Summary: Ser un hombre lobo es una maldición que se paga día a día, que consume las energías y las esperanzas. Hermione Granger está dispuesta a todo para liberar a Remus de semejante pesadilla.


La Cura

Capitulo 1. Aroma de bienvenida

Le dolía cada centímetro cuadrado de piel, era como si hubiera estado sumergido en lava hirviendo. Todavía sentía las pequeñas contracciones que se daban en sus músculos, como si algo hubiera salido de sus entrañas. Claro, había salido ese lobo que llevaba como condena. El día anterior era el último día de luna llena, al menos de ese ciclo. —"ya debería estar acostumbrado, ¿pero quien puede acostumbrarse a este dolor? Simplemente nadie." —Tomó un sorbo de chocolate caliente, la teobromina que le suministra el chocolate es casi lo único que lo mantiene a salvo en estos días. Toca la superficie de sus manos, otra vez se ha hecho heridas en la yemas de los dedos. Felizmente Lily le ha preparado una poción sanadora, y con un poco de tiempo volverá a ser él: Remus Lupin. Porque la cosa que se convertía cada luna llena no era él. En incontables ocasiones sus amigo le habían dicho que su lado animal se había apoderado de su personalidad justo momento antes de las transformaciones.

A pesar del dolor que se colaba en cada fibra de su organismo, no se podía quejar de su suerte, es decir, no todos los hombres lobo podían tener la vida que él tenía. Tenía amigos que lo querían como si fueran de su propia familia. Y además tenía ingresos, gracias a sus investigaciones independientes. No era mucho dinero, pero al menos le permitía vivir decentemente. Quizás todavía no tenía dinero como para comprar esa pequeña cabaña a mitad del bosque, que tanto le gustaba, pero con un poco de tiempo y de trabajo lo pueda conseguir. Él no tenía planeado vivir siempre de colado en la casa de Sirius. Se acercó a la ventana de su habitación, veía como los copos de nieve caían unos sobre otros. Era un acto poético de la naturaleza, debía reconocerlo. Lily siempre decía que su época favorita del año era el invierno, así James tenía el pretexto perfecto para hacer de abrigo. Sonrió de lado mientras detenía su mirada en el ocaso.

Sentía algo de envidia cada vez que veía a James junto a Lily, no porque le gustara la pelirroja, si no porqué nunca podría tener lo que ellos habían formado: Una familia. Ellos tenían a Harry, en cambio el nunca contaría con esa suerte, nunca podría contarle cuentos por las noches a ningún niño, no podría enseñarle sus primeros hechizos ni siquiera sus primeros pasos. Él tendía que reservase todo su amor a nadie, porque nunca tendría su propia familia, siempre viviría de la felicidad de sus amigos. Remus Lupin nunca podría tener una vida normal, el lobo que llevaba dentro nunca le dejaría. Nunca conocería los besos del amor de su vida y mucho menos la risa de sus hijos… Sentía envidia de todo y de todos.

Envidiaba hasta a Sirius, podía llevar una vida sentimental ligera y sin ataduras. Quizás si fuera un poco más como él su tristeza no sería tanta… pero claro esa no era su realidad. Sirius podía ser un libertino, porque podía. Aunque claro su amigo había mostrado un cambio algo extraño la semana pasada, cuando llego de sus guardias en la orden

Flash back

¡Moonny!— La voz de su amigo lo sobresaltó. Se sentó en el sillón más cercano y espero a que su compañero se acercara hasta su habitación.—¡Remus! — su voz se notaba cada vez más ansiosa, casi desesperada. Nadie podría notar por ese entusiasmo que su mejor amigo estaba a punto de veintiuno —¡Remus! ¡La encontré!— abrió la puerta con violencia, Remus pudo ver su rostro la sonrisa ansiosa de un cachorro.— La encontré… — Sirius daba saltos como una quinceañera.

¿A quién encontraste? Sirius ¿te puedes dejar de mover?...— La respiración de su amigo se relajo por unos segundos, sonriendo torpemente.

