El sentimiento que originó el cambio

-Labrys…

-Lo lamento…

-…perdimos el contacto con Aigis…

Esas palabras resonaron en la mente de la entristecida y preocupada unidad conocida como "Labrys", nunca esperó recibir esas noticias, no después de haber regresado de una misión victoriosamente, esperaba que su querida hermana la recibiera con los brazos abiertos y una posible caminata fuera de las instalaciones del grupo Kirijo para tener más experiencia en cuanto a interacción humana se refería. Pero como si le hubieran dicho que jamás podría volver a ver a su única hermana, la doncella se encontraba en la sala de estar, sentada en uno de los sillones de un rojo aterciopelado como color y material con el que los diseñaron. Su sistema se encontraba confundido, no lograba juntar las palabras indicadas para formar una oración y responderle a la voz refinada, pero que igualmente desbordaba preocupación, que escuchaba directamente en su mente. Su corazón parecía sentir una profunda agonía que no paraba de nublar sus pensamientos, apenas podía pensar en las experiencias que había pasado con su hermana menor, todos esos recuerdos pasaron como imágenes frente a sus ojos, el momento en que vio por primera vez a su familiar que había aprendido a apreciar, seguido de la vez que le ofreció su mano cuando tuvo que enfrentarse a su sombra, uno de los momentos más difíciles, pues no le fue sencillo aceptar que esa entidad decía lo que su corazón sentía realmente, e incluso cuando logró superarlo en ese tiempo, ahora, unos meses después, sentía un nudo en el estómago y un gran pesar sobre sus hombros al pensar lo peor, después de tanto tiempo, sintió nuevamente el sentimiento conocido como "soledad".

-Labrys, ¿me escuchas? –Se volvió a escuchar la voz en su cabeza, pero todavía no parecía reaccionar, la sorpresa de lo que escuchó la agarró completamente desprevenida.

-Lo siento Labrys…creímos que se trataba de un asunto normal, pero parece que subestimamos la señal, ha sido mi culpa. –Era notable que quería hacerla reaccionar de alguna manera, pero la voz comprendía la manera en la que se sentía, pues hace un tiempo también su padre fue víctima de los incidentes que rodearon, y que continúan rodeando, al grupo Kirijo.

-¿Qué…fue lo que sucedió? –Al fin logró responder, aunque con una voz quebrada que delataba lo mucho que intentaba evitar el llanto.

-Será mejor que lo discutamos cuando lleguemos contigo en unos minutos. –Respondió rápidamente para evitar que se desperdiciara la determinación de la doncella, pero sin obtener algo a cambio, dejó de hablar, pues era mejor ahorrarse la saliva para el momento en que se reunieran.

Cerca de media hora pasó después de esa conversación, pero para su corazón lastimado pareció más de una hora, pero sin importar que el par de puertas que conectan con el resto de la compañía se abrieron para que unas personas pasaran, la joven permaneció inmóvil, ensimismada en sus pensamientos, preguntándose si sería capaz de volver a verla, sabía que el perder la comunicación con alguien podría significar la muerte de esa persona o que se encontraba en grave peligro.

"Grave peligro", ese par de palabras se mantuvieron en su mente, podría haber una posibilidad que ella siguiera con vida, fue entonces cuando su cuerpo pareció reaccionar a tal pensamiento e hizo que se levantara súbitamente del sillón, mirando sobre su hombro para ver la gente que recién había llegado, la fría y elegante doncella pelirroja junto con su amigo y compañero con el que había peleado múltiples batallas.

Como era de esperarse, ambas personas tenían el atuendo con el que las había conocido, el traje ajustado de cuerpo entero de Mitsuru y la simple vestimenta de Akihiko, su capa roja, guantes rojos, pantalones de color café junto con un par de botas rojas, como estaban en una misión era evidente que se vestirían de esa manera, en lugar de permanecer con trajes que les estorbaran, pues se habían acostumbrado ya a vestir de esa manera durante las misiones.

Sanada se dirigió a uno de los sillones y tomó asiento, justo en el que estaba frente a la mesa de centro donde los sillones habían sido acomodados, la manera en la que se sentó, mirando al suelo y dejando que sus codos descansaran sobre sus piernas, le daba una idea clara a Labrys de cómo se sentía, derrotado, y sobretodo molesto por el hecho de sentirse así, pero permanecía en silencio para evitar que su enojo se exteriorizara innecesariamente.

Por su parte, la fundadora de la unidad especial, Mitsuru, se sentó en un sofá que quedaba justo entre los sillones donde se habían sentado los otros dos miembros, y sin perder valioso tiempo, pues la vida de su hermana estaba en riesgo, Labrys tomó la palabra para iniciar con la conversación nuevamente:

-¿Qué es lo que ha sucedido entonces?

