Disclaimer: Diabolik Lovers pertenece únicamente a Rejet.
Advertencias: Posible OoC [Fuera de personaje], OC [¡Muchos!], Shonen-ai [Hombre X Hombre], shoujo-ai [Mujer X Mujer] e incesto.
Autoras: DaeikoSou y RavenWhite97.
EDIT. 21/Agosto/2016. Para corregir errores ortográficos como de redacción.
El edificio 777
Capítulo 1
Clases, ¿había algo más molesto que estas? Pues para Subaru sí: Las personas con las que compartía clases. Se veían tan fastidiosas, superficiales y egocéntricas, era claro que sería imposible para él llevarse bien con alguno de ellos, más bien, él prefería evitarlos. Para el menor de los Sakamaki, uno de los peores momentos del día era precisamente ir al instituto, y simular ser un humano normal, simular que no había nadie a quien haya deseado golpear y tirar por la ventana, simular que no era un vampiro. Ordenes, siempre ordenes patéticas de su padre, el simple hecho de pensar sobre eso empeoraba aún más su mal humor.
Hoy era un día especial, el día en el que el profesor entregaría los resultados de los exámenes, algunos alumnos estaban demasiado nerviosos, otros tantos entusiasmados y Subaru sólo quería que terminara la hora para poder salir. El docente llamaba de uno en uno a cada estudiante; varios regresaron a sus asientos animados por su sobresaliente nota, mientras que otros apenas evitaron suspender pero de igual forma se encontraban satisfechos.
—Sakamaki Subaru —Cuando oyó su nombre, se levantó del asiento procurando no mostrar su cara de pésimo humor, antes de empezar a caminar hacia el profesor, éste levanto la hoja del examen y mostró su resultado—. Me siento muy defraudado, su nota ha sido la más baja, ni siquiera logró pasarlo, cómo es posible que un Sakamaki obtenga tal calificación —Subaru lo único que deseo en aquel momento fue que la tierra se lo tragara, ¿el muy idiota no pudo informárselo en privado? No, tenía que decirlo enfrente de todos y peor aún, exhibir su nota, un gran 10/100 marcado en rojo chillón. Frunció el ceño, actúo como si no valiera la pena y le importara poco los murmullos de sus compañeros, avanzo hacia el docente y tomó la prueba sin más.
Recorrió con los dedos la madera del banco, en una forma de apaciguar los nervios, digamos que hoy, Masato, recibiría los resultados de un examen importante y se confesaría, sí, declararía su amor abiertamente. ¡Oh, joder! Más que mariposas parecía que tenía avispas asesinas revoloteando en el estómago, mordió su labio inferior, por el momento decidió concentrarse en la voz del profesor; los minutos eternos y sus ansias estuvieron a punto de matarlo, gracias al cielo, Dios escucho sus ruegos, por fin después de una espera interminable, oyó el llamado del docente y fue por su examen, soltó el aire retenido cuando confirmo que aprobó.
Era la hora del descanso y él no dejaba de aferrar sus manos al suéter, ¿debería ir con Subaru? ¡Vamos! Su pobre amor platónico fue avergonzado en frente de todos, y que ahora también se le confiese un desconocido (no era ciego, sabía que todos le desagradaban a Subaru), sería una situación no muy grata; sonrojado hasta las orejas decidió no escuchar a su razón, con las manos en puño y con su cuerpo demasiado torpe, subió hasta llegar a la terraza del edificio A, él sabía que Subaru solía ir ahí para serenarse y estar sin compañía indeseable de por medio. Verlo desde lejos acelero más, si es que era posible, su corazón, ¡oh, cielos! ¿en serio lo haría? ¿cuándo sentía que en cualquier momento moriría de la pena? Inhalo y exhalo, se dijo: Será rápido.