¿Te acuerdas…?— la respiración de Sirius era errática, intentaba tomar un poco de aire, pero su ansiedad era demasiada— ¿Te acuerda… de nuestro último año en Hogwarts? ¿Te acuerdas que les comente que me encontré a una muchacha herida cerca al bosque prohibido?

Como no recordarlo si estuviste persiguiendo a Dumbledore para que te dijera su nombre… ¿ qué con ella?— observó con cuidado a su amigo. Vio con este se recostaba en la pared con una sonrisa tonta.

Estaba en la orden con Marlene y Roxie ya sabes… pasándola bien… — Remus sabía a lo que se refería, "pasarla bien" para Sirius solo puede ser sinónimo de sexo. Aun recordaba la vez que lo encontró con tres chicas en el armario de escobas dos años antes.

—… cuando Dumbledore apareció con en ella en la habitación. Se llama Hermione y está en la orden desde hace dos años.— Sirius suspiro hipnotizado por el ruido del reloj— eso si que era raro, hasta para él.

Eso no es todo… hice una guardia con ella, ayer… creo que la encontré Moony… creo que encontré a mi Lily— terminó de decirlo con una sonrisa más idiota que las anteriores.

¿Encontraste a tu Lily? ¿Qué significa eso?—

James sentó cabeza cuando encontró a Lily ¿verdad? Creo que es hora que yo también lo haga… solo faltaba que encontrara a la mujer ideal. ¡Ya está! ¡Me caso! Ya me imagino en el profeta: "Soltero más codiciado en el mundo mágico sienta cabeza…"— Remus vio como el moreno se derretía hasta el piso, eso si que era nuevo. Sonrió

Creo que te estas olvidando de un pequeño detalle, ella te ha visto en la cama con dos mujeres… y apenas y te conoce Sirius… ¿no crees que es un poco apresurado? ¿Cómo se apellida?—

— …no lo sé… pero pronto se apellidará Black… aunque puedes tener razón, no pudimos conversar mucho en nuestra guardia, pero por lo que vi… parecía media mojigata— Sonrió aún más—… nada que no se pueda pervertir… además… tiene dos buenas razones… ya sabes a lo que me refiero…

¿Has tenido oportunidad de hablar con ella?— preguntó Remus sin dejar de sentir que habían cambiado a Sirius por alguien más.

No, nos tuvimos que separar… además… creo que la intimide… ya sabes mi presencia asombra… pero no me preocupo porque este viernes va a ser la reunión en la casa, justo después de tu última transformación… ahí las vas a ver…—

¿Cuál ha sido su misión durante todo este tiempo?— Remus rascó un poco su mano, mientras veía como su amigo canino se echaba sobre la alfombra mirando al techo.

No tengo ni idea… pero puede que sea cazar a este cazador… Las señales están ahí… — Sirius le guiño el ojo sin dejar de perder la mueca de perro ansioso. Se paro de un salto, sin perder el brillo en la mirada.

Entonces… solo sabes que se llama Hermione, que te cayó del cielo hace dos años y que está en la orden… ¡claro si puedo leer las señales!

¡Hey! no te burles… se algo más… en su bolso tenía varios libros… debe significar algo…—Sirius vio a su amigo, quien hasta ese momento tenía los labios abiertos— ¿qué te pasa?— camino hasta estar cerca del licántropo.

Te gusta una chica que sabe leer…— gracias a ese comentario Remus recibió un golpe en la cabeza.

Fin de Flash Back

Ese día era hoy. Hoy conocería a la muchacha que ha hecho la proeza de "cambiar" a uno de sus mejores amigos. Seguramente la muchacha sería una de esas delicadezas que son la delira de su mejor amigo: altas, delgadas, prominentes en zonas especificas, rubias y por su puesto con la misma conversación de una cacatúa.