Antes de contestar, Mitsuru respiró hondo y tragó algo de saliva, después de eso miró a su compañero, que no parecía moverse ni un centímetro por lo derrotado que se sentía, luego no tuvo más opción que mirar a la compañera más reciente que se les unió, y en cuanto se le hizo un nudo en la garganta, desvió su mirada al suelo y colocó su mano izquierda sobre brazo derecho, intentando crear una barrera invisible con los brazos y dar a entender a Labrys que no se sentía cómoda al hablar de eso, pero tenía el derecho de conocer lo que había sucedido.

-Captamos una señal extraña proveniente de las instalaciones en Yakushima esta mañana…parecía una energía muy peculiar, pero no logramos contactar con los científicos, en lugar de eso obtuvimos ruido blanco, claramente había sucedido algo ahí, pero no pensamos que fuera algo tan importante, y debido a que regresaste anoche de tu misión y estabas descansando decidimos mandar a Aigis a investigar, después de todo conoce el lugar bastante bien…además que…

Hubo una larga pausa después de eso, Labrys no se sentía feliz de saber que se trataba de ese laboratorio, el lugar donde había tenido que recaudar esa información a contra de su voluntad para mejorarla bajo el coste de eliminar constantemente a sus hermanas.

-Debido a lo que había sucedido contigo en ese lugar quería evitar que recordaras los eventos, podrías verlo como una manera de evitarte pasar un mal rato…

-Pero parece que al final no lo logramos –Interrumpió la voz del hombre sentado en ese mueble, aunque no alzó la mirada en ningún momento por la decepción que sentía– Y ahora está la posibilidad que hayamos perdido a nuestra amiga.

Labrys estaba a punto de negar lo que había dicho, pues no por haber perdido la señal con ella significaba que había muerto, todavía existía la posibilidad que ella siguiera con vida y luchando contra el enemigo, cada segundo que pasaba era crucial para evitar su pérdida, pero en cuanto abrió su boca para dar su punto de vista, se vio interrumpida por Mitsuru.

-Sé lo que estás pensando, que es posible que siga con vida, pero no es tan probable. –Al tiempo que decía eso, sacó una grabadora en la que guardaba la mayor parte de las conversaciones para poder estudiarlas a su debido tiempo, la dejó sobre la mesa de centro y la empujó con su mano, haciendo que viajara por el cristal hasta llegar a la mano izquierda de la joven mecanizada.

-Esto es…

-Una grabadora…basta con que escuches los últimos segundos para que te des cuenta de lo que nos referimos.

En su mano tenía una prueba, lo que parecía hablar en lugar de sus compañeros y le haría entender que habían perdido a su hermana, pero sin importar lo que escuchara, ella quería creer que habría posibilidad de rescatarla, cerró los párpados de sus ojos, respiró hondo y presionó el botón para escuchar la grabación.

-El lugar ha sufrido demasiado deterioro...no es por la intemperie o la naturaleza…parece como si algo…dañara la estructura. –Entre su narración cortada, se notaba que estaba corriendo de algo, pero el sonido se veía interrumpido en ocasiones por interferencia, así como sonidos de disparos.

-Algo, algo aquí está cont…el recinto y…la puerta…sellado… –Mientras la grabación continuaba se escuchó una que otra explosión junto con voces ajenas a la de Aigis.

-…escapa…

-Acorra…objetivo.

-…dirige…sala…pruebas…

-Demasiados enemigos –Se volvió a escuchar la voz de su hermana entre disparos y explosiones– imposible…rescate…

-Labrys…alejada.

-Objetivo localizado. –Al escuchar esas últimas palabras se escuchó un gran estruendo y luego nada más el sonido blanco regresó, y un par de segundos después, la grabación terminó.

Debido a que escuchar nuevamente eso les recordó el primer impacto, Misturu y Akihiko permanecieron en silencio, pero Labrys logró escuchar el sonido de los guantes de Sanada cuando los cerró para hacer un puño, intentando tranquilizarse de esa manera, pero si alguien no hacía algo en ese momento seguramente él terminaría explotando por la decepción que sentía al escuchar esas palabras.

-Entonces, ¿vamos a dejar que muera en ese lugar? –Con esa pregunta captó la atención del hombre, quien al fin levantó la mirada sorprendido por esas palabras, que justo le habían recordado a las palabras que usó una ocasión, cuando las demás personas parecían dar por muerta a Fuuka el momento que quedó atrapada en "Tartarus". No quería aceptar que se sentía impotente, por eso guardó silencio, pero ese recuerdo que le trajo pareció iniciar nuevamente el fuego de lucha que impulsa su alma. Era cierto que las probabilidades indicaban que la vida de su compañera había terminado, pero no se iba a dar por vencido tan rápido, no era propio de él.

-No es propio de nosotros abandonar a nuestros compañeros. –Comentó el decidido hombre, intentando apelar al sentido de compañerismo de la pelirroja doncella.

