Un corazón entre tinieblas
ADVERTENCIAS: Yaoi y lemon.
DISCLAIMER: D. Gray Man pertenece a Katsura Hoshino y no a mí. Si me perteneciera sería mucho más gay de lo que ya es xD
Se ambienta por el tomo 214 del manga y esto sería lo que sucedería si fuera yaoi xP
*Habitación de una posada*
Abrí los ojos pesadamente e intenté incorporarme pero fui apresado por unas fuertes manos.
No tardé en reconocerlo. Se trataba de Kanda, sin duda.
…
Kanda
…
"Maldito moyashi, acuéstate o tus heridas no se curarán nunca."
"Kanda, yo…"
"Cállate, soy yo el que debe hablar ahora."
"Pero, ¿por qué? Al fin eras libre… ¡¿No era eso lo que querías?! ¡AL FIN PODÍAS ESTAR CON ALMA, BAKANDA!"
"¡ALMA ESTÁ MUERTO!" Gritó Kanda.
Enmudecí de inmediato. Tardé en asimilar sus palabras y cuando logré entenderlas solo pude articular un "No puede ser" y comenzar a sollozar entre violentos espasmos que no podía controlar.
Kanda me miró con desaprobación mientras se sentaba a mi lado. "Tsk. Eso ahora no importa asique deja de llorar como un crío" Me limpió las lágrimas con la manga y acarició mi rostro.
Sin pensarlo le aparté bruscamente la mano y miré hacia otro lado, ruborizado.
"Moyashi…"
"¡Es Allen!" exclamé automáticamente.
"Tsk, como sea."
Levanté la vista pero mi mirada me traicionó pues fue a parar a ese par de oscuros océanos en los que me hundía ante la inmensidad de su profundidad. Odiaba la forma en la que la mirada de ese hombre hacía que me temblara el corazón, el cuerpo, el alma, todo. Entonces se abalanzó sobre mí presionando sus labios contra los míos. Me besó. AL principio lentamente, con cuidado y luego cada vez con más urgencia, más violencia haciendo que su lengua explorara frenética cada centímetro de mi ya conocida boca. No era la primera vez que Kanda aclamaba mis labios con tanta impaciencia, ni mucho menos pero, joder, si esto seguía así…
Mierda.
Kanda me miró y sonrió pícaro. El muy cabrón había notado un bulto ya duro en mis pantalones.
"Hay que ver, sigues siendo el mismo mocoso pervertido de siempre." Afirmó Kanda.
"¡Fuiste tú el que ha empezado, Bakanda!" Intenté aclarar, aunque sólo hacía más palpable mi pequeño -gran- problema. Suspiré intentando calmarme. Kanda empezó a reír. Ahhh…su risa…maldita sea. Me di una patada mental.
"¿No recuerdas –decía mientras recomponía la decencia- cuando estábamos en la orden? Era algo difícil conseguir algo de tiempo a solas y siempre que podía…"
"Me raptabas y violabas" Le corté, enfadado.
"Mejor dicho te besaba y tu cuerpo me pedía más. Mucho más. Yo sólo me limitaba a dar lo que tu cuerpo quería y tú tanto negabas."
Hice un puchero. Había dado en el clavo, pero no iba a perder tan fácilmente.
"Eso era porque tu no eras más que una pantera en celo que buscaba desesperadamente mi pobre cuerpecito para montarse y no bajarse hasta el amanecer, estúpido."
"Oh, ¿ah sí?" Eh aquí la sonrisa lobuna de Kanda. Ahora que lo pienso, Lavi dijo una vez que a veces, Kanda se comportaba como una pantera, ¿acaso se referiría a…?
Sin esperar a que pudiera abrir la boca e insultarle como es debido me volvió a besar. Esta vez con calma y devoción, como si tuviera que contenerse para no quemarme, agarrándome con fuerza para asegurarse de que no me derritiese y desapareciera con el calor que emanaban sus labios…
Cuando nos separamos un hilillo de saliva escapaba rebelde de nuestras bocas. Kanda me observaba intensamente. "Oh no" pensé esto debe acabar ya." Debía mantener la compostura y pararle antes de que fuera demasiado tarde. Había tanto de qué hablar…no podía perder la oportunidad.
