No me sorprende.

He pasado por esto muchas otras veces... ¿Qué sería una vez más sentado solo, con el corazón roto en el restaurante de cocina irlandesa más lujoso de Chicago? Quedaba pagar, ir a mi departamento y pensar en la basura que soy hasta quedarme dormido. Eva, Claire, Leela, Katie y ahora Barbara. Albert me presenta a sus amigas y pasado un rato estoy seguro de que no funcionará.

Camino por la calle pensando en todo eso ¿Aún no la he conocido? Eleanor sigue llamándome "Quiero nietos, cariño" ¡Como si fuera tan fácil! Detengo un taxi.

-Departamentos Palais Ublié por favor.

Las noches en esta ciudad son muy bellas, en especial con las farolas que se encienden en el parque frente a mi hogar cuando el sol se pone. Bajo del auto, busco las llaves y abro la puerta.

-Buenas noches, señor Arrert. - saludo al amable dueño.

Entro a mi cuarto limpio, como siempre. Vista al parque, quinto piso... el penúltimo, por cierto. Me siento en el sillón y enciendo el televisor, necesito algo que me saque de esta.


He trabajado en esta compañía desde que terminé mi carrera de Contaduría. En la mañana tomo el sub para moverme... llego temprano, como siempre. Saludo a Louise, la recepcionista, como siempre. Camino hacia mi oficina, ¿como siempre?. ¿Qué demonios está pasando allá? Sí, allá, en la sala de juntas. Hoy no había ninguna. Entonces una chica se asoma. Pero no cualquiera, tengo que admitir, su corta cabellera rubia y sus ojos esmeralda me petrificaron.

-¡Oh, buen día, señor Terruce!- caminó hacia mí. Cloc, cloc, cloc. Sonaban sus tacones contra el suelo de madera. En el rostro tenía un mar de pecas, sus labios se movían con picardía, casi con tanta como su cadera cuando caminaba, oscilando allá y acá, allá y acá.- ¿Verdad?

Oh dios, esperaba una respuesta, y me había perdido...

-¿Perdón?.

Me había perdido en ella.

-Terruce Grandchester, de las noticias locales, ¿No es así?- me miró, consciente de lo que había pasado.

- Está usted en lo correcto... uh... ¿Señorita...? - Incliné mi rostro a la derecha, en un segundo de duda.

- White, Candice. A su servicio. - Sonrió amablemente. Dos hoyuelos se le formaron en las mejillas. Extendió su mano a la mía.

- El placer es mío. - dije sin pensarlo.

- Claro. - confió aquella maravilla.

- Perdóneme, pero, ¿de qué departamento es usted?

-Soy la nueva directora del periódico. - dijo arqueando una ceja. Cloc, cloc, cloc.- de verdad que no me esperaba una fiesta de bienvenida. De donde vengo, no se trata tan cordialmente a los jefes, usualmente todos les odian, ¿sabes?. WRAR WRAR WRAR - imitó a los empleados, riendo.

Acompañé su risa, más de nerviosismo que nada.


-Fleur, pásame el artículo del incendio, por favor. - dije a mi compañera de trabajo.

-¿El del centro comercial?

- Sí.

Ella sería, más que una vecina de oficina, mi cómplice. No podía esperar para contarle sobre Candice... Tenía tantas ganas de hacerlo como de llamar a Eleanor y gritarle YA SÉ QUIÉN SERÁ TU NUERA, AHÍ VAN TUS NIETOS. Quería ver su expresión cuando se enterara de ello.

- Así que ya conoces a la nueva, ¿Eh?

- ¿¡Qué!? ¿Quién te lo ha dicho?

-Ah, vamos. Todo el mundo lo sabe. - le lancé una mirada de incredulidad. Sonrió.- Sí, nadie lo sabe, tonto. Sólo yo. Los vi cuando tú estabas con tu cara de QUEDEMONIOSPASAQUÍ y ella fue a tu rescate.

- ¡Eh, no fue así! Yo estaba parado, esperando que ella pasara y poder saludarla-

- ¡Ni siquiera sabías que existía!- dijo.

- Ya, de acuerdo. Tienes razón.

- ¿Piensas decirle a Eleanor?

- ¡Cómo no le voy a decir!

- Pero apenas y sabes cómo se llama. ¿Vas a darle falsas esperanzas a tu linda mami?

- ¡Ah, ya verás que esta vez seré un niño bueno!

- Albert me ha dicho lo contrario.- y de la nada, entró él a nuestra oficina.

- ¿Has encontrado ya a la indicada?- me dijo, riendo.

- ¿¡HAY ALGUIEN QUE CONOZCA QUE NO SEPA DE ESTO!?- dije exasperado.

- Sólo tu mami. - dijo Fleur.

- Déjenme en paz.


Estoy sacando copias del artículo aunque no sea yo quien tiene que hacerlo. Es sólo para ver a Candice. Cloc, cloc, cloc. Anuncia su llegada.

- Buen día, Terruce.

- Candice. - corto.

- ¿Pasa algo? .- ¡Eh, he iniciado la conversación! o tal vez ella...

- Linda mañana, ¿Ah? Suena a que la noche será estrellada. Me gustaría tener compañía para cenar. - añado distraidamente.

- ¿Quieres acompañarnos en la noche?

- Claro, si tanto insiste.

- Bien, así podrás conocer a Neil. Seguro tienen muchas cosas en común.- volvió en sus pasos, a la oficina principal.

Me ha dejado de a seis. ¿QUÉ? ¿NEIL? ¿QUIEN DEMONIOS ES NEIL?


- Fleur ¿Conoces a alguien llamado Neil?

- ¿Neil? - rió, tal vez demasiado. - ¿Quién se llama así?

- Eh, no lo sé, tal vez el esPOSO DE CANDICE WHITE, LA PERSONA CON LA QUE QUIERO SALIR Y A LA QUE AHORA CELO CON TODA MI ALMA A PESAR DE QUE NO SÉ DE QUÉ ESTABA HABLANDO CUANDO SUS DULCES LABIOS PRONUNCIARON NEIL.

- Calma, ya la estoy investigando... sólo son novios.

novios. noVIOs. NOVIOS.


Eh, hola... um... estoy escribiendo esto, así que... um. Bueno, ya saben. Espero que esté decentemente bien. No me abandonen, sigan leyendo. Gracias :)