DISCLAIMER: Los personajes aquí utilizados son propiedad de la maravillosa Naoko Takeuchi. La historia es una adaptación del libro "The language of fear" de Del James.
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Advertencia: Esta historia contiene lenguaje vulgar, contiene escenas fuertes que pueden afectar la sensibilidad del lector,
leer bajo su propio riesgo.
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El paraíso a través del infierno
Por Kath Kou
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La fría lluvia de noviembre inundaba las solitarias calles de la llamada "Ciudad de la lluvia". Por alguna extraña razón aquella noche el cielo se encontraba terroríficamente más oscurecido que en otras ocasiones. Todo aquel que lograra ver desde la ventana de su hogar, terminaba temblando ante lo macabro que parecían los alrededores, sumidos en penumbra, como si se tratase del inicio de un Apocalipsis.
«La noche luce igual que aquel día» ese fue el ultimo pensamiento del líder vocalista de una de las mejores bandas del hard rock de todos los tiempos, según los medios; antes de abrazarse a los acostumbrados efectos que le producían los narcoticos mezclados con alcohol necesarios para dormir.
Dorados cabellos comenzaron a invadir sus sueños, él comenzó de inmediato a girar en la cama, tal vez tratando de huir a lo que, aún inconsciente, sabía que venía. Seiya apareció en una habitación, desorientado, en la penumbra, intentaba huir, de los cada vez más rugientes latidos de su corazón que lo atormentaban.
La luz de una habitación captó su atención. Al instante el sonido de una canción invadió su ser, algo le decía que conocía aquella canción pero, por laguna razón no lograba identificar cual era. Sin saber la razón de su creciente miedo, caminó despacio.
Un escultural cuerpo que él reconoció de inmediato, lo recibió meneándose al ritmo de la música tras la puerta. Sin hacer el menor ruido posible, decidió quedare ahí, en la oscuridad, sin interrumpir a la diosa que danzaba frente a él, y por supuesto con la adrenalina corriéndole por las venas al estar dispuesto a espiarla.
Ella se movía al ritmo de la música, fundiéndose en una. En ocasiones sus movimientos llegaban a ser un tanto torpes e infantiles pero para Seiya era seducción pura. Probablemente de su inocencia e ignorancia sobre el poder de su cuerpo sobre los hombres, erradicaba su belleza y sensualidad.
Todo curvas y su bien torneado cuerpo, enfundados en un vestido transparente se pegaban a ella con la capa de sudor que comenzaba a hacer brillar su cuerpo.
Sus ojos, profundos, encantadores y hechizantes ojos azules, que eran algo que enloquecían por completo a Seiya, brillaban, recordándole a él, el océano, vasto de belleza y misterio al igual que su Bombón. Sin duda toda ella era un espectáculo digno de admirar y una espectáculo que solo sus ojos podían ver.
Un giro alboroto su hermosa cabellera de leona, tan hermosa para ser real, y en ese momento Seiya admitió que ella, era la única mujer a quien había amando de verdad. En una fracción de segundos los ojos de ambos se cruzaron, y Seiya logró ver como los ojos de ella temblaron, incluso llegó a pensar que tal vez ella lo había escuchado.
Una escalofriante sonrisa que ella le regaló, hizo temblar a Seiya. Los latidos de su corazón regresaron, el miedo regresó a helarle la piel, y la música, mucha música, comenzó a aumentar el volumen.
En ese momento la reconoció, era esa canción, esa maldita canción. El terror invadió su cuerpo y la ansiedad lo hizo su prisionero, sabía lo que se avecinaba, su respiración comenzó a dificultarse, y con las piernas temblorosas comenzó difícilmente a caminar intentando llegar al reproductor, tenía que quitarlo, debía hacerlo, esta vez no.
Su desesperación iba en aumento apoderándose de cada fibra de su delgado cuerpo, mientras mas avanzaba el reproductor se alejaba. El dolor perpetuo en el que vivía no se comparaba con el miedo que sentía en ese momento. La música aumentó de volumen aún más, por instinto se llevó las manos a sus oídos y se dobló ante un paso en falso, su visión se volvió borrosa, ante más ruido más inmóvil estaba.
Después de lo que pareció una eternidad llegó al reproductor pero, era tarde, ella ya había puesto el cañón de su pistola contra su sien.
