¡Hola! Aquí vengo con una nueva historia, a ver si esta vez hago un bueno comienzo. Esto no tiene nada que ver con Maldición de una serpiente.
Aclaraciones:La letra en cursiva son los pensamientos de Harry o recuerdos, las líneas son los cambios de universo y el doble espacio es cambio de día o más tarde.
Spoilers: Séptimo libro.
Disclaimer:Los personajes no me pertenecen a mí, sino a J.K. Rowling y nada de lo que reconozcáis.
Alma en Otro Tiempo
Capítulo I: Juego de Runas
El tren se puso en marcha y Harry caminó unos metros a su lado por el andén, contemplando el delgado rostro de su hijo, encendido ya de emoción. Harry siguió sonriendo y diciendo adiós con la mano, aunque le producía cierto pesar ver alejarse a su hijo…
El último rastro de vapor se esfumó en el cielo otoñal cuando el tren tomó una curva. Harry todavía tenía la mano levantada.
―Ya verás como todo irá bien ―murmuró Ginny.
Harry la miró, bajo la mano y, distraídamente, se tocó la cicatriz en forma de rayo de la frente.
―Sí, ya sé que todo irá bien.
La cicatriz llevaba diecinueve años sin dolerle. No había nada de qué preocuparse.
Harry miró alrededor del andén, donde el resto de los padres y familiares se movían hacía la salida del andén 9 y 3/4; Ron y Hermione se acercaron, junto con Teddy que caminaba más atrás y parecía estar con la mirada perdida, Harry sonrió al saber la razón de aquella ensoñación gracias tanto por su propia experiencia como el chisme de James.
―Este año va a ser más aburrido ―le comentó Lily a Teddy.
―Todavía no me he ido a Hogwarts ―replicó Hugo ofendido por el comentario de Lily.
―Aún así ―suspiro Lily dramáticamente―, papá está siempre ocupado con el nuevo caso como Teddy, mamá está ocupada con las entrevistas que tiene que hacer, Al y Rose se han ido, ahora solo quedamos nosotros solos.
―Pensé que te gustaba la entrevista que estaba haciendo ―comentó Ginny mirando a su hija con una sonrisa.
Lily se encogió de hombros, dio unos pequeños saltitos y quedo de espaldas a pared de salida del andén.
―Bueno porque no te quedas con Hugo durante unos días e invitas a tus amigos, y el viernes nos vemos todos en una cena ―sugirió Harry―, ¿puedes Teddy? ―Teddy lo miró sorprendido por unos segundos, no había estado escuchando la conversación― y nos das las noticias que tienes con Victoire.
Teddy se sonrojó fuertemente, mientras que las mujeres, incluso Lily, se rieron suavemente.
―Claro, pero no creo que sea el momento, Harry ―dijo Teddy todavía sonrojado―. ¿Nos vamos? No quiero que mi jefe me odie más de lo que ya hace.
―Teddy, tu jefe no te odia, esa palabra es muy fuerte ―dijo Hermione, mientras miraba el reloj―. Será mejor que nos vayamos ya, Ron, si queremos llevar a Hugo y a Lily a casa y llegar a tiempo al trabajo.
Ginny y Harry se despidieron de Lily, Hugo, Hermione y Ron. Cuando pasaron el muro, Hermione y Ron junto con Lily y Hugo ya había desaparecido; Ginny, Harry y Teddy también se desaparecieron para luego aparecerse cerca del Ministerio. Al encontrarse en Hall entraron en los ascensores y pronto se despidieron de Ginny en el séptimo piso del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos. Teddy y él siguieron subiendo hasta llegar al segundo piso en el Departamento de Seguridad Mágica.
Al salir de los ascensores, papeles con mensajes volaban por todo el Departamento y los Aurores se movían de un lado a otro. Harry ya se imaginaba su mesa de despacho repleta de mensajes y quejas de algunos aurores. Cuando doblaron en una esquina, Harry reconoció a un compañero de Teddy corriendo hacía ellos, cuando se percato que Harry estaba allí se paralizó.
―Buenos días, señor ―dijo nervioso el joven, luego susurró con voz entusiasta: ― Tenemos un llamado, Teddy. Con permiso ―y partió corriendo.
