Un campamento para morirse:
Segunda temporada:
El trabajo perfecto. Parte 1.
Corría el primero de diciembre de 2012. Ese sábado había amanecido muy soleado, y yo había amanecido feliz, había terminado el colegio y eso me alegraba mucho. Corrí la cortina y abrí la ventana de mi pieza. Una sonrisa se dibujó en mi boca cuando lo vi parado en mi jardín con unas flores.
- Buenos días - me dijo sonriente
- Buenos días - reí
- ¿Ya no están? - preguntó
- No… no están - sonrió ampliamente y salió corriendo hacia la izquierda
Corrí por el pasillo, baje las escaleras. Abrí la puerta y ahí estaba él sonriente y con las flores en alto.
- Lirios - dije sonriendo y tomándolas
Le indiqué con la mano que pasara y el lo hizo cerrando la puerta detrás suyo.
- Es especial… digo, no todos los días se cumplen aniversarios de dos años y medio - dijo tomándome de la cintura y estampándome un beso.
- Feliz aniversario - le sonreí
- Feliz aniversario - dijo sonriéndome
Entramos a la cocina, puse las flores en agua y serví un poco de jugo en dos vasos. Le di uno a Nick y me acerqué uno al lugar que había tomado en la mesa.
- Es tan lindo estar sola en la casa - suspiré - sabes que no acepté a ir a las vacaciones familiares por vos, así que será mejor que me lo compenses -
- ¿Qué tiene de divertido ir a Posadas? - le pegué en el hombro
- Que tiene unas hermosas cataratas - reímos
- Voy a compensarte lo juro… - me besó
- A veces me aterra… - arrugué la boca - ayer fue la primera vez que dormí sola y no fue muy lindo aunque amanecí bien, pero la noche no me gusta -
- Puedo quedarme contigo si quieres - me dijo sonriendo
- ¿Harías eso? -
- Sería una de las forma de compensarte -
- ¿Me puedes prometer algo? - le pregunté dudando
- Lo que sea -
- ¿Me prometes que la vamos a pasar bien? -
- Te lo prometo - me beso la frente
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- Esto no es pasarla bien - dije mirándome el uniforme
- Es espantoso… no tiene sentido de la moda - dijo Dai lamentándose a mi lado
Nick se encogió de hombros.
- A mi me gusta - dijo sonriéndonos
Le dimos una miradita que hizo que posara sus ojos en el suelo.
- Es horrible - dijo no muy convencido
- Chicos - dijo una voz desde la ventana - son las reglas - Alf salió de la cocina y caminó hasta detrás del mostrador donde estábamos parados - si no usan los uniformes no pueden trabajar -
- ¿Pero tan feos tiene que ser? - reprochó Dai
- Si amor, tienen que ser feos - reímos - si quieren trabajar en la heladería de mi padre van a tener que usarlos, sino… pueden buscarse otro trabajo de verano -
- No - replicó Nick - este nos va a ayudar a pagar la Universidad -
- Tu no necesitas trabajar aquí Nick - lo mire extrañada
- Bueno, pero solo quería sentir la emoción de decir eso - dijo haciendo puchero - además vine a trabajar con ustedes, me aburriría sino… -
- Solo este trabajo va a ayudarnos a pagar la Universidad - le dije a Alf, mirándolo.
Volví mi mirada a Nick y le dije emocionada.
- Tenes razón, es emocionante decirlo - mire a Alf
- Entonces van a tener que abstenerse a las reglas -
- Ok ok - dijo Dai - vamos a hacerlo, después de todo … no es tan malo - frunció la frente
- Bueno, ahora a trabajar -
Estuvimos toda la tarde atendiendo a la gente por mesas y llevándoles sus pedidos. Cuando terminamos el turno nos desplomamos en las sillas ahora desocupadas.
- Uf - suspiré - eso estuvo entretenido eh -
- Lo hicieron muy bien - dijo Alf volviendo del mostrador - tuvimos grandes ganancias -
- Genial, ahora voy a poder estudiar el universitario y no el terciario que podía pagarme con mis ahorros - dijo Dai sonriendo burlonamente
Todos reímos.
