Se acercaba la Navidad. Y con ella, se acercaba el baile tradicional del torneo de los tres magos. Harry de verdad no quería asistir, pero era uno de los campeones, así que McGonagall no le había dejado otra opción.
Maldito baile. Siempre había odiado los bailes. Nunca le gustó bailar. Nunca fue bueno para bailar. No tenía gracia, ni elegancia, ni coordinación. Podía volar en escoba, podía atrapar una snitch, podía correr de Dudley, pero no podía bailar.
Pero lo que más le estresaba de todo, era el tema de llevar una pareja. Especialmente luego del fiasco que había sido la invitación a Cho. Cedric Diggory le había ganado de mano. ¿No se supone que Harry era el Gryffindor, y no él? ¿Por qué entonces Cedric tuvo el valor de invitarla en un primer momento, mientras que él estuvo días juntando coraje? No lo sabía. Sólo sabía que si no se apuraba en conseguir a una chica libre, terminaría yendo al baile con Myrtle La Llorona.
Ron estaba más o menos igual. Cegado por los encantos veela de Fleur Delacour, la invitó al baile en un alocado impulso. Ella no le contestó nada, y él salió corriendo.
Ambos estaban en el dormitorio, cada uno tirado en su cama, pensando en una solución.
- Sabes, Harry… Fred y George tienen razón – Harry lo miró pasarse una mano por su alborotada y roja cabellera – Si no nos apuramos, sólo van a quedar las más feas. Y no sé tú, pero yo no tengo ningún interés en ser el hazmerreír de Hogwarts.
- Dímelo a mí… Yo voy a tener que abrir el baile, Ron, todo el mundo va a ver con quién voy. No tengo posibilidad de pasar desapercibido.
Ron lo pensó unos segundos y sonrió.
- Cierto. Pero de todas formas tengo que encontrar una pareja decente… ¡Ya sé! ¿Qué tal Parvati y Lavender? Creo que no tienen pareja ¡Una para cada uno!
Harry lo miró no muy convencido. No eran feas chicas, pero tenían esa risilla tonta que sinceramente lo sacaba de quicio.
- No lo sé, Ron… No son de mi mayor agrado
Ron rodó los ojos
- Harry, no seas tan exquisito, no serán Fleur ni Cho, pero tampoco están tan mal. Hay que aceptar la realidad, es ellas, o los elfos domésticos de la cocina… - Harry rió entre dientes y él se levantó - Yo voy a preguntarles, y si las dos están disponibles te aviso.
- De acuerdo, pero no confirmes nada.
Salió dejando al morocho solo. Volvió a reír con el comentario sobre los elfos domésticos. Si Hermione lo hubiese escuchado…
Entonces, la respuesta vino a su mente ¡Hermione! ¿Cómo no lo había pensado? ¡Podía pedirle que fuesen juntos al baile! Sería fácil, ella aceptaría, no habría ningún problema. Además la única con la que le interesaba ir era con Cho, ninguna otra chica. Pero Hermione era su amiga, con ella era distinto, se iba a sentir más cómodo y probablemente la pasaría mejor.
Sonrió y se levantó de la cama. Salió del dormitorio y al pasar por la sala común vio a Ron hablando con Parvati y Lavender, que por suerte no lo habían visto. Se dirigió rápidamente a la biblioteca, donde su amiga se había quedado estudiando. Al entrar, fue al rincón más alejado, el cual sabía que era el favorito de Hermione. La encontró allí, sentada en una silla junto a una mesa, totalmente absorta en un libro de Historia de la Magia, con su pelo enmarañado tapándole la cara. Se sentó frente a ella en otra silla, pero seguía sin ser registrado.
- Hermione – la llamó.
La chica se sobresaltó un poco pero al ver a su amigo se le relajó el rostro.
- Harry ¿qué pasa?
Estoy leyendo, ¿por qué me interrumpes?
- Quería preguntarte algo… - Hermione lo miró, cuestionadora, con el libro aún abierto en sus manos. Harry decidió no hacerle perder tiempo - ¿Te gustaría ir conmigo al baile de Navidad?
Su amiga lo miró extrañada unos segundos, puso un señalador en la página 1570 y cerró el libro.
- ¿Quieres que vaya al baile de Navidad contigo?
¿Qué clase de pregunta era esa? Si no hubiera querido no se lo hubiese preguntado. Pero Hermione no era precisamente estúpida, así que lógicamente con ese cuestionamiento lo que quería decir en realidad era ¿Por qué quieres que vaya al baile de Navidad contigo?
- Sí… - contestó Harry – Mira, la verdad es que le pregunté a Cho, pero ella ya había aceptado la invitación de Cedric. Y bueno, como no queda nadie más…
- Ya veo… ¿Así que me eliges como último recurso?
- No no, no quise decir eso. Quiero decir que no me interesa ir con otra chica que no sea con Cho, pero tú eres mi amiga, así que te pregunto a ti porque sé que si voy contigo me voy a sentir mucho más a gusto que si voy con chicas como Parvati o Lavender…
Hermione sonrió y volvió a agarrar el libro. Harry la miró esperando una respuesta. Ella se volvía a meter en la página 1570, así que el chico exhaló y se levantó, dispuesto a irse y a conformarse con Parvati Patil o Lavender Brown.
- De acuerdo – contestó entonces Hermione, sin apartar la vista de las amarillentas hojas. – Iré contigo al baile de Navidad.
Harry sonrió.
- Gracias, Hermione.
Y salió de la biblioteca para dejarla estudiar tranquila.
