N.A: Un escrito que tenía guardado por ahí. Será de pocos capítulos, unos siete si todo va como está programado. La trama en general está lista pero quiero agregar Omakes o escritos muy cortitos humorísticos después de cada capítulo, los cuales están abiertos a peticiones. De momento tengo el omake1 de este cap.
DISFRUTEN
Disclaimer: los personajes de Harry Potter no me pertenecen, solo los uso para divertirme un rato y con suerte, entretener a alguien más.
Del sótano a la torre
Haque al rey negro
Estaba oscuro, como siempre. Tío Vernon nunca colocó bombillas eléctricas que prometió para iluminar el sótano. Lo bueno es que era un freak.
Freak. Le costó mucho tiempo entender que ese no era su propio nombre. Durante mucho tiempo, en su infancia, fue llamado así y lógicamente fue esa la conclusión que sacó, hasta que un vecino nuevo lo vio junto a su tía Petunia en el jardín delantero realizando labores de jardinería, y preguntó por el nombre de ambos tras su salutación, a lo que tía Petunia se presentó como la señora Dursley y al joven Harry Potter, su sobrino.
Cuando se quedaron solos, el pequeño Harry preguntó por el nombre de freak.
'Eso es lo que eres'
En ese momento no lo entendió. Pero después de varios meses, entendió que era su forma de llamarle diferente. Y no era porque lo hubiese leido en el diccionario, que tenía varios ejemplares en la actualidad. Era porque podía hacer cosas que ellos no. Magia.
Poseía un poder que le permitía mover objetos, hacer aparecer al menos veinte esferas pequeñas de luz de color verde, levitar cosas y así mismo, esto último con esfuerzo. Podía hacer tantas cosas, pero en la que más se destacaba era en proteger cosas para que no se rompieran ni dañaran, así como a las personas, conocimiento obtenido el último día que estuvo en la casa Dursley.
Su casa, como lo llamó tío Vernon el día en que lo arrojó ahí, en realidad era un sótano debajo de la casa principal de la familia. Ese día Harry había roto uno de los regalos nuevos de su primo Dudley luego que este le empujara sobre el juguete nuevo; su primo lo culpó de todo y sus tíos tomaron la decisión de quitarlo de la vista definitivamente, a pesar de sus cortos 5 años de edad.
Al parecer era una peculiaridad de la casa de la que no le habían comentado a los Dursley cuando la compraron. Era la única casa del barrio con sótano. Dudley lo descubrió cuando, persiguiendo a Harry, había empujado un librero que dejó caer un adorno de lo alto; que se estrelló contra el muro abriendo un boquete. Después de culpar a Harry y que este fuese encerrado en su armario, revisaron el estuco roto y encontraron las escaleras.
Cuando se enteraron, la casa se llenó de gritos iracundos y amenazas sobre fraude y demandas.
Al final no ocurrió nada porque la constructora no pagaría nada y aun peor, podía cobrar más por el espacio extra.
Con el tiempo resultó mejor para los Dursley, puesto que le habían encerrado a él ahí desde entonces.
La habitación no era tan pequeña como su armario debajo de la escalera; de hecho era todo lo contrario. Si descontaba todas las cosas rotas o dejadas por sus parientes, como ropa, juguetes, electrodomésticos, camas y sobre todo libros, la habitación tenía al menos 10x10 metros. Pero con todo, el espacio libre estaba en unos 3x4 metros, con varios espacios entre cachivaches.
Si no fuera por su poder que le permitía mover las cosas sin importar su peso, no hubiese podido ordenar jamás de la forma en que lo hizo. No sólo diseñó todo por temática y cantidad de uso para darle una estructura regular a las cosas, también podía a voluntad reestructurar todo de nuevo en minutos. Y Harry, a sus quince años, era un asiduo arqueólogo de cachivaches.
Lo malo es que no podía salir ni siquiera para ir al jardín, a la escuela o al baño. Retrete y ducha tenía en el sotano, muy básico pero funcional hecho especialmente para no verlo por la casa, y la comida se la daban una vez al día, después de la cena, pero suficiente para que le durara todo el día siguiente (suponia que eran las sobras de la cena), por medio de una gatera hecha en la puerta que conecta el primer piso y el sótano.
Al comienzo tuvo mucho miedo de estar solo. Lloró mucho, hasta que se lastimó la piel de las mejillas por el agua salada, pero se le olvidó cuando por casualidad hizo funcionar una vieja radio cuando, en medio de gritos, pedía que alguien le acompañara porque tenía miedo del monstruo en el sótano, que le dijo Dudley desde la puerta cerrada.
La música había abierto una nueva perspectiva de su soledad. La acústica del sótano le permitía verdaderos conciertos a todo volumen sin que molestara la parte de la casa.
Con los años pudo aprender de todo en los programas de la radio. Todo lo que pasaba arriba en el mundo: Inclemencias del tiempo, traspiés económicos, opiniones y discusiones sobre alianzas de los partidos políticos, historia, etc.
La oscuridad dejó de darle miedo cuando imaginaba todo eso. Y todo mejoró con la llegada de una lámpara rota poco después, abollada en la parte donde tenía pegada la caricatura de moda.
Con ella pudo explorar las cajas. Por ese tiempo encontró los audiolibros de niños que Dudley decía odiar, pero que tía Petunia nunca tiraba por ser regalos de algún pariente por el cumpleaños o navidad. Con ellos aprendió a leer y a encontrar entretención en las hojas ajadas.
Le encantaba revisarlo todo una y otra vez. Novelas clásicas, filosofía, ciencias varias, historia; pero lo mejor eran los libros de magia legados de sus padres.