Teddy le sonrió ampliamente a Harry.
―Buenas suerte, mantente relajado y procura no contestarle a Wilson ―le aconsejo Harry dándole unas palmadas en la espalda de Teddy.
Le dio un rápido "gracias", y corrió en dirección a donde había ido antes su compañero. Harry esperaba sinceramente que Teddy pudiera salir al campo. Desde que Teddy había entrado al Departamento de Aurores las cosas no le habían ido muy bien, desde el entrenamiento para Auror hasta ahora; Teddy era consciente de que para ser Auror requería mucho esfuerzo, pero él aseguraba que Wilson tenía especial manía por él desde que había comenzado sus entrenamientos, y Harry estaba de acuerdo con él; desde el primer día de entrenamiento de Teddy, Wilson le había aclarado que no iba a tener ningún favoritismo por ser el ahijado de Harry Potter; en el momento en que él, Harry, se había enterado de esto estaba decidido a tener una charla (amenaza) con Wilson, pero Teddy, tan parecido a sus padres, le había impedido hacerlo, él quería demostrar que podía valer por sí solo. Sin embargo, casi todos sus compañeros ya habían salido al campo menos él y Harry esperaba que esta vez cambiara.
Harry siguió su camino hacia su oficina, que como ya había predicho había una pila de papeles esparcidos en la mesa. Se dejo caer en la silla detrás de la mesa y comenzó a revisar los papeles; era lo mismo de todos los días, nuevos ingresos de entrenamientos de Aurores, ingresos de las supervisiones de casas de antiguos mortifagos, ingresos de sospechosos a criminales e ingresos de arresto menores. Desde la batalla final hace 19 años la comunidad mágica vivía en paz, claro con menores crimines que eran normales en el cualquier mundo, para eso estaban ellos allí; sin embargo estaba el caso que había mencionado antes Lily. Hace menos de 2 meses había habido una susto en las noticias muggles, claro que para ellos era imposible que algo así sucediera, pero todo indicaba que era obra de un mago o bruja. La noticia decía que un hombre al despertase en la noche por los gritos de su bebé, camina por el pasillo y ve una sombra, al entrar en el cuarto de su hijo asegura haber visto al diablo, entonces decide llamar por ayuda y cinco policías riéndose del hombre entran en el cuarto, solo después se sabe que los cinco decidieron tirarse por la ventana, de los cuales solo dos sobrevivieron pero con graves problemas, los médicos aseguran que el padre no tenía ningún problema mental. Pero lo que confirmó que era acto de un mago, fue cuando algo parecido sucedió con un padre de una familia de magos hijos de muggle, el hombre aseguraba haber visto a su mujer, fallecida, viva intentado matarlo.
Por el momento él, el Departamento de Aurores y el Ministerio hacía todo lo posible para asegurar la paz en el mundo mágico y atrapar a quién estuviese haciendo esto.
Sin embargo, ellos habían llegado a la conclusión de que quizá solo eran Boggarts después de todo los muggles podían tener miedo de un "diablo" y el hombre podía tener miedo de su difunta mujer, que quisiera matarlo ya era algo más personal. Aún así Harry había preferido no anunciar nada, no quería hablar antes de tener suficientes pruebas. Por el momento se mantenían en busca de la ubicación donde podría estar viviendo el mago o la bruja.
Las horas pasaron, recibió la visita del ministro Kingsley y de otros aurores del caso, debatieron sobre la localización de esta persona y solo llegaron a la conclusión de que se encontraría en Londres, Londres; no tenían mucha información.
A eso de las 14:00 alguien llamó a la puerta, Harry miró hacia la puerta extrañado, normalmente a estas horas los Aurores salían para comer un poco mientras él se quedaba un rato más y salía media hora más tarde; sin embargo dio permiso para que entrara quien fuese. Para su sorpresa era Teddy, tenía las manos en los bolsillos de su túnica de Aurores y miraba el suelo como si fuera lo más interesante en la sala, preocupado Harry se levanto de un salto y caminó hacía él.
― ¿Qué ha pasado? ¿Ha hecho algo otra vez Wilson? ―preguntó.