Sin embargo –y para mi sorpresa- él tomó la iniciativa acallándome con un leve "shh" presionando su dedo índice sobre mis labios. A veces podía resultar ser una persona realmente tierna y protectora pero amaba el hecho de que fuese de las pocas personas que supieran de la existencia de esa faceta de su personalidad normalmente ruda y distante.
"Allen…"
Me sonrojé sin remedio. Casi podía contar con los dedos la veces que me había llamado por mi nombre y cuando lo hacía esas cinco letras juntas salidas de su boca sonaban terriblemente sexys…espera…!¿EN QUÉ DEMONIOS ESTOY PENSANDO!?
Tendría que verme ridículo, medio desnudo, vendado y con una erección más que notoria. Por no hablar de mi boba mirada y mi tez tan roja que seguramente ya no se distinguiría del escarlata de la marca de la maldición de Mana.
"Allen" Me tomó la mano y comenzó a hablar: "Sé que dije cosas horribles e hirientes –me miró directamente a los ojos- Pero debes saber que no fueron más que sandeces envenenadas escupidas desde lo más profundo de mi incoherente corazón, al que tú te asomaste y de alguna manera fuiste capaz de abrirte paso donde nunca antes se había atrevido nadie. Llegaste a lo más profundo de mi ser."
"Literal" Pensé…mi mente corrompida atacaba de nuevo. Incluso en momentos como ése…¡¿En qué clase de pervertido me estaba convirtiendo?!
"No debes tomar esas palabras por ciertas –Prosiguió Kanda- Me disculpo por haberte tratado tan indebidamente y por haber sido un completo idiota contig-"
"Un completo idiota, un desconsiderado, grosero, arrogante con síntomas de imbecilidad crónica" Aventuré sin meditar.
Vi como apretaba el puño, me ignoraba y continuaba hablando. Creo que si no estuviésemos en estas circunstancias me habría dado tal puñetazo que no recobraría la conciencia en años.
"…en todo momento y darte las gracias por no dejar de creer en mi incluso cuando Alma despertó transformado en akuma."
"Hmph"
"¿Qué es tan gracioso?" Dijo con un deje de reproche en su voz.
Sonreí. "No digas tonterías, Bakanda –expresé intentando quitarle importancia al asunto- No hice más que intentar evitar que os matarais entre vosotros. Si lo miras desde otro punto de vista lo que hice fue bastante egoísta pues me desolaba la sola idea de no volver a verte. Además, sabía que Alma y tú no erais más que dos almas perdidas que no sabían cómo encarar esa nueva realidad a la que fuisteis injustamente arrastrados. Pero también sabía que no querías ningún daño hacia Alma, la amas y lo comprend-"
"Te equivocas, "amaba" sería la palabra correcta –le miré, incrédulo ante sus palabras- Sabes que originalmente era un exorcista que murió por las garras de un akuma pero por eso mismo ese "yo" que amaba a Alma dejó de existir en el momento en el que acabaron los últimos instantes que nos regalaste a Alma y a mí…¿ o es que acaso no lo recuerdas?"
"Yo…" No sabía que decir.
"Ahora soy Kanda Yuu, y si sigo siendo exorcista será por mi propia decisión y por la de nadie más. Acarrearé con las consecuencias si es necesario. Este es el nuevo "yo" que el destino me asignó, el nuevo "yo" que…-tragó saliva- …que está perdidamente enamorado de ti" dijo bajando la voz.
