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Capítulo 1: Cruzando las líneas
Sólo me bastaron unos cuantos segundos para saber que estabas ahí, detrás de mí. Tu olor, tu respiración en mi cuello y de repente tus manos en mi cintura obligándome a voltearme hacia ti para verte directo a los ojos, justo lo que no quería, esos ojos me atraían de una manera inexplicable pero que al mismo tiempo hacían que me rindiera y que todas mis barreras se desvanecían.
"Voltea" dijiste junto a mi oído, "he deseado tus labios desde hace más de 2 horas y como comprenderás es demasiado tiempo" eso hizo que mi cuerpo se estremeciera de una manera horrible. Sé que te diste cuenta ya que pude oír cómo te reías por lo bajo.
Lentamente me fui volteando hasta toparme con esos ojos verdes llenos de deseo y de frialdad al mismo tiempo que siempre me preguntaba porque me buscaban a mi cuando podían tener a cualquier persona que desearan. Pero ahí estaban…
"¿Qué es lo que quieres?" pregunté aun distraída por los susodichos.
"Te lo acabo de decir, ¿qué no me oíste?" dijo con una sonrisa burlona.
"N-no quiero que te me acerques más" dije con voz temblorosa.
"¿En serio? No pareces muy convencida" no borraba la sonrisa y avanzó unos pasos hacia mí.
"S-sí" una vez más me tembló la voz. Maldición.
"Entonces detenme" diciendo esto se agachó hacia mí y puso sus labios sobre los míos. Un frenesí en mi estómago hizo que perdiera todo "control" que tenía sobre mí, mis manos se pusieron en sus caderas y pude percibir como sonreía aun más porque había logrado lo que quería y una vez más yo era parte de su juego que había empezado hacía más de 4 meses.
Me tomo por la cintura y me subió al lavabo y abrió un poco mis piernas para que ella pudiera entrar fácilmente y acercarse aun más a mí. Sus besos eran embriagadores y hábiles, sabía perfectamente cuándo y cómo usar la lengua y cómo rozar sus labios con los míos para provocar sentimientos que me mandaban una descarga eléctrica justo hacia mi entrepierna y se distribuyera por el resto de mi cuerpo. Quise apartarme, pero ella sabía perfectamente que me encantaba hacerme la difícil, así que intensificó el beso para que yo me hundiera más en él y se me olvidaran mis ideas de escapismo.
Un sonido detrás de nosotras nos sacó de ese momento tan excitante, ella se volteo y regresó a mí, torció la boca en un gesto de molestia.
"Y yo que quería acabar con esto… Ya será para la próxima" me dio un beso rápido en la mejilla y me giñó el ojo, salió tan rápido del baño como había llegado. Y yo subida en el lavabo me quedé con la boca abierta y viendo hacia la puerta. Odiaba realmente a Quinn Fabray y su doble cara.
Sólo quería terminar con ello pero cada vez que se aparecía y me ponía esa mirada, todo se me olvidaba porque hasta un discurso tenía listo, sin embargo, al ver esos pozos verdes llenos de deseo y frialdad calculadora mi cuerpo se inundaba del mismo placer con el que aquellos ojos me observaban.
Salí como pude del baño ya que me temblaban las piernas, aun seguía aturdida por nuestro encuentro fugaz. Afuera me encontré a Kurt que me vio y sonrió cuando llegó hasta mí me miró extrañado.
"Hey Rachel ¿te encuentras bien?" dijo mientras uno de sus brazos rodeaba otro mío.
"Ehmmm sí, todo bien, sólo que tengo un poco de hambre, eso es todo" dije con mi mejor voz, después de todo era una actriz ¿no?
"Pues creo que debemos ir por algo antes de que te desmayes ya que te ves un poco pálida, pero creo que antes deberíamos pasar a la enfermería para ver si no es un virus o algo, después a la cafetería y después al Glee Club" dijo esto casi sin aliento, hablando más para él que para mí.
