Hace mucho que no me pasaba por ésta historia.

Comence a escribir éste fic en el dos mil doce, hace ya cuatro años, y cómo es de esperarse(por lo menos, en mí) he perdido el hilo de la historia, pero no pienso dejarla incompleta.

Aunque, antes de continuar y publicar el siguiente capítulo, haré con el fic lo mismo que he hecho con algunos que he publicado. Editarlo. Pienso corregir las faltas de ortografía y describir mejor las escenas y los personajes en la historia. Lo que me tomará más tiempo para terminarlo, pero me sentiré más satisfecha y orgullosa al hacerlo de ésta manera.

Pienso que, si vas a hacer algo, tienes que hacerlo lo mejor posible.

Así, que, aquí vamos.

Disclaimer: Inazuma Eleven y sus personajes son propiedad de Level-5. Hago esto sin fines de lucro, etcétera, etcétera.


Vacaciones en Okinawa.

Varios personajes.

Aki estaba en su habitación, revisando sus redes sociales en su computadora portátil.

Era una tarde aburrida y estaba a punto de quedarse dormida cuando la portátil emitió un sonido.

Usted tiene un nuevo mensaje.

— Es de Touko — sonrió la chica. Clickeó en la bandeja de entrada para leer el mensaje y tomó su móvil para marcar un número.

Moshi, moshi

— ¿Haruna? —

— Sí, hola Aki ¿Qué sucede? —

— ¿Podrías venir a mí casa? Es algo importante, cuando vengas te lo explicaré todo—

— Claro, estaré ahí a las 6 en punto. ¿Te parece? —

— Bien, a las seis entonces —

Las dos colgaron el teléfono.

Haruna se levantó de su cama, tomó una toalla y comenzó a desvestirse. Era hora de una ducha.

Aki, por su parte, buscaba en el ático.

¿Dónde estarán?— buscaba de entre un montón de cosas, lanzaba unos cuantos trapos viejos, movía unos retratos. — ¡Mamá! ¿Has visto mis maletas? —

— ¿Para qué quieres las maletas? ¿Piensas dejarme sola en estas vacaciones? — una señora de unos treinta años estaba apoyada en el marco de la puerta.

Su mueca era juguetona, pero su tono de voz era lo contrario.

— Oye, ¿No eras tú la que decía que querías unas vacaciones para ti sola? Aprovechando que papá está de viaje, yo iré a Okinawa con Touko y Haruna —

— Ajá y se puede saber, señorita. ¿Qué permiso tienes para salir de casa? —

— Mamá… ¿podría salir con Touko y Haruna estas vacaciones a Okinawa? — comenzó a desesperarse al ver cómo su madre solo caminaba de un lado al otro.

— ¿A Okinawa? Me parece bien — sonrió a su hiija — ¿Qué maleta es la que quieres? — se acercó a Aki y comenzó a buscar con ella.


— ¡Mamá, papá! Iré a casa de Aki, tal vez me quede a dormir. — cerró la puerta de su habitación y comenzó a bajar las escaleras — Les llamaré cuando esté allá —

— ¡Alto ahí! ¿Irás tu sola? —

Se detuvo frente a la puerta principal, tomó el picaporte y volteó su cabeza para ver a su padre.

— Papá, ya tengo —

El señor Otonashi puso un dedo en los labios de su hija a modo de que ésta no siguiese hablando.

— No me salgas con eso de que ya sabes cuidarte sola— la peli-azul bajó sus hombros y suspiró derrotada.

El Otonashi sonrió y suspiró de igual forma.

— Venga — tomó la mochila de su hija y caminó al auto — Sube, yo te llevo —

— Gracias, papá —


— ¡Haruna! ¡Un gusto verte por aquí, hermosa! Pasa, pasa— con una calurosa bienvenida, la señora Kino abrazó a su "sobrina postiza".

Haruna se aproximó a la cocina luego de saludar a la señora Kino y de haberse despedido de su padre.

Sintió un delicioso aroma, seguramente era Aki cocinando sus famosos onígiris.

— Aqué bien huele. ¿Onigiris para la cena? —

— Qué bueno que ya estás aquí. En realidad, estos no son para nosotras — dejó los onigiris en la mesa y guió a Haruna a su habitación para que ésta dejara sus pertenencias.

— ¿No? ¿Para quién son entonces?—

— Para la anciana de la floristería. Nosotros comeremos pescado frito —

Luego de la cena, las chicas se fueron a la habitación.

— ¿Y bien? ¿Qué es tan importante? —

— ¿Qué piensas de ir a Okinawa con Touko y pasar las vacaciones allá? —

— ¿Okinawa? ¿No es allá dónde vive Tsunami? —

— Sí, pero ellos estarán fuera de Japón, según me dijo Endou —

— Ah. ¿El capitán, eh? — Haruna le dio un codazo al costado de una sonrojada Aki.

— ¿Vendrás con nosotras o no? —

— Bien, solo debo de hacer mis maletas. — Aki asintió — Iremos a mi casa mañana por la mañana y tú convences a mis padres para que me dejen ir —

— Hecho —


— Aki ¡Apresúrate!— Haruna se encontraba guardando sus maletas en el auto de la peli-salmón que estaba junto a ella.

— ¡Calma, ya voy!— venía con una maleta amarilla y un bolso verde en sus hombros.

— Touko, ¿Dónde nos quedaremos en Okinawa? —

— Tranquila Haruna. Lo tengo todo arreglado— la peli-salmón dio un vistazo a su móvil. — ¡Oh, vamos tarde! ¡Perderemos el ferry! — ayudó a Aki con sus maletas — ¿Esto es todo? —

— Son tres semanas, ¿no? No veo el por qué llevar tantas maletas — se encogió de hombros y vio el maletero.

Había dos maletas azules y dos verdes.

— Vuelvo con otra maleta —

— No hay tiempo. Llegaremos tarde —

— Touko… ¿No puedes pedirle a tu padre que llame para, ya sabes —Haruna jugaba con sus dedos.

— ¿Para que retrase el ferry? ¡De ningún modo! No utilizaré el apellido de mi padre para mi propio lujo— cruzándose de brazos, la oji-celeste sonaba muy segura de sus palabras.

— Vale, llegaremos tarde y nos tocará esperar al otro ferry que tardará — la peli-azul echó un vistazo al programa que tenía en sus manos — Unas tres horas—

— ¿Tres horas? Pff — bufó Touko y sacó su móvil, marcando un número. Esperó un descuelgo — ¿Papá? ¿Podrías hacerme un favor? — sonrojada, la Zaizen caminó lejos de las chicas para hablar con su padre.

— Tenemos media hora, ¿suficiente? —

— Me parece muy bien, vamos a ayudarle a Aki —