Solamente un beso
Disclaimer: Ningún personaje de esta historia me pertenece. Son de la genia de J.K Rowling. Que sabemos que esta escribiendo otro libro. Así que sin más me despido y le dejo este shoot a mi gran amiga de Chile.
El día pintaba horrendo. Las gotas de lluvia mojaban a los pocos alumnos que se encontraban en el patio. Abigail, se encontraba refugiada en la biblioteca. Tenía la cabeza reposada en su mano izquierda, y su pluma dorada escribia al son de sus pensamientos. Sus parpados comenzaban a cerrarse y los abria cada pocos segundos. Un aroma familiar se hizo presente cercano a ella, y lo reconocio al instante. Remus se acercaba a ella con una sonrisa en el rostro y varios libros debajo de su brazo izquierdo.
-Buenas tardes, ¿Que estas haciendo Abi?-
-La tarea de pociones- comentó mientras reprimia un bostezo.-Pero no logro concentrarme, tengo demasiado sueño. Sus parpados volvieron a cerrarse y suspiro.
Remus tomó asiento enfrente de ella y la observo. Sus cabellos castaños rojizos, caian sobre su rostro ocultandolo. Sus pecas adornaban todos su rostro haciendola parecer de cinco años, y su nariz se encontraba de un color rojizo, ya que estaba enferma.
Abrio sus ojos, encontrandose con unos ojos penetrantes color miel sobre ella.
-¿Tengo algo en el rostro Lupin?- pregunto mientras bostezaba y abria el siguiente libro que tenia mas cerca
-Solamente te observaba- dijo este con una sonrisa
Ambos se sumieron en un profundo silencio, que era rellenado por el rasgueo de las plumas sobre sus pergaminos. La noche callo ante ellos, y así madame Pince, los hecho a ambos. Se sonrieron mientras caminaban hacia la sala común. Remus miro su reloj y noto que ya eran mas de las once de la noche.
-Abi- exclamó Remus mientras la tomaba del brazon.-La cena ya acabo- te dijo con una sonrisa.-Tendremos que ir a comer a las cocina.
Abigail enarcó una ceja, y puso sus brazos en forma de jarra.-¿Cómo sabes donde esta la cocina?Nadie lo sabe.
-Beneficio de ser merodeador, vamos- dijo mientras tiraba de ti y comenzaron a correr. Bajaron más de cinco escaleras y Remus se freno de secó haciendo que choques con él y caigas encima de su espalda.
-Perdon- murmuró Abi mientras se ponia de pie.
-No es nada- Remus le sonrio y luego se acerco al retrato de frutas. Le hizo un mimo a las peras. Luego de unos segundos esta se abrio, dejando a la vista a una enorme cocina. Cuando él ofrecio su mano, Abigail la tomo con temor. Entraron a la cocina y dos elfos se acercaron a ustedes.
-El señor Remus nos vino a visitar- dijo el elfo que Abigail tenía enfrente.-¿Necesitan alimento?
Remus asintio con la cabeza y los elfos desaparecieron. Remus tomó asiento en la barra y ella lo imitó. Luego de unos minutos, un elfo le depositaba un plato de "Ross bife", frente a ella, y comenzó a degustarlo rápidamente. Comieron en silencio, y cuando salieron de allí, notaron que el castillo ya se hallaba en una osada oscuridad. Abigail tomo la mano de Remus y la aferro, haciendo que este sonria.
Llegaron frente al retrato de la dama gorda, y Remus le susurro la contraseña a una adormilada señora Gorda. Cuando penetraron la sala común, esta ya estaba vacia, y la única iluminación que había provenia del crispar del fuego. Abi y Remus depositaron sus mochillas en los sillones de cuero, y se dirigieron a sus habitaciones. Cuando Remus estaba por despedirse de Abigail, esta atrapo sus labios y los beso. Remus se sorprendio, y luego tomo la cadera de Abigail, para acercarsela más. Cuando se separaron, Abigail se dirigio a su habitación sin mirarlo, y Remus entró la suya con una sonrisa en el rostro.
