Me encontraba tirada en mi cama, sola en mi habitación. Me agradaba el poder estar ahí, sola, un rato. Al fin y al cabo Edward no tardaría en llegar.

Era la primera vez que me hallaba sola en mi habitación desde que regresamos de Italia. Este asunto ocupaba el total de mi cabeza; ir hasta Volterra para evitar que Edward mostrara su piel, similar a los diamantes, y con ello, les dijera a todos que era. Y luego la torre Vulturi, en la que esos monstruos de ojos rojos y refinados modales, casi nos matan a él, a Alice y a mí.

Luego mi mente voló hasta la siguiente noche, en la que yo creía que todo era un sueño, al principio. Luego creí que se me había zafado un tornillo, y que la presencia de Edward ahí era una alucinación. Y luego que estaba muerta, por saltar del acantilado. Simplemente no podía creer que él estuviera ahí.

Y luego Charlie y su castigo. Me quede pensando e intenté imaginarme qué pasaría si Charlie se enterará de que anduve en moto con Jacob. Con lo del acantilado ya me había ido demasiado mal, así que si se llegara a enterar de lo de la moto… sacudí la idea de mi cabeza.

Seguí recorriendo mentalmente todo lo que había pasado desde Italia, y mi mente se detuvo en una conversación que tuve con Edward, cuando fui a su casa…

-Bueno, ahora que vas a quedarte, ¿puedo recuperar mis cosas?

-Tus cosas nunca desaparecieron-me dijo-. Sabía que actuaba mal porque te había prometido paz sin recordatorio alguno. Era estúpido e infantil, pero quería algo mío junto a ti. El CD, las fotografías, los boletos de avión… todo está debajo de las tablas del suelo.

-¿De verdad?

Entonces me levante ansiosa y comencé a zapatear las tablas del suelo, buscando una floja. La encontré a los pies de la cama. Me arrodille y removí la madera del suelo con suma facilidad. Me quede mirando maravillada lo que tenía ante mis ojos. Saque primero el vale por los boletos de avión que me habían regalado Carlisle y Esme. Dos boletos para que Edward y yo fuéramos a Jacksonville a visitar a mi madre. Tenía que agradecérselos, y pronto, ni había tenido oportunidad de hacerlo.

Lo coloque sobre la cama y luego saque las fotografías del agujero del suelo. Y ahí estaba él, glorioso y bello como la perfecta escultura de un Adonis, inmortalizado en las fotografías. Tan hermoso como siempre.

Finalmente saque el CD con las melodías de Edward en piano.

Corrí hacia mi reproductor y lo puse, escuche las notas de mi canción de cuna. Me senté en la cama y poco a poco me fui haciendo hacia atrás para acostarme.

De pronto mi cabeza topó con algo frío y duro. Gire la cabeza y me encontré maravillada con el rostro de Edward. Lo mire a sus hermosos ojos color miel y le dije:

-Gracias

-No gracias a ti- me respondió él.

-¿Por qué?

-por existir,-dijo. Me beso en la coronilla y me acunó en su pecho hasta que me rendí al sueño.


¿No es lindo? Amo a esta pareja, pero no tanto como a Alice y Jazz

De todas maneras este ya lo tenia terminado y me gustaba mucho como para abandonarlo entre mis documentos.

Creo que todas las chicas suspiramos por alguien como Edward o Jasper.

Babai :D