Cuando estaba en su armario, se había dado cuenta que dentro de las cosas con las que había sido dejado en casa de sus tíos había una bolsa de terciopelo no mayor a un monedero, que contenía dos baúles miniatura que no se podían abrir.
Esa bolsa fue lo único que pudo llevarse el día en que tío Vernon lo empujó al sótano porque desde que la descubrió se hizo el hábito de colgársela al cuello. Demoró varios años antes de poder desencogerlos y abrirlos y como suele ocurrir, fue por accidente.
Llevaba un tiempo leyendo por su cuenta aunque lentamente, en esa oportunidad era una historia de ficción 'Alicia en el país de las maravillas'. Tanto le gustó la parte en que la niña podía crecer y empequeñecer que se puso a imaginar qué cosas haría de poder hacer tal hazaña. Estaba actuando con diversos objetos variando entre aquellos que crecían sobremanera y aquellos que casi desaparecían de lo pequeño que los dejaba hasta que llegó el turno de los baúles. Con la diferencia que estos sí respondieron a su pedidos creciendo. Desde entonces y hasta la actualidad dieron consuelo a Harry tanto por su valor informativo como por un nexo con sus padres y sus raíces mágicas.
El tiempo pasó y Harry construyó su mundo en ese lugar.
Un niño en otras circunstancias puede que haya intentado salir de ese encierro, pero Harry no. Y eso lo descubrió un día donde los Dursley no estaban en casa por el cumpleaños séptimo de Dudley y que según la tradición, todos salieron a almorzar fuera.
Tras asegurarse de que sus tíos y primo no estaban en casa, escuchando con la oreja puesta en la puerta, Harry hizo que su magia le ayudara a abrir la puerta y correr el mueble que estaba sobrepuesto en la puerta, y se dispuso a pasear por la casa que casi no recordaba.
Revisó la cocina, las habitaciones, y en general todo lo que pudo. Pero cuando quiso salir al patio y sintió los rayos del sol tuvo algo de nauseas, mareo y sudor frío, sumado a su vista atrofiada y la poca luz a la cual estaba expuesto en el sótano, se le dificultó ver por el brillo donde estaba.
Resumiendo, todo terminó en vómito y lágrimas de vuelta a su sótano, suficiente como para decir que nunca más quiso salir de su semi oscuro, cálido y apretada habitación subterránea.
La siguiente vez que se aventuró a la parte de la casa fue después de que se formara un griterío por la aparición de una carta para Harry por una vacante al colegio donde fueron sus padres, al que ni tío Vernon ni tía Petunia querían que fuera. Y tras varios días de ruidos furibundos en la parte de la casa, Vernon lo manda a llamar para que escribiera una carta negando su interés en asistir a la escuela y su mundo de raros.
Cómo de todas formas Harry no podía salir sin tener un ataque de pánico, se encogió de hombros y le dio el gusto a su tío.
Eso fue hace seis años, dando un total de once desde que vive debajo de los Dursley ese mismo día. Su cumpleaños número dieciséis.
Había comenzado el día ejercitando su control de la electricidad generando varios rayos azules, creando formas o direcciones. Para ello debía tener especial cuidado con sus objetos eléctricos, una sobrecarga y podía perderlas. De modo que además, debía tener siempre un escudo sobre ellos para evitar problemas.
Su día estuvo lleno práctica mágica que se había convertido en su ritual de cumpleaños.
Siguió su rutina anual apareciendo variaciones de sus esferas luminiscentes, levitación, convocación, transformación, y un sin fin de cosas aprendidas o derivadas de los libros de sus padres, tanto del colegio como a nivel de profesión, puesto que su madre había alcanzado la Maestría en encantamientos y su padre fue un Auror.
No hubo novedad a lo largo del día en su rutina anual mientras chequeaba su lista de tareas. Sólo un día más en el calendario.
No fue hasta las diez de la noche que algo extraño cambió el ritmo habitual. Ruidos sordos y vibraciones desconocidas comenzarona desde la parte de la casa Dursley, quienes se fueron a algún evento.
Harry saltó por la impresión originado por los estruendos que retumbaban por el techo del sótano. El joven encerrado supuso que debían estar tirando la casa abajo porque de lo contrario apenas escucharía los ruidos.
Tras el estruendo siguió un silencio que puso nervioso al pelinegro. Lo único que sonaba en el lugar era su propia respiración trabajosa.
Crujidos. Varios golpes. El arrastre de un objeto de gran tamaño.
¿Qué está pasando arriba y a estas horas?
Harry estaba temblando. El silencio vuelve a convertirse en protagonista y la presión en el aire hizo zumbar los oídos. El joven tragó saliva tratando de bajar su ansiedad ante lo desconocido.
Sus luces verdes fueron apagadas de golpe mientras esperaba en a que algo pasara. Justo a tiempo para escuchar el rechinar de la puerta que lleva a la casa.
Pasos y crujir de las escaleras. Respiraciones suaves. Harry pudo detectar la presencia de más de una persona bajando.
Asustado, se escondió detrás de un somier de cama, que estaba apoyado en vertical contra el muro frente a la puerta, ofreciendo un espacio semioculto de cara a los extranjeros. Esperó conteniendo la respiración.
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Esto era muy desagradable y degradante. Realizar trabajos de plebeyos.
Desde la vuelta de su señor casi no habían hecho movimiento contra el bando de la luz. Al parecer su señor estaba gastando su tiempo fortaleciendo alianzas, juntando piezas, más que comenzar la revolución y luchar en contra del bando opresor.
Y ahora él, Lucius, le fue ordenado ir por una de esas piezas, perdida por mucho tiempo, Harry -desaparecido-Potter. Por eso estaba con un Avery idiota y Rodulphus en frente de esa casucha muggle, último paradero del desaparecido 'niño elegido'.
