Disclaimer: los personajes pertenecen a JK Rowling.
Se secó la transpiración de la frente
Tic, tac.
El sonido del reloj en la pared lo volvía loco y lo hacía impacientarse. Veía lo que sucedía sin poder hacer nada, impotente.
Tic, tac, tic.
Escuchaba los gritos de Hermione… si tan solo pudiese hacer algo por ella… pero sabía que no, la gente que la tenía en sus manos no iba a permitírselo. Veía la sangre, y sus sentidos comenzaban a flaquear…
Tic, tac, tic, tac.
- Vamos… - dijo, pasándose la mano por la frente.
Estaba nervioso, impaciente, ansioso, confuso… Y finalmente, ocurrió. Ron contempló cómo la sangre seguía saliendo, pero todo se borró cuando una de las medimagas se dirigió a él con una pequeña criatura entre sus brazos.
- Felicidades, señor Weasley – dijo -. Es una niña.
Ron estiró los brazos y tomó a la pequeña, con los ojos comenzando a ponerse brillosos.
- Hola… - susurró a la bebé, temblando -. Hola, Rose.
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