¡Hola! Aquí traigo otro fic, espero les guste, este fic es de mi segunda o tercera pareja favorita de Beyblade. Puedo decir que me inspire en mi amada clase de español (ya se que es rara al querer esa clase¡pero es que mi maestra no es tan mala! Digo si es estricta, un tanto mala, sus examenes siempre son difíciles y todo eso pero ella nos hace hacer algo que a mi me encanta ¡escribir historias! Así yo creo nuevas historias xD) y me desvie del tema o.oU bueno el punto es que espero que les guste y también quiero decir que este fic se lo dedico a ShingryuInazuma y a Maxwell por ser tan fieles lectoras n.n y bueno ya dejando eso los dejo de aburrir pata que puedan leer n.n
Titulo: Reír Llorando
Autora: Taimatsu-Kon
Genero: Yaoi, Lemon (hasta el segundo capi n.n)
Pareja: Hitoshi x Brooklyn (se ven tan lindos)
Disclaimer: Ustedes saben que Beyblade no me pertenece, etc, etc, etc, por que de ser así habría yaoi, mucho yaoi jeje xD
Summary: Si se muriera la fe en las personas, si huyera la calma que pocos poseen, si solo dificultades nuestras plantas pisaran al caminar en el camino de la vida, lanzarían a la faz la tempestad del alma, un relámpago triste: la sonrisa .La farsa del mundo engaña tanto, que las vidas son breves mascaradas; aquí aprendemos a reír con llanto y también a llorar con carcajadas
Reír Llorando
En una de las tantas conferencias de prensa de la BBA, todos los chicos que en un pasado habían formado equipos de Beyblade se encontraban ahí, pero el que principalmente era entrevistado por los reporteros, periodistas y fotógrafos era a los Justice 4
-¡Brooklyn¡Brooklyn¡Unas palabras por favor!-Lo llamaban los tantos reporteros y periodistas del lugar
-Brooklyn Masefield, dinos ¿Qué se siente ser uno de los mejores beyluchadores en todo el mundo?-Pregunto una señora de cabello negro recogido y por su ropa y el micrófono que sostenía se podía decir que era reportera
-Sinceramente, se siente bien-Contesto sencillamente mientras no dejaba ni un solo segundo esa sonrisa suya tan apacible
-También dicen que eres el chico más feliz del mundo ¿Es eso cierto?-Preguntaba de nuevo la reportera
Pero Brooklyn no contesto, simplemente se echo a reír, por alguna extraña razón lo que dijo la reportera le causo gracia. Después de tan agitado día por la conferencia de prensa, los Justice 4 regresaron a su hogar, a excepción de uno, quien se encontraba trotando por las calles, por simple diversión o ejercicio.
-"Es increíble ver cuanta gente se deja engañar por las apariencias"-Pensaba Brooklyn, mientras continuaba corriendo
Cuando Masefield había terminado de correr, regreso de nuevo a su hogar, sentándose en el amplió sofá, mirando la televisión simplemente
-¡Buenos días fanáticos del Beyblade! Es un nuevo día, y el sol esta radiante como nunca, el cielo esta despejado, si parece que será un día perfecto para la batalla de esta mañana-Decía animadamente Brad, uno de los locutores de la BBA
-Tienes razón Brad, el día de hoy será la batalla entre los Justice 4 y los Demolition Boys…-Comentaba AJ (N/A: realmente no se combaten los Demolition Boys contra los Justice 4, pero es mi fic y paso lo que digo! . )
Brooklyn se fijaba en lo que había alrededor, se fijo en como l estadio estaba completamente lleno, no había ni un solo lugar vació en las gradas. Podía ver claramente que había algunas personas malhumoradas, seguramente por tener que esperar tanto tiempo para que la batalla iniciara. También había muchas fanáticas suyas, alzando letreros que decían cuanto lo amaban, él claramente que no correspondía pero al menos se sentía un tanto alagado. Luego de haberse fijado en esos pequeños detalles, noto que la batalla ya daba inició, y fue entonces que noto también que cambiando las expresiones de los malhumorados en sonrisas y gritos de alegría.
