Uno nuevo... Este no es el primer capi, es más algo así como la introducción. Posteriormente se irán alargando más los capítulos. Comparto créditos con Michelle... (Miss Potter). Reviews, porfa!
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¡Oh, no! Me he convertido en… ¡Cho!
- ¡Odio mi vida!- Declaró una chica de cabello castaño enmarañado, lanzándose dramáticamente hacia la cama.
- ¡Oh, vamos Hermione! No seas exagerada.- Una guapa pelirroja se sentó junto a ella, palmeándole la espalda.
- ¡Es en serio, Gin!- Le reprendió la castaña, sentándose también.
- ¿Ah, si¿Qué hay de malo en tu vida?- Preguntó, arqueando una ceja.
- Pues bien… Para empezar no he salido con ningún chico desde Víktor Krum- Comenzó.- , todos los chicos creen que soy una sabihonda incorregible, y no consigo más amigos de los que tengo ya. Es decir, no hay nada de malo en ellos, sólo quiero… Ampliar mis horizontes. Nadie nunca me ha visto como lo que soy… Una chica.- Suspiró.- Y… Para colmo… El chico del que estoy enamorada es tan estúpido que ni siquiera lo nota.- Al decir esto último sus mejillas se tiñeron de escarlata.
- ¿Estás enamorada?- Preguntó Ginny, con los ojos muy abiertos.
- ¡Shhhhh! No lo publiques.- La acalló Hermione.
- Y… ¿Quién es el afortunado?- Preguntó Ginny, con una sonrisa burlona.
- Oh, él ni me mira… No como yo quiero.- Se lamentó y una lágrima furtiva escapó de la prisión de sus pestañas.
- ¡Ah, Hermione! Todo eso tiene solución. Podemos mandarle sutiles indirectas, notitas perfumadas, sonrisitas de miel… ¡Cielos, hasta podemos hacerte un cambio de imagen!- Ginny se había levantado y analizaba su rostro, preguntándose que look le favorecía.- Quedarás preciosa. Es un método infalible… ¡Funciona con cualquier chico!- Ginny se dirigió a la ventana.- A menos, claro, que el chico sea mi hermano. ¡En ese caso estamos perdidas!- Bromeó y rió alegremente. Se volteó hacia Hermione y notó que esta había comenzado a sollozar silenciosamente.
- ¡Oh, no Herms!- Se le acercó y rodeó sus hombros con su brazo. - ¿Te gusta el tonto de mi hermano?- Preguntó, mirándola. Ella asintió y se lanzó a la cama de nuevo, llorando.
- Odio mi vida.- Repitió, con una almohada sobre el rostro.
- Vamos, Hermy… Anímate. ¿Qué tal una noche de chicas? Ya sabes, mascarillas, guerra de almohadas, tazones de helado gigantes…- Trató de consolarla, acariciando su cabello.
- No, Ginny… Por favor… Sólo quiero… Estar sola.- Pidió, con los ojos anegados en lágrimas. La pelirroja asintió con la cabeza y salió de la habitación cerrando suavemente la puerta. En cuanto Hermione escuchó que sus pasos se alejaban, sacó de su baúl la revista "Corazón de bruja" y admiró a la preciosa chica rubia que sonreía desde la portada.
- Como desearía ser tan hermosa y popular como ella.- Susurró y entonces se quedó dormida, con la revista contra su pecho…
Los rayos del sol se colaban por la ventana, iluminando tenuemente la habitación con resplandores dorados. Había tres camas, y una sola chica reposaba sobre una. Se había quedado dormida lo noche anterior, hablando con Ginny. Entonces, alentada por los gorjeos de los pájaros en el exterior, se despertó y se frotó los ojos, adormilada.
"Cielos, debí dormir más de lo requerido. Ya es de día." Dedujo. Se incorporó lentamente y corrió los doseles de la cama. "¿Dónde estará la revista?" Pensó, volviendo su vista hacia la cama, cuya sábana era de un tono azul oscuro. "¿Azul oscuro" Se extrañó la castaña, levantándose rápidamente. Sus sábanas eran escarlata… O así lucían la noche anterior. Analizó detenidamente la habitación… Aquella no era la estancia de Gryffindor. Las cortinas eran azules también y el emblema de Ravenclaw relucía sobre ellas. Cada cosa estaba en su lugar y había junto a la ventana un estante lleno de libros cuidadosamente acomodados. Hermione apartó un mechón de cabello que le caía sobre el rostro, extrañada. Sintió este excesivamente suave.
- Que extraño…- Se dijo en voz alta. Entonces sintió un sobresalto…. ¡Su voz sonaba diferente!
- ¿Qué es lo que es tan extraño, Cho?- Preguntó una muchacha de cabello rizado, entrando por primera vez a la habitación.
- ¿Cho?- Hermione corrió al baño y examinó su reflejo en el espejo. Este le devolvió la imagen de una guapa oriental de largo y reluciente cabello negro. Lo siguiente que supo Hermione fue que perdía la conciencia y caía, demasiado impresionada para permanecer de pie.