—S-Sakamaki-kun —pronunció con dificultad, el nombrado le mando una mirada agresiva, tanto como para que cualquiera que no fuera un tonto enamorado retrocediera, Masato estaba seguro que se desmayaría de un momento a otro, tragó saliva y continúo—. Yo…yo, quiero decirte…que… ¡Me gustas! —En una acción impulsiva, agarró de la camisa a Subaru y le planto un beso; sintió el cuerpo del otro tensarse, el contacto duro más de un minuto, pero fue suficiente para brindarle una gran y cálida memoria; Masato ya consciente se separó totalmente rojo y se fue corriendo, se suponía que solo se confesaría, ¿por qué demonios lo beso? ¡Lo mataría, Subaru cometería homicidio por su acto estúpido!
Furioso, avergonzado, sin saber exactamente qué hacer, si irse por la parte de su agresividad o escoger el revoltijo de emociones provocadas por la vergüenza, ¡un chico le había robado un beso! ¡Un beso! ¿Cómo se suponía tenía que reaccionar? Quería ir tras el chico que, ahora que se daba cuenta asistía a la misma clase que él, ése chico no sobreviviría si Subaru se dejaba llevar por su ira. Pero al contrario, Subaru estaba más rojo que un tomate, a pesar de querer ir a golpearlo se dejó llevar por la pena que lo atormentaba. Eso sí, estaba muy agradecido de que nadie más hubiera visto el acto escandaloso.
Sin pensarlo más; o más bien, sin pensar, empezó a correr, quería escapar, esconderse en el hoyo más profundo que encontrara y luego ahí, podrían enterrarlo hasta que pasaran cien años y todo haya quedado en el olvido, y ese chico estuviese muerto.
Corrió y corrió a toda velocidad, fue tanta la presión que había olvidado que podía teletransportarse, ¿qué podía ser peor ahora? ¡no había nada peor que ser besado por alguien de tu mismo sexo! Fue lo que pensó éste quien había quedado traumatizado. Dejó de pensar en eso cuando por haber corrido tan rápido tropezó quien sabe con qué, quizá con su propio pie, y cayó de las escaleras, sintió el gran golpe y escuchó una que otra risilla de personas que habían estado caminando por allí (que ni se dignaron a ayudarlo por cierto), otra vergüenza más que añadir a su día.
Aturdido y sin realmente ganas de nada decidió volver a clases, aunque se encontrara con aquél atrevido ser que le robó un beso, era mejor ignorarlo hasta que se haya sentido del todo mejor. Ya que tampoco estaba con ganas de recibir algún regaño de su hermano mayor, Reiji, quien no aceptaría que faltase a clases. Sí, en definitiva prefería recibir clases a tener que aguantarlo, porque si no, ahí si explotaría.
Mientras caminaba por el pasillo hacia su salón, estaba muy distraído en sus propios pensamientos, aún no había borrado de su mente el trauma que recibió de parte de su compañero de clase, Masato. Dejó de pensar cuando fue detenido por la mismísima puerta de su salón, la cual pensó que estaba abierta porque, en definitiva siempre lo está, sólo ahora que estaba lo suficientemente distraído es que viene a joder la puta puerta con que se encontraba cerrada y así poder chocar con ella, y que otros alumnos que iban cerca de allí se rieran.
Subaru intentó no explotar, no lo haría, no podía humillarse más, en definitiva no lo haría.
Entró a su salón, pudo observar al dichoso roba besos, Masato, quien desvió su mirada de él sumamente sonrojado, Subaru también se sonrojó sólo que con el ceño fruncido, no podía evitarlo, ¡aún no lo había superado y no sabía cómo reaccionar! Se sentó en su lugar, el último puesto al lado de la ventana, entraron los alumnos restantes, el profesor y así empezó la clase.
Presto atención como acostumbraba, aunque ya supiera muy bien el tema; sin embargo se permitió observar a su izquierda, no era que le importara tanto, era solo cuestión de responsabilidad como hermano mayor, ya que cierto rubio no se dignaba a comportarse y tomar su papel correspondiente; contuvo un bufido, como siempre, Shu, el vago de la familia, dormía, el profesor estaba tan absorto en su discurso que no había notado tal falta de respeto, mejor, al menos así el apellido Sakamaki no sería estropeado, eso sí, sería una especie de mentira si dijera que no disfrutaría ver a Shu humillado; Reiji sonrió levemente y se concentró de nuevo en la materia de Sociales.