Teddy negó rápidamente con la cabeza y sonrió de medio lado.
―No, ese tema ya quedo atrás, Harry ―dijo Teddy todavía sin mirarle a la cara.
Quedaron sumidos en el silencio durante un rato, Harry intentaba dar tiempo a su ahijado para que hablara mientras él intentaba leer su rostro, Si no es Wilson puede que sea Victoire. Al llegar a esta conclusión, espero más hasta que su ahijado se decidiera a hablar.
― ¿Quieres que salgamos a comer y me cuentas? ―sugirió Harry al final, pero Teddy volvió a negar con la cabeza violentamente―. ¿Entonces, qué es?
―Bueno… ―comenzó Teddy echándole un vistazo rápido. Harry se sentó en el borde de la mesa y junto las manos― Sabes la llamada que tuvimos está mañana ―Harry asintió con la cabeza y le alentó a continuar―, bueno creo que tengo la oportunidad de salir al campo, pero necesito el permiso de alguien superior y como tú eres el jefe pensé que quizá me podías dar un empujón, ya sé que desde un principio te dije que no quería que me ayudarás de ninguna manera pero esto es diferente, tengo la información necesaria ―Teddy había dicho todo esto sin parar a respirar ni una vez. Harry abrió la boca para hablar, pero Teddy rápidamente continuó―. He estado buscando su ubicación durante casi un mes desde que la noticia salió y de que nos mandaran a encontrarlo. Esto beneficiará a todos, confía en mí.
Teddy al fin le miró fijamente a los ojos, esperando una respuesta o eso creía Harry.
―Teddy, no tengo ni idea de lo que me estás hablando. Si me cuentas lo que has encontrado podre ayudarte ―le dijo Harry.
―Vamos, Harry, todos saben que Wilson nos encomendó a buscar la ubicación del nuevo caso ―respondió Teddy con un todo de voz ligeramente desesperado―. ¿Qué me dices?
Harry había cerrado los ojos al escuchar las palabras de Teddy. El viejo Wilson ni siquiera le había comentado lo que estaba haciendo, pero no era eso lo que le molestaba a Harry, sino lo egoísta y cínico que podía ser ese hombre al darle falsas esperanzas a los jóvenes Aurores de poder salir al campo y menos para un caso de alto rango como era este; estaba seguro que el viejo se quedaría con la mejor idea sobre la ubicación y, claro está, iría a decirles Kingsley y a él, Harry, que él había encontrado el paradero del hombre boggart (como le llamaban al caso). Entonces, Harry se dio cuenta de algo, un error de Wilson y una duda sobre lo que le decía Teddy.
― ¿Cómo sabes dónde se encuentra? No hay ninguna prueba y no se registró ningún uso de magia en ambas casas de los ataques.
― ¿Quieres decir que era el único? ―preguntó Teddy asombrado.
― ¿De encontrarlo? Obviamente, sino ya lo habría encontrada para entonces ―respondió Harry encogiéndose de hombros.
―No sé, pensé que no se le estaba dando tanta importancia al caso, como se les encomendó el trabajo a un grupo de Aurores principiantes…
Harry negó con la cabeza mientras hacía una mueca con la boca de decepción y luego dijo:
―Es cierto, pero nunca di permiso ni él me dijo nada de esto. El ministro, otros Aurores Mayores e Inspectores y yo hemos estado reuniéndonos para encontrar la ubicación de la persona que esté haciendo esto ―Teddy asintió con la cabeza; Harry pudo notar que las esquinas de la boca de Teddy temblaban, conteniendo sonreír, suponía Harry―. A lo único que hemos logrado llegar es que está en Londres, Londres, pero como podrás ver no es de mucha ayuda; he pensado en revisar todas las casas de Londres que haya familia con algún mago, pero sería mucho jaleo y no tardaría en huir.
Teddy volvió a asentir con la cabeza, esta vez ya sonriendo. Harry le miro unos segundos, también sonriendo y espero a que su ahijado hablara.
―Está en Maddison & Haig, Harry ―dijo Teddy ya riendo.
