Solo por ti

Nada, eso quería hacer, nada, desperté y supe de inmediato que era uno de esos días en que la sola idea de levantarte de la cama apesta.

Pero como sabía que mi madre no tardaría en venir a despertarme, tome todas las fuerzas que tenía y me levante de la comodidad de mi cama, definitivamente no había sido una buena idea.

Mi nombre es Rin Yamamoto, tengo 15 años y hoy es mi primer día en la preparatoria, me encantaba leer y soñaba que algún día llegará a ser una gran escritora, como mi madre, ella había muerto cuando yo tenía 5 años en un accidente automovilístico, había ido a un viaje para publicar su libro, y cuando venía de regreso con el chofer un camión volcó su coche al barranco, y mi madre murió junto con el chofer, los pocos recuerdos que conservo de ella son las noches en las que no podía dormir y ella me abrazaba y me contaba historias que ella misma había escrito, ella es mi ejemplo a seguir, después de su muerte parece ser que no solo perdí a mi madre, sino también a mi padre, el no soporto el dolor de su perdida y se centro únicamente en sus negocios olvidándose de su propia hija que también había perdido a uno de sus seres más amados.

Mi consuelo era saber que mi prima Kagome me comprendía y la tenía siempre junto a mí, y más ahora que iríamos en la preparatoria Suzuki una de las más prestigiosas de Japón, y como siempre despistada y aburrida de la rutina no pensé que ese día tuviera algo de especial, y como de costumbre, me equivoque.

-¡Riiiiiiiiiiiiiin!, apúrate o llegaremos tarde a la escuela-grito Kagome desde su cuarto.

-Ya que-dije para mis adentros, no era mi deseo ir a esa preparatoria pero esa había sido la decisión de mi padre y también su condición para dejarme estudiar literatura.

Me dirigí al closet para sacar el uniforme, que para nada me gustaba, era un saco gris, una falda de igual color, camisa blanca y corbata negra, con calcetas blancas y zapatos negros, la falda era demasiado corta y yo soy una chicas más de pantalones que de vestidos, pero eran las reglas y las tenía que seguir, no quería empezar con el pie izquierdo la preparatoria.

Una vez que termine de vestirme baje para desayunar, ahí se encontraba mi prima desayunando, en cuanto me vio termino su desayuno y me apresuro a empezar el mío.

-Vamos, Rin, vamos tenemos que apurarnos no quiero llegar el primer día de clases tarde.- dijo empujándome hacia la mesa.

-Si, si, ya voy no tienes que apresurarme, yo bajo presión no funciono.-dije sentándome a comer mi fruta, genial, mi prima me había quitado el apetito, pero me lo comí como pude.

-Bien ya terminaste, ya vámonos.- dijo dándome mi mochila y sacándome de la casa, ¿qué le pasa a esa mujer?.

-Ok, pero yo se me el camino, gracias, jajaja-dije viendo que en su cara se formaba un puchero, el mismo que hacía cada vez que quería algo.

-está bien, pero por lo menos apúrate, Jaja-dijo subiendo a mi Volvo, regalo de quinces.

Y así, en mi Volvo junto a mi prima, emprendí el camino hacia la preparatoria Suzuki, sin pocas expectativas de nuestro primer día, sin saber que ese día cambiaría toda mi vida.