Al tocar el timbre de salida retuvo un suspiro de cansancio, en serio le desagradaba tener que hacer de despertador para Shu; se acercó, con cada paso que daba era como si un enojo creciera—Las clases terminaron, levántate —dijo, al ver que el otro seguía en el mundo de los sueños, su ceja izquierda se arqueo indignada, respiro, decidió que lo movería un poco del hombro, si le preguntaran y le dieran a escoger, Reiji gustoso lo tumbaría al suelo de una patada, pero antes de siquiera tocarlo su mano fue detenida por Shu; el agarre era fuerte, Reiji frunció el ceño—. Es hora de irnos, ponte de pie y suéltame —El rubio lo miro por un largo tiempo, ¡Reiji no quería gastar tiempo en algo tan absurdo! ¿qué rayos le ocurría a Shu?
—Que molestia —comentó Shu, lo dejo en libertad y se largó del salón; Reiji rojo del coraje rogó que el rubio no se distrajera y así, fuera directo a la limusina, o bien, que lo partiera en dos un rayo.
Tomó sus útiles, camino por los pasillos del edificio C, los que usaban los de tercer año, y antes de dirigirse al estacionamiento un profesor lo llamó, Reiji lo reconoció como el docente que impartía Sociales para los de primer año, de solo notar aquel detalle Reiji comenzó a sentir molestia en las sienes—Disculpe Sakamaki, ¿podría hablar con usted un momento?
Estaba que salía fuego de sus ojos, Subaru había reprobado el examen de una materia sumamente sencilla y con una calificación demasiado vergonzosa, ¡cuando llegaran a casa se enteraría! Para empeorar su humor, quedo sentado al lado de Shu y Subaru no llegó; seguro el muy revoltoso se fue caminando, su cabeza había comenzado ya a martillar. Al llegar se quedó esperando en la sala de estar, los trillizos se quedaron curiosos por la futura contienda. Kanato comía un delicioso pudín, Ayato leía unas cuantas revistas de deportes y Laito no dejaba de sonreír burlón, Shu también estaba, pero solo porque dormía en el sillón, la humana había salido disparada hacia su habitación, Reiji esperaba que para hacer sus deberes escolares.
Como forma de serenarse, Reiji decidió limpiar una pequeña porción de su colección de tazas, ya que si no se calmaba antes, seguro mataba a Subaru y de paso, ahogaba con una almohada a Shu, ¡estaba harto de tanta ineptitud! Después de una hora de limpieza y ambiente tenso (solo para Reiji), Subaru se dignó a llegar.
Tomando una actitud de madre, que espera toda la noche a que su hijo llegue y éste encima lo hace borracho, empezó el sermón— ¿Se puede saber dónde estabas?
Subaru gruñó, lo que le faltaba, que Reiji lo regañara— ¿Importa? —contestó cortante.
—Por supuesto, al igual que tu nota baja en Sociales —El albino se tensó, después se avergonzó, claro que no lo demostró, lo malo era que también se acordó del maldito beso—. Esto es grave, más te vale dejar de hacerte el idiota y tomar en serio los estudios; no puedes hacer siempre lo que se te dé la gana.
Subaru gruño aún más, su cejas estaban casi juntas del enojo, ¿por qué había tenido un día tan pésimo? Todo lo que le ocurrió regreso de golpe, soltó un grito de frustración y agarro la mesa (donde estaban las tazas) y la aventó, el vidrio chocando y haciéndose añicos, al igual que la madera.
Un silencio incomodo atravesó la sala, Reiji perdió más color, se sostuvo del respaldo del sofá y grito, había perdido ya la compostura, tanto años cuidando su amada colección y un mocoso venia y la destruía— ¡¿Pero qué te crees que haces?! ¡No te permitiré…!
Y una silla se estrelló contra su cara, dejándolo inconsciente.
