LOS PERSONAJES ORIGINALES SON PROPIEDAD DE MASASHI KISHIMOTO. ESTE ES UN FANFIC ESCRITO SIN FINES LUCRATIVOS.
ESCRITO POR HIGURASHI FANFICTION-STUDIOS
El Comienzo.
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Vivíamos en los alrededores del país del fuego…
Yo provengo de una aldea ninja. Todos los que nacemos en ese lugar estamos predestinados a ser ninjas.
Sin embargo, no sólo las personas que nacen allí son ninjas…también los perros son ninjas. Durante años y tiempos que se pierden en el lejano pasado, hemos sido de utilidad a los humanos (esos extraños animales que solo tienen pelo en la cabeza, caminan sobre sus dos patas traseras y gritan como locos), sirviendo como elementos de ayuda, rastreo y si las cosas se ponían complicadas… combate.
Bueno, algo que ya es de todos conocido, es que en una sociedad ninja, las reglas son muy pero muy estrictas, y en ocasiones resulta muy difícil para todos poder seguirlas…por esta razón hay veces que los perros tratan de escapar de la sociedad ninja.
Independencia y vida por nuestra cuenta…al menos ése era el objetivo que llevó a los líderes de los principales clanes a tomar la iniciativa. No era que nos revelásemos violentamente contra los tipejos sin pelaje ni nada por el estilo. Sólo la idea de formar nuestra propia sociedad tal y cómo se suponía que lo hacían nuestros antepasados hacía cientos de lunas atrás.
Y así comenzó todo…bueno, no exactamente conmigo. Sino varios meses y creo que años antes de que yo naciera.
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Cap.1
A ambos lados del helado río se extendía un denso bosque de pinos. Poco antes, el viento había desnudado a los árboles de su capa de nieve, por lo que parecían inclinarse los unos hacia los otros, cual negras sombras fatídicas a la luz del atardecer. Era la desolación, la vastedad salvaje y helada de las tierras del país del Fuego.
Pero allí mismo, desafiante, se encontraba la vida.
El frío era inclemente, cruel. Devastador para cualquier criatura que no estuviese acostumbrada. Pero ése no era su caso.
Ninkens. Un cargo que iba más de significado de shinobis caninos. Perros entrenados y altamente calificados para servir y proteger a la aldea al lado de las fuerzas combatientes del legendario arte del ninjutsu.
Minato no leía los periódicos, de modo que no sospechaba la amenaza que se cernía, no sólo sobre él, sino sobre todo perro del lado oeste del País del Fuego, entre la aldea de Konoha y sus alrededores. Pues los shinobis tanteando entre las tinieblas de las árticas tierras del país de la Nieve, habían comenzado a disputarse en largas guerras entre otros pueblos shinobi por los dominios, y, al propagarse la noticia, miles de hombres se precipitaban a las tierras del Norte. Esos hombres buscaban perros, y los perros que necesitaban debían ser fuertes, con músculos sólidos que resistieran el trabajo y pelambre capaz de protegerlos de la helada.
Minato vivía en una gran casa en la aldea de Konoha. Allí había nacido y vivido los primeros cuatro años de su vida. Había otros ninkens, es cierto, nada más natural en una aldea tan grande. Pero Minato no era un perro de interior o de perrera. Se movía majestuosamente entre las demás jaurías de ninkens simplemente porque era el líder indiscutible. No era un perro enorme, era un retriever dorado, una de las variedades de perros rastreadores de que se utilizaban en el norte de Konoha, sin embargo, entre los de su especie era un gigante, y tan valiente como los shinobis que lo llevaron a través de los peligros de un mundo helado. Durante esos cuatro años, desde cachorro, había llevado la vida regalada de un aristócrata satisfecho y era orgulloso e incluso más independiente que otros ninkens. Pero se había salvado de convertirse en un perro mimado y doméstico: la caza y las delicias de la intemperie le habían impedido embarnecer, endureciendo sus músculos, y su amor al agua actuaba sobre él como un tónico que fortalecía su salud.
Pero esta noche, fuera y acurrucado en la profunda sombra, Minato permanecía levemente alerta, al cuidado del campamento shinobi al cual acompañaba.