Aun recordaba, hace seis años, toda la expectación que se originó con la llegada del niño salvador a Howarts. Los políticos especulaban las implicaciones de la reinserción del joven al mundo mágico, los comerciantes vendían cuanto podían con el famoso símbolo del rayo, con más imaginación que veracidad porque jamás se vio una fotografía del chico después de 'ese día', la prensa como polillas espantosas estaban en la estación 9 ¾ , estudiantes y padres abarrotando el pasillo de la estación tratando de ver algo hasta el último segundo antes de que saliera el tren.
Todo quedó como un gran anticlímax cuando se dio la noticia de que el chico no llegó a la ceremonia de clasificación el la prestigiosa escuela.
Horas de completa especulación y rumores siguieron al hecho. ¿Por qué no fue Potter? ¿Está entrenando en alguna parte? ¿Tiene los poderes de merlín y por eso tiene educación especial? ¿Quedó squib después de enfrentarse contra el Mago Oscuro? ¿Sufrió Viruela de Dragón y murió?
Rumores cada vez más ridículos, hasta que, de forma anónima se entrega a la periodista Rita Skeeter una carta del chico Potter, que explicaba su rechazo a la plaza en Howarts y su renuencia a unirse al mundo mágico, por su amor a su actual estilo de vida muggle.
Tras salir la noticia, fue llamado al Ministerio de Magia el guardián mágico de Potter, Albus-el-de muy largo nombre-Dumbledor, para que declarase sobre esta decision.
En el interrogatorio, el mediático director de Howarts declaró que el niño no deseaba la fama que se le atribuia y que no volveria hasta que esta fuese desestimada.
Estas declaraciones generar gran revuelo en la sociedad mágica. Surgieron diferentes panfletos y espacios de debate que cuestionaban las acciones que como sociedad habían querido realizar en un niño de once años.
De esta forma comenzó una campaña nunca antes vista. Todo nombre del chico fue borrado en los textos, dejando solo su 'título'. Se hizo de todo para que la comunidad olvidara el nombre real del chico.
Y año tras año se le pidió a Dumbledor que convenciera al chico de regresar. La necesidad de su regreso era casi palpable.
Fue hace tres años que se filtra a la prensa que, el director de Howarts, jefe Warlock y al mismo tiempo tutor mágico de Harry Potter, no tenía idea de donde estaba el joven mago.
¡Fue el escándalo del siglo!
Y el suicidio político de Albus Dumbledor
Rita Skeeter se cebó dando información clasificada del caso a las masas.
El chico no estaba en las de sus tíos maternos. Las conocidísimas defensas de sangre, casi legendarias en la actualidad como protección de Lily Potter con su vástago, habían desaparecido hace más de diez años de donde fuese su vivienda muggle. No se había presentado ninguna evidencia de magia accidental en el área de su vivienda. La única persona a cargo de su cuidado era una squib que jamás tuvo contacto real con el chico y que no vió cuando se fue. Y lo más aterrador para la comunidad mágica, no se podía ubicar por ningún medio mágico conocido.
Con ese panorama fue que Dumbledor perdió aun más apoyo político y público.
Lucius tuvo su peor día para mantener su estoica máscara política cuando la junta de gobernadores había argumentado sobre la incompetencia de Albus dumbledor de cuidar a un niño como guardian magico, y por ese motivo no se le podía seguir encargando el de cientos de niños ajenos. Y no hubo presión política que hiciese el ex director, la ciudadanía estuvo a favor de la decisión.
Con este revés al líder del bando de la luz, el señor oscuro pudo hacerse con la piedra filosofal. Evento poco conocido para el público en general, pero que minó el apoyo dentro del mismo bando de la luz y la esfera cercana del viejo ex director.
Tan mal posicionado estaba Dumbledor que los rumores decían que su avanzada edad lo estaba dejando ceníl.
En contraposición con las fuerzas de la oscuridad que cada vez adquieren más poder sin mostrar un frente violento. Lucius mismo estuvo trabajando en el Wisengamot junto con otros Lords de antiguas familias para filtrar leyes en favor a la causa oscura y pausando las modificaciones en favor de los muggles.
Hasta el momento, el Dark Lord ha hecho alianzas con los licanos y gigantes, e incluso dementores, pero aun no lograba crear un frente de criaturas debido a la desconfianza que se tiene en las guerras de los magos. Un claro ejemplo de esto son los goblins que se mantenían neutrales, al igual que los centauros. Esto debilitaba su postura pro criaturas de la 'oscuridad', dejando espacio para el bando de 'la luz'.
Con todo esto, el niño Potter adquirió un valor simbólico increíble. EL cambio contundente. La victoria absoluta.
Esto era lo que necesitaba cualquiera de los bandos en disputa, que se encontraban bastante equilibrados en poder: Neutrales, Ministerio, Oscuros y Luz. Para ser específicos, quien lo tuviese en sus filas, podría influenciar al bloque neutral activo.
Y esa era la razón por la cual estaban allanando esa casucha muggle.
"Apurate, Lucius. No tenemos toda la noche. Quien sabe si la orden esté por llegar, en el caso que hubiésemos activado alguna alarma oculta"
"Ya voy, Avery. No te impacientes". Estaba colocando el pergamino hechizado en la mesita del café que pusieron en el centro de la sala de estar por comodidad. La casa estaba vacía debido a que los muggles recibieron alguna invitación a un concurso o algo así por parte de los Lestrange, que fueron sacados de Azcaban con una extraña artimaña que incluía poción multijugos, según lo dicho por Narcisa quien si estuvo presente en la misión. "Ahora vamos". El pergamino comenzó a brillar y una luz como una linea roja apuntó la dirección más absurda, y que nunca consideraron: el suelo.