Ver esos videos de los torneos pasados, le producía algo, no sabía que era, pero por desgracia lo sentía y no era nada agradable, vio sus triunfos, sus derrotas, a sus antiguos compañeros y enemigos de jóvenes una vez más. Pero sobre todo lo vio a él, a su entrenador, al único hombre que al menos sintió algo más que simple admiración y respeto, pero todavía no identificaba que era ese nuevo sentimiento
Una sonrisa melancólica apareció en sus rostro, los mechones anaranjados de su cabellera le cubrían los ojos, ya ni siquiera ponía atención al video, estaba absorto en sus pensamientos; Se abrazaba a si mismo, mientras conservaba esa sonrisa melancólica.
Un día Garland había decidido visitar a su pelinaranja amigo, pero cuando llego a su casa, después de haber tocado más de una vez atendieron la puerta. A Garland le pareció bastante extraño que su amigo se demorara el abrirle, siempre él abría a la primera llamada, según él para así no impacientar a la visitar
-¡Garland! Valla, no esperaba verte hoy-Hablo Brooklyn, que aunque en su voz seguía sonando con ese tono amable y en sus labios se dibujaba una sonrisa, Garland sentía que algo no estaba marchando bien
-Si estas ocupado, puedo venir otro día-Dijo, ya casi listo para irse
-No, no, no para nada, no estoy ocupado, adelante pasa-Y ante tal invitación Garland pasó
Garland veía todo movimiento de Brooklyn, lo miraba detenidamente, tenía que estar seguro de lo que creía, Brooklyn era su mejor amigo y él lo único que quería es que él estuviera feliz. Brooklyn ya había notado la excesiva atención que su amigo le brindaba, pero no comento nada al respeto.
-Aquí tienes amigo-Le ofrecía una taza de té el pelinaranja, mientras al hacerlo le sonreía al peli plateado
-Gracias, y dime Broo ¿Qué as echo es todos estos años? Después de la conferencia de prensas de la BBA no me dio tiempo de hablar contigo, es como si te hubieras desaparecido-Comento, tomando un poco de su té
-Tenía cosas que hacer, por eso me fui rápido de la conferencia de prensas y la verdad no e echo casi nada, soy voluntario en un hospital, visito a los niños que tiene cáncer, sida o alguna enfermedad mortal y lo que yo hago es alegrarlos, ya sabes, darle un poco de color a sus grises vidas-Explico el pelinaranja, no desasiendo en ningún momento su apacible sonrisa
-Oh, eso es grandioso Brooklyn y además bastante bueno, y seguramente debes de hacer muy bien tú trabajo ¿Verdad?-El peli plateado no cesaba de mirarlo, de analizarlo
-Yo creo que si-Contesto sencillamente – Pero dime ¿Tú que haz hecho?
-Yo decidí trabajar en la BBA, el señor Dickenson me ofreció empleo como entrenador para algún futuro equipo que se forme para el próximo torneo, mientras tanto simplemente entreno a chicos novatos-Contesto Garland
Brooklyn al escuchar tan solo la palabra "entrenador" soltó inconscientemente la taza que sujetaba en sus manos, provocando así que se quebrara en mil y un cientos de pedacitos
-¡Oh! Que torpe soy-Dijo fingiendo que había sido un accidente aunque Garland se había fijado bien que no fue cierto
En un descuido de Brooklyn, Garland pudo ver como los ojos color verde agua mostraban un deje de tristeza en tanto había dicho la palabra "entrenador", en cierta forma se sintió mal por haber sido él el que le causara esa pequeñez de tristeza, pero sabía que no era su culpa, si no la de su antiguo entrenador, Hitoshi Kinomiya. Garland se había dado cuenta de los sentimientos que Brooklyn le tenía a su entrenador, se había dado cuenta, pues la sonrisa tan afable aumentaba más al lado de Hitoshi. El peli plateado no pudo sentirse mal por su amigo, pero lo único que podía hacer por él, era ayudarlo
-Aún lo extrañas ¿Verdad?-Pregunto Garland al fin, pero su voz sonaba comprensible y preocupada a la vez