De pronto, se levantó, con los pelos erizados y las patas rígidas. Vio una sombra amorfa que se proyectaba sobre la lona de la tienda y pocos instantes después llegó a sus oídos un grito desgarrador. En el terror que motivó aquel grito reconoció la voz de dos de los ninjas del equipo y saltó hacia la tienda. La cuerda lo detuvo en su impulso. Entonces vio luchar a la tres sombras y los gritos de los humanos no cesaban.
Lo intentó de nuevo y fue tanta la violencia de su embestida que cayó de espaldas. Saltando una y otra vez, tal era la potencia de los tirones que la cuerda le hirió el cuello,. Se detuvo un instante para recobrar el aliento. Las sombras luchaban todavía. Dando un gruñido furioso se lanzó hacia adelante con todas sus fuerzas y logró romper la cuerda.
Llegó justo a la tienda y pasó por debajo. Escuchó un grito ahogado y vio a dos de aquellas sombras desplomarse inertes sobre el pasto.
Lo que se cernía en la batalla contra los miembros humanos de su equipo era una bestia enorme, rojiza comol brazas furiosas de un incendio inapagable. Un semblante demoníaco y zorruno, y nueve colas que se movían como las mismas llamaradas del averno. Sin pensárselo dos veces, lanzó un gruñido y se arrojó al cuello. Un mordisco de bastaba para matar a un hombre, después de todo parta eso le habían entrenado…sin embargo, eso a lo que se enfrentaba no era ni siquiera humano, ni simplemente animal.
La bestia roja saltó y Minato levantó sus poderosas mandíbulas, seguro de que podría hacer presa de su enemigo, pero sus dientes se cerraron en el aire. Con la agilidad de un gato, el adversario se dejó caer de espaldas, rehuyendo el ataque.
Había fallado el truco, y emitiendo un ladrido de furia, Minato se dejó caer sobre el lomo del enemigo; abrió las mandíbulas y trató de hundir los colmillos en su garganta. Volvió a fracasar, y antes de que pudiera ponerse en guardia, las garras del rival trazaron un doloroso surco en su lomo.
Gracias a su gruesa piel y a la dureza de sus músculos, Minato pudo salvarse del terrible destino del vencido. Las garras del monstruoso zorro de nueve colas se habían clavado profundamente en el, pero no lo bastante para llegar a un punto vital. De pronto, Minato, con toda la fuerza que pudo reunir se levantó. Tan ligero como la cuerda de un látigo dio vuelta alrededor del zorro, y a toda velocidad se arrojó sobre él.
Los colmillos se encontraron con el pelaje del monstruo. Lasz zarpas del gigantesco animal hicieron presa de su descubierta y frágil garganta; inmovilizándola.
Unos ojos salvajes e inmisericordes, brillando como ascuas, hicieron contacto con los suyos.
Entreabrió las mortales fauces.
--¡¿Porqué interfieres en mi camino, inmunda y patética alimaña?¡--dijo una voz cavernosa emergió del interior de éstas.
Minato pudo percibir el fétido aliento. Las filosas garras le apresaron aun más.
--¡Responde!
Sintió un calor líquido, escurriendo entre los pliegiues de su collar. El aroma de su propia sangre se filtró en sus caninas fosas nasales. Una de las garras del kyuubi había trazado un delgado surco cerca de la yugular.
--…Ellos..ellos…--jadeó Minato, sin perder el contacto visual con los orbes del kyuubi— son…parte de mi manada…Debo protegerlos…
--¿Y acaso piensas detenerme? –rugió furiosamente el demonio de nueve colas. Levantó su zarpa y con ésta arrojó violentamente al maltrecho ninken rubio—l ¡Lárgate, escoria!
Minato fue a dar contra el tronco caído de un roble. Pudo vislumbrar el sendero de destrucción dejado por la bestia. Iba desde el suroeste del bosque, y avanzaba hasta…
No…
--¡No! –ladró con toda la fuerza capaz de sus pulmones, y la vista fija en el horizonte marcado hacia Konoha.
Uno de los orbes carmesí del zorro, volvió a clavarse en él.
--Te he dicho que te largues.
--No..¡No Konoha! –el ninken, haciendo acopio de todas sus fuerzas restantes, logró levantarse—¡Te detendré…así tenga qué matarte!
El demonio bufó ante la supuesta ironía del comentario.
—¿Porqué te es tan importante esa asquerosa aldea? –vociferó.