"Bien. Esa cosa está rota".
"Callate Avery". Lucius estaba intrigado. Tomó el papel y comenzó a moverse por la habitación pero la luz nunca cambio de dirección ni de punto en el suelo.
"Parece que hay que cavar". Dijo sombrío Rodolphus. La dirección no era un buen presagio para el chico, ni para ellos.
Y Avery fue el que tomó la iniciativa. "¡Bombada!". Regando de polvo a los otros ocupantes de la habitación, quienes no pudieron generar un protego para evitarlo.
Lucios esperaba que Avery se tropezara y se terminara rompiendo el cuello, para no tener que seguir la búsqueda en él. juntando paciencia siguió su ejemplo.
Entre los tres comenzaron a lanzar todo lo que sabían de hechizos explosivos. Tras romper el sobrepiso no pudieron dañar las capas inferiores. Estaba protegido por una fuerte magia.
"Al menos no es una tumba". Dijo recogido Avery.
Tras unos minutos de silencio Rodolphus propone buscar otra forma de bajar. Con eso en mente comenzamos a buscamos una portezuela, puerta-trampa o algo por toda la casa e incluso el patio sin lograr hallarla.
Avery estaba jadeando y recargándose en el umbral de la puerta de la cocina. "Esto es una mierda"
"Es muy extraño que podamos encontrar nada". Lucius trataba de pensar una solución al problema.
Hasta que Avery apunta detrás de Lucius. "¿Qué hace Rudolphus en el piso?"
Lucius se voltea para ver que, en efecto, el tercer mortifago estaba panza en el suelo mirando por debajo de un librero por el pasillo.
"¿Qué estás haciendo?". Casi podía sentir venir el dolor de cabeza que sus compañeros estaban generándole.
"Hay una puerta gatera aquí, sentí una corriente de aire". Dijo el alto mortífago levantándose elegantemente.
Tuvieron que mover el dichoso mueble, tirando primero todos los libros, para poder llegar a la puerta y todo sin magia porque incluso el librero estaba protegido.
Una vez despejado se vieron a las caras para asentir. Lucius tomó su varita cauteloso y abrió la puerta
Las escaleras estaban completamente a oscuras, por lo que Invocó un lumus antes de bajar.
Una vez que terminó de bajar las escaleras vió lo que parecía ser un sótano lleno de cajas y trastos. De hecho tuvo que saltar varias columnas cajas y otras cosas muggles.
Por fortuna no había polvo ni telarañas algo que debía agradecer. Sin embargo, su túnica se enganchó repetidas veces. Al menos sus compañeros tampoco estaban mejor.
"Deteneos". Una voz ronca sonó en la oscuridad.
Con el corazón en la garganta Lucius tuvo que carraspear. "No vinimos a hacer daño. Estamos buscando a alguien"
No hubo respuesta.
intentó volver a entablar conversación. "Estamos buscando a Harry Potter".
Sólo silencio
Un poco más repuesto de la impresión, intentó otra vez. "Vinimos a llevarlo a donde pertenece"
"Vienen a sacarme de aquí"
"No planeamos hacerte daño". Esperaba que detrás suyo sus compañeros bajaran las varitas
"No. No puedo salir". Lucius podía detectar un dejo de ansiedad en esa afirmación, a pesar de que intentaba sonar seguro. Quisas con un poco de persuasión lograra sacarlo al menos a la parte de la casa para conversar más cómodos.
"Vamos chico. Tú eres Potter. Vámonos de este lugar". Hasta que Avery se mete en una situación delicada.
"No. VÁYANSE"
De la nada una ráfaga empujó a los tres magos adultos por la mitad del sótano, hiriéndoles de paso con los objetos de la habitación, llevándolos por las escaleras hasta afuera de la puerta, que se cerró de golpe.
Los tres terminaron apilados en un montón, adoloridos y magullados por el viaje forzado.
"Al menos lo encontramos".
Tanto Lucius como Rudolphus respondieron. "¡Cállate!"
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Esos incompetentes siervos. Magos adultos vencidos por un adolescente. ¿Cómo es eso posible?
Era media noche. Tras un día muy largo de trabajo esperaba ir a descansar, pero no. Avery llega a la biblioteca jadeando, balbuceando algo sobre que perdió en una apuesta con palitos y que debía decirme que le equipo de búsqueda de Harry Potter lo halló en la casa de sus tíos muggles, pero que a mismo tiempo eran incapaces de tarelo, puesto que el niño de dieciséis los hizo volar fuera del sótano y los dejó en el pasillo de la casa para posteriormente activar una barrera en la puerta hacia el sótano.
Perdí la paciencia con su larga y absurda explicación, y lancé un cruciatus a su persona. Por incompetente.
De esta forma fue que terminé en un patético suburbio muggle, rodeado de casas clonadas y sin visión por las necesidades de modificaciones futuras. Una total pérdida de espacio y estética. Caminé por la calle hasta llegar al 4 de Prive Drive, que se veía igual al montón. Casi insospechado que en su interior se escondiera el mayor misterios de los últimos años del mundo mágico: La residencia de Harry Potter.
Ahora estaba ingresando a la vivienda con claro disgusto, para ver de pie en el recibidor a Malfoy y Lestrange.
"¿Y bien?".
Ambos se mantuvieron con la cabeza baja, mas fue Malfoy, el mortifago a cargo, quien contestó.
"El chico es poderoso, mi señor. Tiene poderosas barreras mágicas. Además, las protecciones de sangre se encuentran vigentes en la parte del sótano".
"Muéstrame".
