Advertencias:

Sangre, un poco de locura y amor. No explícito, pero sí algo.

Que quien lo entienda me lo diga, de favor, porque ni yo.

..

Rotos y rojos

Tensemi

Si amas algo, déjalo sufrir.

Tendou no está seguro de por qué, pero siempre termina sintiéndose decepcionado, incluso si no espera nada de nada. Es como un cascarón vacío que ha ido perdiendo hasta lo que ya no tiene, porque se jura que no siente, que no duele, que no hay quién le cause felicidad o algo similar. Pero ahí está de nuevo, reconociendo eso que le hace sentir todavía más hueco que una cáscara sin nada.

Semi está lejos, muy lejos, tomando otras manos, prometiendo otras cosas, rozando otro corazón. Robándole la vida a alguien más, pero sin dejar de pisotear la suya.

¿Cuán roto tiene que estar Satori Tendou para que alguien sienta, aunque sea, un poco de lástima? Qué tanto tiene que romperse hasta lo que ya está roto, se pregunta. Pedazos siendo cada vez más pequeños, más inútiles e invisibles. No sirve, ya no sirve. Nada de él.

Sus órganos funcionan pero se siente como un cadáver andante, con sus extremidades podridas de tanto lastimarse. A ver si puedo morir, al menos, es lo que se dice cuando no soporta. Nunca soporta, eso pasa todo el tiempo.

Una agonía eterna, tan eterna como su amor por Eita. Un anhelo que no termina, aun cuando lo tiene, en sus pálidas y huesudas manos, lleno de sangre, llorando rojo y escupiendo más rojo. Su cuerpo es la imagen de lo hermosamente macabro, tan siniestro como una pintura del infierno. Pero así, así sí, le quiere. Bien cerca, sufriendo tanto como él sufrió, llorando y sangrando como él mismo. Rotos y rojos pero juntos, siempre juntos. Porque si amas a alguien tienes que dejarlo sufrir.