La detonación de un disparo, lo hizo levantarse bruscamente de la cama, bañado en sudor. «Otra vez la misma pesadilla» pensó, no importaba cuanto tiempo había pasado desde aquella vez, o cuantas drogas, antidepresivos, o píldoras para dormir tomara, ni si quiera que tiempo durmiera, la pesadilla siempre iba a su sueño, constantemente.
Era estupido, era prisionero de su propia creación, y lo seria así hasta la muerte. Limpió su sudor con las finas sabanas de satén, su mirada buscó algún remedio para su mal.
Sus zafiros encontraron una abandonada cajetilla de cigarros, se levanto a tomar uno, botándolo casi al instante, necesitaba algo mas fuerte que eso. Buscó por todo su lujoso departamento, algo de polvo blanco, o incluso algo más fuerte. Su largo cabello le molestaba en su búsqueda y lo amarró en una coleta baja. Cajas vacías, botellas de alcohol, colillas de cigarro, parecía que el departamento tenía de todo menos un poco de droga.
Restando importancia al hecho de no encontrar droga en todo el departamento y confiado en que no importaba la hora ni el día, su proveedor le llevaría en el momento en el que el lo pidiera, destapó una lata de cerveza, bebiendo la mitad al instante y poco a poco, su adolorida cabeza fue calmándose. No tenia idea del día, aunque no importaba en realidad, creía que tenia que ir al estudio pero no tenia ganas.
El lanzamiento de su nuevo disco estaba próximo, y Seiya debía revisar los últimos detalles, las cosas eran sencillas. Seiya debía dar el visto bueno, si era aceptable, seguían con el proceso, si Seiya decía que no, todo se realizaba desde el principio. «¿Entonces para que mierda me necesitan?» Pensó rodando los ojos.
Su recamara era un escenario de guerra, de alguna forma logró encontrar unos pantalones de cuero diseñados exclusivamente para él. El reflejo que el espejo de cuerpo completo le regreso, no logró reconocerlo, arrojo la lata de cerveza al cristal. Su largo cabello negro, sus tatuajes y joyas colgando de su definido cuerpo debían indicarle algo, él era alguien, debía serlo, pero no lo sabía, solo lograba ver fragilidad. Su alguna vez atractivo rostro, parecía descuidado, una barba adornaba su mentón, su rostro sin expresión alguna se mostraba rígido, y sus alguna vez brillantes zafiros, ahora eran bisutería barata.
Su garganta seca, anhelo un trago como aquel ser perdido en el desierto. Fue en busca de una botella de alcohol a la alacena, y el resto del departamento no distaba mucho al de su recamara, definitivamente él había tenido una fiesta la noche anterior.
Los últimos catorce años de sus veintiocho se había vivido dentro de un ciclo de destrucción, fiestas adolescentes antecedieron los escenarios de los que mas adelante seria su vida diaria, ante el inminente éxito de su banda. La iniciales parrandas con cerveza y, alcohol barato y puro, para olvidar su difícil etapa infantil y olvidar los abusos cometidos por su padrastro, fueron evolucionando al igual que él y su éxito, a vodka alrededor del mundo y terminado en whisky puro.
Rogando encontrar una botella disponible cruzó la sala intentando llegar a la cocina, las negras cortinas con hilos dorados cruzando entre los espacios le indicaron que era de día. Una solitaria botella en el fondo le dio la bienvenida, aliviado, la destapó.
El aroma a whisky inundo sus fosas nasales.
—¡Buenos días, mi amor! —dijo en voz alta antes de darle un trago directo de la botella.
Después de unos tragos comenzaba a sentirse mejor, de regreso en la caótica sala, encontró un calendario a medio colgar, indicaba el día miércoles y se maldijo internamente al darse cuenta que el servicio de limpieza no tocaba ese día, y por lo tanto, no iban a surtir su alacena con mas alcohol.
Por algun milagro del alcohol comenzó a recoger el departamento y después de unos minutos el lugar tenia un poco más de forma. Ese departamento era el único que podía llamar hogar, tenia una mansión a las afueras, y tenían una en Hollywood Hills, Manhattan, Houston y en Maui pero todas le recordaban a ella. En especial la mansión a las afueras de Seattle, en donde él y Serena Tsukino habían vivido los mejores años de su vida. Ellos se habían conocido cuando estaba por grabar un video de una de sus canciones, ella era modelo y a pesar de que se le exigía actuar en el video, la rubia lo había hecho excelente.