― ¿Qué te hace pensar en eso? Los nombres de las víctimas no tienen ninguna similitud con Maddison & Haig, ni mucho menos con los nombres de las calles donde sucedió ―dijo Harry frunciendo el ceño a cada palabra que decía. Se movió detrás de la mesa, rebuscó entre los cajones y sacó de uno, un mapa viejo, lo extendió en la mesa y siguió negando con la cabeza―. Teddy, esto no te lo puedes tomar en broma, no puedes simplemente decir que es Maddison & Haig porque tienes un corazonada o…
― ¡No es una corazonada! ―replicó Teddy todavía con una sonrisa en la boca―. Bueno, parece que sigo siendo el único que se ha dado cuenta de que en las muñecas de las víctimas muggles tenían escrito MH con sangre y el mago ha comprado varias veces en Maddison & Haig, es una tienda ―respondió Teddy al ver la confusión en el rostro de Harry―. Te lo puedo mostrar.
Teddy salió corriendo del despacho de Harry; había ido a buscar las pruebas. Esperaba que fuera cierto lo que decía Teddy, pero todavía le parecía extraño que alguien quisiera dejar una pista de donde estaba su paradero. Cuando Teddy volvió a regresar llevaba unas fotos en sus manos, contento se las entregó a Harry para que las examinara.
En la foto se podía ver el dorso de una muñeca donde estaba escrito al rojo las palabras, MH; las siguientes fotos eran iguales. Harry las examinó detenidamente, todavía seguía creyendo que no era posible que dejara una pista, debía ser una trampa.
―Teddy, entiendo a lo que te refieres y tu investigación sobre MH está muy bien ―comenzó Harry, colocó las fotos en la mesa y miró a Teddy, quien parecía saber hacia dónde iba Harry―, pero… esto puede ser una trampa, no es normal que el criminal deje pistas para que lo encuentren.
Teddy negó furiosamente con la cabeza, comenzó a caminar de un lado a otro y dijo, moviendo los brazos dando énfasis a cada palabra que decía:
―Tú me dijiste que los mortifagos llevaban y llevan un tatuaje en el antebrazo de una calavera con una serpiente saliendo de su boca ―Teddy paro unos segundos para ver el rostro de Harry, al no contradecirlo continuó―, pues tampoco tiene sentido que Voldemort hubiese querido que se llevaran a todos sus mortifagos a Azkaban, si solo tenían que mirar el antebrazo de la gente.
―Es diferente, Teddy ―dijo Harry con calma―. La gente no sabía que hubiese un símbolo para los mortifagos y Voldemort, ni mucho menos que lo llevaran tatuado en su cuerpo; podían verlo en el antebrazo de un mortifago y no tendrían ni idea lo que era, un simple tatuaje muggle pensarían.
―Encarcelaron a muchos mortifagos, si entonces todos tenían el mismo tatuaje sería muy obvio.
―Ya lo sé, Teddy, pero aquello eran otros tiempo y estos son otros.
―No ―volvió negar Teddy cruzándose de brazos―. Podríamos al menos intentarlo al menos, Harry ―le suplicó Teddy.
Harry dio un profundo suspiro. Podemos intentarlo, pensó Harry mirando el rostro suplicante de Teddy, él era un Auror capacitado que se habían enfrentado a terribles cosas, este mago o bruja que estuviese haciendo estragos no podía ser mucho peor; el problema ahora era Teddy, porque tanto si era una trampa como si era la ubicación era peligroso, Teddy apenas había acabado sus entrenamientos y nunca antes había ido al campo. Entonces, Harry se acordó de sí mismo cuando odiaba que los mayores pensaran que él era solo un niño y no podía hacer frente a algunos problemas. Dando otro suspiró asintió con la cabeza.
― ¡Gracias, Harry! ―exclamó Teddy con una gran sonrisa en sus labios y casi saltando en un pie― Iré a decírselo a Wilson y así me elije para salir al campo.
Harry frunció el ceño, no era exactamente lo que tenía pensado.
― ¡Eh! ―Teddy se dio la vuelta desde la puerta― Nada de Wilson, él no está al cargo de este caso ―la sonrisa de Teddy desapareció inmediatamente, al ver esto Harry se apresuró a agregar con un tono de burla―. Ve y coge lo que necesitas, te vienes conmigo.