No podía creerlo. Espera, ¿seguía vivo? ¿Seguro que este no era el cielo?...quiero decir, estamos hablando de Kanda. Ese Kanda que no paraba de insultarme cuando tenía posibilidad. El mismo Kanda que dijo que no era más que un desecho humano. Por el amor de Dios ¿Kanda declarándose? Me temo que el akuma al que nos enfrentamos antes le ha freído los sesos. Joder, fue tan vergonzoso que me dejó atontado. Sí, esa es la palabra. Atontado. Tanto así fue que no pude reprimir un estúpido "¿qué?" que burlonamente se escapó de mi garganta para llegar tímidamente a los oídos de Kanda…
"¡NO ME HAGAS REPETIRLO MALDITO MOYASHI!" Estaba enfadado, uy, vaya si lo estaba. Supongo que habría sido para él más duro de lo normal. Tragarse su orgullo y decirme lo que siente…
Le sonreí con dulzura. Pude notar que le temblaban un poco las manos. Estaba nervioso. Y avergonzado. No pude evitarlo, abracé a un sorprendido Kanda y le besé para después susurrarle al oído un "te amo".
Nos quedamos así, abrazados durante largo rato, tan solo él y yo, sintiendo el calor de nuestros cuerpos, los latidos de nuestros inexpertos corazones. Sintiéndonos por una vez invencibles, amándonos con la fiereza con la que una osa ama a sus oseznos. Y entonces me decidí. Lucharía. Lucharía para no ser dominado y consumido por el Noé que llevaba dentro. Lucharía hasta mi último soplo de vida antes de ser Neah. Por un futuro en el que Kanda y yo podamos vivir despreocupados.
…
Lo prometo
…
*El sonido de una puerta abriéndose* Alguien entraba.
Nos separamos como si nuestra vida dependiese de ello –en cierto modo, así era- .
"Hey, Kanda, he conseguido unas hierbas estupendas para-…"
Era Johnny. Y pensar que se había unido a Kanda para buscarme…vaya pareja más extraña… menudo par de patanes.
"Oh…¡ALLEN! –Corrió a abrazarme- ALLEN POR FIN DESPIERTAS, HEMOS ESTADO BUSCANDOTE Y CUANDO POR FIN TE ENCONTRAMOS APARECIÓ ESE MALDITO AKUMA Y *sob* Y… *sob*"
"Jajaja, Johnny…yo también me alegro de verte…"
"Me alegro de que estés bien *sob*…pero más importante. Allen ¿por qué tienes "eso"?
"¿Eh?...no te entiend- abrí los ojos desmesuradamente al entender a qué se refería- ¡DIABLOS!" Me levanté lo antes posible corriendo hacia el baño tratando de ocultar "eso" y mi rubor con la sábana. Cerré la puerta de un portazo. Maldita sea.
Johnny se quedó sorprendido ante mi repentina huida." Supongo-comentó dubitativo- que será el efecto secundario de las medicinas"
Chasqueó la lengua. "Sí, seguro que será eso" intervino Kanda, irónico.
*cambio de narrador: Kanda*
"Espera aquí y vigila a Allen, Johnny. Saldré un rato" Le ordené
*Fuera de la posada, Kanda se adentra en los solitarios callejones*
Sabía que ese maldito chucho andaba cerca…pero ¿dónde? Tras caminar unos minutos se percató de su presencia. Sonrió, satisfecho.
"¿Cuándo dejarás de acosarnos, maldito perro?"
*Link sale de su escondite. Sabe que fue descubierto*
"¿No se suponía que estabas muerto?"
"¿Y no se suponía que tú, Kanda Yuu, habías huido de la Orden, con el rabo entre las piernas?" Desafió Link.
"Hmph" Al parecer el perrito faldero tenía más agallas de lo que pensaba. Desenvainó a Mugen y la dirigió a su cuello, decidido a rebanarle dependiendo de lo que le respondiera.
*Mientras en la posada*
"¿Te encuentras mejor Allen?" Dijo Johnny, preocupado.
"Ah, sí –sonreí algo nervioso por lo que pudiera haber pensado- ¿Dónde se encuentra Kanda?" Intenté parecer lo más despreocupado posible.
