Strong Heart, Sweett Heart
Derechos: Los personajes le pertenecen a S.M., quien es la que nos hace soñar con cada uno de ellos, cualquier otro personaje que no sea identificado, es totalmente mío, como la historia.
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Capítulo 1
Edward había visto a su esposa pensativa todo el día, con un deje de tristeza en su rostro. Esto lo mataba a él, quien hacía y haría todo lo posible por hacerla feliz, muchas veces sentía que las cosas se iban de sus manos.
Vio como Bella tenía su pequeño angelito de 3 meses de edad en sus brazos, lo alimentó, cambió de pañales, le hizo algunos mimos y lo arrulló.
A pesar que la empresa le carcomía todo el tiempo, siempre estaba en su casa para poder presenciar los últimos minutos de su hijo despierto y velar su tiempo de sueño – y pensar que serían dos los que estarían poniéndonos de cabeza – susurró Bella sentándose en el regazo de su esposo, palabra – según ella – le quedaba demasiado grande y aun así hacia todo lo humanamente posible para poder mantener a su familia.
Edward suspiró pesadamente, Bella estaba embarazada de mellizos pero uno de los bebés no resistió y murió a los pocos días del nacimiento, aún no habían superado aquello, porque guardaban ropita de bebé rosada. Para Bella no sería una hija que perdía, sería su segunda nena. Eso no sabía Edward y era un secreto que cada día se le hacía imposible ocultar.
-Bella, corazón, lo importante es que nuestro bebé está con nosotros y nuestra adorada bebé está en el cielo, cuidando de su familia – besó sus cabellos, su frente, sus mejillas haciendo un camino de besos a la boca y la besó con todo el amor que podía demostrarle, levantándose y llevándola consigo en el proceso, Bella pegó un chillido y una sonrisa se le escapó de sus labios, como demostrándole al mundo y a esas personas que intentaron dañarla y que lo hicieron algunas veces que ella podía ser feliz, que ella era feliz al lado de su familia, pequeña pero hermosa, aunque ella sentía el vació de ese ser especial el cual perdió después de 9 meses llevarla en su vientre y 3 meses de cuidar de ella en sus brazos.
En su recamara hicieron el ritual de siempre antes de acostarse en su cama: se bañaron, Edward peinó sus cabellos castaños, ella le puso crema humectante en su espalda, dando pequeños masajes, amaba hacer eso, amaba sentir los músculos de su marido debajo de sus manos o encima de ella cuando este le hace el amor. Después Edward se encargaba de aplicarle crema en el vientre de Bella, sus hijos, sonrió al ver las pequeñas marcas de estrías que aún quedaban en ella, como recordatorio que llevo dos bebés por largos 8 meses.
– Sí, veo que le gustan mis estrías señor Cullen – dijo Bella de una manera sarcástica, odiaba cuando él le hacía eso, la hacía sentir menos mujer por estar marcada prácticamente de por vida, Edward rió más fuerte, pues le gustaba ver a su mujer enojada, ganándose una mirada envenenada, parando en el acto, había captado el mensaje que ella le envió de manera silenciosa, la ceja derecha arqueada y la mirada hacia el sofá de dos cuerpos que había en su habitación.
Se acomodaron en su cama, ambos tenían la costumbre de charlar un poco antes de sumergirse en el mundo de los sueños.
A Edward le gustaba que Bella con tan solo 19 años, 7 años menor a él, era una chica madura y que mentalmente tenía unos 50 años, cosa que nunca lo mencionaba porque ahí si dormiría en un no tan cómodo sofá.
Empezaron a contarse su típico día: clases, casa, reuniones, oficina, citas e incluso un futuro viaje a Londres que Edward tenía que hacer y que no se iría sin su mujer e hijo.
Pero Edward seguía viendo la tristeza de su esposa - ¿Qué pasa, Bella? – Preguntó pegándola más a su pecho y acomodando algunos mechones rebeldes del cabello de ella, sintiendo automáticamente como los hombros se le tensaban – hoy te he notado extraña – le susurró delicadamente, no quería asustarla o que ella se ponga a la defensiva.
Bella sabía que su secreto no podía ocultarlo más tiempo pero aquel 19 de julio su hija cumpliría 2 añitos y eso la había tenido sumergida en el dolor, nunca se imaginó que una persona a la que ella le tenía la mayor confianza del mundo, podría hacerle algo así.
Sus lágrimas aparecieron, Edward pensaba que era por la hija de ambos perdida pero la realidad es que Bella sentía un dolor más grande por su hija mayor, no sabía nada de ella, donde estaba, si estaba pasando hambre, si estaba con una familia, si estaría en algún orfanato o si estaría muerta. Tantas veces al ver niñas más o menos de su edad se preguntaba si aquella bebe seria la suya.
-Edward, soy mala madre – respondió llorando, ya no podía con la opresión que sentía en el pecho – yo no debí salir ese día de la habitación – Suspiró y un grito desgarrador salió de su garganta, lo único que podía hacer Edward era abrazarla fuerte y susurrarle palabras con todo el amor de su corazón – Si yo no hubiese salido, hubiera peleado por mi bebé – susurro cuando estuvo más calmada.
Edward frunció el ceño, no entendía que estaba hablando - ¿De qué hablas, mi amor?
-Que… que hace casi dos años me robaron a mi hija y hoy cumpliría 2 añitos – murmuró contra el pecho de su marido.
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¡Hola! Aquí con mi nuevo FF… espero que les guste.
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Besos…
MelLutz (L)
