¤ Claim: Pascal Avaf y Matamune.
¤ Prompt: Ahora te toca ser el guardián.
¤ Palabras: 550.
¤ Advertencia: Spoiler del manga, todo lo referente a Avaf y Matamune.
¤ Notas: Los adoro, mucho, a ambos. Creo que si se deberían de llevar bien, sobre todo porque están unidos por culpa de Hao (?).
Matamune estaba sentado a la orilla de un risco. Sus ojos se encontraban cerrados y su mente concentrada, preparándose internamente para lo que sucedería. El tiempo estaba llegando, el momento de que la pelea de shamanes terminase, para dar paso a la coronación del rey de las estrellas y a la verdadera pelea tras eso, estaba cada vez más cerca.
Dio una profunda calada a su pipa, dejando escapar el humo lentamente. Él no podía actuar directamente, había perdido su oportunidad hace quinientos años. Sabía que ya había hecho lo necesario, al cuidar a Yoh en aquella ocasión, así como lo que tenía planeado hacer para la nueva pelea y, aún así, sentía que no hacía nada.
―No deberías de sentirte mal. Hiciste lo correcto hace quinientos años y has hecho todo lo que estaba en tus manos desde entonces.
Matamune miró a su interlocutor de reojo, el cual sonrío de manera amable. El nekomata volvió a soltar humo de entre sus labios con aire pensativo, a la vez que el joven de tez morena se sentaba a su lado, admirando el tétrico paisaje que el infierno presentaba ante ellos.
―Pude haber hecho más ―susurró finalmente, golpeando su pipa en el suelo, dejando un rastro de cenizas.
Pascal Avaf sonrió, aunque negó con un gesto.
―Hiciste más que suficiente. Y debes de estar contento por eso. Ahora sólo nos queda esperar que ellos hagan lo correcto ―El joven extendió la mano, en la cual traía un libro―. Pensé que te ayudaría a relajarte.
―Gracias, en este mundo es muy difícil conseguir uno de estos ―Matamune lo tomó, hojeándolo con curiosidad. Avaf colocó sus manos tras de él, reclinándose un poco al recargarse en las mismas, admirando el oscuro cielo―. Me equivoque ―dijo Matamune, rompiendo el silencio, con su vista fija en una de las páginas.
―No lo hiciste ―aseguró Avaf. Matamune suspiró, cerrando el libro.
―Le traicioné, Avaf. Le ayude a seguir pensando que el mundo está en su contra.
El antiguo shaman estiró su mano, colocándola sobre la cabeza del nekomata, para sorpresa del mismo. Avaf tenía una sonrisa tranquila y fue cuando Matamune recordó como se conocieron.
―No te disculpes ―advirtió el nuevo compañero de Chocolove, retirando su mano―. Debería odiarlo, por lo que hizo, pero no lo hago y eso es lo que cuenta ―Se puso de pie, sacudiéndose un polvo inexistente―. Tal vez por eso acepté estar aquí. El que Hao regrese a como era antes justificará todo esto.
Matamune asintió, viendo que no tenía caso seguir lamentándose. Dio una última calada a su pipa antes de ponerse de pie.
―El trabajo de guardián de ese grupo es cansado ―dijo, de manera casual. Le sonrió a Pascal Avaf, antes de darle la espalda y comenzar a caminar sin rumbo fijo―. Cuídalos.
―Sabes que lo haré. Así como sé que harás tu parte cuando llegue el momento.
El nekomata asintió y miró de reojo como su viejo amigo desaparecía. Se colocó la pipa entre sus labios. Sí, no era momento para lamentarse por el pasado. Ahora tenía la oportunidad de enmendar su error y eso era lo que importante.
Miró el libro y sonrió. Tal vez podría terminarlo antes de que esos chicos necesitasen su ayuda. Y es que muy pocos lograban salir tan fácilmente del infierno.
¿Review? :3