"Salió a inspeccionar la zona"
"¿Eh? ¿Ahora? ¿Para qué?" Pregunté confundido. Johnny me miró como si hubiera hecho la pregunta más absurda del siglo. Me temo que, efectivamente, así era.
"Pues para asegurarse de que no hubieran akumas merodeando por aquí" Dijo lentamente, como si tratara de explicarle la razón por la que nacían los bebés a un niño. Se aproximó a mí y me ofreció un vaso de agua. "Ah, sí, claro" Johnny seguía mirándome, no muy convencido por mi respuesta. Me propiné una bofetada mental. Reí nerviosamente al tiempo que cogía el vaso de agua. "Gracias" agradecí, intentando parecer menos retardado de lo normal. Me di cuenta de que estaba sediento…tanto que…
*Entretanto, en alguna callejuela cerca de allí*
"No sé cuáles son tus intenciones pero como hagas daño a Allen…"
Link ni se inmutó. Confiaba en su propia fuerza, sabía que podría escapar si las cosas se ponían feas y Kanda perdía los estribos. Al fin y al cabo no era más que un crío de 10 años en un cuerpo de hombre.
"Sabes perfectamente que no puedo volver a la Orden sin más. Si así lo hiciera tacharían mi misión de incumplida y más que torturarme me ejecutarían. Tú debes saberlo mejor que nadie, Kanda."
"Tsk. No te quitaré el ojo de encima."
En cuanto enfundó la espada, Link ya había desaparecido, sin dejar rastro. Algo más enfadado que de costumbre, se dirigió a la posada. Tenía un mal presentimiento.
*en la habitación de la posada*
Posó la mano sobre un costado del rostro de Johnny y lo lanzó a la pared con tal fuerza que cuando cayó a la cama quedó completamente aturdido.
"Probablemente ya esté a las puertas del infierno" Pensó Neah.
Trémulo, se acercó al espejo del baño y temeroso escudriñó aquel rostro ajeno que ahora portaba.
"Pero ¿qué diablos pasa con esta cara tan blanca…? Y esta extraña marca…es realmente grotesca…Bueno, tampoco está tan mal" Se desperezó y notó que algo o alguien le vigilaba. Entonces se dio cuenta de que era el golem dorado de Allen. Timcanpy. Inmediatamente se ocultó tras la pared.
"Mierda –pensó- seguro que ese maldito golem lo había grabado todo. Con suerte, podía parecer todo un accidente"
Salió del baño y lentamente se aproximó a donde se encontraba el golem.
"Dime, Timcanpy – sonrió de oreja a oreja- ¿cómo es Allen? Cuéntame todo sobre él…
*una hora más tarde*
En cuanto tocó el picaporte de la habitación en la que se hospedaban, Kanda notó que había sido forzada y posteriormente cerrada.
La abrió de un fuerte empujón y fue directo a Allen. En cuanto el filo de su espada tocó el cuello del joven se permitió dar un repaso a la habitación. Johnny se encontraba acostado en la cama en una postura extraña. Y sangraba. Allen sentado en el borde, tenía a Tim entre las manos y miraba a Kanda, desconcertado por su presencia.
Kanda le dedicó una mirada asesina y preguntó con rabia contenida:
"¿Catorceavo?"
Fin del primer capitulo
Notas del autor: BUENO QUE OS HA PARECIDO? Es la primera vez que escribo algo asique espero que hayáis entendido algo *se hace bola en una esquina* Si merezco tomatazos por favor, decídmelo, admito todo tipo de criticas constructivas. Lo cierto es que siempre quise un fic sobre allen x kanda que fuese de mi agrado pero me costaba mucho encontrar uno y cuando lo hacía por diversas razones la autora no lo continuaba T^T asique me dije "Bueno, ya es hora de que yo me ponga manos a la obra" y este es el resultado. No sé si continuarlo. Si veo que gusta entonces seguiré escribiendo ASIQUE DEJEN SUS REVIEWSSSSS!
*Loca fujoshi se va*
