Nymeria Blackwood vivía bajo la sombra de la muerte, matando, eliminando… criada por la dura mano de los mercenarios desde que era una niña, se le fue arrebatado el miedo, el dolor y la piedad. Saliendo adelante por sus propios medios y habilidades se convirtió en la asesina más letal y temida, era veloz, ágil, silenciosa con un don especial, un don que contrastaba con su naturaleza destructiva, un don de sanación.
Nymeria, llamada la cazadora, veía desde la cima del risco al resultado de su reciente trabajo, las llamas envolviendo aquella casa iluminaban todo a su alrededor, el pobre tipo había sido un extorsionista y aquí tenia ahora el resultado de sus acciones.
La sensación de una presencia la alerto, desenvainando una de sus katanas giro rápidamente apuntando al cuello del intruso, mirando en shock al darse cuenta del ser frente a ella.
Un anciano de larga barba, alto y vestido con una túnica y sombrero gris, sostenía en su mano un bastón de madera.
Un ligero escalofrío le recorrió al ver su sonrisa misteriosa.
-Muy ágil sin duda y es exactamente lo que estoy buscando-Dijo con amabilidad dando un paso hacia ella.
-¿Quién eres?-Espetó ella ceñuda, retrocediendo un paso sin poder creer lo que veía. No podía ser un espíritu, era demasiado corpóreo y sentía una extraña energía manando de él-Tu no existes-Declaró con severidad.
-¿Cómo es eso, sí estoy frente a ti?-Preguntó el mago con curiosidad.
-Es imposible. Gandalf el gris es un personaje de un libro-La sonrisa del mago se amplió al oír su nombre.
-El que me conozcas lo hace todo más fácil, y en lo referente a tal libro debo admitir que no tengo respuesta para eso ahora. Pero no podemos perder tiempo, me eh presentado con el motivo de pedir tu ayuda para una misión-Explicó.
-¿Misión?-Envainando su espada, Nymeria lo miro con sospecha dispuesta a seguirle el juego-¿Qué clase de misión?-Preguntó cruzándose de brazos.
-Una que significa recuperar un reino robado y cambiar el destino de importantes personas-Nymeria lo miro con una ceja arqueada, soltando un bufido.
-¿Esperas a que me crea eso?-Soltó con ella burla.
-Sé que parece una locura y lo comprendo, pero entenderás todo a medida que pase el tiempo. Necesito tus habilidades en esto, la historia debe ser cambiada con urgencia, el enemigo no puede volver a alzarse…
-No soy ninguna especie de héroe-Ella declaró cortante apartándose un mechón de su rojo cabello del rostro.
-Se quién eres Nymeria. Eres fuerte, decidida y con un gran corazón, debes confiar en mí cuando digo que es posible crear un nuevo futuro, esta es la única oportunidad que tenemos y que tiene la Tierra-Media para ser salvada de ser corrompida por la oscuridad y la maldad…
Nymeria intento tomarlo como un sueño, pero el pellizco que se dio en el brazo no la despertó. Había vivido con lo sobrenatural toda su vida, pero esto… esto estaba lejos de ser lo medianamente normal de su diario vivir.
Los ojos del mago eran demasiado sinceros, su voz se oía desesperada y la clara tensión en su rostro, le decía que realmente necesitaba ayuda.
No era que ella fuese caritativa, pero no tenía nada que perder si aceptaba ayudar en su misión. Después de todo era una persona solitaria y donde hubiera emoción y peleas iba a estar. Y recordando las historias de la Tierra-Media tenía asegurado un montón de batallas con extrañas criaturas de leyenda.
Todo ello era mil veces mejor que estos absurdos trabajos sucios.
Con la idea de conseguir peleas y diversión con sus armas, tomo su decisión.
-Acepto.
Gandalf sonrió con mucho alivio, bastante complacido y satisfecho, viéndose un brillo en el gris de sus ojos misteriosos.