Teddy salió disparado por la puerta inmediatamente.
Harry sonrió divertido, cogió su capa y salió de su oficina cerrándola al salir. Nada más dar dos pasos llegó Teddy con su capa una mano y en la otra con un montón de pergaminos.
― ¿Qué llevas allí? ―preguntó Harry señalando los pergaminos.
Avanzaron hasta los ascensores y esperaron su llegada.
―Este ―Teddy señalo uno de los pergaminos― es la dirección exacta donde se encuentra Maddison & Haig; este otro es donde he anotado las frases más resaltantes de las noticias; este otro es mi hipótesis sobre lo que pueda estar haciendo; y este otro son las preguntas de Wilson.
Harry frunció al volver a escuchar el nombre Wilson.
―No pensaras responderlas cuando estemos en Maddison & Haig, ¿verdad? ―preguntó Harry.
El ascensor llegó, abrieron las rejas y entrar, al segundo comenzó a moverse hacia abajo.
―No ―Harry pudo ver por el rabillo del ojo que su ahijado se había sonrojado fuertemente―. Bueno, pero traje el resto para que lo vieras, puede que haya más…
― ¿…Qué no nosotros no hayamos visto? ―Teddy se encogió de hombros y se movió a un lado para dejar espacio a la gente que entraba en el ascensor― ¿Qué hipótesis tienes?
Teddy comenzó a contarle una hipótesis o más bien una película, porque lo que decía era muy extraño. Sin embargo al final, dijo que su resultado era que el hombre podía ser simplemente un metamorfomago como él, que conocía los miedos comunes de los muggles y conocía al mago asustado que había visto a su mujer.
―El final no tiene nada que ver con el principio, pero… tiene sentido ¿no? ―preguntó Teddy.
Harry se quedó mirando el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas cuando las puertas del ascensor volvieron a abrirse. La idea no era mala en absoluto, si lo pensaba bien era bastante parecida a la idea del Boggart que había tenido él; sin embargo no sabrían cuáles eran sus intenciones o qué hacía hasta no saber quién era o dónde vivía. Si solo la persona hubiese hablado o si incluso tuviera seguidores, sería más fácil. Harry no sabía que ordenes dar antes esta situación a excepción de que los Aurores se mantuvieran atentos y dispuesto por si ocurría algo; pero no había nada.
Al salir del ascensor y salir al Atrio, se movieron hasta las chimeneas. Teddy le entregó el mapa de la ubicación de Maddison & Haig y colocó su dedo en la calle Bunsen Street, Poplar.
―La tienda se encuentra justo en la esquina y a estas horas deben de haber cerrado, por lo que…
―…Entraremos por la parte de atrás ―terminó Harry sonriéndole a Teddy, definitivamente Teddy era para esto y él, Harry, estaba orgulloso de ello.
Al entrar en las chimeneas ambos se desaparecieron, el mismo sentimiento extraño en el cuerpo de la aparición invadió a Harry, y al segundo se encontraban en un callejón oscuro y mal cuidado; no había nadie a la vista. Teddy le indicó, al salir del callejón, el cartel que decía con grises letras: Maddison―― & Haig, debajo de él se encontraba una pequeña tienda, que si no se sabía que existía podía salir desapercibida. Justo delante de la tienda se encontraba un hombre viejo y harapiento tirado en el suelo mientras fumaba y hablaba sobre un tal hombre y un botellazo en un bar, caminaron hasta la puerta de la tienda para asegurarse de que no había nadie y entonces el hombre comenzó a reírse y señalar a Teddy.
―Sabe usted cuando vuelven a abrir ―preguntó Teddy inclinándose hacia el hombre.
―El… bo-botelazo… ―soltó una carcajada, mostrando sus podridos dientes y su mal aliento―, Y-Yv… Yvnoeeee… se la llevará ―se llevó la mano con la que sujetaba el cigarro hasta la boca e inhaló fuertemente, al abrir la boca dejo escapar una bocanada de humo. De repente cogió a Teddy la túnica―. Tú mocoso serás… igual o peor… ―Harry empujó al viejo y soltó la mano con la sujetaba la túnica de Teddy.
