DREAM: Noob reportándose! o/ Espero compasión por vuestra parte y no despertarme llena de tomates ni verduras de esas feas y pochas que se arrojan cuando alguien hace algo mal porque –por si no lo había dejado claro- soy novata en esto. Yo narraré desde la perspectiva del albino monosno. Sí, soy cursi escribiendo, pero ya os daréis cuenta a medida que vayáis leyendo. Besotes y comentad o los tomates tendrán efecto rebote D:

NIGHTMARE: -Lee el tocho de su amiga y mira la hora- Por fin…Etto, yo también soy novatilla y la verdad es que no tengo tanto encanto /Cursilidad o capacidad de sobreendulzar/ a la hora de escribir. Yo procuraré narrar desde la perspectiva de Nezumi siguiendo lo mejor que pueda los patrones del personaje. En fin, nótese quien es la ruda aquí y quien es la blandengue cofcofDreamcofcof –Dijo la chica que lloró con el final de la serie- En fin, disfrutadlo y un ¡YAY! Muy grande para todos.

Capitulo 1.

Shion PV.

Distrito 6.

1:50 am.

Un pequeño ruidito llamó mi atención entrada la madrugada. Y digo un pequeño ruidito porque eso es lo que me pareció que era en aquellos instantes entre el sueño y la realidad. Supongo que de lo que realmente se trataba era de un gran estruendo, algo tan extremadamente estridente como para hacerme volver de los más recónditos lugares de mi mente al distrito 6. Creo recordar que se trataba de algo cercano a la entrada, aunque no soy capaz de precisar de qué se trataba exactamente, o al menos no lo era hasta que un pequeño repiqueteo me proporcionó la única pista que necesitaba: alguien había cruzado el umbral de la puerta. Mis sentidos se agudizaron en cuanto me percaté de lo que aquello conllevaba: ladrones.

Aún con el peligro llamando a mi puerta –o más bien sin hacerlo- la pereza me podía. ¿A quién se le ocurre asaltar casas a semejantes horas? Es decir, yo no lo haría. A pesar de que la desgana tiraba inevitablemente de mi, invitándome a caer de nuevo presa del sueño me armé de mi escasa fuerza de voluntad para incorporarme de una vez y extraer de debajo de mi colchón una gran vara de metal hueca. Comencé a desplazarme con sumo sigilo hacia la puerta de la estancia que me servía de dormitorio en busca de mi merecida venganza hacia aquel que osaba perturbar mi sueño. Apreté la mandíbula en un gesto de suma concentración mientras trataba de despertarme del todo y concentrarme en el mundo real a pesar de las complicaciones que conllevaba hacerlo. Más pasos, apenas imperceptibles, tan extremadamente sutiles como los de una rata. Cada vez más fragorosos, eso sí, a medida que aquel quienfuera se aproximaba a mí. He de admitir que mi visión en medio de la completa oscuridad era prácticamente nula y quizá debido a ello –o también porque eran casi las dos de la madrugada- se justifique lo que hice a continuación.

Blandí el metal en el aire unos instantes antes de que golpease a aquella silueta extraña. Creo que solté un grito un tanto desapropiado dada la situación. La sombra se desplomó sobre el suelo de madera con un gran estrépito y suerte que me detuve justo antes de golpearle de nuevo con el arma. No estoy muy seguro de qué me dio la pista; probablemente el pañuelo negro, quizá los grisáceos reflejos en su cabello o puede, solo puede, que le reconociese dónde y cuándo fuera. Supongo que debí haberlo supuesto desde un principio por su manera de caminar.

'Mierda, mierda' pensé mientras daba vueltas en círculos mentalmente y me agachaba para ver si se encontraba bien o le había atizado con demasiada fuerza.