- Lo único que no me gustó fue ese hombre que se sentó en aquella mesa - señalé una en el fondo - tenía cara rara -
- Lo decís porque vos no tuviste que aguantarte a unas chicas insoportables que me miraban y no pedían nada, era desesperante - rió
- Nick - dije fulminándolo con la mirada - más te vale que solo les des sus pedidos -
- Ai bobi, las provoco en broma - reímos
- Bueno, yo vuelvo a mi casa… ¿alguien quiere venir?, estoy sola… -
- Yo - dijeron todos levantando la mano
Cerramos la heladería y fuimos caminando a mi casa. Cuando llegamos abrí la puerta y prendí la luz. Todos se acomodaron en los sillones del living y yo fui a la cocina.
- ¡Que tarde es! - dije mirando mi reloj - ¿quieren quedarse a dormir? -
- Seguro - dijeron desde el living
- ¿Qué quieren cenar? Por favor, pidan algo simple - dije acomodando algunas cosas en la mesada
- Podemos llamar y pedir una pizza - dijo Nick detrás de mi oído
Salté en mi lugar y me di vuelta para mirarlo a los ojos.
- Casi me matas… ¿lo sabías? No te escuche, ¿Cómo hiciste para llegar hasta acá? -
- Soy ninja - me dijo sonriendo - es una faceta mía que no conocías - reímos
Tomo el teléfono y discó un número de memoria.
- Hola ¿si? Me mandas dos pizzas a … - fui al living
- Antes de ir a la heladería alquile una película… ¿la quieren ver? -
- ¿Cuál es? - preguntó Dai curiosa
- Se llama 'Si, señor' es de Jim Carrey - me encogí de hombros
- Yo la vi, esta buena - dijo Nick llegando - ya encargué las pizzas -
- Bueno, veámosla - puse la película y un rato después llego la pizza
Nos reímos muchísimo con la película, y después de verla nos quedamos charlando un rato.
- Me encantó la parte cuando cantan la canción de Los Beatles - dijo Dai riendo
- Si, es buenísima - asentimos todos
- Bueno, no se ustedes… - dije bostezando - pero yo tengo sueño -
- Yo también - dijo Nick
- Y nosotros - dijeron Dai y Alf
Nos levantamos y ordenamos todo. Dai y Alf fueron a la pieza de Derek y Nick y yo a la mía.
- ¿Dormimos? - le dije
- Durmamos - me dijo soñoliento
Me lavé los dientes y cuando salí del baño que había en mi pieza me dirigía a la cama, donde Nick estaba acostado pero giré mi cabeza hacia la izquierda.
- Que raro… ¿esa no es tu pieza? - le dije señalando la ventana que había en la casa de al lado
- Si, es mi pieza… ¿no sabías que tu ventana esta junto a la mía? - me preguntó extrañado
- No, no lo sabía. Bueno, vamos a dormir que me caigo del sueño - le dije, me acosté en la cama y dormimos.
El trabajo perfecto. Parte 2.
Al otro día desperté y me hallé sola en la cama. Me calcé y baje a la cocina. Nick estaba preparando un rico desayuno (como pancho por su casa el otro ja), y parecía bastante concentrado en eso.
- Parece que ya estás instalado - le dije apoyada en la mesa
Se dio vuelta y sonrió. Volvió su vista a la comida y me respondió.
- Me gusta hacer estas cosas de vez en cuando -
- ¿Los chicos? -
- Se fueron temprano. Alf se había olvidado que tenia que ir abrir la heladería -
Abrí la boca bien grande.
- Tenemos que ir a trabajar - antes de que entrara en pánico por haberme olvidado se dio vuelta otra vez, dejando que la comida se cocinara sola
- No te preocupes. Nosotros tenemos que ir en una hora - suspiré aliviada y me desplomé en una silla - tenemos tiempo de tomar un desayuno - me sonrió
Terminó de servir los aperitivos en los platos y me los alcanzó.