-Será mejor que recojas algunas cosas para irnos, hay mucho que hacer-Dijo Gandalf con emoción golpeando el bastón en el suelo.
Sorprendentemente en un destello estaban en su casa, sin preguntar como sabia la dirección de su vivienda, se ocupó de empacar en un bolso, ropa, artículos de aseo, uno que otro artilugio moderno, armas varias como también cartuchos de recargas, joyas que estaba segura que podía intercambiar por dinero de aquel mundo y por ultimo sus katanas. Eran sus armas más preciadas, regaladas por alguien que ya no estaba desde hace un tiempo en este mundo.
Cuando estuvo lista, desaparecieron sin demora.
Fue bastante impresionante el cambio repentino. En un momento estaban en su casa y al otro en los verdes y extensos campos de la comarca. Después caminaron siguiendo la senda hasta lo alto de las colinas para detenerse frente a aquel hobbit que fumaba una pipa cómodamente sentado en una banca, Bilbo Bolsón.
Al verlos se removió incomodo mirando a cada uno con ligera sospecha-Buen día-Dijo llevándose la pipa nuevamente a la boca.
-¿A qué te refieres? Me deseas un buen día o te parece que es un buen día sea que yo lo quiera o no-El hobbit se vio confundido por las extrañas palabras de Gandalf-O tal vez quisiste decir que te sientes bien en este día en particular o simplemente dices que es un buen día para uno se sienta bien.
-Todo al mismo tiempo supongo-Respondió algo dudoso, formándose un poco de silencio mientras Bilbo los miraba-¿Los puedo ayudar?
-Eso es lo que vamos a averiguar-La voz de Gandalf sonó de un modo misterioso-Estoy buscando a una persona que quiera tener una aventura.
-¿Qué? ¿Una aventura? No se me ocurre nadie al oeste de bree con mucho interés en aventuras-Explicó el hobbit poniéndose de pie-Son cosas temibles, incomodas y feas-Declaró con incomodidad yendo hasta el buzón, sacando las cartas de su interior revisándolas mientras fumaba, Nym quería reír ante su nerviosismo-Buen día-Se despidió girándose y dirigiéndose a su casa.
-Quien me iba a decir que viviría para ver el día en que el hijo de Belladona Tuk me dijera buenos días como si fuera un vendedor de botones-Soltó Gandalf con exasperación.
-¿Disculpa qué?-Preguntó Bilbo con confusión.
-Has cambiado pero no del todo para bien Bilbo bolsón.
-¿Disculpa te conozco?
-Reconoces mi nombre pero no recuerdas que le pertenezco, me llamo Gandalf y Gandalf significa…a…eh, bueno yo.
-Gandalf, el mago viajero, aquel que fabrica esos excelentes fuegos artificiales. El viejo Tuk los encendía en el solsticio de verano-Dijo Bilbo emocionado-no sabía que todavía trabajaras.
-¿Y que otra cosa iba a hacer…? al menos todavía viene a tu mente algo sobre mí, aunque solo sean mis fuegos artificiales. Si, está decidido, sería bastante bueno para ti-Lo señalo-Y muy divertido para mí, le informare a los otros.
-Oh, no, aguarda. Nosotros no queremos ninguna aventura aquí-Protestó el hobbit-Gracias, ahora…no, no, te sugiero que busques más allá o al otro lado del rio…-Bilbo soltó nervioso dirigiéndose a la puerta de su Smial.
-¡Espera!-Exclamó Gandalf antes de que entrara-Necesito que cuides de esta señorita-Pidió señalando a Nymeria para después empujarla hacia adelante.
-¿Qué?-Soltó Nym con sorpresa, lanzándole después una mirada de molestia.
-¿Cómo? A yo…-Bilbo sin saber que más decir solo se quedó mirándolo con algo de nerviosismo, sobre todo al fijar repetidamente la mirada en las armas que ella portaba en su cintura.