Minato se irguió tanto como pudo, con las zarpas firmemente apoyadas en el suelo. Un aura tenue de chakra comenzaba a rodearle.
--Konoha es mi hogar…y estoy dispuesto a protegerla así tenga que sacrificarme.
--Vaya…por lo que veo, tu especie es estúpida y obstinada . Tanta lealtad hacia un grupo de inútiles humanos–dijo con aire austero y soberbio—…eso es difícil de ver. --siseó en un tono grave, mientras sus ojos seguían brillando en medio de la profunda oscuridad--Les dejaré vivir …a cambio de algo.
La ultima frase pareció retumbar en el vacío del bosque. Minato sintió un escalofrío en todo el cuerpo.
--¿Qué es lo que quieres? –preguntó infranqueable, y sin bajar la guardia. Ante un demonio de ése tamaño, la respuesta de una treta engañosa no era una opción.
El kyuubi esbozó una aterradora y diabólica sonrisa mientras que su mente confabulaba una idea.
--Quiero a tu primer descendiente–rugió cortante.
El ninken rubio sintió que se le helaba la sangre.
-…n…no…
--Para sobrevivir, para perpetuar mi espíritu…necesito un contenedor vivo. –la impiadosa bestia pudo notar el leve aroma del terror en su contrincante—Tu eliges…¿Vas a sacrificar miles de vidas a cambio de una sola e insignificante?
El viento soplaba más fuerte, expandiendo los últimos vestigios del fuego ocasionado por el kyuubi. El ninken miró de reojo, hacia los cuerpos carentes de vida que yacían a pocos metros de éste, aquellos cadáveres que hacía menos de una hora solían ser parte del equipo shinobi.
Y así como ellos...sucedería con la aldea entera.
Minato tragó, sintiendo la saliva pasar dificultosamente entre su garganta cerrada.
--...Esta...bien...
La bestia estaba agazapada delante de él, con sus enormes hombros sobresaliendo por encima de su cabeza ladeada. Sus ojos le siguieron cuando dio un par de pasos hacia él, con un hormigueo en la nuca y el aliento como un tenue silbido invernal.
--Decidido...—afirmó, mirando a Minato dese arriba.— Cuando la primer cría que engendres cumpla un año de edad, me pertenecerá. Pero… — Su demoníaco rostro manifestaba una expresión que, equivocadamente, Minato tomó primero por lástima. En realidad no era compasión, sino sólo una espantosa especie de impaciencia— …si no cumples el pacto…Destruiré a toda la aldea, incluyéndote a ti.
Entonces lo vio claro; unos ojos enloquecidos que se reían, unos ojos que prometían una horrible muerte y la música de los gritos que no se oían. Percibió el ronroneo de su gruñido y captó el olor de su dulce aliento de carroña. Un calor abrasador le acometió por su flanco izquierdo.
Una llamarada, intensa y encandilante le cegó por fracción de segundo. Y, estando abatido y casi agonizante, sintió que la conciencia se le escabullía de su ser.
En medio de una bruma difusa, se hizo de noche para él.
CONTINUARÁ...
NOTAS DE LA AUTORA:
Bien, una vez más con otra idea!! ya sé, tengo demasiados fics inacabados pero si no me doy rienda suelta a despejar mi mente de la inundación de ideas que me llegan, menos avanzo. Esto no significa que escribo y publico todo lo que se me venga a la mente, ¡claro que no!, pero éste fic es muy especial para mí ya que comenzó como una idea al azahar, solo que a diferencia de las demás "fumadas" que se me ocurren, éste está un poco más documentado y hay mucha "tela de donde cortar" jeje.
¿Porqué un fic así de raro?...o mejor dicho, ¿Porqué escribir un fic asi?, bueno, tenía la idea fija de hacer un experimento y ese era el escribir un fic de Naruto narrando y desenvolviendo la trama al más puro estilo Disney...y además porque consideré interesante esta version "animalesca", para agregar algo mas al fandom que no sean fics con personajes escolares o historias cliché...quise poner mi granito de arena con esta peculiar variación.
No, la trama no será idéntica a la planteada por el propio Kishimoto. Pienso conservar algunos aspectos, eso si, pero añadirle algunas variantes, ¿Cuales son?...jeje. todo a su debido momento.
Por ahora, comenten, opinen y lean. Todo tipo de review bien pensada es aceptada.
Nos leemos.