"No Kurt, estoy bien, sólo necesito algo de comer y nos vamos directo al Glee Club" dije jalándolo hacia la cafetería.
"Está bien, pero espero sólo sea eso y no que me estés ocultando algo" dijo picando mi nariz.
"No para nada" dije en un susurro.
Cuando entramos al comedor estaba aquella chica riéndose en su mesa de las Cheerios junto a Santana y Brittany como si nada hubiera pasado; nuestras miradas se cruzaron por unos segundos y yo me estremecí, ella sólo sonrió con picardía y siguió con su interesante conversación. Tomé una bandeja para servirme mi almuerzo y me dirigí a la fila. Kurt me venía platicando algo sobre Blaine pero realmente no le estaba poniendo atención ya que mi cabeza estaba reviviendo los momentos en el baño con esa rubia que no estaba a más de 50 metros de mí que parecía que nada le afectaba.
"¿Tú qué opinas Rach?" la pregunta me sacó de mis pensamientos.
"¿Q-qué?" dije volteando a ver a Kurt aun distraída. Kurt me miró detenidamente y después volteo hacia donde estaba viendo hacía unos momentos.
"¿Y ahora qué te hizo Quinn?"
"¡N-nada!" lo dije casi gritando muy nerviosa y sentí como el color de mi cara comenzaba a elevarse.
"Ajá" dijo Kurt con una carcajada. "Perdón, no la quería incomodar srita. Berry" terminó aventándome una rebanada de pepino a la cara.
"¡No desperdicies!" dije intentando que se le olvidara el tema de conversación.
"¿Entonces?" dijo con interés en su voz. Demonios, sabría que no se le olvidaría.
"Bien te cuento, pero jura no decir nada" dije señalándolo amenazadoramente.
Kurt levantó la mano derecha solemnemente "Por Barbra" dijo cerrando los ojos, yo reí por su postura.
Respiré con pesadumbre y cuando levanté la vista Quinn estaba parada detrás de Kurt mirándome como si supiera lo que iba a contar ya que su cara estaba desencajada. Yo me quedé muda y Kurt volteo.
"Ah hola Quinn, sino te importa estábamos en una conversación"
"Sí lo sé, pero… ¿Berry puedo hablar contigo un momento?" me dijo fulminándome con la mirada. Yo sólo asentí y me levanté de mi asiento y la seguí muy obedientemente.
De nuevo nos dirigíamos a donde todo había comenzado pero cuando yo me iba a seguir de largo me jaló hacia el salón del coro y cerró la puerta. Me puso contra la pared y se acercó peligrosamente a mi boca, pude sentir su aliento y mi corazón se agitó. Paseo sus ojos de mis ojos a mis labios, yo estaba inmóvil ya que con una de sus manos me agarraba la muñeca y su cuerpo presionaba el mío.
"Ni una palabra de esto a nadie Berry, ¿entendiste?" me dijo de manera mordaz.
"Déjame en paz Quinn" lo dije en un susurro.
"No creo que quieras eso" dijo acercándose aún más a mis labios. "Dilo como si de verdad lo quisieras y tal vez te haga caso".
Quise decir algo pero sus labios me distraían por completo y eran como un imán para los míos, mis ojos bajaron a su boca lo cual le indicó a ella que quería besarla. "Sabía que no podías" dijo con sorna.
Nos fundimos en un beso apasionado que cada vez se intensificaba más y más. Su pierna se abrió paso entre las mías y eso me hizo soltar un ligero gemido que provocó una sonrisa en ella. Mi lengua le pidió entrada a su boca y ella accedió. Yo la atraje más a mí y pude sentir su corazón junto al mío, ambos acelerados por la emoción y la pasión.
De repente se escuchó la puerta cerrarse y unos pasos corriendo, ella se apartó bruscamente de mí y cuando me volteó a ver tenía los ojos muy abiertos y llenos de ira como si yo hubiera tenido la culpa, salió del salón echa una furia y yo una vez más me quedé sola sintiéndome rechazada.