Me llevaron a la zona que explotaron, marcando un precedente en el nivel de destrucción que aun así no pudo romper la barrera que da al sótano. Tomando lánguidamente su varita lanzó sus propios hechizos para diagnosticar la barrera. Era evidente el poder de las protecciones si no existía daño alguno ni debilitamiento tras ese nivel y cantidad de magia utilizada. A un gesto de su cabeza, fueron sin hablar a donde estaba la puerta.
In situ Voldemort pudo ver como una película semi traslúcida se interponía en el umbral.
"Fuimos sacados por el chico con lo que suponemos fue un hechizo de expulsión. Después de eso cerró la puerta". Me informaba ahora Lestrange. "Logramos arrancar la puerta de sus goznes al no poder abrirla otra vez, pero fuimos detenidos por esa protección".
"Veo". Hice una serie de complicados movimientos y murmullos en lo que parecía ser lengua parcel.
Pasa el tiempo y no logré romper la dichosa protección.
El sudor comienza a perlar mi frente y aprieto los dientes la frustración. Hace mucho que algo así no me pasaba. Nada se me interpone.
Avery había aparecido en algún momento y se puso a cuchichear con Lestrange sobre cuánto le debían por engañarlo a llevar el mensaje. Que al final se había dado cuenta de la treta y tal.
Entre la frustración provocada por la barrera indestructible y las habladurías de Avery, perdí la escasa paciencia y con ira descontrolada golpee al azar a los mortifagos detrás de él con hechizos de corte, dandole para mala suerte a Avery en un hombro.
Y no satisfecho con esto, siguieron otras maldiciones y encantos dirigidos a los otros dos, que corrieron como conejos a esconderse detrás de los sillones muggles en la sala de estar.
"Mi señor, mantenga la calma"
"Que calma ni nada". Otra maldición de corte salió de mi varita.
Avery, que se quedó en el mismo lugar donde cayó fue apuntado otra vez por mi, obligándolo a esquivar mi próximo ataque.
Por cosas que no se pueden entender, Avery corre hacia la dichosa barrera para perder el equilibrio, y embestir la susodicha, atravesandola sin problema alguno. Quedando a salvo del cruciatus pero cayendo dolorosamente por las escaleras.
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Avery no podia entender sus suerte.
Ahora no sólo sangraba sino también estaba muy adolorido.
Estaba intentando levantarse cuando las cajas y objetos muggles se pusieron a levitar y reordenar a los lados de la habitación. Mientras que extraños orbes de luz iluminaron el tenebroso sótano. con un resplandor verde, enmarcando el cuerpo del individuo que había provocado todo esa noche.
"¿Que parte te duele?". La ronca voz debía ser por la falta de uso porque no tenía relación con la persona que la ostentaba.
Era un adolescente no muy alto, de contextura fina, cabellos muy largos y ligeramente enredados. Su piel debía ser muy blanca porque resplandecía por la luz verde. Sus ropas eran muggles, que consistían en una polera y un pantalón corto. No se ajustaban a su cuerpo por el gran tamaño de las mismas, revelando mucha piel. "¿Donde te duele más?". Ahora sonaba demandante la pregunta.
Avery revisó su condición actual. Estaba en una posición poco natural, con la espalda en el suelo y sus piernas en la escalera, un brazo torcido detrás de su cabeza apoyado en el muro y el otro apoyado en su torso. Dio un gruñido al intentar hablar. Trató de desdoblar su brazo pero fue detenido por el extraño.
"Puede estar quebrado. Dejame revisar". Con manos suaves comenzó a tocar el brazo desde el hombro hasta la muñeca.
"¿Eres medimago?". Al ver que no entendía el término, intentó con otra cosa. "¿Medicucho? ¿Paracurandero? ¿Matasanos?"
"¿Médico?". Dijo el joven sonriendo mientras atendía el otro brazo cuidando de mover poco la cabeza.
"¿Eso?"
"No. Sólo conozco la teoría".
"¿Nunca has practicado?". Dijo temeroso el paciente imprevisto al medimago improvisado.
"No me lastimo mucho aquí. Pero he leido bastante sobre medicina de emergencia". Ahora estaba revisando la capacidad sensorial del cuerpo con ligeros pellizcos a los que Avery reaccionaba con dolor. "No tienes lesionada la columna. Pero no quiere decir que si te muevo no agrave una lesión oculta". Lo miró atentamente y después arriba de la escalera de donde se oían ruidos sordos. "Creo que tus amigos aún están intentando entrar".
"Creo que si". No quiso mencionar que su señor jamás se rendiría. ¡Que lo aspen si hace enojar a la única persona dentro de esa casa y más en concreto abajo en el sótano que lo puede curar!.
Con un movimiento de mano el chico asombró al experimentado mago al hacerlo levitar sin varita y sin palabras. "Tenemos que ver las lesiones internas que puedas tener". Lo llevó a un camastro duro y lo recostó. "Lamento si es incómodo pero si es demasiado blando puede ser contraproducente". Y procedió a conjurar, sin gestos ni palabras, luces de diagnóstico. En el lugar de habitual pergamino al que Avery estaba acostumbrado, los resultados aparecieron escritos en el aire en diferentes colores. Algo visto solo en el campo de batalla realizar a los aurores al usar medimagia de emergencia.
"Afortunadamente tienes pocas heridas de consideración. Con excepción del corte en tu hombro, sólo contusiones sin mayor complicación. Tuviste suerte con esa caida"
Con una sonrisa ladeada Avery quiso animar el ambiente. "Suerte la mia".
"Pero debes explicarme este residuo de magia. Afecta tus nervios y se ve que hizo mucho daño. Es reciente". Continuó molesto.
Sin poder endulzar nada, decidió decir todo. "Soy un mortifago. Y no cumplí con el encargo de mi señor por lo que fui castigado"
"¿Mortifago?". Su voz sonó entre sorprendida y curiosa.