-¿Disculpa?-Fingió no haber escuchado la pregunta, aunque claro que la había escuchado claramente
-No tienes por que fingir conmigo Brooklyn-Le dijo, para que supiera que podía confiar en él, que no estaba solo, que podía recurrir a él cuando tuviera problemas
Brooklyn tan solo se quedo un momento ahí sentado en el suelo, mirando a la nada, parecía ido, pero lo que realmente estaba haciendo era pensar en la pregunta que le había echo Garland "Aún lo extrañas ¿Verdad?" ¿Es que acaso era tan obvio¿Cómo es posible que solo él se hubiera dado cuenta¿Cómo era posible que su sonrisa tan afable e imborrable no engañara también a Garland? Funciono con el resto del mundo ¿Por qué con él no?, inclusive lo creían el chico más feliz en toda la tierra; Aunque fuese todo lo contrario
El peli plateado no dijo nada y simplemente se limito a abrazar al pelinaranja, a lo que ingles correspondió al abrazo que le ofrecía su amigo. Brooklyn decidió contarle todo a Garland, de decirle lo que le ocurría, la verdadera forma en l que se sentía, en fin, quería que su amigo supiera como estaba y que le ayudara
Luego de eso ambos habían quedado en un acuerdo, Brooklyn estaba en un estado de depresión y debía ser tratada lo más pronto posible antes de que esta lo consumiera a él. Un día, cuando se encontraba en su actividad como voluntario del hospital, había decidido primero ir ante un doctor como le había dicho Garland que hiciese. En la clínica decían que era un medico bastante bueno, muy famoso y bastante reconocido en todo el mundo
Cuando al fin pudo pasar a la oficina del hombre de bata blanca, tomó asiento. Mientras que el médico tomaba asiento en su escritorio, acomodaba unas carpetas amarillas en un cajón del escritorio y luego fijo su vista en el pelinaranja, en la cual noto que aunque en su rostro se reflejara una hermosa sonrisa, su mirada se veía sombría
-En ¿Qué puedo servirle? Señor-Preguntaba el médico con una voz bastante sería y firme
-Por favor, no me gusta que me llamen Sr., y la razón por la que estoy aquí es por que, sufro un mal tan espantoso del que no estoy seguro que podría ser-Contesto Brooklyn, la verdad ni el mismo sabía que hacía ahí, sabía que lo hacía por su amigo Garland, por que se lo había pedido, pero él no sabía que hacía, ni siquiera sabía cual era su mal, Garland nunca se lo dijo, aunque este si sabía lo que era
-Veamos¿A viajado? Eso podría servirle de distracción, pues lo más probable es que usted se sienta tenso por el trabajo o estresado por algo-Dijo el medico
-Casi toda mi vida e viajado, hasta ahora es que me e establecido en un lugar y estoy seguro que lo que siento no es estrés, ni estoy tensó por el trabajo-Explico el ingles
-Ya veo, entonces ¿Busca tener conocimientos en base a leer muchos libros? Quizá lo que tiene es insuficiencia consigo mismo, quizá usted busca saber mucho-Volvió a decir el médico
-Tanto e leído-Dijo casi con un poco de diversión en su voz, pero aún así se mostró educado
-¿Obtener un titulo quizá?-Volvió a preguntar el médico
-Noble e nacido-Contesto
-¿Es acaso usted pobre?-Pregunto el médico ya casi quedándose sin preguntas
-Tengo mucho dinero-Contesto de nuevo Brooklyn, pero todavía no podía quitar esa sonrisa suya, pero todavía tenía la mirada triste o sombría como dirían
-¿Es acaso elogiado?-Pregunto de nuevo el hombre
-He escuchado bastantes-Volvió a contestar Brooklyn – "Sobre todo más en los estadios" -Pensó
-¿Tiene usted familia?-
-No, nunca supe de ellos y por eso tuve muchas tristezas-Contesto, su sonrisa para ese entonces ya había diminuido algo, hasta quedar apagaba, el médico podría jurar que su mirada se tornaba mucho más sombría, sin brillo y sin vida
-¿Visita los cementerios?-