- Ojala te guste -
- Haber - dije y probé un poco - mmm… Nick, - abrió los ojos impresionado - esta buenísimo - tome otro bocado - me fascina -
- Que bueno que te guste - dijo levemente sonrojado
Se sentó y tomo un bocado.
- Realmente esta bueno - reímos - lo que no supe donde estaba era algún sobre para hacer jugo - frunció la boca
- No te preocupes - me levanté y tome uno de una lacena - están escondidos, nadie puede encontrarlos - lo puse en un jarrón y le agregué un poco de agua y unos hielos - ya esta -
- Bueno, ahora estamos completos - me sonrió
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- Te juro que este trabajo me está matando - dijo Dai llegando detrás del mostrador
- Recién empezamos - reí y mire la cocina - ¿me preparas un helado de vainilla? - le dije al chico que se encontraba allí
Asintió y realizó su trabajo, cuando lo terminó me lo entregó, le sonreí y me dispuse a buscar una bandeja en la mesada.
- Clara, clara - Daiana sonaba nerviosa, me tomo del hombro y me dio vuelta
- ¿Qué pasa? - no entendía nada
- Mira - dijo y señaló la puerta
No lo podía creer, ¿Qué hacían aquí?.
- No, es imposible - dije - dejame, yo se que hacer -
Entraron y sentaron en una mesa al lado de un gran espejo. Dejé el helado de vainilla en la mesa correspondiente, le sonreí a las chicas que me lo pidieron y les dije que si querían algo más que me lo pidieran.
Volteé mi cabeza hacia el espejo y vi que Nick las estaba atendiendo, claro… esa era su zona. No tenía derecho de ir y decirle que no siguiera atendiendo, pero si tenía derecho a tomar aunque sea una de sus mesas. Me acerqué allí y las cuatro me miraron indignadas, sin entender que hacía allí.
- Nick, amor - le dije resaltando la última palabra
Lo tomé de la nuca, la acaricié y le clavé un poco las uñas, a lo que el respondió con un escalofrío, pero no dijo nada, sabía lo que estaba pasando
- ¿Si, linda? - me miró
- ¿Por qué no dejas que yo atienda a las chicas? - lo miré a los ojos y asintió
Se fue hacia el mostrador a buscar más helados y luego no supe lo que hizo.
- ¿Qué necesitan? - las fulminé con la mirada, ahora tenían dos amigas más, pero una menos
- Danos cuatro helados de agua - me dijo Micaela forzando una sonrisa
- ¿De qué sabor? - pregunté de mal gusto
- De frutilla - dijo Verónica sonriéndome como si nunca nada hubiera pasado
Me di vuelta y fui al mostrador. Justo en ese momento llegaron Alf y Nick.
- ¿Qué hacen acá esas taradas? - pregunté enojada
- No lo sé, pero me duele la nuca - dijo Nick
- Perdón, no quería hacerlo - le dije acariciándole una mejilla - es que me revientan esas dos -
- Además ahora tienen dos amigas nuevas - rodó los ojos
- Dai me dijo que se llaman, la morocha Stacie y la castaña Jessica - dijo Alf medio susurrando
- No me importan sus nombres, igual no las soporto, aunque no las conozca - miré a la ventana de la cocina y apareció de nuevo el chico - ¿me das cuatro helados de agua de frutilla? -
- Ok - dijo el chico y unos segundos después me los entregó
- Gracias - le dije - ahora, si me disculpan chicos, voy a darle hielo a las peores diablas del mundo - y di unos pasos de plomo hasta su mesa
Les dejé de mala gana los helados en la mesa y unos minutos después, cuando los terminaron me llamaron.
- Moza, moza - grito la que me parecía que era Stacie y todas rieron
Llegué hasta la mesa indignada, me tenía que aguantar que me trataran como una segunda, pero todo era para que no las atendiera Nick.
- Son diez pesos - dije sin escuchar sus preguntas ni nada, me dieron justo y fui a la caja a dejarlos
- Las odio - le dije a Dai que estaba buscando unos helados, rió y fui a atender a unos chicos en otra mesa
