Capítulo 1-El niño

Notas: hola, este es el primer capitulo de mi fanfic que apenas estoy desarrollando, espero que les guste :3 gracias por leer.

Era de noche, una noche aburrida y lluviosa, casi pareciera que el cielo se desahogaba lloviendo con esa intensidad. No es que me desagradara la lluvia, común mente me gustaba escucharla caer, pero esta noche por alguna razón solo me recordaba lo sola que estaba.

Casi siempre he estado sola, si tenía a mis hermanas, y las amaba pero toda la vida me sentí excluida, como si ellas fueran todo dulce y azúcar y yo fuera solo un instrumento punzo-cortante el cual solo podía lastimar a los demás. Jamás encaje, y jamás lo are, por eso decidí independizarme, creyendo que así podría conocer gente nueva, gente que no me juzgara por mi rudeza, pero no importa donde vaya siempre es lo mismo.

Yo estaba sentada en una silla de madera pegada a la ventana, cuando de repente un estruendoso trueno me saco de mis pensamientos. El sonido del trueno no fue lo que me llamo la atención, lo que me desconcertó fue el sonido que le siguió, fue como si algo se golpeara y luego cayera.

Me levante de mi asiento y camine hacia la entrada trasera de mi casa, que no era más que una pequeña cabaña a las afuera de la ciudad, salí al corredor en donde aún podía cubrirme de la lluvia y busque con la mirada el origen de aquel ruido. Vi como los botes de basura que había dejado a fuera estaban tirados y como su contenido estaba desparramado por el patio. Enojada creí que había sido algún animal curioso el que había provocado tal desorden, pero entonces algo salió de entre los botes, no era un animal, era un niño pequeño. Por su silueta pude adivina que tendría no más de cinco años, estaba empapado por la lluvia y parecía molesto. No pude ver bien entre la obscuridad como era realmente, hasta que se elevó en el aire flotando mientras que sacudía la cabeza intentando reponerse, el flotaba, ¿Cómo es que flotaba?

De nuevo hubo otro rayo cegador, que le ilumino la cara por unos segundos espantándolo, lo cual provoco que cayera bruscamente al suelo de nuevo, y después llego el trueno que solo provoco asustarlo más. Sin pensarlo ya estaba alado de él, bajo la fría lluvia.

¡Rayos! Si no se secaba pronto tendría un horrible resfriado, lo tome entre mis brazos sin pensarlo y lo cargue hasta el pasillo donde yo me encontraba anteriormente.

Ya bajo la luz del foco lo pude ver bien, era moreno, un moreno claro como si apenas lo hubiera abrazado el sol, su cabello despeinado color azabache y sus grandes ojos verdes, un verde brillante y potente, que me recordaron a los míos. El realmente se veía muerto de hambre, estaba flacucho y sucio, su cara estaba llena de mugre, y sus ropas enlodadas.

Entonces me di cuenta que intentaba soltarse de mi agarre ya que se retorcía intentando volver a la libertad, pero no lo solté.

-Cálmate niño-dije con un tono más rudo del que me hubiera gustado

-¡Suéltame extraña mujer!-gritó mientras se movía violentamente entre mis brazos, con los ojos fuertemente cerrados

El niño intentaba no mantener contacto visual conmigo y hacia un gran puchero para que lo soltara, entonces hubo otro rayo, y el pelinegro se espantó, se movió aún más bruscamente provocando que casi cayéramos. Llego el trueno y el dejo de retorcerse de repente, ahora temblaba, temblaba de miedo. Di un gran suspiro y le frote la espalda para que se calmara, entonces levanto la mirada y pude ver sus ojos cristalinos apunto de soltar lágrimas. Me empujo de repente mientras que estaba distraída logrando que lo soltara, el floto hasta estar a una distancia razonable de mí.

-No te me acerques-dijo enojado conteniendo aun las lagrimas

-Solo quiero ayudarte-dije con sinceridad-mira, somos iguales-dije mientras me elevaba del suelo

Sí, yo junto a mis hermanas tenemos poderes desde que fuimos creadas, entre ellos volar, pero jamás creí encontrarme a alguien aparte de nosotras con esa habilidad. Ese niño era extraño y quería saber más de él, quería ayudarlo.

Deje de flotar y baje de nuevo al suelo con lentitud a pesar de no haberme elevado más de algunos metros por que el techo me lo evitaba. Lo mire y espere una respuesta pero no la hubo, simplemente sé me quedo viendo ya sin esas lagrimas a punto de salir. El seguía flotando aun alejado de mí, y no parecía tener intenciones de acercarse.