-Mucho…mucho-Contesto casi en un susurro
-¿Tiene amigos?-
-Si, pero no dejo que me impongan opresiones, podría decir que los muertos son mis amigos, aunque en mi caso son los animales; y a los vivos los llamaría mis verdugos-
Ante tal confesión el médico quedo algo impresionado, pero continuo hablando de todas formas
-Me deja-Comenzó a decir el doctor- Perplejo su malestar joven, pero descuide no debe atemorizarse; Tome hoy por receta este consejo: Solo viendo al joven Brooklyn Masefield, podrá curarse
-¿A Brooklyn?-Pregunto el pelinaranja algo impresionado por lo que dijo el doctor
-Si al joven Masefield, casi todo el mundo lo busca por su tan encantadora sonrisa que pose, se dice que incluso el siempre esta feliz, es posible que su sonrisa se le contagie, joven
-¿Y a mi me hará reír?-Pregunto de nuevo Brooklyn, ahora si que estaba perplejo ante lo que decía el médico
-¡Ah! Por su puesto, yo se lo garantizo, al menos que eso ¿Lo inquiete?-Pregunto ahora el doctor
-Así-Dijo Brooklyn-No me curo… ¡Yo soy Brooklyn! Cámbieme la receta por favor doctor,-Pidió Brooklyn, haciendo un enorme esfuerzo por no gritarle al pobre hombre de bata blanca
-Me pregunto, cuantas personas habrán que están cansadas de la vida, enfermos de pesar, muertos de tedio, que hacen reír fingiendo que todo esta bien, cuando que se están desmoronando por dentro, y al no encontrar remedio para su mal como yo, terminan suicidándose
Cuantas veces al reír se llora, nadie puede fiarse de la risa, por que en las personas que el dolor consume, el alma llora cuando el rostro ríe
Si se muriera la fe en las personas, si huyera la calma que pocos poseen, si solo dificultades nuestras plantas pisaran al caminar en el camino de la vida, lanzarían a la faz la tempestad del alma, un relámpago triste: la sonrisa
La farsa del mundo engaña tanto, que las vidas son breves mascaradas; aquí aprendemos a reír con llanto y también a llorar con carcajadas-Pensó Brooklyn al notar que el médico no decía nada, solo se limitaba a verlo y se ponía a pensar que podría hacer para ayudar al pobre chico ingles
-Solo déjeme hacerle una última pregunta antes de finalizar esta consulta-Comenzó a hablar el doctor- ¿Es usted amado?-
Brooklyn ante tal pregunta se paralizo, sus ojos estaban completamente abiertos, comenzó a sentir que en su garganta se formaba un nudo. ¿Qué debía contestar¿Debía decir la verdad¿Debía decir que a la única persona que había amado, se había marchado sin siquiera darle oportunidad de confesárselo? Había pasado los últimos años culpándose por eso, siempre pensaba en las cosas que hubieran pasado de habérselo dicho, pero luego venían sus temores, la verdadera razón por la que no le dijo lo sentía, la razón por la que actuó como un cobarde, el rechazo, le temía al rechazo, temía que no le correspondiera, que al decirle lo que sentía lo aborreciera y lo rechazara, que lo odiaría, que se burlaría de él.
Pero no pudo continuar torturándose con sus recuerdos, pues el doctor volvía a llamarlo o más bien notaba su ausencia así que lo llamo
-Y ¿Bien Joven Masefield?-
-No…-Contesto al fin el pelinaranja, pero su respuesta fue en voz baja, en un tono inaudible para el sistema auditivo del ser humano
-¿Disculpe?-
-No…no soy amado-Volvió a contestar Brooklyn, pero esta vez elevando un poco la voz
El pelinaranja después de haber dicho eso salió de la oficina del médico, a quien dejo un tanto desconcertado por su acción. Después de su pequeña consulta con el médico fue directo a realizar su obra como voluntario en el hospital, lo que lo alegro un poco al notar como las pequeñas criaturas que eran los niños, lo recibían con tanta alegría y entusiasmo, deseosos de escuchar alguna de las tantas historias que poseía el ingles pelinaranja.