-Pero ya escuchaste lo que sucedió. –Intentó ofrecer una excusa, no podía permitirse la pérdida de otro compañero. Miró a Labrys y luego miró a Akihiko una vez más antes de soltar su brazo y aclarar su garganta. – Además, en las últimas palabras que logramos escuchar dijo "Labrys" y "alejada", es probable que haya querido que no la involucremos en esto, debido a los sucesos ocurridos hace años.

Ella, a diferencia de sus compañeros, usaba la razón para intentar convencerlos, esperaba que eso fuera a hacerles entender la manera en la que se sentía, pero era probable que no lo lograra, comprendía la manera en la que su compañero Sanada, cuando se decidía por algo, sería casi imposible hacer que cambiara de parecer, pero para apoyar su punto de vista agregó algo más:

-Sé cómo se sienten, yo tampoco quiero perder a Aigis…pero por favor comprendan, no puedo permitir que perdamos a más miembros. –Por fortuna esas palabras hicieron que Akihiko dudara por un momento, tenía razón en lo que había dicho, si todos morían perderían todo el esfuerzo por el que han trabajado sin haber completado sus objetivos personales.

-¡Pero no puedo dejar que la maten! –Exclamó Labrys, justo ese pensamiento delataba completamente cómo se sentía por la situación, no quería perder a su única hermana y sentirse sola una vez más, ni siquiera cuidó su tono de voz al decir eso, incluso cuando hablaba con su superior.

Todos permanecieron en silencio en ese momento, no sabían qué responder, y en cuanto Labrys no vio un cambio en la expresión de Mitsuru bajó la mirada, intentando ocultar su rostro de los demás, pues un par de lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, y como si con eso se hubiera roto una presa, la joven comenzó a sollozar mientras caía sobre sus rodillas, abatida por la situación, simplemente no quería aceptar que su hermana fuera a ser eliminada, no quería perder a su única hermana, aunque ellos no parecían comprenderlo.

-No quiero perderla…es mi única hermana…quiero protegerla, así como ella me defendió cuando nos enfrentamos a mi sombra…no quiero dejar que le hagan daño si tengo la oportunidad de pelear por ella…

Esas palabras, y la manera en la que Labrys parecía actuar, le recordaron a Akihiko la manera en la que se sintió unos años atrás, cuando decidió volverse más fuerte para evitar perder a alguien más, una vez más recordó esos sentimientos, que llenaron por completo su mente, y tras recordar todos los sacrificios que habían ocurrido, así como las desgracias, como la muerte de su mejor amigo, no pudo resistir más y tuvo que liberar sus emociones azotando su puño izquierdo sobre la misa de cristal, la cual se vio dañada por la fuerza empleada, una grieta se formó en el cristal y terminó cediendo la parte que estaba frente a él, e incluso cuando ese pedazo cayó al suelo, no le prestó atención, en lugar de eso ayudó a llamar la atención de ambas personas.

-Es cierto lo que dices Mitsuru, no es bueno arriesgar a todos los miembros. –Diciendo eso la miró fijamente, dándole la razón a la pelirroja que lo miraba sorprendida por lo que había hecho, pero después dirigió su mirar a la joven abatida y caminó hasta ella, gentilmente dando un par de palmadas a su cabello azulado– Pero esa no es la manera en la que nosotros operamos, lo había dicho antes Mitsuru, y lo mantengo, si existe la posibilidad, no permitiré que uno de mis compañeros sea eliminado. –Estaba del lado de Labrys, desde el principio lo había estado, pero necesitaba el momento apropiado para enfrentarse a la preocupación de su superior, incluso si no lograba convencerla, pues ambos sabían lo increíblemente complicado que era cambiar de parecer a la otra persona una vez tenían definidos sus objetivos.

-A…Akihiko. –Dijo sorprendida la unidad, levantando la mirada para mirar sus ojos desbordantes de la determinación que sentía, después le devolvió la mirada, esbozando una sonrisa confiada, y después de comprender lo que sucedía usó sus brazos para limpiarse las lágrimas de sus ojos.

Una vez la sonrisa y palabras reconfortantes de su compañero lograron calmarla, ella fue capaz de ponerse de pie nuevamente, mirando junto con Akihiko a su superior casi con el mismo fuego que ardía en el corazón de su compañero.

Al recibir sus miradas al mismo tiempo, la doncella no estaba segura de qué decir, o más bien, no era necesario que dijera algo, la situación no lo necesitaba, en lugar de eso cerró sus ojos y sonrió casi tan refinada como su tono de voz. Incluso cuando la chica no comprendía qué significaba eso, la sonrisa de su compañero se hizo más grande, claramente había comprendido el mensaje.

-Me alegra que entendieras Mitsuru.