Nunca en todos los años de conocer a Sirius Black lo había visto leer con dedicación algún libro que no haya sido obligado a leerlo. Pero sorprendentemente toda esa semana lo había visto leer "Historia de Hogwarts" inclusive hasta había tomado apuntes. Todo era por lo menos extraño. Ese mismo día había ordenado la casa, había recogido flores del bosque y los había puesto en algunos floreros que antes cumplían con la función de florero.

Además ese día conocería su nueva misión dentro de la orden, según los avances que Dumbledore hizo llegar a James las noticias no eran muy alentadoras.

— ¡Por Merlín! ¡Remus son las tres de la tarde y todavía no te has cambiado! ¿Qué va a pensar Hermione?— Vio de costado a su amigo, si bien le dolía el cuerpo, todavía tenía magia como lanzarle un patada.— Casi toda la orden está abajo…— Sirius imitaba a la perfección la voz de su madre.

El ya se había cambiado y afeitado, a pedido explicito de su perruno amigo. Pero habría preferido usar unos vaqueros que a el terno italiano que Sirius le había puesto en su habitación.

Sirius por el contrario, parecía estar sacado de una pasarela, con un traje casual a la medida y usando unos "ridículos" lentes de sol dentro de la casa. Remus rió con violencia.

— Sí, eso ríete… baja de una vez ya estamos casi todos — Sirius le miro y le lanzó un cojín de un sillón cercano. — Venga, vamos Moony… parece que el único presentable voy a ser yo— Los dos bajaron despacio por las escaleras centrales de la pequeña casa de Sirius Black, la casa que su tío Alphard Black le dejo como posesión principal.

Remus pudo ver a todos, casi todos los de la orden reunidos en la sala principal. James, Lily (quien a su vez cargaba al pequeño Harry), Los Longbottom, Kindom, Los Prewet, Los Weasley, inclusive los Tonks habían traído a su niña con ellos (quien estaba en una esquina jugando con los demás niños de la orden, al instante corrieron hasta las escaleras para jugar en la habitación de juegos de Sirius, dejando a la niña dubitativa y esperando la aprobación de su madre para subir). Repasó con la vista a todos los asistentes, casi todos habían traído a sus hijos a la casa Black, nadie en su sano juicio dejaría a sus hijos solos en está época de la guerra, además estaban en la casa más segura de todo Inglaterra. Volvió a repasar con la vista la presencia de todos los asistentes, pero una vez abajo, su sentido del olfato fue más rápido. Habían un olor peculiar en el ambiente, era extraño pero conocido al mismo tiempo. Era un olor puro, tierno, como de campo. Se dejó guiar por su olfato — "no puede ser… mis padres están muertos"—pensó angustiado, mientras sentía la mirada de James por sobre él , como esperando a ser saludado… pero él estaba más enfocado en ese aroma — "no, no pueden ser ellos, se parece… pero no"—se guió por el aroma, hasta cerro los ojos y se topó con Dumbledore.

Abrió los ojos. El profesor lejos de enojarse le encarno una sonrisa, en sus brazos cargaba a un niño, casi un bebe de máximo dos años. El cabello del pequeño era azul marino, sus ojos eran de color ámbar, los cuales cambiaron azules en un parpadeo. El bebe era metamorfomago, pero lo más sorpréndete es que olía a un Lupin, concretamente olía a él. Podría jurar que ese niño era suyo. Una estocada le atravesó literalmente la espalda. Vio como el bebe le sonreía y formulaba palabras difícil de entender. Sin que Albus lo pudiera evitar el niño saltó de sus brazos a los brazos del licántropo. Lo atrapó, pero sentía sus brazos de papel… Lo olió, el bebe era suyo y no era licántropo… sonrió y el pequeño pareció imitarlo.

— Buenas tardes Lupin, creo que ya conoces a Teddy.— Remus ni siquiera se molesto en seguir escuchando a su viejo director, tosa su atención giraba en la pequeña criatura que ahora tenía en brazos y que por una extraña razón parecía estar cómodo junto a él. Como si le conociera. Tragó grueso.