Aunque para Seiya no todo había sido sencillo, había logrado cumplir uno de sus sueños, después de entradas y salidas de diferentes integrantes, diferencias y discusiones entre ellos, habían logrado encontrar a los indicados, alcanzando por fin el estrellato.
Cuando Seiya se dio cuenta en que nuevamente estaba siendo traicionado por su mente, pensando en ella, agitó su cabeza para alejar todos los males, corriendo por su tabla de salvación, tomó nuevamente la botella de whisky. Así se sentía seguro, y podía pensar en Serena el tiempo que quisiera.
Después de lograr alcanzar el éxito, el reconocimiento mundial, el dinero, lograr estar en el lugar numero tres de la lista de los mejores rockeros y todo lo que la fama incluye, se dio cuenta que no estaba preparado para eso, realmente creía que nadie esta preparado para algo así, nunca.
Mientras más éxito y reconocimiento tenia, se alejaba de las cosas simples, como la amistad y el amor, sobre todo en ese ambiente, donde era tan difícil mantener esas relaciones. Ni con todo su dinero logró hacer feliz a la única persona que realmente amó, nunca fue su intención lastimarlos y así era ella, Serena quien más lastimada salía siempre. Sin darse cuenta había comenzado a crear su propio infierno, a través de la gloria del éxito, el paraíso de la fama, los consideraban unos semi-dioses, no podía pedir nada más, lo había logrado, estaba en la cima del mundo.
La maldad nunca formo parte de él, pero cualquier ser humano con emociones y sentimientos, termina siendo ahogado por sus propios sueños, su éxito le había explotado en la cara, sumándole la molesta y continua intervención de los medios, siendo vigilado continuamente por ellos y por el mundo entero. Un error, un solo error porta acabar con todo y por supuesto a la gente de elite como él, no se les tenía permitido eso en absoluto.
Sufría, por supuesto que lo sentía, atrapado en su propia fama, enfrascado en su jaula de oro la cual era tan grande como abarcaban sus ojos. Un sorbo tras otro de whisky ardía en su garganta a medida que pensaba más en ella. En el fondo comenzó a pensar en los motivos de su fallida relación, las cosas que debió decir y nunca dijo, o tal vez las cosas que sí debía callar, aunque ninguna palabra la había lastimado más que sus propias acciones.
Seiya creía que muchas veces era bueno estar solo, todos necesitan un tiempo solos de vez en cuando, sobre todo en el sexo. Seiya jamas le pidió a Serena que tuvieran una relación monógama, aunque en el fondo el mismísimo Seiya sabía que si Serena hubiera tomado en serio la libertad de su relación y la hubiera encontrado tirándose a alguna otra persona hubiera muerto en ese instante. La amaba tanto que dolía.
Pero aún con ese pensamiento el sexo formaba parte de él, el mismo sentimiento egoísta que tenía al pisar un escenario. Era adicto al frenesí de los escenarios, de la ovación, por supuesto de las mujeres y las drogas. Todo eso que el dinero podía comprar pero que no le podían dar paz ni tranquilidad, y mucho menos a Serena.
Un vistazo a su alrededor encendido una chispa llameante dentro de él. Todo el departamento estaba inundado de objetos costosos, trofeos, cosas materiales carentes de sentimiento o valor para Seiya.
«Toda esta mierda no vale» pensó.
Todo comenzó a causarle asco. Su mente viajo rápidamente a algunos de sus últimos conciertos en el momento en el que visualizo su amada y clasica Fender negra. El sonido de los altavoces retumbaba por los oscuros pasillos antes de salir a escena, la ovación del publico llegaban hasta sus oídos como si estuviera presente aquel día. El recuerdo de aquel concierto junto con las sensaciones se desvanecieron casi al instante, tan rápido como llegaron pero los recuerdos de ese su ultimo concierto los recordaría siempre, el principio del fin, así solía llamarlo.
Por alguna razón que Seiya no lograba recordar, Serena no había asistido a ese concierto. La banda había estado de gira por mas de catorce meses, y cada par de presentaciones, Seiya mandaba a traer a Serena desde cualquier parte del mundo para celebrar con ella. La noche del concierto de cierre suele ser el más importante para toda banda. El termino del primer tour grande para la banda, la culminación de horas y horas de viajes y trabajo, era una celebración que se tenían bien merecida y Seiya quería compartir la experiencia con ella, Serena se había negado.