-No era como si pudiera oponerme, ya ha pasado el suficiente tiempo como para que entienda que no puedo hacer algo contra tu mente cuando está decidida, y si le sumo la manera en la que Labrys insiste es claro que no puedo hacer mucho. –Tras decir eso escuchó un suspiro de alegría proviniendo de la más reciente miembro, luego acomodó un poco su cabello detrás de su oído para continuar hablando– Pero si las cosas se ponen muy peligrosas tendremos que regresar, así que tendremos una oportunidad para rescatarla, ¿están de acuerdo?

No era necesario que esperara por una respuesta, era más que obvio que estarían de acuerdo, así que simplemente se levantó y caminó hasta la entrada de la habitación.

-No hay que perder más tiempo, cada segundo que perdemos determina si esta misión será exitosa o no. –Y con esas palabras, ambos miembros del equipo asintieron preparados y dispuestos a dar todo de sí para poder rescatar a su compañera.

Podían llegar en un barco hasta la isla, pero para el momento en que saliera habrían perdido mucho tiempo, la única opción que encontraron para poder llegar rápido fue hacer uso de un helicóptero, no tan sutil, pero al menos podrían recuperar un poco de tiempo que perdieron. Mitsuru y Akihiko se encontraban sentados en los asientos detrás de la cabina, ella sentada del lado derecho y él en el lado izquierdo mientras que Labrys estaba sentada en la siguiente fila de asientos, justo del lado derecho, frente a Mitsuru, mientras mantenía su aditamento y arma en su lado izquierdo, lista para ser usada en cualquier momento, pero era mejor que no lo equipara inmediatamente o no podría salir del vehículo lo más rápido posible.

-Escuchen –Tomó la palabra la fundadora, preparada para darles las instrucciones de la operación a la que irían– No conocemos al enemigo, nada más tenemos unas pequeñas pistas por la última transmisión de Aigis, pero por lo que sabemos es seguro que se trata de algo hostil y no tendrá piedad.

Mientras daba los detalles miró hacia la ventana que estaba a su lado izquierdo, después miró a ambas personas, probando el fuego que despedían sus miradas, el mismo que no parecía verse afectado.

-Debido a las circunstancias no podremos aterrizar, tendremos que descender con ayuda de unos arneses o paracaídas, aunque estoy segura que Labrys no tendrá problema. –Diciendo eso dirigió su mirada a la susodicha, que mantenía una mirada fija y una sonrisa confiada, era evidente que tenía un objetivo claro en su mente, y con una mirada rápida a su compañero tenía entendido que no podría hacer algo para que desistieran.

-Así es –La voz de Akihiko aceptó con el comentario anterior, y seguida de una leve risa miró también a Labrys, quien, evitando que esas miradas la avergonzaran, asintió un par de veces y después alzó su mano izquierda con un pulgar en alto.

-¡No se preocupen, haré todo en mi poder para rescatar a mi hermana! –Exclamó dispuesta, después los tres rieron, aligerando el ambiente y ayudando a mantener la mente de cada uno en alto.

De pronto, una alarma comenzó a sonar, era una clara señal de emergencia, no se explicaban lo que estaba sucediendo, nada más hasta que el piloto del vehículo habló por medio del comunicador lograron comprender mejor lo que sucedía.

-¡Tenemos problemas! –Exclamó claramente agitado el conductor, pero ya era obvio que tenían una situación, después de todo el helicóptero se movía de un lado a otro, como si estuviera esquivando una serie de proyectiles –No estamos seguros de por qué, pero algo ha abierto fuego contra nosotros y no creo que quiera detenerse sino hasta que nos haya derribado.

Escuchando esa advertencia Mitsuru miró por la ventana de su izquierda, efectivamente, miró el rastro de un misil que había pasado peligrosamente cerca del medio de transporte. Sabía lo que estaba ocurriendo, alguien había tomado bajo su control las defensas del laboratorio en caso que alguien se acercara demasiado, y sin dudar por otro momento, se levantó de su asiento y tomó un par de paracaídas que se guardaban debajo de los asientos, lanzándole uno de esos a Akihiko y colocándose el otro.

-Entendido, será mejor que regreses antes que nos quedemos sin un método para regresar. –Miró a sus compañeros tras dar esa orden, ambos estaban preparados para abandonar el helicóptero a su señal. –Intentaremos deshabilitar las armas, pero si no lo logramos mandaremos una señal de socorro, por favor llega desde el otro lado de la isla, así será menos probable que detecten la nave. –Si bien pudo haber cancelado la misión con esa dificultad, decidió mantener su mente concentrada en el objetivo principal, quería rescatar a su amiga tanto como ellos. Abrió rápidamente la puerta derecha del vehículo.