"¡No temas!. Vinimos a buscarte. No a hacerte daño"
"¿Por qué?"
"Estamos en guerra y necesitamos...". Cómo decirle sin que después le explote en la cara la información o sea castigado. Un movimiento vi por el rabillo del ojo, única advertencia que tuve de que mi señor logró bajar.
"Cómo han caído los valientes si necesitamos mocosos malcriados para pelear en una guerra"
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¡Al fin!. No pude romper la barrera pero sí doblarla a voluntad, logrando abrir una abertura lo bastante grande como para bajar las escaleras sin contorsionarse demasiado. Lástima que se cerró antes que los otros dos pasaran.
Una vez abajo el resplandor verde daba al lugar un aire etéreo y misterioso.
En un rincón medio escondido por los tratos, un camastro con lo que parecía Avery y Potter de espaldas a la entrada conversaban.
Por los murmullos Estaban viendo sobre las lesiones de Avery las circunstancias que le llevaron ahí. Y Potter escuchaba poco entusiasmado. Mas bien renuente.
Fue en el momento en que Avery vaciló que decidí hacerme notar.
La cara de sorpresa de Potter no tenía precio.
Con calma aparente hice aparecer mi propio lumus y recorrí la zona despejada, viendo las diferencias entre los trastos poco usados y aquellos que estaban debidamente protegidos con magia. Estas diferencias señalan los gustos más marcados del joven encerrado.
Aburrido me dio vuelta y enfrenté al chico.
"Te ofresco salir de aquí"
Era obvio que tomé completamente desprevenido a Potter porque aún no se recuperaba de la impresión. Pero tomaba rápidamente su aplomo.
"¿Quien te crees que eres?". Le gritó indignado. "Llegas, hieres gente, te paseas por mi cuarto y después dices disparates"
"No son disparates. Es una generosa oferta".
Esta vez, ya más calmado, susurro. "¿Quien eres?".
"Yo soy Lord Voldemort". Le dije con mi sonrisa ladeada. Que realzaba mi atractivo. Algo que logré recuperar con el uso de la piedra filosofal. Mi cuerpo veinteañero.
"¿Vuelo de la muerte?"
"Veo que dominas el frances"
"Oui, c'est ça (frances: Sí, así es). E alcuni altri (italiano: Y algunos más)". Dice con gracia. "Pero tu nombre me dice que no debo confiar en tí". El chico se pone enfrente mio dandome una buen visual de su escuálido cuerpo. "No tengo muchas cosas de mis padres. Sólo sus diarios. Te describen bajo mala luz". Hace un gesto con su mano como si fuera poca cosa.
El comentario me irritó y me hizo gracia. El joven era poderoso, se podía ver con solo apreciar su diagnóstico nivel auror sin varita. A eso debia sumarle, a regañadientes, la poderosa barrera en la puerta. Sin mencionar la intensa presión que existía en el sótano. Exudaba magia el chico sin él darse cuenta por toda la habitación.
Casi como un tesoro enterrado.
Y debía ser mío. ¿Pero cómo lo consigo?. Ya mencionó sobre los diarios de sus padres, significa que debían describir sus actos violentos de la primera guerra. Así que mentir estaba fuera de cuestión.
Y la verdad le daria al chiquillo demasiado poder. Una media verdad sería casi tan mala como una completa falacia, debido a la falta de información que tengo sobre lo que realmente leyó en los diarios ni sé que puedo omitir o qué tanto profundizar. Y si nota el chico que no soy verídico me enviará fuera del sótano más rápido de lo que puedo decir 'crucius' y esta vez sé que no me dejará volver a acercarme ni siquiera a la casa.
Entonces el dilema: ¿Qué hacer?
"Sé me conoce por Lord Voldemort, pero tuve otro nombre una vez. Nací como media sangre, hijo de bruja y un no mágico". Trataría de evitar jergas que el joven no entendiera y mantener el relato lo más cerca de la realidad. "Estudie en el colegio más respetado de Inglaterra y fui el mejor alumno de mi promoción". Un eufemismo, 'Era el mejor jamás visto', pero eso podía sonar arrogante al chico. "Pero al crecer me di cuenta de que habían muchas cosas mal en el mundo mágico. Cosas malas para magos y brujas, criaturas mágicas e incluso la misma magia. Decidí hacer algo pero no tuve apoyo. Fui al gobierno, hablé con la élite, con los académicos, pero nadie me entendió. Así que decidí cambiar la estrategia, me apoderé de viejos rencores sociales y formé un grupo paramilitar. Una revolución. Pero fui detenido. Cuando me dispuse a matar al último integrante de una familia opositora, mi maleficio se me devolvió y terminé severamente debilitado. Hace sólo unos cuantos años recuperé mi poder y he vuelto a formar mi grupo con el fin de equilibrar las cosas y darnos oportunidad en esta injusta sociedad".
"Suena muy conmovedor. Pero eso no me dice mucho. De hecho me da más razones para sacarlos de aquí". La presión mágica creció a mi alrededor. Algo debía decir para ganar tiempo.
Peor, como se vio demostrado arriba en el momento que perdí los estribos de mi mal humor, que esta casa hace que pierda mi tan mentada genialidad al momento de hablar o hacer cosas logrando una de mis peores actuaciones a continuación. "Quien me derrotó, fuiste tú"
Ahora vi la conmoción en su rostro. Eso era nuevo para él. Y como si fuera un parpadeó fui arrojado contra el techo sin poder respirar, pegado e inmovilizado por la pura voluntad del chico y su magia.
"Tú. Mataste. A mis padres"
No me di cuenta que sacaría esa conclusión tan rápido.