El menor de todos continuo furioso destruyendo más muebles; a Kanato le irrito su actitud, por desgracia, antes de quejarse otra silla salió volando en dirección a él, lo esquivo muy apenas y para mala fortuna, el pudín que comía se le resbalo y ensucio a Teddy— ¡Teddy! ¡Mira lo que provocaste Subaru! ¡Es tu culpa! ¡Tú culpa! —comenzó a gritar con su voz chillona y a sollozar.
Subaru no podía parar, toda su furia estaba siendo por fin expuesta ante todos, necesitaba desahogarse y su manera de hacerlo era destruyendo cosas, fuera de control, escuchaba como sus hermanos decían que parara, pero seguía sin hacer caso. El lloriqueo de Kanato era escuchado mientras Subaru destruía más todo lo que había a su alrededor.
— ¡¿Pero qué se supone pasa por tu cabeza?! ¡Ore-sama ordena que te detengas en este mismo instante! —El menor de los trillizos, Ayato, estaba realmente harto de su actitud, pero no más que Subaru que estaba harto de oírlo decirse a sí mismo Ore-sama.
—Que ruidosos, no me dejan dormir —habló apenas Shu con una voz llena de pereza, como si realmente no le importara que la mansión estuviera siendo destruida por Subaru. El rubio abrió los ojos cuando sintió que el sofá subía, ¡Subaru había cargado el sillón dónde Shu intentaba dormir! Sin pensarlo, lo lanzó contra Ayato quien continuaba quejándose y ordenándole que se detuviera. Oh, si Reiji estuviera consciente para ver como lanzaban a Shu hubiera disfrutado del espectáculo.
Ayato no tuvo tiempo ni de reaccionar, cerró sus ojos pensando en el gran golpe que recibiría de aquél sillón, pero quien terminó arriba de él fue Shu, el sillón había terminado golpeando la pared detrás de Ayato.
— ¡Oye Shu, quítate! —exclamó Ayato con enojo intentando quitar al mayor de todos de encima de él.
—Que flojera, hazlo tú solo —Le respondió Shu con sus ojos cerrados, al parecer realmente no le importaba lo que estaba pasando, él sólo quería dormir.
El ruido del pleito llegaba hasta su habitación, usualmente ella estaba acostumbrada a que los Sakamaki terminaran gritándose entre sí o haciendo mucho escándalo, aún más pensando en lo enojado que estaba Reiji por la ausencia de Subaru, intentó ignorarlo y seguir haciendo sus deberes, al menos la presencia de algún vampiro no intervendría así que debería sacarle el mayor provecho. Los ruidos seguían, es más, se hacían cada vez más potentes, esto empezó a preocupar a Yui, la cual ya no podía continuar haciendo sus deberes sin pensar en qué estaría pasando allí abajo con los hermanos, dejó su lápiz sobre el escritorio y se levantó de la silla, estaba a punto de salir cuando escuchó un ruido aun mayor, se asustó ante esto y apresuró su paso, abrió la puerta y salió corriendo.
— ¡Subaru-kun mantén la calma! —Ahora era Laito el que intentaba detenerlo, aunque al trillizo mayor realmente le divertía un poco el arranque de Subaru, sabía que esto algún día pasaría.
— ¡Cállate! —Subaru tomó una silla que aún permanecía intacta, ya que las otras las tiró por todos lados, y la lanzó hacia Laito sin pensarlo dos veces.
— ¡Subaru-kun, detente! —Justo después de lanzar la silla Yui apareció, Subaru se arrepintió por no haber pensado dos veces antes de haberla arrojado. Cuando Yui se colocó al frente de Laito, ésta abrió los ojos del susto por el gran golpe que recibiría. Gritó y cerró sus ojos esperando el golpe, el cual nunca llegó, cuando levanto la mirada tenia a Subaru enfrente de ella, sin evitarlo, Yui se sintió realmente aliviada, ¡de la que se salvó!
— ¿Estás bien? —Le preguntó soltando la silla y acercándose a Yui.