-¡Labrys, tú saltarás primero! –La orden fue clara, y la doncella obedeció inmediatamente, tomó el equipamiento en su mano derecha y esperó al momento indicado para saltar, pero antes que lograra recibir otra indicación un estruendo y un súbito girar hicieron que perdiera el equilibrio y saliera despedida del helicóptero.

En caída libre, pudo observar lo que había sucedido, parte de la cabina estaba en llamas mientras que una serie de proyectiles, provenientes de la isla, no parecían dar cuartel, seguían apareciendo y apareciendo, y ahora que estaba cayendo lograba escuchar el momento en que los disparos salían despedidos de las armas. A los pocos segundos otra ojiva alcanzó la mitad restando de la cabina, terminando con la vida del piloto y provocando que el vehículo girara sin control hasta que algo lo detuviera.

-¡Mitsuru, Aki! –Fue lo único que alcanzó a exclamar antes de ver cómo otro par de municiones impactaran contra el costado derecho y cabina del medio de transporte una vez más y terminara de encenderse en llamas, terminando en una enorme explosión después de eso, obviamente nadie podría sobrevivir a eso estando tan cerca de esa catástrofe, lo tenía claro, pero no podía creer lo que justo acababa de ocurrir. Pero no era el momento de dejar que eso la derrotara, tenía que evitar la caída y revisar los daños, quizás habían logrado saltar antes.

Colocó el aditamento en su espalda, y con un resplandor rojo, los propulsores del arma comenzaron a ofrecer un impulso, al principio para evitar que cayera al agua del mar, y luego, una vez logró mantener una propulsión constante para mantenerla suspendida en el aire, se dirigió a toda velocidad hasta el lugar donde vio que los escombros habían caído.

-¡Mitsuru, Akihiko! –Volvió a exclamar sus nombres, intentando obtener una respuesta. Por fortuna el fuego cesó cuando el helicóptero impactó contra el mar, lo que le permitió moverse sin dificultades, pero no parecía recibir una respuesta en ese momento.

Permaneció unos segundos sobre el lugar de la tragedia, esperando por una señal que indicara que habían sobrevivido, pero nada más pudo mirar impotente el metal del vehículo hundirse. No podía creerlo al principio, que perdiera a sus aliados por un ataque tan cobarde, por lo que permaneció en ese lugar sin hacer movimiento alguno, nada más parpadeando, intentando luchar contra sus pensamientos más catastróficos, una dura pelea, pues si habían perecido significaba que, una vez más, ella estaba sola en el mundo.

Nada más pensar en eso por unos momentos fue suficiente para hacer que sintiera tristeza y miedo una vez más, esos sentimientos eran suficientes como para hacer que se quedara congelada en el lugar, necesitaba algo que la sacara de ese estado, pero no era como si alguien fuera a hacer que reaccionara, después de todo parecía que todos sus amigos habían muerto.

"No quiero morir…" Esas palabras llamaron la atención de la unidad, no eran sus pensamientos, sonaba como si algo estuviera hablando dentro de su mente, como la comunicación que mantenían con Mitsuru y Fuuka, pero la voz no parecía a alguna de ellas, era un tono más familiar de lo que esperaba.

-¿Hermana? –Preguntó en voz alta en el instante que detectó la voz, era la de su hermana, Aigis, pero no veía nada más que el mar y Yakushima frente a ella, eso le dio algo de esperanza, al haber escuchado esas palabras creyó que las escuchó de su transmisor, por lo tanto tenía ahora una falsa esperanza, que su hermana podría seguir con vida y continuaba luchando. Se estaba engañando, eso era obvio, no quería aceptar que sus amigos habían muerto, por lo que nada más eso que escuchó lo tomó como una posible señal.

-No te preocupes, iré a rescatarte –Dijo como si intentara convencerse que su hermana seguía con vida, aunque una parte de ella sabía que era prácticamente imposible, no quería rendirse sino hasta que lograra mirar su cuerpo. Aunque eso podría provocar que algo en su mente se quebrara.

Tras unos minutos de vuelo constante, y de una extraña tranquilidad, pues nada parecía atacarla ahora, llegó hasta la costa de Yakushima, aterrizando justo encima del final de un muelle, en cuanto sus pies tocaron esa madera sintió un inexplicable sentimiento de nostalgia, había estado ahí hace un tiempo.

-¿Podrá ser…? –Miró a sus lados y luego a su espalda, dándose cuenta que ese era el muelle donde la habían atrapado cuando escapó de las instalaciones del laboratorio, todos esos recuerdos llegaron a su mente en forma de imágenes, pero también los sentimientos de lo que vivió ahí llegaron, un deseo muy grande por vivir, una ira contra los científicos que la hicieron destruir a sus hermanas y una tristeza profunda por recordar la manera en la que su mejor amiga fue usada para someterla a una mayor presión psicológica.

-Creí que eso sería suficiente para mantenerlos alejados…en especial a ti… -Se escuchó por medio de una transmisión, parecía una voz seria, pero también se detectaba un poco de pesar en la manera que habló.