Mi rostro estaba encima del suyo. Ira ardiente se reflejaban en esos ojos verdes iridiscentes por las esferas del mismo color. Y la sangre se me congeló en las venas mientras la opresiva magia apretaba mi torso, ahogándome.
Hace mucho que no sentía el terror, crudo e intenso, como ahora. Y todo por un adolescente delgaducho.
Y recordé la profecía y el miedo se duplicó. Había sido tan arrogante de creerme indestructible y ahora estaba frente a mi posible muerte mirándome con ojos verdes como aquella maldición que le lancé hace catorce años atrás, como una burla cruel del destino.
"¡DETENTE POR FAVOR!". Avery estaba intentando levantarse del camastro. ¿Acaso intentaba parar esta fuerza de la naturaleza?. "No nos quites otra vez la esperanza". Susurró
Potter sin despegarme del techo, pero permitiendo respirar otra vez , se dio vuelta para hablar con el mortífago. "¿Que quieres decir?"
"Cuando le derrotaste, el lado oscuro, uno de los bandos de la guerra, perdió terriblemente. Fuimos masacrados, expulsados y presos".
"Eso ocurre con cualquier facción tras una revuelta o rebelión". Respondió sin impresionarse mucho. "¿Que les hace diferente? Ustedes masacraron también en nombre de sus ideales. Incluyendo a mis padres. Lo que yo puedo hacer ahora se puede considerar venganza"
"Peleamos por nuestros derechos". Avery se estaba desesperando.
"Así mismo el otro lado"
"¡Luchamos por las líneas de sangre pura y las criaturas mágicas!"
"Las élites del mundo mágico y sus coaliciones, según tengo entendido. Nada que no se hubiese podido ganar con conversación y diplomacia". Con eso volví a perder el aliento por la opresión concentrada en los pulmones.
"¡Nuestro patrimonio, nuestra cultura y nuestros hijos!". Se veia a Avery cada vez más desesperado al ver a su señor ahogándose.
"Explicate". Volvió a dejar de oprimirme el torso. Comienzo a ver puntos negros. Apenas logro tragar la saliva que quiere caer de mi boca, tratando de mantener la compostura.
"Perdemos nuestras costumbres con la llegada de muggleborn y amantes de muggles. Restringen nuestras creencias espirituales en favor de los recién llegados"
"No es suficiente". Y un crujido sonó a la altura de mi diafragma, seguido por un jadeo de dolor. Ahora Avery podía ver como sangre salia de mi boca tras una serie de toses debido a mi desesperación por respirar. "Hasta ahora solo es una lucha por el poder. ¿No era ese tu lema, Voldemort?. ¿Solo existe el poder y aquellos que son muy débiles para obtenerlo?". Potter tenía una sonrisa siniestra. ¿O es mi mente que la ve así? Después de todo, mi vida se terminará en esta casa muggle, pegado al techo del sótano, viendo al joven que una vez intenté matar.
"¡POR LA MAGIA, NO LE MATES!". Gritó desesperado Avery.
Potter se detuvo una vez más momento que el hombre aprovechó para decir rápidamente todo lo que se le vino a la mente.
"¡La magia fue restringida!. No se puede practicar libremente. Rituales que la modifican se han clasificados como oscuros. Nuestros hijos no pueden ser protegidos con pociones oscuras contra la viruela de dragón y están expuestos a la epidemia, así como a otras enfermedades. Las lineas de sangre estan desapareciendo no solo por falta de herederos directos sino también porque no se permiten los rituales de sangre para la adopción. Las leyes de secretismo se vuelven cada vez más flexibles dejándonos expuestos a que nos descubran los muggles. Mientras que las leyes mágicas se vuelven más severas evitando que se hagan o se traigan nuevos descubrimientos mágicos de otros países, dejando a Gran Bretaña sin desarrollo en ningún campo de la magia y hechicería en las últimas cinco décadas". Ya no sabia que más decir. Estaba agotado y adolorido. La noche no resultó como fue planeada. "La magia está muriendo, en parte por la falta de rituales ceremoniales. puede que nuestras creencias espirituales no las entiendas, pero son fundamentales para nuestra conección con la magia misma". Ahora estaba llorando. "No puedo imaginar un mundo en el cual no exista la magia".
"¿Y eso es motivo suficiente para seguir a un hombre que te tortura si no haces lo ordenado?". Cuestionó el chico.
Avery vio al hombre al que había jurado obediencia pegado al techo, con un hilo de sangre corriendo por la comisura del labio, y recordó todas las situaciones violentas que hizo o sufrido en su nombre, y concluyó. "Vale la pena".
Potter miró de nuevo a su cautivo. "Tienes servidores muy leales". Y lo bajó con cuidado hasta el camastro que Avery abandonó durante su monólogo. "Te has ganado una oportunidad". Dijo mientras curaba la fractura de costilla que le había provocado con su magia.
"Eres muy fuerte, mocoso". Tosió
"Y la estas perdiendo". Estaba muy serio. "si lo haces, no te daré otra. No importa cuanto suplique". Apuntó a Avery, que se veía muy aliviado de verlo recostado en la camilla en vez del techo.
"Fuiste elegido en una profesia". Las manos que me estaban sanando dejaron de moverse. Voy a ser completamente sincero. "Todo el mundo mágico te buscó cuando no fuiste al colegio. Eres una celebridad. Una esperanza para el fin de la guerra. Todos los bandos te buscan. Y vendrán por ti"
Potter deja caer una risa leve. "Que mal eres convenciendo". Peor a pesar de las apariencias pude sentir como se apretaban sus manos en mi ropa.
"Es la verdad"
Ahora veo la tribulación en sus ojos que me miran directamente. "No puedo salir aunque quisiera. Padezco de agorafobia"
Me senté lentamente para poder verle mejor y dar más énfasis a mis palabras. "Dumbledor es conocido como el señor de la luz. El busca 'el bien mayor'. Sacrificará todo por ese principio..."