La presentación fue un poco más de dos horas de ferocidad eléctrica. Seiya había consumido drogas y alcohol antes y durante el concierto como siempre. Cada vez que se acercaba a su micrófono para cantar, su voz surgía con el vigor del whisky. Para él, ese era rock and roll en su forma más pura. Y los casi diez mil asistentes lo reconocían con un aplauso ensordecedor.
Al termino del concierto Seiya se fue ansioso a su habitación de hotel con dos mujeres, dentro del baño se inyectó un poco de heroína, solo la suficiente para hacer el viaje más placentero y al salir se unió a la fiesta que las dos chicas ya habían comenzado sin él.
Entre los rapados y desordenados recuerdos de Seiya, pudo ver a un ebrio Yaten entrar a su habitación, y en seguida le ofreció a su mejor guitarrista a una de sus acompañantes. Yaten se negó justificándose que se había equivocado de habitación y que conseguiría una el solo, retirándose al instante.
Un rato después llamaron a la puerta, Seiya pensando que era Yaten de regreso para aceptar su oferta, le gritó que pasara. Lo siguiente que Seiya recuerda es el rostro desencajado de Serena. La rubia había viajado de ultimo momento para estar con él, y obviamente al encontrarlo en esas condiciones había reaccionado mal.
Una vuelta a la realidad lo hizo alejarse de su doloroso pasado. Su vista captó sus tesoros más preciados, o los únicos que tenía, un piano y sus tres guitarras favoritas. Sin duda su favorito, el piano, había pasado muchas horas de placer tocando aquellas teclas y aunque no las tocara, el solo verlo podían lograr que se deleitara con aquel instrumento.
Docenas de discos de platino y de oro adornaban las paredes. Horas que se convirtieron en años de planeación, composición y grabación habían recogido estos frutos redondos y planos. Su forma de escribir surgía de sus dolores internos, y sus canciones lentas inspiradas en el blues usualmente trataban de sus dificultades personales. Eran las canciones de las cuales se sentía más orgulloso y de las que creía que trascenderían el tiempo. Las canciones más rápidas y roqueras casi no tenían significado alguno o el significado estaba en el título impreso en la carátula. Desgraciadamente, los premios ya no eran nada sin Serena
Serena era única y especial, y había sido todo un desafío intelectual para él, pues ella representaba todo eso de lo que él intentaba escapar. Ella lo cuidaba cuando él lo necesitaba, que era siempre, y despertaba sentimientos en él, de los cuales tenia miedo. En alguna ocasión Serena, le dijo distraídamente.
—Yo no puedo vivir contigo ni sin ti.
Esa frase sería suficiente para componer toda una canción, que sería por supuesto, uno de los éxitos más grandes de la banda. Las letras fluían en papel de manera natural, la mejor forma de explicarle al mundo lo que había pasado con ellos. Un extraño y doloroso triángulo amoroso, entre él, el amor de su vida y su mejor amigo y guitarrista de todos los tiempos.
Serena comenzó a salir a escondidas con Yaten como forma de venganza, Seiya jamas supo las razones por las cuales Yaten se prestó para tal cosa, pero siempre había sospechado que él había estado enamorado de Serena, incluso mucho antes que él.
Después de una tormentosa relación entre los tres, Seiya cansado marcó un limite con ella, la obligó a decidir y rogaba al cielo que su decisión fuera él pues no podía seguir viendo sin ella.
Al final Serena se había enamorado sinceramente de Yaten pero por alguna razón, que Seiya jamás logro entender, había dejado al guitarrista por él y aunque su chica no había regresado completa a él, tan si quiera había regresado. Aunque las cosas nunca volvieron a ser iguales, todos en la banda lo sabían, ella amaba a Yaten.
"Dulce Bombón" era su versión de la historia, aquella canción en su forma más sincera del rock que se transformaría en millones de copias vendidas y que los colocaría nuevamente en la cima del éxito.
Seiya incluso había ofrecido regalarle a Serena las regalías por la canción, argumentando que sin ella, esa canción jamas hubiera existido. Por supuesto Serena se negó.
El primer día de la nueva gira que abriría en la ciudad, Seiya había dejado una docena de recados en el contestador de la rubia, y una docena más de boletos dobles para el concierto, Serena nunca aparecería en ese concierto.