Su rostro ahora tenía una expresión muy ruda, demasiada para alguien con tan corta edad. Como si fuera yo su enemiga, como si en cualquier momento lo fuera a atacar. Por un momento me preocupe de que yo hubiera sido demasiado ruda también, agarrándolo de repente sin decir nada, pero yo era así, siempre he sido así, no se como tener tacto con las personas y me pesaba mucho esa verdad.

-¿Qué hacías entre mi basura?-pregunte intentando sonar lo más calmada que pude

-¡¿Qué te importa?!-dijo casi escupiendo la frase

-¡Claro que me importa, es mi basura!-dije subiendo accidentalmente un poco de tono

El pequeño niño molesto estaba decidido a irse de nuevo aun en medio de la tormenta, pero no podía dejar que eso sucediera, no podía dejar que se fuera solo y mucho menos como estaba el clima.

-Espera…-Dije sin pensarlo dos veces-¿A dónde piensas ir?, te enfermaras si no te secas-dije preocupada

Otra vez un rayo callo y alumbro todo, él se hizo bruscamente para atrás por la impresión y yo lo atrape entre mis brazos antes de que cayera de nuevo. Inevitablemente llego el trueno que lo puso tenso por unos segundos, luego intentándose ser el valiente se alejó de mi aun nervioso con un empujón.

-De… déjame-dijo intentando verse enojado

-Puedes entrar-dije intentando no sonreír al ver su gesto de valentía-solo hasta que pase la tormenta-finalice

Nuestro silencio provocaba que el ruido de la lluvia cayendo se notara más, y que yo de repente notara el olor característico de la tierra mojada que yo anteriormente no había notado.

Al vivir en las afueras sí que era solitario, no había vecinos cerca, y para llegar a la carretera que llevaba a la ciudad tenías que caminar un buen tramo, a mí eso me agradaba al principio; estar alejada de la gente ruidosa, tener mucho espacio para mi sola, todo era perfecto, al principio, hasta que me empezó ese sentimiento de soledad.

El niño se quedó pensando su decisión hasta que por fin hablo.

-Está bien-dijo aun con gesto de disgusto

Entró a la casa con cautela, como cualquier niño entrando a un entorno al que no estaba acostumbrado, observando toda la estancia, como buscando algo, tal vez algún defecto. Yo entre después de él y los dos fuimos hasta la sala dejando un rastro de agua del cual luego me preocuparía.

Ya bajo las luz del foco de la sala fue cuando lo pude ver bien, estaba mugriento de pies a cabeza, pareciera que hubiera dormida en el suelo, y ahora que estaba mojado solo se empeoraban las cosas. Llevaba un suéter de rayas negras y verdes, unos pantalones negros y unos tenis negros con blanco, todos sucios al igual que él. Su cabello negro estaba despeinado y pegado en su cara por lo mojado que estaba.

Mi casa no era muy grande, apenas si se conformaba de un solo piso, donde había una pequeña cocina que compartía habitación con el comedor, una pequeña sala con dos sillones alrededor de una mesita de noche que se situaba enfrente de la chimenea y una solo habitación con un baño completo. Eso era todo y no necesite nunca nada más. Cuando decidí independizarme, tanto mis hermanas como el profesor estaban en desacuerdo, pero después de mucha insistencia el profesor me ayudo a conseguir esta cabaña, aunque jamás estuvo totalmente de acuerdo sobre que me fuera de casa. Aun intento convencerme de que fue lo mejor.

-¿Cómo te llamas?-pregunte por fin

Pero no recibí una respuesta inmediata, el pequeño niño rebelde se lo pensó antes de contestarme, al parecer sería difícil tratar con él. Verlo me dejaba una sensación de déjàvu.

-Butch-dijo cruzando los brazos

Suspire al ver la forma tan grosera en la que contestaba, pero aun su actitud de niño malcriado no me evitaría querer ayudarlo.

-Bueno Butch, no te ofendas pero hueles mal, necesitas un baño-dije cruzando los brazos también

Pude ver como hacia una mueca al escuchar la palabra "Baño".

No me bañare-firmemente

Y no fue fácil convencerlo, tuvimos una larga discusión sobre lo importante que era el aseo personal. Al parecer una de las cosas que menos le gustaba al niño era tomar un baño. Llené la tina con agua tibia, y al poco tiempo se comenzaron a hacerse burbujas. El aun sin ánimos entro a la bañera después de que le ayude a dejar sus ropas mojadas a un lado en el piso. Estaba sucias, tendría que lavarlas cuando acabaremos con el baño. Después entre a la tina con él y comencé a quitarle el lodo del cuerpo con una pequeña esponja.