-¿Quién eres? –Preguntó casi inmediatamente, poniendo de lado sus recuerdos para exigir una explicación.

-Eso no importa –Respondió inmediatamente –Lo que importa es que salgas de aquí…por tu bien.

-¿Esperas que salga de aquí después de lo le hiciste a mis amigos? –Usaba la ira que sentía en ese momento por haber perdido a sus amigos, y como sabía que había alguien controlando el lugar ahora podría dirigir esa rabia contra una persona.

-Creí que funcionaría como una advertencia –Replicó inmutada por el claro enojo que denotaba su voz.

-¿Advertencia? Eso fue un claro ataque.

-Fue por precaución, mientras menos vidas se vean afectadas será mejor.

-¿Menos vidas? Podría decir que ya has arrebatado la de mis amigos…y hasta podría decir que la de mi hermana… -Comentó en voz baja lo último, como si no quisiera aceptarlo completamente.

-¿Tu hermana?

-Aigis…mi hermana Aigis, a quien mandaron aquí antes pero perdimos contacto. –Se quedó sin respuesta por los siguientes segundos, puede que ese nombre hubiera hecho que la persona con la que estaba hablando le hubiera recordado algo.

-Ya veo –Volvió a hablar –Entonces estás consciente de lo que sucedió, no creí que fueran a mandar alguien después de lo claro que fue el mensaje.

-Escúchame, voy a ir a donde tú estás para vengar a mis amigos, así que será mejor que te prepares.

-Te lo estoy diciendo con las mejores intenciones, aléjate ahora. –Insistió, pero no se dio cuenta la voz que sus advertencias estaban cayendo en oídos sordos, aunque era de esperarse, fue un método bastante extremista para dejar un mensaje, y puede que ahora sea su culpa que Labrys quiera vengar a sus amigos, incluyendo a su hermana.

-Nada de lo que digas me hará cambiar de parecer, llegaré hasta tu localización y me responderás todas las preguntas que te haga. –Diciendo eso, y dándose confianza para continuar, accedió a su memoria, al día en el que escapó del laboratorio para ver el camino que tomó al salir, y al lograr identificarlo, golpeó la palma de su mano derecha con su brazo izquierdo, aumentando la confianza que sentía de sus habilidades.

-No se preocupen, llegaré al fondo de esto. –Se dijo a sí misma en modo de susurro, como si esperara que sus amigos la estuvieran escuchando para darle ánimos de continuar, pues tendría que enfrentarse a su pasado en ese lugar.

Con su frente en alto y su mente decidida la doncella comenzó a caminar por la madera del muelle, pasando después por la arena de la playa y terminando por adentrarse en la jungla, pero sus dudas aumentaban de manera directa a la distancia restante para llegar al laboratorio, había sufrido bastante ahí, no podía negar que sentía un poco de ansiedad en los lugares más recónditos de sus pensamientos, pero no quería detenerse, tenía que continuar caminando, tomando exactamente la ruta que tomó años antes. La maleza del lugar había vuelto a crecer considerablemente, pero así era mejor, de esa manera evitarían que una persona no autorizada descubriera el lugar.

-Quinta generación de armas supresoras anti sombras, Labrys, anteriormente conocida como Unidad #031 –Se escuchó una vez más esa voz, pero lo que dijo capturó desprevenida a la androide, quien tuvo que detenerse al escuchar esas palabras.

-¿Co…Cómo sabes eso? –Preguntó dudosa, pues no esperaba que alguien supiera el anterior nombre que tenía, aunque era de esperarse, seguro su información estaría catalogada entre papeles, pero no pensó en eso al principio.

-Entonces…vienes a salvar a la séptima generación…tu hermana, Aigis –Ignoró la pregunta que le hicieron, aprovechando la confusión que sintió Labrys para dejarla más tiempo en ese estado.

-A…así es –Respondió, pero no parecía estar completamente segura de si quería continuar, nada más con que le dijeran nuevamente "Unidad #031" parecía activar algo en su memoria.

-Si entras a ese lugar no puedo garantizar tu seguridad…ni siquiera puedo garantizar la de Aigis –Se notaba el pesar que cargaban esas palabras, esperaba que eso fuera a convencerla de mantenerse alejada. –Y si entras aquí será más difícil para mí intentar hacer algo.

Por unos segundos pareció como si esas palabras la hubieran persuadido, pues se mantuvo inmóvil, mirando al frente, como si estuviera poseída o no tuviera consciencia ya, pero tras recordar el momento en que su hermana le tendió la mano en el momento que más lo necesito, junto con las personas de Inaba que terminaron involucradas en ese incidente se encontró presionando sus manos en forma de puño al tiempo que presionaba sus dientes.

-Entonces deberías ayudarme…

-¿Eh?

