Disclaimer: Los personajes le pertenecen a J. K. Rowling
Desde el día anterior estuvo organizando aquella maravillosa fiesta, no había motivo alguno para hacerla simplemente se le ocurrió y ya solo faltaban unos detalles para que todo estuviese listo.
Recorría la mansión quería verificar que sus elfos domésticos hubieran limpiado todo. Al parecer habían cumplido, ya que la casa se encontraba realmente impecable, ya luego les daría una recompensa a esos seres inferiores.
Se dispuso a ir al jardín, un poco de aire fresco no le haría mal. Aquel pasto se encontraba perfectamente podado, ya nada mas se debía arreglar todo estaba listo para su gran fiesta.
Las horas pasaban rápidamente, afortunadamente él ya estaba listo cuando los invitados comenzaron a llegar. Lo cierto era que se había alistado desde muy temprano, por alguna razón aquella fiesta era muy importante para él, a pesar de que no hubiese algo especial porque hacerla. Solo a él se le ocurría organizar una fiesta sin motivo alguno.
Pero...¿Que le importaba a él, lo que lo demás pensaran? Él era un Malfoy y si el deseaba armar una fiesta por nada ¡Lo hacía y punto!
Los invitados por fin llegaron y el comenzó a decir unas inútiles palabras de bienvenida. Siempre tenía que seguir aquellos protocolos, tal y como su padre le había enseñado, y como su abuelo le había enseñado a su padre, y como su bisabuelo le había enseñado a su abuelo, y así sucesivamente. Les encomendó a sus distinguidos invitados que disfrutaran de aquella maravillosa fiesta.
Cuando estaba a mitad de la fiesta, algo extraño comenzó a descender desde el techo de la mansión.
-Y aquí esta señoras y señores la sorpresa de que les hable.-susurró dirigiéndose al salón. De repente ese extraño objeto se dejo ver y los invitaron se percataron de que era realmente.
-¿Un columpio?-cuestionaron todos los presentes.
-Exactamente señores...¡Un columpio! ¿Que os parece?-preguntó realmente entusiasmado.
Los invitados comenzaron a balbucear.
-¡Bien! Como veo que se han quedado con la boca abierta, les diré el motivo de que este maravilloso objeto se encuentre en este lugar.-todos los presentes lo miraban atentamente.-Les diré que necesitaba disfrutar de algo que siempre me negaron en mi infancia...jugar con aparatos muggles, y por supuesto este es uno de ellos.-comentó Lucius.-Así que ahora si lo haré, y por eso los invite a todos ustedes. Para que observaran lo divertido que este aparato muggle puede ser.-comento antes de sentarse en aquella tabla, comenzó a balancearse de atrás hacia adelante y en pocos minutos el aparato se movía gracias al viento.-¿Lo ven?-preguntó el blondo sonriendo abiertamente desde aquel extraño objeto. Todos los presentes lo miraban absortos ¿Quien diría que Lucius Malfoy estaría meciéndose en un columpio?; pero no todo fue tan sencillo de un momento a otro Lucius perdió el control del columpio y simplemente cayó en el suelo de su mansión. Los presentes aún seguían mirándolo fijamente; pero luego de que analizaron las escenas, comenzaron a reír sonoramente, mientras señalaban al blondo que aún se encontraba en el suelo.
Las carcajadas resonaban por toda la mansión. Y Lucius estaba realmente avergonzado, aún no entendía ¿Como se le había ocurrido aquello? Ante él el columpio seguía meciéndose, gracias a la fuerza del viento.
A lo lejos un personaje de ojos saltones reía a carcajadas, su objetivo había sido logrado: Humillar a Lucius Malfoy, y lo mejor es que solo lo había hecho con un chasquido.
-¡Estúpido columpio!-exclamo Lucius enojado y ante las caras burlonas de sus invitados.