-Eh. ¡Eh! ¡Nezumi! ¡Eooo!- nada –Ratoncito, ¿estás ahí?- genial, a eso si respondió. –Ugh…- musitó él vagamente mientras sus ojos se comenzaban a abrir de forma un tanto reacia. Se incorporó, frotándose la nuca –Ratoncito tu madre. Imbécil- veo que me había pasado. Solo un poquito. Me iba a abalanzar literalmente sobre él para rematarle a base de abrazos cuando algo tiró de mi brazo izquierdo haciéndome caer sobre su regazo. Ni siquiera dio unos segundos de margen, quizá no llegaron a milésimas, tan solo lo justo para que me alzase y tomase aire antes de que su diestra se deslizara desde el punto dónde se encontraba en mi brazo derecho hasta mi mentón, elevándolo un par de centímetros. Y entonces no había nada más que pudiera sentir que sus cálidos labios sobre los míos, ahora entreabiertos al igual que mis ojos que no tardaron en cerrarse, dejándome así llevar por las intenciones del pelinegro, fueran cuales fueran –N-Nezumi. Eso n-no fue un simple beso de despedida. E-Es decir, no nos estamos despidiendo ni nada pero, pero, eh… Ya me entiendes- La verdad es que no estaba para nada seguro de si comprendía lo que quería decir con aquellas palabras pero aún así esperaba que lo hiciera.-No. Es mi compensación por haber sido golpeado por mi propio novio hasta caer inconsciente después de haber recorrido kilómetros para llegar hasta él- tenía sentido y a la vez no. Me encantaba ese humor tan peculiar suyo, en realidad me encantaban todos los pequeños detalles que le hacían ser como era y quizá por eso, sonreí.

Nezumi PV

1:30 am

Entrada del Distrito 6

Respiraba de forma irregular mientras terminaba de recorrer los últimos metros que me separaban de las fronteras del Distrito 6. Las piernas me dolían, mi frente se encontraba perlada de sudor y un dolor intenso de quemazón asolaba mis pulmones y tráquea; Llevaba horas corriendo, no sabía cuántas, lo único que me importaba en aquellos momentos era regresar al lado de Shion y avisar a los habitantes del Distrito 6 del peligro que les acechaba.

Casi no me percaté de que seguía corriendo incluso después de haber atravesado las fronteras, de que continuaba avanzando a toda velocidad por las desiertas calles –A excepción de alguna prostituta- de aquel Distrito. Cuando mis piernas y mis pulmones dijeron 'basta' me detuve, encorvando mi espalda y apoyando mis manos sobre las rodillas mientras trataba de no devolver lo que no tenía en el estómago. Me apoyé contra el muro de piedra de un edificio que se encontraba detrás mío y recosté mi espalda contra este tratando de respirar de forma profunda para aliviar la quemazón de mis pulmones ¡Joder! Como dolía…

Al cabo de unos minutos, cinco, puede que diez, ya estaba en marcha de nuevo, monte arriba. Estaba absolutamente seguro de que si Shion estaba aún en el Distrito 6, debía encontrarse en nuestra casa enterrada en la arena. Tenía que llegar a mi antiguo hogar lo antes que pudiera, necesitaba advertir a Shion, tenía que decirle que corría un gran peligro y que tenía que venir conmigo a un lugar más seguro. Alejarse del Distrito 6 cuanto antes.

Por fin, la entrada de metal se encontraba frente a mí, esperando ser abierta. Agarré la gran rueda que servía de pomo y la giré cuatro números hacia la derecha, otros siete a la izquierda y finalmente, tres más a la derecha. La puerta no se abrió. ¿Qué estaba pasando? ¿Habría cambiado Shion la combinación? Lo dudaba ¿Si no qué pasaba? Lo volví a intentar un par más de veces pero dio un resultado negativo todas ellas. Finalmente, cansado de intentarlo, lo mandé todo a la mierda y extraje de uno de los bolsillos interiores de mi chaqueta un par de cartuchos de dinamita que había adquirido recientemente y que en principio, no iban a tener este fin. Coloqué los cartuchos en el pomo, bien fijos con un poco de hilo de nailon cortesía del tipo que me vendió la dinamita, uní las mechas de los cartuchos del explosivo en una sola y luego la prendí, alejándome rápidamente un segundo después para ocultarme tras una roca que había ahí no muy lejos. Un estruendoso ¡PUM! Que fue seguido de un chirrío, lo cual me dio a entender que la puerta se había abierto. Me puse en pie, sacudiéndome con presteza la arena mientras me adentraba en las oscuras entrañas de mi antiguo hogar.