—¿ De quién es? No me diga que es de usted…— escuchó como James preguntaba mientras alternaba una carcajada.

— Su madre debe estar por llegar… al parecer el pequeño no quería tomar una su siesta y me ha perseguido en plena transportación… tiene alma de chico revoltoso… Hermione ya debe estar por llegar.

—¿ Es de Hermione?— esa era la voz Alice Longbottom quien al parecer también parecía sorprendida. Sirius estaba en la misma posición: con los ojos abiertos como platos observando al niño que tenía Remus en los brazos.

Y de pronto dos rayos de luz irrumpieron en la sala, una perteneciente a Minerva McGonagall y otra a una joven. Cuando repuso su vista a la nueva presencia sintió que de nuevo quedaba sin habla. La vio, era una melena castaña hermosa y el aura de un ángel… Ella era diferente, ella era distinta a todo lo que había visto en su vida.

No era su figura de ninfa, ni el color pálido de su piel, ni siquiera la belleza simétrica de su rostro, no. Era el perfume entre chocolate y menta, entre pergaminos y césped recién cortado. Sintió su cuerpo entumecerse, con el único movimiento de su corazón por sobre todos los sentidos. Era su perfume que le lo envolvía. Parpadeó unos pocos segundos. Ella se acercó a él sin siquiera mirarle y saco al pequeño de sus brazos. Por un momento había olvidado que el pequeño estaba acunado en sus brazos jugando con su quijada, la cual por cierto esta bastante abierta.

— Teddy, no vuelvas a hacer eso… me asuste… pequeño travieso— La mujer no era más alta que él. Sus rizos no develaban en su totalidad la belleza de su rostro. Paso la salivación rápidamente. El pequeño la abrazaba con fuerza y repetía —Ma..má… ahí… papí— No hizo caso a la sequedad de su boca, ni siquiera al pequeño temblor de sus brazos, tenía que verla a los ojos, olerla de cerca. Esta vez era su lobo interior quien lo demandaba. Vio como la castaña besaba con fuerza la mejilla del infante mientras este seguía mirándolo alzando sus brazos con dirección hacía él.

—"es tuyo… es mío… ese niño es nuestro"—una voz áspera le estremeció desde el interior. Hace años que no la escuchaba, era el verdadero Moony, su lobo interior. Se estremeció. Ella dejó de mirar al pequeño desvió su mirada hacia él. Sus ojos dorados… eran un espejo, podía verse reflejados en el, no era posible… —"Todos estos años pensando que las parejas de hombres lobo eran simples cuentos de la manada de lobos que conocía… pero era verdad, todo lo que había escuchado era cierto"— podía sentir su aroma saturar sus sentidos.

—"Marquémosla, tenemos que marcarla"— decía otra vez su lobo interior —" Ahora hay que marcarla"— se tuvo que controlar desde el interior de su psiquis, no era fácil, pero esa era su única opción— "El niño huele a nosotros, es de nuestra manada"— decía la voz ya no tan potente como al comienzo. Remus Lupin sentir latir todo su cuerpo, el lobo en su interior urgía por salir — " Ella no puede ser la madre… tiene un olor puro, es virgen, no puede ser la madre… aunque… el cachorro humano también huele a ella"

—Hola, me llamo Hermione y creo que ya conocieron a Teddy— le alcanzó su mano para estrecharla , pero él seguía sin poder entender bien lo que sucedía. Solo se limitó imitarla. No podía hablar estaba demasiado concentrado en contener a su Moony. Pero a pesar de aquello podía sentir la suavidad de su piel al tocar la suya. Teddy seguía señalando en su dirección, tratando de volver a lanzarse sobre el.

— ¡Hermione!— la voz de Alice lo distrajo completamente. La mujer de Frank se abalanzó a abrazarla — ¿Por qué no me dijiste que tenías un hijo? ¡Es tan adorable…!— la mujer beso ambas mejillas del pequeño. Remus tembló, la escena le parecía surreal, sacada de una película muggle, de esas que a su madre tanto le gustaba ver.