-¿Qué hacías entre la basura?-volví a preguntar intentando empezar con una platica

-Buscaba comida-dijo mirando la espuma que había en la tina

Sentí como mi estómago se encogía al escuchar su respuesta, pensar al pobre niño buscando comida me ponía mal, y solo provocaba una necesidad más grande de protegerlo. Cuando ya estaba en la tina dejo de quejarse sobre el baño y hubo un momento en el que me pareció que lo disfrutaba mientras que chapoteaba con el agua llena de espuma. Después de que los dos estuviéramos listos yo salí de la tina y me envolví con una toalla.

-No quiero salir-dijo con firmeza

Suspire al pensar en todo lo que me había costado hacer que se bañara. Lo dejo unos minutos más mientras me cambiaba con ropa seca y le busque algo para que se vistiera mientras su ropa aun estuviera sucia. Aun que le preste la camiseta más pequeña que tenía le quedaba enorme y aun que le preste los shorts más cortos que tenía, le quedaron como unos grandes bermudas que se le caían pero con eso sería suficiente hasta que su ropa estuviera lista.

-¿Te gustan los sándwich de crema de maní y jalea?-pregunte aunque ya sabía la respuesta

-Si-dijo enseguida animado

Y era la primera vez que decía algo sin parecer molesto, y ello me alegraba mucho. Rápidamente fui a la cocina y llené un plato completo de sándwiches, entibie un poco de leche y puse todo en la mesa para que el pudiera agarrar los que quisiera. Me senté al lado de él mientras comía con rapidez y no pude evitar sonreír al verlo tan animado comiendo grandes bocados de sándwiches.

Cuanto termino seguía de buen humor así que decidí aprovechar la ocasión para preguntarle más sobre él.

-Y… ¿Vives solo?-dije mientras intentaba tomar las cosas con calma

-No, yo iba con mis hermanos, pero me distraje y me perdí-dije sin mostrar mucho interés

-¿A dónde iban?-pregunte

-Estábamos escapando de nuestros padres-dijo con tranquilidad

-¿Por qué escapaban de ellos?-pregunte llena de dudas ahora

-¡Tú preguntas muchas cosas!-dijo levantándose de su asiento

Floto hacia la sala con los brazos cruzados ya no de tan buen humor. Se sentó en el sillón intentando evitarme. Resignada me senté a su lado en silencio ya sin ganas de seguir preguntando. La lluvia seguía pero los truenos habían cesado. Así que ahora el ambiente era mucho más tranquilo.

-Puedes ver la televisión si quieres, está en la habitación-dije mientras me dirigía hacia el baño

Siempre había sido brusca y curiosa, una mala combinación en mi opinión y ese niño era demasiado rebelde, por más que lo intentaba no se dejaba ayudar. Me preocupaba y algo me decía que no lo podía dejar solo, pero al mismo tiempo me desesperaba su forma tan grosera de ser.

Agarre la ropa tirada del suelo y comencé a tallarla en el lavamanos, ya que no le vi necesidad de usar la lavadora para limpiar tan poca y pequeña ropa. Cuando estuvo lista la extendí para que se secara.

Ya cansada me fui a mi habitación y me tranquilizó el hecho de ver a Butch riendo con las caricaturas de la tv.

Me recosté en el lado libre de la cama, a lo cual él le puso poca atención. Estaba acostado sin ninguna preocupación alguna, como si estuviera tranquilamente en su casa viendo la tv. Al menos confiaba un poco más en mí.

-Si quieres mañana te puedo ayudar a buscar a tus hermanos-dije preparándome para dormir

-No necesito tu ayuda-dijo sin despegar la vista de la tv

-Pues como quieras, igual te puedes quedar cuanto tiempo quieras-dije tapándome con las sabanas

Escuche como apago la televisión y se acostaba lo más alejado que pudo de mí. Me quede dormida mientras pensaba sobre lo poco que me había contado, no supe por cuanto tiempo pero dudo que fuera mucho ya que cuando me levante en medio de la noche vi como Butch estaba acurrucado en mi lado, no le pude ver la cara ya que la tenía hundida entre las sabanas. Se veía tan pequeño y frágil, estaba hecho bolita con las piernas pegadas al cuerpo tal cual pequeño niño, viéndolo así nadie pensaría que tenía superpoderes. Al notar que temblaba un poco de frio lo cubrí con las sabanas, lo abrase y cerré los ojos hasta que volví a dormir.