—Nfufu, Subaru-kun sólo se detuvo porque bitch-chan saldría herida —dijo Laito en tono de burla, aquélla tonada que desesperaba a Subaru, quien solo apretó los dientes para luego responderle hostil. Pero justo en ese instante escuchó como la puerta se abría.
Tenía un estupendo humor, vería a sus amados hijos y les daría una grandiosa noticia, sinceramente esperaba que aquella nueva experiencia los volviera más unidos y tolerantes, bueno, ¡nada se perdía con soñar! Camino desde el portón hasta la mansión, más que nada para escoger las palabras adecuadas para emplear, desde a lo lejos oyó un poderoso alboroto, también objetos rompiéndose y gritos.
Preocupado porque sus descendientes hayan sido atacados, llegó pronto a la puerta, al entrar visualizo toda la sala de estar destruida (y más allá de esta), un alivio lo recorrió ya que no fueron enemigos, para después sentir como la furia recorrió cada parte de su cuerpo, claro que no lo demostró, sus niños, sus niñitos habían peleado de nuevo, ¡Incluso Reiji resultó herido! Retuvo cualquier grito o mueca hostil, en su lugar sonrió como el hombre más dichoso del mundo, camino hacia uno de los pocos sillones en su sitio, tomo asiento y con voz amable pronuncio—. Parece que no esperaban mi visita; hagan el favor de sentarse y prestar atención, por cierto, Shu, ayuda a tu hermano Reiji.
El rubio se contuvo de mascullar por lo bajo, estaban perdidos; Kanato fue el primero en acatar la orden, mientras abrazaba más fuerte a Teddy, tenía el presentimiento de que algo malo pasaría, malo solo para él y sus hermanos claro, Ayato fue el segundo y se ubicó en la orilla del sofá, donde también se encontraba Kanato pero en el lado contrario, Laito no deseaba obedecer y mucho menos a su antiguo rival, sin embargo no tuvo más opciones, suficientes problemas ya habían obtenido; Subaru hizo caso con algo de resistencia, Yui reacciono y se puso a lado de Subaru, nerviosa, ya que nunca antes había visto al padre de sus compañeros de casa; debía admitir que era atractivo, pero la sonrisa que portaba más la mirada oscurecida, daba miedo, mucho miedo.
Shu llego hasta donde Reiji, recordó con gracia cuando Reiji era pequeño, la ocasión donde éste había caído y torcido el pie, y él, tuvo que ayudar a su hermano menor, claro que en aquel entonces Reiji era amable, no como ahora que era un jodido amargado; pero justo antes de tocarlo, para cargarlo, vamos, Shu quería fastidiarlo, Reiji abrió los ojos de sopetón, asustando un poco al rubio, le mando una mirada asesina y se levantó por sí solo, el semblante de Reiji se mostró por un segundo inquieto, su tez palideció al ver la presencia de Karl Heinz, pero sin parecer nada débil, fue hasta el sillón, donde estaban todos los demás, y tomo lugar en medio, por desgracia, solo quedaba un sitio, al lado de Reiji, y justo ahí, se sentó el más flojo de la familia.
—Me alegra que estés bien Reiji —comento Karl Heinz, aunque era visible un poco de sangre escurriendo por la frente de su segundo hijo, no se preocupó, uno, porque Reiji era fuerte y un vampiro, y dos, porque estaba lo suficiente molesto como para ser más cortés—. Supongo que llegados a este punto, son conscientes de que actuaron de forma muy deplorable ¿o me equivoco? —Ninguno dijo nada, por lo que Karl asintió satisfecho, al menos no parecían tan insensatos—. Verán, en esta ocasión superaron su récord de calamidades; por lo que el castigo para este comportamiento deficiente, por supuesto debe ser severo, muy severo.
La mayoría trago saliva, la súper liaron, por sus cabezas pasaron ideas tales cómo: Nos enviará al calabazo por meses o al polo norte, ¡mierda!
—Verán, la mansión, dado como está actualmente tardara mucho en arreglarse, y siendo sincero no creo que merezcan que contrate obra de mano vampira, serán humanos los que harán el trabajo —La confusión estaba en todos, bueno, Shu solo pensaba en cuánto tardaría la plática, quería irse a dormir pronto, por su parte Kanato solo deseaba comer algún postre; aun así ¿a dónde quería llegar su padre?—. Así que tendrán que irse a vivir a otro sitio.