Al termino, Seiya estaba desesperado por verla, no importaba cuanto dinero tuviera, o éxito, o mujeres, siempre regresaba a ella, y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por Serena, excepto claro, dejarla marcharse de su vida.
Minutos después Seiya se encontraba frente al departamento de ella y con el teléfono en la mano dejaba nuevamente mensajes.
—Serena, estoy afuera de tu departamento y… —Seiya titubeaba— maldición Serena, necesito verte, eres lo único bueno que tengo en esta vida de mierda, realmente me importas, mierda, lo siento, perdón por lo que te hice pero, el pasado ya paso y quiero arreglarlo.
Esa noche era extraña el cielo parecía querer caerse a pedazos, la lluvia azotaba ferozmente las calles de la ciudad y aunque los ciudadanos estaba acostumbrados a su clima frío, lluvioso y deprimente, la lluvia de esa noche era algo para temer nunca antes visto para Seiya la situación se tornaba mas extraña pues estaba sobrio después del concierto algo que casi nunca pasaba.
Al abrirse la puertas del asesor, escuchó una melodía familiar, que se intensificaba a medida que se acercaba al departamento de Serena. El sonido se hacia cada vez mas ensordecedor y su mundo se tambaleo cuando escuchó el sonido de un disparo que provenía dentro del departamento.
Lleno de terror, corrió hasta la puerta, tirándola de una patada para poder entrar. Encontró a Serena en el sofá, sangrando; la mayor parte de su cabeza desparramada contra la pared detrás de ella. Todo a su alrededor manchado de sangre. Él se paró devastado frente al cadáver. ¿Cómo pudo suceder? Todo lo que había hecho era amarla. Afligido, se acercó lentamente al equipo de sonido, un CD con el sencillo de "Dulce Bombón" estaba programado repitiéndose. Se preguntó cuantas veces había escuchado ella esa canción.
Su corazón agitado, desbocado, liberó las lagrimas que estaba reprimiendo, Seiya empezó a gritar, desgarrándose la garganta en el proceso, gritó con todo lo que sus pulmones le permitían. Una migraña apuntaló sus sienes palpitantes, y toda su cabeza se llenó de presión.
¿Ella se mató porque habían fallado o porque él no la dejaría ser? ¿Era la canción, una de las pocas cosa que había hecho por sí mismo, lo que la había empujado a esto? ¿Esto realmente estaba pasando? Luego otro pensamiento le vino a su mente. Tomó la pistola de la mano de ella y la puso contra su sien.
Se uniría a ella. Disparó.
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Baia baia... ¡Bienvenidas mis adoradas estrellas fugaces! Si han llegado hasta aquí quiere decir que son valientes y abiertas de mente. Como podran ver esta no es una clasica historia feliz y de corazones y todo color rosa, no sé si tenga que ver con las celebraciones de los proximos días pero de alguna manera la idea llego en esta fecha y pues nada, quiero creer que es de Halloween. ¡Si! este es mi aporte a la celebraciones de Halloween.
Les contare un poco sobre esto. Me parece que todo el mundo conoce a la mitica banda del hard rock Gun´s and Roses, (si no la conoces no se donde has vivido este tiempo) Del James, periodista y amigo intimo del vocalista de la banda, Axl, escribio el libro que menciono en la parte de arriba. Ese libro es un conjunto de varios relatos de terror, entre ellos la historia principal o la mas polemica y conocida, Sin ti o Wihtout You fue inspirada, segun Del James en partes de la vida de su amigo. Axl a su vez se inspiro de esa historia para crear una de las canciones que mas éxito le dio a la banda November Rain.
Hay muchas teorias sobre esa historia, y algunos videos de la banda. Esta historia es obviamente una adaptación por lo tanto comprenderan que manipule algunos hechos y teorias para darle un poco de claridad al asunto. Solo espero darme a entender y para aquel que quiera saber más puede preguntarme.
En fin me despido de ustedes y espero que tengas felices celebraciones.
Me encantaría leer sus comentarios al respecto, aunque no es obligatorio claro. Aprovecho para agradecer a las personas que se pasan por aquí a leer, a las que dejan reviews y a mis favoritos y lindos lectores fantasma. Les mando un abrazo virtual mega fuerte y mis mejores deseos, excelente semana.
¡Happy Halloween!
¡Feliz Dia de muertos!
Editado 8/07/18