Estaba oscuro y el lugar había perdido calidez, puede que fuese por los años que había pasado fuera pero ya nada me parecía igual en aquel sitio tan desconcertante para mí. Era un lugar ajeno a mi historia aunque cinco años de mi vida se hubiesen desarrollado entre aquellos muros. Una duda me asaltó ¿Y si Shion se había marchado a otro sitio? ¿Era posible que hubiese abandonado nuestra casa? Ese pensamiento me hizo temblar de cabeza a pies. Había sido demasiado impulsivo al utilizar mi dinamita para abrir aquella puerta, puede que en vano. Las ganas de ver a Shion me mataban desde dentro, me hacían perder la cabeza y actuar sin pensar.

Con paso presto, me dirigí al cuarto que había sido mi habitación y luego la de Shion durante nuestra estancia en aquel inhóspito lugar. A medida que me acercaba agilizaba y suavizaba mis pasos, como si fuese un ladrón intentando colarse en casa ajena. Mi paso honraba a mi nombre. Las sombras me lamían el cuerpo mientras yo me deslizaba con sigilo entre estas. La puerta de metal oxidado color ocre se encontraba frente a mí, En cuanto me encontrase al otro lado estaría respirando el mismo aire que Shion. Mi mano se posó sobre el frío pomo de metal, el cual giré lentamente, sintiendo como los nervios hacían que mi corazón latiera quizá, excesivamente rápido. La puerta estaba abierta y el cuarto estaba delante de mí, hacía calor, así que supuse que no había transcurrido mucho desde que había estado allí alguien; Seguramente habría salido un momento a algún sitio y ahora regresaría así que avancé un par de pasos dispuesto a sentarme en su cama y esperarle allí.

Un grito de mujer precedió a un intenso golpe en mi nuca ¿Qué hacía una mujer en el cuarto de Shion y porque me había golpeado? Ese pensamiento voló unos segundos en el interior de mi cabeza justo antes de caer al suelo de bocas, sintiendo la fría piedra bajo mi cuerpo y dolor a causa del impacto mientras cerraba los ojos, perdiendo el conocimiento, siendo arrastrado al extraño mundo de los sueños.

No sabía cuanto rato había pasado pero las primeras palabras que capté al recuperar la conciencia fueron –Ratoncito, ¿estás ahí?- ¿Ratoncito? ¿Por quien me había tomado? ¿Por Mickey Mouse? Así pues, llevado más por la rabia que por las ganas que tenía de verle, le solté en tono un poco más borde de lo que me hubiese gustado –Ratoncito tu madre. Imbécil- Aunque casi al instante, tomé su brazo izquierdo y tiré de él con fuerza, haciendo que cayese sobre mi regazo y al momento, con una rapidez asombrosa, mi mano se deslizó sobre su brazo hasta su mentón, agarrando este con suavidad para hacer que elevase su rostro a penas unos centímetros y poder juntar mis labios con los de él. La suavidad de sus labios seguía siendo la misma que la de hacía un par de años cuando le di 'El beso de despedida'. Sus labios me parecían excesivamente calientes en contraste con los míos que estaban muy fríos, no pude evitar hacer aquello, tenía demasiadas ganas de verle, de besarle de nuevo. No quería que lo de aquel día hubiese sido el último beso –N-Nezumi. Eso n-no fue un simple beso de despedida. E-Es decir, no nos estamos despidiendo ni nada pero, pero, eh… Ya me entiendes- Sonreí. La verdad era que no le entendía demasiado, auque intuí por dónde iban los tiros más o menos. Rodeé la cintura de mi querido albino con ambos brazos y susurré contra su oído en un tono de voz suave -No. Es mi compensación por haber sido golpeado por mi propio novio hasta caer inconsciente después de haber recorrido kilómetros para llegar hasta él- Mordí ligeramente el lóbulo de su oreja y añadí –Te he echado de menos, Shion. Me alegro de estar contigo de nuevo- Mis brazos se apretaron más fuerte alrededor de su cintura mientras una repentina sensación de bienestar me llenaba.