¿Qué? Esperaron a que continuara Karl, pero no, solo se quedó callado y sonriendo… ¿nada más eso? Debía ser una especie de broma ¿cierto?
Reiji aclaro su garganta y, dado que recibía las miradas suplicantes, acosadoras más bien, de sus hermanos e incluso de la humana, se atrevió a lanzar una pregunta, ¡los muy malditos solo lo utilizaban cuando les convenía!— ¿Y el castigo…cuál sería?
Karl Heinz sonrió más amplio, la mayoría sintió un escalofrío en la espalda—Mudarse a otro sitio, que yo mismo conseguiré, sobra decir, que irán todos, y por todos también está incluida su querida invitada, Komori Yui.
¡Rayos! Pensó Yui, ella ya se había hecho esperanzas de tener días libres de mordidas y abusos. La mayoría suspiro de alivio, no había sido tan horrible el castigo y además llevarían a la humana, no les faltaría buen alimento.
Karl sonrió más, ¡pero que inocentes podían llegar a ser sus hijos!—Bueno, mañana vendré por ustedes, así que vayan a empacar las maletas.
Y así, su padre, el Rey vampiro, se despidió sin dejar su sonrisa de miedo y se fue de allí, los Sakamaki realmente no pensaron en que habría más en aquéllas simples palabras, sólo tenían que estar fuera de casa por unos días, no podría ser tan malo ¿verdad?
Pauso su lectura de un interesante libro sobre mitología nórdica, para preparar un té y lograr que el momento fuera mucho más relajante; al terminar bebió en tragos moderados mientras sus ojos se perdían entre las palabras, todo hubiera sido perfecto sino fuera porque en la taza, apareció de pronto una grieta, Ruki arqueo una ceja, extraño, inmediatamente pensó en las habladurías de los humanos, aquello era como una predicción sobre un futuro suceso carente de fortuna; segundos después soltó una pequeña y discreta risa, sí, como si lo que dijeran aquellos mortales tuviera una pizca de verdad, por supuesto que nada malo ocurriría, sin más continuo leyendo.
Más tarde se daría cuenta, de que jamás debía subestimar las creencias de los humanos.
Sin pensar más en los problemas, los Sakamaki se fueron aliviados a sus habitaciones, unos a preparar su maleta, entre ellos Reiji y Yui quienes se mostraron más atentos a la orden de Karl, Subaru quien empezó a tomar ropa cualquiera y a tirarla en su maleta de mala gana, al menos se había desahogado bastante destruyendo casi toda la casa, Kanato estaba más preocupado por limpiar a Teddy quien se había ensuciado de pudín, luego de eso se comió unos dulces junto a su ahora limpio osito y se dispuso a hacer su maleta, colocando una que otra ropa más unos juguetes que le gustaban mucho.
Otros dejaron lo de las maletas para otro día, como Laito, quien se había distraído con su laptop viendo páginas por Internet, Ayato quien prefería hacer otras cosas antes que hacer las maletas y Shu quien… pues, era Shu y prefería dormir ahora que todo por fin permanecía en silencio.
Al siguiente día, Reiji inspeccionó si todos tenían sus maletas listas, se fijó que Ayato le había ordenado a Yui empacar por él sus maletas ¿podía ser más ingrato? Pues, al menos tendría su maleta lista fue lo que pensó Reiji antes de ir a reprocharlo, tenía que terminar su inspección antes de distraerse con las niñerías de su hermano menor. Observó que Laito también ordenaba sus maletas, aunque no decidía por completo que ropa llevar, ya que no le entraba toda además de que también quería llevar su laptop. Reiji suspiró resignado, le aconsejó que buscara otra maleta en alguna otra habitación, Laito afirmó con una sonrisa.