"Sé un poco de eso. Mis padres sospecharon de él y de sus actos manipuladores".
Tomo sus manos con las mias. "Ven Harry, y conoce el mundo"
"No puedo... Yo... No puedo salir". Trataba en bano de soltarnos.
¡Esta es mi única oportunidad!. Lo tiro más cerca mio. "Puedo crear una jaula. Muros tan altos que nunca podrás salir. Pero con vistas tan bastas hasta donde tus ojos se cansen de lo lejos que puedan ver"
"No sirvo a tu guerra. No sé luchar"
"Por lo poco que he visto sabes mucho de barreras y sanación. Podemos trabajar con eso de momento". Le sonrio.
"Tú, arrogante. No ves que estoy bien aquí". Harry quería venir conmigo, pero tenía miedo. Miedo a lo desconocido. Miedo al exterior. Miedo al cambio.
"No veo que eso sea verdad". Se acercó y tomó su mentón con la mano para mirarlo directo a los ojos. "Hasta ahora has sobrevivido. Pero sé que quieres vivir". Y lo siguiente fue para romper toda renuencia. "Y podrás practicar magia sin restricciones. Tengo muchos libros antiguos que te puedo prestar". A muchos les hice la misma oferta sin cumplirla, pero por este joven, puedo mantener mi promesa.
Harry tuvo que tragar al sentir apretada su garganta. Con voz temblorosa dijo:
"Acepto".
N.A: ¡AL FIN!. LLEVO DÍAS EDITANDO ESTO X.X
Pero al fin, lo he conseguido n.n ¡Y ahora puedo seguir con la trama! Sucede que tengo empezado el segundo capítulo pero jo lograba enganchar de nuevo con la historia y tuve que editar el primero para poder salir del bloqueo de escritor con esta historia. Uf.
También sirvió para salir del mini bloqueo que tengo con mi proyecto de SAO
A continuación les dejo el primer omake de la historia. Les recuerdo que los demás están abiertos a sugerencias n.n
DISFRUTEN.
Omake 1: Cómo decidieron quién llamaba a Voldemort.
Los tres mortífagos habían quedado tirados uno sobre otros en un adolorido montón.
"¡Levántense, que pesan!". A pesar de su usual apatía Lestrange estaba mostrando un humor de perros.
"Si pudiera ya lo habría hecho". Avery tenía su rostro entre las piernas de Lestrange a un palmo de su culo.
"Esperen, creo que me lesioné una costilla". Lucius estaba tratando de salir del montón.
"¿Solo una? Yo debo tengo varias y me duele el brazo"
"¿¡Pueden moverse!? Estoy hasta abajo y ¡no siento mis pulmones!"
Con varios quejidos poco dignos lograron recomponerse.
"Bien, eso salio genial, estupendo". Avery masajeaba su cuello.
Lucius no quiso ni ver a Avery mientras cojeaba de nuevo a la puerta del dichoso sótano para poder bajar otra vez. Fue su mala suerte que justo en ese momento se activara una barrera, dejándolo suspendido a medio paso en el umbral de la puerta.
"¿Que carajos?"
Mientras sus dos compañeros miraban cómodamente desde el suelo a escasos metros.
"¿¡Qué miran!? ¡SÁQUENME DE AQUÍ!"
Y como si la barrera entendiera lo escupió, logrando que golpeara la pared de enfrente pasando por en medio de los mortifags sentados.
"Eso... ¡Fue genial!"
"..."
"..."
Tras un silencio de mediana longitud (se encuentra entre un 'corto silencio' y un 'largo silencio', ligeramente incómodo), fue Lestrange quien se hizo escuchar.
"Creo que en estas circunstancias no podremos llevar a Potter donde nuestro señor"
"Genio". Sarcasmo marca Avery
"Por lo que propongo que lo traigamos"
"Retiro lo dicho, es idiotez"
"¿Y cómo planeas hacerlo?"
"Pienso que lo mejor es que uno de nosotros vaya a buscarlo y le informe de lo ocurrido, intentando convencerlo de venir personalmente"
"Lunático"
"Y cómo, de seguir esa nefasta sugerencia, propones elegir al mensajero"
"Por medio de lo siguiente". Lestrange tomó del suelo tres libros a los que transfiguró en los objetos que usarían.
"¿Palitos? ¿Tres palitos?". Avery observa los objetos
"Tienen diferente tamaño. Yo sostengo los tres. Quien saque el palito más largo va como mensajero"
"¿Enserio crees que es la mejor manera de escoger?". Preguntó incrédulo Avery.
"Definitivamente".
"Creo que puede funcionar". Dice Avery encogiéndose de hombros
Así cada uno procedió a sacar. Lucius fue el primero y tomó el palito con dos de sus dedos cubriéndolo por completo. El siguiente fue Avery que lo tomó de la punta. Lestrange se quedó con el último.
"¿Y bien?".
Al mostrar los palitos Lucius tenia el mediano, Lestrange el más corto y Avery el más largo.
"¡MIERDA!"
"Apresúrate Avery, no sabemos cuando llega la orden ni los aurores". Dijo Lucius
Lestrange solo asintió.
"Bien. ¡Pero me deben una!". Y aparató.
En el silencio se quedaron los dos mortífagos restantes.
"¿Realmente es tan ingenuo?". Preguntó el rubio.
"Merecía ir si no se percató de nada"
Y aunque no lo admitieran en voz alta, ambos pensaron.
'Pobre desgraciado'
FIN
¿Alguien adivinó la trampa? ¡dejen las respuestas como review! El premio es tener la prioridad con su petición de omake futuros
Saludos!
