InuYasha y compañía no me pertenece (/3)

Drabble participante en la actividad de unión del foro: La aldea entre las hojas.


Kagome suspiró mientras recogía las hierbas medicinales.

Tenía calor, el traje de sacerdotisa no era nada cómodo, no había ventiladores ni aire acondicionado, no tenía su cómoda cama, el clima estaba loco, en la tarde caluroso y en las noches había un frío terrible y no tenían ninguna fuente de calor más que una pequeña fogata…

¿Habría hecho lo correcto?

Dejar a su familia, su casa, sus comodidades, su mundo

En momentos como ése no podía evitar dudar, dejó todo atrás por ir a vivir en una era peligrosa, instintivamente llevó una mano a su vientre, aún pequeño, dónde se gestaba su primer hijo…

Resopló de nuevo mientras se levantaba, no sin algo de dificultad. Ahora que estaba embarazada era cuando se ponía a pensar en lo mejor para su hijo, y llegaba a la conclusión de que ésa no era la época mejor.

Hubiera seguido con ésos pensamientos y dudas de no haber sido por una voz.

— ¡Oi, Kagome!

Alzó la vista para enfocarla en su marido.

— ¿Qué tanto hacías?

— Recogía hierbas…

— Deberías de tener más cuidado, ¿qué tal si algo le pasa al cachorro? — Cuestionó con el ceño fruncido InuYasha mientras se agachaba y quedaba a la altura del estómago femenino — Cachorro ¿puedes creer lo imprudente que es tu madre? Te doy permiso de incomodarla ésta noche como venganza.

Y así, InuYasha continuó hablándole a la barriga de Kagome, sin importarle que alguien pasara y los viera y sin percatarse de la mirada que le daba su mujer. Desde que se enteraron de su embarazo, InuYasha cambió, era más cariñoso (no del todo) y más comprensible (solo con ella).

Si, tal vez no tenía las comodidades de su época, pero tenía algo mejor…

Tal vez dejó a sus amigos, pero encontró algo cien veces mejor…

Tal vez dejó a su familia, pero ahora ella tenía a la suya.

Jamás los dejaría por nada del mundo.

Fin.