.
Dos horas más tarde se encontraba caminando hacia su división.
No había sido un buen comienzo de día. Ahora se sentía deprimida y enojada. Deprimida por sentirse débil ante los demás y enojada por estar deprimida por una tontería como esa.
Buakuya le había explicado varias veces que su bajo nivel de reiatsu no era en sí su culpa y ella lo sabía. Pero ella se acordaba de como se sentía. Ser poderosa. Su poder espiritual de antes era una de las pocas cosas que recordaba con claridad y constituía la peor tortura que su mente pudiera ofrecer.
Se sujetó de una pared deteniéndose por completo. Sentía un ligero dolor de cabeza pero más que eso un poco de comezón en los ojos. No quería llorar, odiaba llorar. Era signo de debilidad y era lo que menos necesitaba en esos momentos. Necesitaba mantener un poco de su dignidad.
Estúpido capitán Kurosaki, hasta su encuentro de esa mañana ella había estado bien emocionalmente.
Sintió un leve escalofrío recorrer su pequeño cuerpo al recordar la mirada completamente fría del bendito capitán. Unos ojos que parecían decir detesto que estés aquí.
Rukia gruñó. Se negaba a llorar por eso. Quién se creía él para mirarla de ese modo. O para ignorarla con tanto descaro! Nunca habían hablado siquiera!
Respiró hondamente y siguió caminando pestañeando varias veces para evitar que unas lágrimas cayeran. Ya les enseñaría. Se convertiría en la mejor shinigami del Gotei. Recuperaría su poder espiritual y tendría aún más.
Así todos la verían con respeto y no con lástima. Todos la saludarían a ella. Y ni su hermano ni ese comosellame Kurosaki taichou la harían sentir débil nunca más.
Con ese pensamiento aceleró el paso. Debía seguir entrenando.
Sentado en un alto árbol el capitán de la quinta división vio a la pequeña shinigami detenerse en seco. Suspirar un par de veces. Pestañear bastante. Al parecer para evitar llorar.
Ichigo suspiró a su ves con cansancio. Casi podía leer los pensamientos de la chica mientras su rostro cambiaba de tristeza a dolor y a resolución. Conocía esa mirada.
Desde el bendito lugar de la reunión había sentido que ella se acercaba. Aunque su reiatsu era extremadamente débil Ichigo lo sentía. Siempre.
En todo momento sabía dónde se encontraba, con quién, si estaba entrenando o no. Se había auto entrenado para ello. Para sentirla siempre. Ahora para él era tan fácil como respirar.
Por eso cuando se abrieron las puertas y sintió la variación de la fuerza espiritual de ella mientras caía uso shunpo para evitar que cayera. Entonces se dio cuenta de lo estúpido que había sido. Y cuando ella lo miró a los ojos su respiración se había detenido por un instante.
Cinco años.
Hace cinco años que esos profundos ojos no lo veían a él. Tan solo a él fijamente.
Su corazón latió con tal fuerza y por su cuerpo una corriente eléctrica pasó con tanta fuerza que tuvo que poner su rostro a la defensiva para evitar que ella lo notara. Como si se hubiera asustado ella se había separado de él y lo saludó con su apellido. Por supuesto, ella no sabía su nombre.
Ichigo no respondió. Temió que si lo hacía terminaría diciendo o actuando de alguna manera que lo delatara. Su cuerpo seguía temblando levemente y su respiración era bastante irregular. Además sintió que los demás comenzaban a salir. Decidió seguir caminando ordenando a sus piernas moverse.
Sintió su mirada en su espalda lo que provocó otra sacudida a su cuerpo. Antes de comenzar a hiperventilar como idiota se escondió en el corredor siguiente que estaba oscuro. Se había arrimado a la pared tratando de controlarse cuando sintió el reiatsu de Byakuya.
El capitán de la sexta división lo odiaba con todo su ser. Y aunque el sentimiento era mutuo, Ichigo no lo culpaba.
Desde allí siguió a la pequeña shinigami desde una distancia prudente y ahora estaba en el árbol.
La observó alejarse. Su cabello estaba ligeramente más largo. Ella estaba un poco más blanca y flaca. Mucho mas flaca. Hacia que se viera incluso mas enana en su opinión, si eso era posible.
Volvió a suspirar cerrando los ojos. Esa noche, que él nunca olvidaría, seguía presente a cada momento. Todo. El terror, la sangre, la desesperación. Ella. Siempre ella.
Puso una de sus manos en su rostro y dijo en voz alta el nombre que hace bastante tiempo atrás no se atrevía a pronunciar.
– Rukia… Rukia yo también… siempre.
Hasta aqui el primer capitulo :D de corazon espero que les guste voy a seguir escribiendo para que mis ideas no se me escapen pero eso no significa que actualize pronto (puedo escribir en word jaja siento sus miradas de odio) igual actualizare dependiendo de si comentan o no saben como me gusta que comenten jeje
un besito!