Su inspección casi terminaba, sólo faltaba su hermano menos favorito, Shu. Tenía poca esperanza en que haya acatado las ordenes de su padre, cuando entró a su habitación le encontró en su cama dormido plácidamente, sin signos de haber hecho un esfuerzo por cumplir con sus obligaciones. Frunció el ceño molesto, ¿acaso pensaba quedarse aquí todo el tiempo en el que estuvieran arreglando la casa? Eso sería perfecto para Reiji, pero sabía que Karl Heinz no lo aceptaría.
—Vago sin remedio, al menos hubieras tenido la delicadeza de sacar la maleta —Le empezó a regañar mientras se acercaba a Shu, el rubio solo continuo descansando, ni siquiera le había respondido y eso enojó más a Reiji—. ¿No piensas hacer nada? Nuestro padre llegará en una hora y tú aun no estás listo.
—Que molesto, haces mucho ruido —Reiji se sintió indignado, ¿al menos podría responderle correctamente, no? De verdad que quería dejarlo ahí tirado, pero no podía, su padre lo jodería aún más si el flojo no venía con ellos. Resignado, sacó la maleta de Shu, que estaba debajo de su cama, y empezó a empacar por él—. Lo que tengo que hacer por éstos inútiles —susurró Reiji con molestia mientras acomodaba la ropa de Shu, el rubio, quien aún no se dignaba a levantarse de su cama, sonrió, obviamente sin ser visto por su hermano.
—Esto es tan molesto —reprochó Ayato con mala cara—. ¿Por qué tenemos que pasar por esto? O más bien, ¡¿Qué hacen estos Mukami aquí?! —dijo señalando a los recién nombrados hermanos Mukami, los cuales no se veían muy felices por el hecho de compartir la limusina con los Sakamaki—. ¡Gracias a ellos estamos apretados! —siguió quejándose Ayato como todo un niño caprichoso.
—No tienes que ser tan grosero —Le dijo Kou con una voz un poco empalagosa y bromista, aunque estuviera muy apretado y eso lo aturdiera, molestar a alguno de los Sakamaki lo hacía sentir mejor, ver la cara de enojo de Ayato por su comentario vaya que lo divirtió con creces.
—No es que estemos contentos con la repentina idea —comento Ruki con calma, aunque en sus adentros maldecía por no haber prestado atención a aquélla advertencia que le había dado la grieta de la taza, ¡estúpidas supersticiones humanas!
En ese momento, la limusina por fin se detuvo y el chofer abrió la puerta, ¡por fin, libertad! Todos salieron apurados, Yui salió de última casi sin poder respirar entre tantos hombres con tan poco espacio en el automóvil, cuando se dio cuenta, los vampiros habían guardado un eterno silencio, eso la extrañó, observó que la mayoría tenían la boca muy abierta por la sorpresa, algunos se mostraban enojados y otros con los ojos en blanco. Levantó su mirada y observó un gran edificio, el edificio donde ahora vivirían.
Komori Yui no comprendió a los chicos; el lugar se veía acogedor, no muy ostentoso, pero si cómodo, y al segundo siguiente entendió; no vivirían solos sino que convivirían con más gente, sin evitarlo sonrió, ¡no estaría sola con toda esa bola de sádicos!— ¡Hey! ¿por qué sonríes Chichinashi? —La rubia tapó su boca e intentó no reírse de la felicidad. Ayato pudo haberle reclamado más, pero las puertas del edificio se abrieron y de esta salió… ¿una niña?
— ¡Karl! —gritó una voz infantil y se lanzó a los brazos del Rey de los vampiros, ¡¿qué cojones?! ¿tenían una hermana perdida? ¿era una nueva amante? ¿su padre se volvió pedófilo? ¿cuándo? ¿cómo? ¿por qué?
Heinz correspondió el abrazo, se separaron después de un minuto extenso, un minuto donde cada segundo las suposiciones de todos se volvían cada vez más torcidas—Misaki, es bueno verte; míralos bien amiga, estos son mis hijos.