Mientras en los tan ocupados y alborotados aeropuertos de la Gran Bretaña, un hombre de cabellera azulada y ojos cubiertos por unas gafas rojas, se encontraba saliendo de la zona de los recién desabordados. El recién llegado ya se encontraba en la zona del equipaje y al sujetar su maleta; sonó su celular.
-¿Diga? Si ya aterrice… ¿Ya estas afuera?...que bien… entonces nos vemos afuera…lo se…bueno adiós-Y luego de eso, colgó
Al ya tener su maleta y al haber pasado la revisión de los aeropuertos, paso rápidamente toda la multitud de personas que se reunían con sus parientes, amigos, conocidos o gente de negocios. Llego a la entrada del aeropuerto y se quedo ahí parado, como si estuviera esperando a que alguien fuese por él. Luego de un momento un Ferrari negro se estaciono en la entrada del aeropuerto, y del vehículo salio un hombre de larga cabellera plateada y cuerpo bien formado
-¡Garland! Al fin llegas-Se dirigió el peliazul hacía el peli plateado
-Lamento la tardanza, había mucho trafico-Se excuso el otro
-Descuida ¿Nos vamos?-Pregunto el peliazul, mientras tomaba su maleta
-Claro-Contesto Garland, mientras abría la cajuela
Después de haber colocado el equipaje en la cajuela, ambos subieron al automóvil y emprendieron marcha. En tanto mientras Brooklyn ya se encontraba despidiéndose de los pobres e inocentes niños del hospital. Como amaba verlos sonreír cada vez que él entraba a sus habitaciones. Amaba ver como lo escuchaban con tanta atención. Pero a pesar que eso lo hacía feliz en cierta forma, nada, pero nada en todo este mundo podía llenar ese vacío que tenía en el corazón; ese vació que solo podía ser rellenado por un hombre al que alguna vez llamo: Entrenador.
El joven ingles había regresado a su hogar y desplomándose literalmente sobre el sofá. Encendió el televisor para ver si podía encontrar algo entretenido en que distraer su atención. Para su desgracia no encontraba nada, siempre era lo mismo, noticias, las típicas novelas estadounidenses cuyos finales siempre terminaban igual; eso y que también encontraba puro programa comercial del que no tenía ni el más mínimo interés por ver. Así que rindiéndose asía el hecho de encontrar algo que ver la televisión, la apago. Ahora no tenía nada que acaparara su atención y que ni mucho menos lo entretuviese.
-Debería de seguir el consejo de Mystel… el de comprarme un perro-Hablo para si mismo y dejo escapar una pequeña risilla al recordar lo que su amigo Mystel le había sugerido mucho tiempo atrás, cuando todos estaban unidos, cuando estaban más unidos, cuando todo era perfecto
Sin siquiera haberlo deseado dejo escapar un suspiro melancólico. Sacudió su cabeza, no debía sentirse triste, no, no debía ya hacía tiempo que estaba sufriendo y debía ponerle un alto de inmediato. Su sonrisa tan solo había desaparecido por escasos segundos antes de volver. Decidió levantarse del sofá para así dirigirse ya de una vez a la cama, quizá podría intentar dormir, pues estaba claramente que el día de hoy no tendría nada interesante que hacer. Pero se detuvo, pues alguien había tocado el timbre de su hogar por lo que fue atender la puerta.
Cuando abrió la puerta no podía creer lo que había al otro lado de ella ¿Es que acaso el destino le estaba jugando una broma? No podía ser cierto lo que estaba viendo, tenía que ser una broma, si una cruel e inhumana broma, no podía ser real, simplemente no podía ¿O si?
-Hola Brooklyn-Hablo la persona que estaba al otro lado de la puerta; su voz sonaba tan calmada, tan serena, tan… tan dulce
Continuara…
Que les pareció? Necesito mejor verdad? u.u ya lo sabía, bueno no olviden dejar sus reviews por favor n.n también les dire que este es mi primer fic corto por que el segundo capitulo sera el final u.u y además este fic fue basado en la obra de "Reír Llorando de Juan de Dios Peza"
Atte: Taimatsu-Kon