— No te preocupes Alice, Hermione ya explicará todo en un momento— La voz de Albus se adelantó a la de ella. — Ahora si me prestan todos su atención…—Dumbledore acaparó la mirada de casi todos en la habitación. Remus aún seguía algo descuadrado. Estaban casi todos los miembros de la orden, reunidos en un circulo, los únicos que faltaban eran Hagrid y Ojo Loco.

— Algunos de ustedes ya conocen a Hermione Granger, nuestra no tan nueva aliada.— repuso en un tono cantarín que hasta hacía recordar a las discursos de inicios de clases en Hogwarts. — Hermione tiene en Londres dos años, y se ha encargado durante estas semanas en desarrollar un escudo de protección para los bebes y niños de la orden. Gracias a la efectividad de su trabajo, ya no será necesario que se hagan los Fidelus que antes habíamos planeado para proteger a Neville y Harry. Lamentablemente Hogwarts ya no es un lugar seguro para Hermione y Teddy.

—¿Hogwarts?— esta vez fue Lily quien hablo, al parecer la presencia de Hermione no era nueva para ella. — Mione, nunca dijiste que estabas quedándote en Hogwarts y menos que tenías un hijo— Remus volvió su vista a la pelirroja.

— Entre menos personas supieran la existencia de Teddy era mejor, pero bueno…. Todo cambió la noche que Peter visitó Hogwarts. El descubrió la existencia de Teddy, así que ocultar su existencia ya no tenía sentido, al menos no a la orden— Remus observó por un momento a Sirius que hasta el momento no había pronunciado ni una sola palabra.

—¿qué tiene que ver Peter? Y Lily ¿Desde cuando conoces a Hermione?— Fueron las primeras palabras de Sirius en mucho tiempo. Ya se había sacado los lentes de sol. Y sujetaba con una mano su cintura. La castaña estaba a punto de responder, pero fue está vez quien James intervino después de pedir el consentimiento de Albus para hablar.

— Yo puedo contestar eso Sirius…— el tono de su voz no era alegre. Remus recién se percato la ausencia de Peter.

— Él era el espía. Peter es un mortifago, lo es desde hace meses.

—No.— La voz de Sirius y Remus. El resto de la sala quedó en silencio total.

—No puede ser yo pensé que….—Las palabras de Sirius murieron en su boca— no puede ser…

—Lamentablemente esa verdad– fue Minerva quien aclaró el ambiente. —Él intento envenenar a la señorita Granger… y lo hubiera conseguido de no ser por Teddy. Es una larga historia…

— La cuál queremos escuchar…. Yo no me explico, no puede ser posible…

— Lo es. Black, tu amiguito esa una rata traidora— Fabian Prewet alzó su voz desde el fondo de la habitación. —Mandó a cinco mortifagos a atacar a una familia muggle, casi morimos en ese enfrentamiento, si no hubiera llegado Granger quizás a estas alturas estaríamos muertos— Terminó de decir Prewet. Mientras su hermano gemelo asentía fervientemente.

— Además— Marlene Kindom caminó unos pasos adelante, tenía el brazo vendado y la piel del rostro de color purpura — sé que fue él quien dio la dirección de mi casa a Bellatrix. Gracias a Merlín que el profesor Dumbledore apareció.

— Conocemos a Hermione desde hace aproximadamente un año, ella estuvo cuidando de mi embarazo y el de Alice. — Lily continuó— Lo ideal hasta hace poco era que nadie además de nosotras se enterara de su existencia, pero… todo se fue complicando. Peter hizo una visita sorpresa hace meses y se dio con su presencia, yo cometí el error de contarle todo, no sabía que él era el traidor… fue después de aquello cuando intento asesinarte ¿verdad?— Lily vio a Hermione que tenía a su pequeño aun en brazos y quien a esta altura se había acurrucado contra su pecho.

—¿Por qué no apareciste antes en la orden?— Remus se sorprendió a si mismo hablando.