―Vamos ―gruñó Harry tirando a Teddy lejos del viejo―. Viejo asqueroso ―volvió a gruñir Harry por lo bajo.
― ¿Qué quiso decir con que seré igual? ―preguntó Teddy siguiendo a Harry por otro callejón.
―Seguramente nada, está loco… ―sin embargo Harry no lo creía así― ¿Estás bien?
―Sí ―se quejó Teddy―, deja de preocuparte, piensa en mí como cualquier otro Auror, tú no le preguntas a tus Aurores si están bien cada vez que alguien los toca.
―Es más fácil decirlo que hacerlo ―murmuró Harry―, pero lo intentare.
Dieron unas cuentas vueltas más y por fin consiguieron llegar a la parte de atrás de la tienda, apenas había gente alrededor salvo un grupo de hombres borrachos tirados en el suelo que jugaban apuestas. Harry se sorprendió al darse cuenta que no había mucha seguridad, era una simple puerta de madera vieja; Harry le echó una mirada a Teddy y luego empujó la puerta.
Al entrar se encontraron con unas escaleras a la derecha y una puerta enfrente, Harry cogió a Teddy por el codo y subieron los viejos escalones que de vez en cuando chillaban por el peso. Al final de la escalera había un descanso y justo después otra puerta de madera más robusta.
―Espera ―susurró Harry, deteniendo a Teddy. Levantó su varita y dijo― ¡Homenum revelio!
Esperaron unos segundos, pero nada ocurrió. Dejó entonces que Teddy intentará abrir la puerta, pero ninguno de los hechizos que murmuraba sirvieron
―He probado todos los hechizos que sé ―dijo Teddy girando hacía Harry―. ¿Qué significa eso?
―Significa que tenías razón, este debe de ser el lugar que buscábamos ―Teddy sonrió un poco, pero no parecía tan animado como hace unos minutos en el Ministerio.
Harry se quedó mirando la cerradura de la puerta, mientras movía su varita entre los dedos. Había algo que se le estaba pasando, pensó en todo lo que sabían de esta persona, en los Boggarts y en los metamorfagos; era en esos momentos que deseaba la ayuda de Hermione. De repente todo estaba claro.
―Voy a intentar algo ―apartó a Teddy del camino, dio unos pasos para atrás y corrió de medio lado hasta la puerta.
Un segundo después se encontraba dentro de un estrecho pasillo oscuro, que antes había sido blanco y ahora estaba todo pintarrajeado con rayas, palabras y manchas negras. Harry dejo que Teddy entrará primero y luego él. A medida que avanzaban por el pasillo iban notando un horrible olor putrefacto que hedía aquel lugar, sin pensarlo dos veces se taparon la nariz con la capa, pero el olor persistía. Al terminar el pasillo doblaron y entraron por un arco sin puerta a otro pasillo, donde por lo menos en este habían ventanas por donde entraba la luz; habían dos largas de mesas de madera con repisas y estanterías a cada lado del pasillo, sobre ellas había una serie de extraños artefactos, calderos, botellas de cristal vacías y otras llenas de sustancias, jarras de cristal de diferentes formas, ratas muertas colgadas en un espacio de las estanterías, pieles de serpientes, ranas diseccionadas, una base de piedra(donde seguía habiendo un polvo) y su instrumento para machacar, una serie de piedras triangulares y cuadras perfectas, y unos pergaminos esparcíos junto a unas piezas de mármol con símbolos.
Harry siguió caminando hasta el final del pasillo y echó una mirada a lo que parecía ser una biblioteca, se dio la vuelta y vio a Teddy examinando las ranas diseccionadas con una cara de asco.
― ¿Para qué querría hacer esto? ―preguntó Teddy.
Harry se encogió de hombros y caminó dentro de la biblioteca. La mayoría eran libros de magia oscura y muertos, pero lo que le llamó la atención a Harry era encontrar el libro de Los cuentos de Beedle el Bardo, para qué iba a querer esta persona un libro de niños, ¿Por la misma razón que teníamos Dumbledore, Voldemort y yo? se preguntó asustado.
