¡Hola, personitas! Este fanfic. es un pequeño regalo para ustedes en estas fechas festivas.

Espero que les guste.


Capítulo #1: ¡Hay que ser positivos!

La noche del 24 de diciembre era nevado. Las personas se apresuraban a comprar luces, juguetes, pastelillos y otros dulces para acompañar al pavo. La mayoría estaba feliz por pasar tiempo en familia y solos solo buscaban estar con sus amigos y conocidos.

—¿E Iruka? —dijo Teuchi, el dueño de Ichiraku Ramen.

—No lo sé, el Hokage lo llamó —respondió desanimado.

El señor lo miró con lástima. No le gustaba verlo así. Teuchi miró a su hija y ella entendió lo que quería hacer. Un plato de ramen de cortesía siempre lo alegraba.

—Naruto, como hoy es un día especial te daremos un plato de ramen —dijo Ayame alegre.

—¿En serio? —abrió los ojos de más.

—¡Sí! —Ella asintió sonriendo.

Teuchi le dio un plato de ramen más grande que los normales y le añadió un ingrediente extra, narutomaki.

—¡Feliz Navidad, Naruto!

El niño se alegró tanto que sus ojos estaban llorosos.

—¡Muchas gracias! —dijo sonriendo ampliamente— ¡Ustedes son los mejores!

De inmediato dio las gracias y se dispuso a comer salvajemente los fideos.

Teuchi y Ayame comenzaron a reír por la reacción del niño.

—Esperamos que te guste —dijo el señor.

—¡Charo que shí! —dijo con fideos en su boca.

Los encargados del restaurante sonrieron y se dirigieron a la cocina. Dejarían que Naruto se concentrara en su comida.

Pasaron unos diez minutos en los que se concentró en lo positivo, tal como le había mencionado una vez Iruka. Pensó en su cómoda cama, en el calor de un vaso de sopa instantáneo, en la nieve, un chocolate caliente,…

El chico se acabó el plato con gusto.

—¡Nos vemos! —dijo Naruto sonriendo ampliamente—. ¡Feliz Navidad, 'ttebayo!

"¡Feliz Navidad, Naruto!", se escucharon las voces del señor y su hija una vez que salió de Ichiraku Ramen.

Se acomodó su gorro y comenzó a caminar por las calles de Konoha. Todavía había mucha gente, feliz por las fechas festivas.

A Naruto le hubiera gustado pasar días con sus padres, Iruka, Kakashi, Sakura-chan e inclusive con Sasuke. Él reconocía que hasta el chico más molesto merecía una Navidad con alguien. Ambos estaban en la misma situación.

Suspiró.

Recordó que se había propuesto pensar solo en lo bueno. Si continuaba así, arruinaría su noche. Además le había ido bien. Le habían regalado un tazón de ramen. ¡A cualquiera le gustaría estar en su lugar!

Caminó con más fuerza.

Esta será la mejor noche.

Corrió hasta llegar a su departamento. Lo abrió. Ya estaba tan frío como afuera y no podría cambiarlo porque no contaba con un calentador.

Hizo una mueca de disgusto, pero recordó su preciada comida. Sonrió.

Fue a la cocina y abrió la pequeña alacena. No había ningún vaso de ramen.

Boquiabierto, tomó su monedero con miedo. Ya sabía lo que le esperaba.

No había monedas.

—¡AH!


—¡Sakura! —exclamó una señora—. No vayas a tardar, ¿sí? Ya es noche.

—¡Son las siete! —dijo Sakura mientras se ponía sus botas.

—¡Pero ya se ocultó el Sol! —dijo la señora enfadada.

—Solo no llegues muy tarde —dijo un señor—. Por favor, hija.

—Bueno —respondió casi de mala gana.

Salió de su departamento. Realmente hacía bastante frío.

Lo bueno que le hice caso a mi mamá.

Se acomodó la esponjada bufanda y abrazó con fuerza una pequeña caja adornada, como si aquello fuera a arruinarse con la nieve.

¡Ya voy, Sasuke-kun!

La niña de doce años sonrió discretamente y caminó hacia las calles de Konoha.

Como era de esperarse, todos los aldeanos se preparaban para la gran cena navideña. Sakura podía sentir la alegría que desprendía cada persona y cada hogar. Aquello realmente la ponía de buenas y los nervios que sentía se iban desvaneciendo.

Ya sabía lo que diría y cómo actuaría una vez que Sasuke estuviera a la entrada de su departamento, es más, ella ya tenía la escena en su mente.

Un muérdago aparecería arriba del portón, Sasuke se apenaría al igual que ella, pero Sakura sería quien daría el primer paso a darle un beso. Él diría: "Siempre te he amado, Sakura". Y finalmente habría una lluvia de estrellas solo porque ellos dos serían la mejor pareja de Konoha.

¡Sí! ¡Esta será la mejor noche de mi vida!

Debido a su vívida imaginación, no se dio cuenta el tiempo que tardó en llegar. Ya estaba frente a la puerta "103", donde vivía Sasuke Uchiha.

Los nervios querían volver a la niña, pero se armó de valor y tocó la puerta. Respiró profundamente y sujetó el regalo con más fuerza contra su pecho.

Pasó un minuto. Se le hizo extraño que tardara tanto en abrir. Los cuartos del edificio eran muy pequeños.

Por un momento, Sakura consideró que su amor estaba durmiendo, pero no tenía sentido porque eran las siete de la tarde.

Volvió a tocar. De nuevo sin respuesta.

Dio media vuelta.

Tal vez debería irme, tal vez no esté.

La puerta se abrió. Sakura de inmediato volteó. Ahí se encontraba el último Uchiha en pijama, con ojeras bajo los ojos.

—¿Qué pasa? —dijo Sasuke un tanto molesto.

—Ummm —No podía articular las palabras—. Yo.

—No vengas a molestar en nuestros días libres, Sakura.

—No vengo a molestar —dijo en voz baja, sorprendida por su mala contestación. ¿Quién estaba molesto en esas fechas?

—¿Entonces?

Sakura le mostró el regalo a Sasuke.

—¡Feliz Navidad, Sasuke-kun! —dijo sonriendo, tratando de alegrarlo. Él por su parte relajó las expresiones de su rostro, de enojado pasó a uno calmado.

Sasuke tomó la caja. No hizo una reacción de las que Haruno esperaba, pero al menos había aceptado su regalo.

—Gracias —dijo cerrando la puerta.

—De nada —susurró desanimada.

Agachó la mirada. Suspiró.

Bien, es hora de ir a casa.


Bueno, hasta aquí termina el capítulo. Si desean pueden dejar un comentario, muchas gracias por leer.

¡Que tengan un lindo día, tarde, noche o lo que sea!