— Era muy peligroso, solo las personas que debían interactuar con ella sabían de su presencia— Minerva miro considerablemente al pequeño. — Además hasta que paso el intento de asesinato, no sabíamos quién era el traidor. Granger ha sido un alivio para esta orden. Además nos ha demostrado sus habilidades en los momentos que más la necesitábamos.

— Mione es una excelente sanadora, y la mejor duelista que jamás he visto— continuo Alice cerca de Andrómeda Tonks quien observaba cuidadosamente al niño que la castaña llevaba en brazos.— Hermione tenía como misión ayudarnos a proteger a los niños… aunque claro… todo lo referente a ella era nuevo para nosotros— El ambiente pareciera estar hecho de rocas. Remus y Sirius miraron intensamente a James, quien desde el extremo de la habitación asentía despacio.

— Pero… Yo te recuerdo… tu apareciste de la nada en el bosque prohibido… ¿de donde saliste?—Sirius dejó su pose de galán muggle y la comenzó a barrer con la mirada de pies a cabeza, como si tratara de buscar recuerdos guardados.

—Yo…— La voz de la castaña no pudo continuar, Albus alzó su mano. Andrómeda Tonks abrió los labios al mirar detenidamente al bebe que llevaba la muchacha, después vio un momento a su marido que parecía entretenido viendo como su pequeña Nymphadora le sonreía, al cabo de un segundo entrecerró los ojos. El bebe volvía a cambiar el color de su cabello esta vez a un tono morado. Dora le señalo con el dedo a su madre que tenía intensiones de subir a la otra habitación con los demás niños, ella asintió.

— Esa información es clasificada señor Black, pero no debe preocuparse por la señorita Granger, en estos años ha demostrado su lealtad en innumerables ocasiones, además tiene el respaldo de alguien que no me atrevería a desconfiar— Todas las miradas se depositaron en ella.

— Profesor creo… que debería aclararlo, tarde o temprano la verdad saldrá a la luz. Y creo que esta vez es imposible negarlo. — Lo que más le sorprendió a Remus no fueron las palabras, ni el tono dulce de la mujer, sino su mirada persistente sobre él. —" Ella lo sabe… ella sabe que es nuestra. ¡Márcala!"— Moony, el lobo en su interior, intervino. — "Ese cachorro humano es tuyo, y esa humana es mía. Tomemos lo que nos corresponde…"— Remus negó fuertemente. El nunca antes había tenido relaciones sexuales, el miedo a herir a alguien le aterraba. La sola idea que sus sentidos le reclamaran por reclamar lo que sentía que era suyo era por lo menos extraño.

— Ya sabe que contar, señorita Granger— está vez fue Minerva quien acotó a la conversación.

Lily y Alice se acercaron más a ella. Mientras que el resto de la orden a excepción de Andrómeda y Remus retrocedieron unos pasos.

— Lily, Alice…— se detuvo en la mirada de las mujeres— No les dije que tenía hijos… porque ciertamente no los tengo. Teddy es mi bebe, pero yo no soy su madre. Yo soy su guardián. Los padres de Teddy murieron en la segunda guerra, al menos en la que yo conocí.

— Eso no es verdad….— Las palabras de Remus salieron más rápido que su sentido común. Pero sus palabras ya estaban dichas — Lo puedo oler…— La castaña paso grueso su salivación.

— A eso voy… espere un momento Sr. Lupin. Los padres de Teddy si murieron en la segunda guerra.

—¿Segunda guerra?— Andrómeda intervino rápidamente.—¿A que te refieres con eso?

— Verán… yo… nosotros— miro por un momento a Teddy— Nosotros venimos de un universo alterno. Un universo donde además la mayor parte de ustedes han muerto. — Toda la sala quedó en silencio, solo se podía oír las respiraciones de los presentes, y la risa lejana de los niño, quienes estaban en una de las habitaciones superiores.

—¿Pero… cómo?— James Potter intervino sujetando ahora el hombro de su esposa.