-"Garantizar su seguridad"…eso fue lo que dijiste, y si será más difícil para ti intentar hacer algo entonces no te preocupes por mí, yo puedo avanzar por mi cuenta…sin ayuda de tus "advertencias". –Al momento que dijo eso sus piernas comenzaron a moverse una vez más, en esta ocasión no quería permitirle el placer a esa voz de saber que había ganado y la terminó haciendo ceder, tenía que demostrarle que iba a continuar caminando sin importar lo que le dijera.

Unos metros más adelante encontró algo que llamó su atención, un muro que se extendía varios sobre el nivel del suelo, al principio colocó su mano izquierda sobre ese muro, como si quisiera conversar con los hechos que había presenciado el lugar, pero contrario a lo que pudo haber creído, una serie de pensamientos llegaron a su mente:

"No quiero morir…"

"¿Por qué tengo que pelear?"

"¿No hay nada más para nosotras que ser desechadas?"

Junto con cada uno de esos pensamientos llegaron también los sentimientos, un profundo miedo por tener de frente a la muerte, una confusión por no entender lo que sucede y una desesperación de darse cuenta que nada más las usaban como un objeto, no tenían el mínimo interés por su seguridad, nada más querían la información y que despertaran a su Persona, todos esos sentimientos eran parecidos a los que ella había experimentado en ese lugar, pero llegaron tan rápido y tan intensos que provocaron que ella se viera aturdida.

-Nhhhg… -Retrocedió un par de pasos mientras colocaba ambas manos en su cabeza, casi como si intentara cubrirla de algo, probablemente un dolor, pero provenía desde su interior, no del exterior.

-Como lo esperaba, la información es correcta. –Comentó una vez más esa voz, como si hubiera obtenido apenas los resultados de un experimento, pero eso nada más hizo que Labrys se molestara, se sintió nuevamente como una rata de laboratorio, y lo primero en lo que pensó fue en tomar una postura para pelear, manteniendo en alto su mano izquierda, cubriendo su rostro de un ataque frontal mientras su brazo derecho permanecía retraído.

-¡Guarda silencio! –Exclamó con toda su ira acumulada por volver a sentir eso, la misma cantidad de enojo que sintió con esos científicos la pudo sentir claramente en ese momento, aunque fuera de un tiempo bastante pasado parecía como si hubiera sido el día anterior, y desviando la mayor parte de su energía a su brazo derecho, lanzó un golpe con una fuerza inhumana contra el muro, esperando que eso permitiera que su ira se liberara y aclarara sus pensamientos.

El muro no opuso resistencia alguna ante un golpe tan fuerte, las grietas que aparecieron al momento que el puño impactó contra su material fueron tan profundas y grandes que terminaron causando que una porción de la pared se derribara, pero antes que ella lograra regresar a su posición normal, una especie de energía púrpura comenzó a emanar de los escombros, era tanta esa energía que alcanzó la suficiente como para crear otro muro nada más de ese extraño material, pero apenas estaba comenzando, como había sido derrumbado momentos antes la energía que acumuló por el impacto se liberó al frente, casi como si otra androide respondiera el ataque con otro directo en su vientre.

-¡Ack-¡ -En el siguiente momento su cuerpo salió despedido e impactó contra un árbol, pero como éste no tenía la suficiente fuerza como para resistir el golpe terminó derrumbándose junto con otros cinco, tan fuerte había sido el daño que el cuerpo de la doncella permaneció inmóvil sobre el tronco del primer árbol, mirando hacia el cielo azulado en lo que su cuerpo hacía una serie de análisis para tener un reporte completo de los daños.

Su consciencia estaba débil, ese daño había provocado bastante en su interior, pero aun así ella se rehusaba a cerrar los ojos, intentaba con sus fuerzas mantener sus ojos en constante movimiento, y lo siguiente que escuchó fue un suspiro provenir de la transmisión, al menos sus sistemas de audición y habla no habían sufrido tantos daños.

-No creí que fueras a golpear el muro de esa forma, aunque supongo que debía haberte advertido antes, pero no parecías querer escucharme –Comentó intentando usar esa excusa, aunque sabía que no la escucharía, para esa unidad siempre sería su culpa a pesar que no logró controlar sus impulsos.

-¿Qué…fue eso? –Por la cantidad de lesiones que su cuerpo sufrió apenas podía hablar, incluso el tono de voz que tenía era bastante bajo, pero al menos podía comunicarse de una forma.

-Lo que Aigis descubrió…y lo que me tiene aquí atrapada en esta isla también hasta que la encuentre…

-¿Y lo que escuché en mi mente…cuando toqué…el muro?

-Es lo que también intento averiguar…pero nada más puedo estar segura que se trata de algo no humano.

-¿No…humano?