― ¡Harry! ―Teddy estaba examinando ahora los pergaminos y las piezas de mármol―. Creo que he encontrado algo.
Harry caminó a grandes zancadas hasta Teddy e intento leer los pergaminos, pero todo estaba escrito en runas.
― ¿Lo entiendes?
―Sí ―respondió Teddy, su voz notaba angustia pero tenía una pequeña sonrisa en los labios―, Hermione sigue enseñándome más cosas y regalándome libros en runas.
―Eso es genial.
―Depende de cómo lo mires, porque lo que creo que dice no es bueno ―Harry frunció el ceño y le alentó que siguiera―. Si he entendido bien esta persona quiere resucitar algo… ―el corazón de Harry dio un vuelco, ¿Resucitar? Creo que esto es peor de lo que me imaginaba―. Quizá pueda averiguar algo más si resuelvo esto ―dijo Teddy señalando las piezas de mármol.
―No creo que debamos tocar nada más y menos tú ―Teddy hizo una mueca de fastidio y dejo los pergaminos en la mesa― Este lugar me está dando muy mala espina. Debemos salir de aquí pronto.
―Pero, Harry, ya hemos llegado aquí, tan solo déjame descifrar lo que dice aquí.
Harry cerró los ojos y negó con la cabeza, luego se paso una mano por la cara y suspiro.
―Está bien, pero ten cuidado, ¿quieres?
Teddy asintió con la cabeza, corrió más cerca de la mesa pero, como era típico de Teddy, tropezó con algo e intento cogerse de la mesa para mantener el equilibrio pero las piezas cayeron. Harry se apresuro al lado de Teddy y lo empujo atrás de él; espero pero nada ocurrió.
―Te estás volviendo un poco paranoico ―rió Teddy.
―Y tú muy confiado. Teddy, hay que mantenerse alerta, cualquier podías haber sucedido ahora ―le regañó Harry.
Teddy se encogió de hombros y recogió las piezas. Harry se mantuvo atento por si algo ocurría, mientras Teddy intentaba descifrar ahora como iban colocadas. No supo cuanto tiempo había pasado, pero parecían años y Harry estaba empezando a cansarse. No fue hasta cuando el pasillo estaba empezando a pintarse de naranja, cuando Teddy por fin había terminado.
―No sé si tiene mucho sentido, pero dice: cuerpo y alma unidos en un tiempo por otro ser. ¿Qué crees que significa? Parece como si estuviera invocando algo…
Pero Teddy no pudo terminar de hablar, en ese mismo instante las piezas empezaron a brillar cegadoramente poco a poco. Harry empujó a Teddy fuera del camino y se coloco delante de él con la varita alzada, pero algo le decía que la varita no le ayudaría.
― ¡CORRE! ―gritó Harry, cuando empezó a sentir que el suelo temblaba.
Todo empezó a dar vueltas, le faltaba el aire parecía que a medida que daba más vueltas sentía más una opresión en los pulmones que le impedía respirar, de repente sintió mucho frío y una inmensa tristeza le invadió, no sabía que estaba sucediendo; luego escucho un grito a lo lejano, su primer pensamiento fue en Teddy tenía que ayudarlo, pero estaba muy cansado… y se dejo caer en un líquido viscoso que tambaleaba y traqueteaba.
AOT
Hola, sí he vuelto con una nueva historia y está es sobre viajes en el tiempo, y como dice el resumen Harry volverá a ser un niño de 13 años, pero este no es un fic como todos los demás que tienen que arreglar el futuro, este tiene un secreto oscuro que en cierto sentido puede que ayude a Harry o puede que no. Los primeros capítulos, Harry debatirá qué hacer: si debe cambiar el futuro o no y de cómo ayudara a Sirius. A medida que vaya avanzando en la historia realizare unas encuestas para que vosotros también decidáis como queréis que vaya este fic, y por supuesto también se aceptan ideas.
Espero que os haya gustado y que me comentéis y me digáis si debo seguir o no.
P.D.: para los que haya leído Maldición de una Serpiente, les aseguro que sigo trabajando en los puntos de vista de Lily, James, Sirius y Remus cuando Harry se enfrenta a Voldemort en Gringotts.
