Disclaimer: No soy rubia, no tengo millones de dolares en el banco ¿A quedado claro que no soy J. K. Rowling?
Sin más nada que decir espero que disfruten
- ¿Por qué lo hiciste?- susurró una chica de cabellera negra. Sus ojos se encontraban totalmente humedecidos, se notaba que había estado llorando por un largo tiempo, y aún las lágrimas luchaban por salir.
Desde que aquel chico había salido de su habitación, ella había comenzado a llorar de manera desconsolada.
-Te odio, Draco Malfoy.-esas palabras habían salido de manera inconsciente. Y es que eso era lo único que sentía por aquel rubio, un profundo e insuperable odio.
Luego de haberlo amado durante muchos tiempo, prácticamente desde que lo había conocido. Se desvivió por él, por todo lo que le ocurría y odiar a todos los que lo hacían sufrir, tales como Voldemort y Lucius, el padre del rubio. Lo observo llorar durante mucho tiempo, sobre todo aquella vez que debía asesinar a Dumbledore, y ella solo lo recostaba en sus piernas, para que él se desahogara. Pensó que su vida seria con el…pero ahora de un momento a otro todo había cambiado. El ahora se casaría con Astoria, esa chica de sangre pura que el rubio había conocido en un viaje. No le importo romperle el corazón a ella, quien fue su único apoyo en los momentos difíciles. Simplemente se había presentado en su casa y le había entregado la invitación de su boda, solo ese gesto basto para que su corazón se hiciera pedazos.
-Lo siento, Pansy; pero me enamore de Astoria-esas habían sido sus crueles palabras. ¿Cómo pudo haberse enamorado de esa…mujercita? Ella era mucho mejor que Astoria. Pero ahora luego de tener tantas ilusiones y planes, el lograba desecharlo todo y con una simple visita. ¿Para qué quería que fuese a su boda? ¿Para acrecentar su dolor? ¿Para qué su corazón se desgarrara aun más?
-¿Por qué Draco? ¿Por qué?-susurro la chica con un claro dolor en su voz.- ¿Por qué si te entregue mi corazón? ¿Por qué me lo devolviste en dos? Y además con un gran dolor que no cesara jamás.-comento la chica. Aquello realmente le dolía, la invitación se encontraba en la mesa de la sala y ella se encontraba arrodillada frente a la chimenea.
Sonrió de manera triste. Todo estaba perdido…sin él, ella no era nada.
Se levanto y con paso decidido se dirigió a su habitación. No tenia opción de eso estaba segura, aquello sería lo mejor para ella, tal vez así su corazón no se desgarraría mas… ¿Por qué cómo ha de desgarrarse un corazón, cuando sus latidos se han acabado? Tomo su varita con fuerza y se apunto a si misma.
Una maldición, un rayo destello de color verde y un cuerpo tirado en el suelo…sin vida. Y es que su vida no valía nada, además de que aquella decisión era la mejor, para dejar de su sufrir. Porque si su corazón dejaba de latir, ella no lo sentiría roto o peor aun desangrado. Y es que ella le había entregado su corazón a ese rubio; pero el, se lo había devuelto en dos.