-Así es, al menos si fueran humanos tendrían otro tipo de energía, pero por la manera en la que parecieron resonar contigo me lleva a pensar algo…

-¿Algo?

-Tú tienes que ver en esto, admito que también terminé golpeando una pared y recibí daño colateral como tú, pero por la manera en la que sucedió conmigo fue leve a pesar de haber usado casi toda mi fuerza, pero contigo usó casi el doble de fuerza para regresarte el impacto cuando lo golpeaste, es como si hubiera querido destruirte.

-Haces que parezca…como si tuviera algo contra mí…

-Mi punto, exactamente

-¿Pero cómo podría ser…?

Después de esa pregunta no hubo respuesta por unos minutos, sin importar cuánto quisiera comunicarse ninguna persona parecía querer contestar o hacer conversación, pero al menos recibió la cantidad de partes estropeadas por el golpe que recibió en su campo de visión, no podía mover su torso, pues el golpe que recibió al principio estaba pensado para dañar las funciones motrices que permitían un buen movimiento con sus brazos y piernas, sin mencionar que el impacto en su espalda causó que su equipamiento no respondiera correctamente, pero al menos su cabeza podía moverse, pero si el golpe hubiera ido directo a su cabeza habría fallado completamente su misión.

-Parece que…me quedaré aquí un largo rato…hasta que alguien…o algo venga por mí… -Su sistema del habla estaba dañado, no podía hablar con una fluidez normal, sin mencionar que, al decir esas palabras, se hizo un gran nudo en su garganta, para ella ya había fallado por completo lo que quería hacer, encontrar a su hermana y vengar a sus amigos. Lentamente su visión se hizo vidriosa, y víctima de la desesperación de la situación, las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, ya se había dado por vencida nada más iniciando, eso era de lo que hablaba Mitsuru, ese lugar representaba un gran peso psicológico para que ella pudiera soportarlo.

-Lo siento…hermana…no pude protegerte –La tristeza e impotencia se juntaban para provocar que su llanto fuera más prolongado.

-No deberías llorar tan fuerte, a nuestra hermana no le agradaría ver que te has dado por vencida –Se escuchó nuevamente esa voz, pero en este momento no era por comunicación, ahora sonaba como si estuviera cerca, pero en lugar de sonar llena de pesar, parecía como si se sintiera orgullosa de haber llegado hasta ella, como la entrada de una heroína a la pelea.

-¿Huh? –Al principio no estaba segura sobre qué pensar, pero luego volteó a su lado derecho, esperando ver a una mujer, probablemente vestida como científica del lugar, pero lo que observó la dejó más sorprendida. Junto a ella se encontraba lo que podría ser descrito como una androide, un cuerpo similar al de su hermana Aigis por la manera en la que estaba diseñado básicamente, pero tenía varios detalles más, una especie de guante blanco largo en su brazo derecho, un faldar que cubría la mitad posterior de su cadera, un casco con un visor que parecía compartir un parecido con una mariposa, su cuerpo era completamente negro, exceptuando el tono pálido de su piel en el rostro y el par de ojos rojos que tenía y la miraban tanto orgullosa como compasiva por la situación en la que se encontraba.

-E-eres…

-Así es –Respondió antes que pudiera terminar la pregunta, pues ya estaba segura de lo que iba a decir. –Y al igual que tú, quiero salvar nuestra hermana.

-Aunque ahora que lo pienso, parece que eso nos convierte también en hermanas. –Diciendo eso esbozó una suave sonrisa, por alguna razón se sentía feliz de poder decir eso, para ella era un sentimiento bastante alegre, poder conocer a alguien más que pudiera llamar de esa forma.

Fin capítulo 1.

Notas del autor: Buenas tardes, aquí vengo a dejar esta historia que se me ocurrió escribir por dos razones:

1. Terminé Persona 4 Arena y Persona 3 fes hace unas semanas y quería hacer algo con las doncellas mecánicas, siempre pensé que se sentirían mejor si alguien llegara a darles un abrazo (y gracias Minato por haberle dado uno a Aigis en el 3 (?))

2. Quería agradecerle a un amigo que me mostró el juego y me introdujo al basto concepto de Persona, esto que han leído es el inicio de una historia para demostrarle lo feliz que me siento por ese detalle.

Como siempre, los personajes no me pertenecen, son propiedad de sus respectivos dueños, yo nada más pensé en la situación.

Gracias por leer el primer capítulo, si quieres puedes dejar una reseña con una buena crítica constructiva, me agrada mejorar...aunque me tomé mi tiempo para escribir algo nuevamente, en fin, me interesan las opiniones de la gente, pero igual, agradezco por haber leído esto.

Subiré el siguiente capítulo el viernes de la próxima semana, aunque dependiendo de si mucha gente me lo pide me apresuraré para subirlo antes, es todo, se pueden retirar.

El escritor les desea una buena tarde.

TitanThetys.