-Será hasta que vuelva-Añadió Gandalf con toda tranquilidad para después abrir la reja y hacerla entrar-Hemos viajado por días y no puedo exponerla otra vez al agotador camino que me espera-Nym entendiendo la intención de Gandalf puso su más fingida cara de tristeza, viendo la duda en la cara de Bilbo-Necesita algo de descanso-Insistió.
-Por favor-Le pidió ella.
-Es…está bien, pero solo hasta que vuelvas-Accedió Bilbo mirando a Gandalf, quien sonrió absolutamente satisfecho. Bilbo abrió la puerta de su hogar invitándola a entrar. Limpiándose las botas en la alfombra entro mirando a detalle a su alrededor.
Sintiendo al hobbit cerrar la puerta detrás de ella, se giró para mirarlo.
-Gracias…-Le dijo suavemente mientras lo inspeccionaba, sin encontrar ningún tipo de maldad en su ser.
Era bastante inusual.
-Ah, de nada-Contesto Bilbo con una sonrisa-Déjame ayudarte con eso-Ofreció. Al entregárselo el pequeño hobbit casi se va al suelo, Nymeria soltó una ligera risa-¿Qué traes? ¿Piedras?-Pregunto él sonrojado.
-Cosas de mujeres-Respondió. Le entregó el abrigo y tomo de vuelta el bolso-¿Dónde lo puedo dejar?
-Por aquí-Contestó antes de llevarla por un pasillo.
-Interesante casa-Y lo era, de agradable ambiente y cálida. Aunque con el techo demasiado bajo, ella era un poco más alta que Bilbo y al menos unos centímetros le separan del techo de los pasillos. Deteniéndose frente a una puerta, la abrió y le dio paso a una acogedora habitación-Puedes descansar aquí-Nymeria entró y dejo el bolso en la cama.
-Has sido muy amable por dejarme quedar aquí, sé que es molesto para ti…
-Oh, no…no hay problema, de verdad, solo que no recibo visitas a menudo. ¿Quieres comer o beber algo?
-Un poco de jugo estaría bien.
-Jugo, enseguida-Él se fue rápidamente. Mientras, se sentó en la cama repasando todo lo sucedido. Se sintió verdaderamente extraña por estar aquí, se suponía que esto era un cuento de ficción ahora estaba aquí verdaderamente para "cambiar" toda la historia como Gandalf dijo.
Le iba a dar un dolor de cabeza si lo pensaba demasiado.
Poco después Bilbo volvió con un vaso de jugo de naranja, sedienta lo recibió dándole un rápido agradecimiento antes de beberlo todo rápidamente.
-Vaya, de verdad tenia sed-Le dijo con una sonrisa-¿Quiere más?-Negando con la cabeza le devolvió el vaso-Dejare que descanse…-Dijo un poco dudoso al no saber su nombre.
-Nymeria, pero prefiero Nym.
-Señorita Nym-Dijo cortésmente y se retiró cerrando suavemente la puerta.
Con un suspiro, se dejó caer completamente en la cama. El silencio y la calma del lugar la llevaron poco a poco a un tranquilo sueño.
Es mi primera historia, porfis, paciencia conmigo. Iré alargando los capítulos a medida que los suba, es el inicio así que intentare hacer lo mejor que pueda.
UN AVISO: ESTOY MODIFICANDO ESTA HISTORIA, LA TRAMA NO VA CAMBIAR. SOLO VOY A CORREGIR FALTAS DE ORTOGRAFÍA Y Y ARREGLAR ALGUNAS COSAS, PERO NADA QUE CAMBIE EL SENTIDO DE LA HISTORIA PARA LOS CAPÍTULOS POSTERIORES, NI PERSONAJES :)
AGRADEZCO SU BELLA PACIENCIA.
CUÍDENSE MUCHO
QUE DIOS LOS BENDIGA :)
BYE ;)