— Mi universo es muy similar al suyo, la única diferencia fue que en el suyo… Voldemort se tendrá que vencer en una sola guerra. Deben existir otros cambios, pero no estoy muy segura de cuales son. En mi universo yo nací en 1979, asistí a Hogwarts y mis mejores amigos fueron algunos de sus hijos— dijo mirando a todos de la misma forma— Ingresé a la orden en 1997, pero hemos enfrentado a Voldemort desde mucho antes. La guerra fue devastadora para todos, en especial para mi bebe. — volvió a mirar a Teddy quien para ese entonces ya estaba acunado medio dormido en sus brazos.— La noche en que cumplió su tercer mes de vida, fue donde todo cambió. Estábamos durmiendo cuando… aparecieron Greyback y Rosier. Intentaron atacarnos , pero Teddy lo impidió, no sé como, ni exactamente qué paso… pero terminamos en este universo, yo caí en el bosque prohibido, y Teddy… en el despacho de Dumbledore.

El joven licántropo sintió que su corazón bombeaba a máxima potencia, si todo lo que ella decía era verdad, entonces… en ese otro universo el había muerto, le había conocido y no le había marcado. Remus vio a su alrededor, podía ver el rostro desencajado de Lily y Alice.

—¿ Por eso sabías quien era el guardián del Fidelius?—James camino unos pasos detrás de su mujer. Se rasco la quijada y volvió la vista hasta un punto fijo en el techo de la habitación— Por eso sabías de la existencias de los pedazos del alma de Voldemort, los Horrocruxes…

— ¿ Ella fue quien dio esa información?— La vista de Sirius se deposito en ella. Sirius Black hacía unos meses que había tenido como misión robar el diario de Tom Riddle de la misión de los Black y atravesarlo con la espada de Godric Griffyndor. Remus vio a su amigo como mordía sus labios. Sirius abrió la boca nuevamente — Y supongo que tu sabías de las intenciones de Regulus, ¿fuiste tu quien lo ayudaste a destruir ese dichoso anillo?— Regulus Black había destruido el anillo de Morvolo Gaunt, hacia unos meses y había huido del mundo mágico sin dejar rastro alguno.

— Sí, tuve que pedir la ayuda de Kreacher y por su puesto la ayuda del profesor Dumbledore—

— Estamos cerca de la destrucción de Voldemort, ya contamos con la destrucción de casi todos los artefactos: el anillo lo destruyó el señor Black; la diadema los gemelos Prewet; la copa de Hufflepuff el señor Frank Longbottom; el diario, Sirius; el guardapelo el señor Potter; nos faltaría el último Horrocrux: Naginni— La voz de Dumbledore se hizo pausada y tranquila.— Aquí lo importante es proteger a la señorita Granger y a Teddy. ¿Crees que se puedan quedar aquí Sirius? — pregunto el viejo director de Hogwarts. Remus giro su cuerpo en dirección a su mejor amigo, respiro hondo. Por unos momentos había olvidado que Hermione era la muchacha de quien Sirius parecía estar hipnotizado, ahora ya sabía porqué. Sirius trato de esbozar una sonrisa, pero su mente procesaba la información a otro ritmo. Se dio cuenta que su perruno amigo comenzaba a ver con más curiosidad al pequeño, a Teddy.

— Por su puesto…— Sirius aclaro su garganta, sus mejillas se encendieron al ver la sonrisa de la muchacha.

— Eso es estupendo Sr. Black porque usted y el Sr. Lupin son los encargados de la seguridad de la señorita Granger y del pequeño Teddy.—


Hola:

Hola a todos, espero que esta historia sea de su agrado. Esta semana actualizo el fic que me faltaba: When I was your man. He tenido algunos problemas con mi servidor, pero ya se solucionaron.

¿Qué les pareció la historia? ¿Alguna sugerencia?

No hay nada que me haga más feliz que sus comentarios. No importa si incluyen tomates. Lo importante es tener feedback.

Pásenla estupendo, nos vemos pronto.

DLila

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