—Tan grandes; yo pensaba que era más pequeños por los desastres que hicieron y me informaste —comento incrédula, algunos se sintieron avergonzados por ser expuestos ante una desconocida, otros enojados, ¡no eran ningunos niños!, y a otros, como Shu, les dio lo mismo.
Al mismo tiempo en que estos charlaban, Misaki movió la mano, como diciéndoles a los vampiros, que pasaran, estos siguieron la indicación, ¿qué más podían hacer? ¡todo sería peor si se quejaban!
Yui quedo último, antes de pasar la puerta de entrada choco contra otra persona; contra la mujer más alta que había conocido, se puso pálida de la impresión y porque la desconocida la miro de forma amenazante, de esa clase de mirada fiera que se dedicaba a un enemigo antes de matarlo—L-lo siento m-mucho —tartamudeo asustada.
—Solo fíjate por donde vas —Le gruño; Yui soltó el aire retenido, sobrevivió. Opto por mirar la sala de estar, supuso que el primer piso era para que los vecinos se juntaran.
Muy cerca de donde se encontraba Yuma, estaban los típicos buzones para el correo, el campesino noto que una pobre chica no podía alcanzar a sacar sus cartas, soltó un chasquido, no era como si pudiera ignorarlo, después se sentiría mal, se acercó y la ayudo, le entrego su correspondencia; ella lo miro fijamente, Yuma trago saliva, porque ella no le ofrecía una sonrisa amable, sino un gesto de desprecio, sin embargo la desconocida susurro por lo bajo: Gracias. Yuma bufo, al menos le agradeció, aunque lo amenazara con la vista…¡Un momento! Esa voz sonó muy masculina; segundos más tarde se dio cuenta de que había ayudado a un hombre.
—Bien, tengo pendientes políticos que arreglar, una pena no verte más tiempo.
Misaki hizo un gesto de ligereza a la situación, se despidió efusiva de Karl, y cuando la limusina se hubo perdido en la distancia, regreso con los vampiros, subió algunos escalones, como una forma de verse más alta e importante—. Buenas noches, yo seré su casera, Yoshida Misaki, pueden decirme solo Misaki, ahora por favor acompáñenme, los llevare a su nuevo departamento —Hubo varias quejas, dado que no había ascensor y como parecía ser, tendrían que vivir en la última planta—. Bien, hemos llegado, cualquier cosa que necesiten no duden en visitarme, vivo en el primer piso; sin más que informar, están en su casa, ojalá la estadía les sea muy grata —dijo, después le entrego las llaves a Reiji, ya que él se veía como el más responsable.
Misaki rió mientras bajaba las escaleras, una lástima no poder apreciar sus caras cuando se enteraran de que tendrían que compartir habitación y, de que solo había un baño.
Notas de las autoras.
DaeikoSou. ¡Hola! Espero les haya gustado éste primer capítulo, me divirtió mucho escribirlo junto a Raven! Al principio pensé que sería difícil plasmarlo, pero resultó muy entretenido! Más que todo crear a los OC (Los cuales se darán a conocer en los siguientes capítulos) ¿Pero qué mal día ha tenido Subaru, verdad? Creo que la máxima inspiración que tuve fue cuando desató todo su enojo y lanzó todo por todos lados xD! (No dejo de reír por eso) ¡Ahora es que falta por trollear! okno xD ¡Sin más que decir, nos leemos en el siguiente capítulo!
RavenWhite97. La historia ya esta avanzada, así que por el momento nadie sufrirá por actualizaciones [?]. Las cuales serán semanales, cada domingo. Y como dijo DaeikoSou, lo más difícil fue crear a los OCs xD! Estuvimos varios días haciendo fichas y todo ese rollo -w- Tenemos repartidos tanto OCs como vampiros, a ella le tocaron los revoltosos y a mi los serios. Por el momento solo están incluidos los Sakamaki y Mukami, pero estábamos pensando en agregar mucho más adelante a los Tsukinami, aunque para eso tendríamos que investigar más [?], pero todo sea para trollear a los chupasangre [?]. Por cierto, Subaru no arruino toda la colección de tazas de Reiji, solo algunas~
En fin, ¡Gracias por leer!
