Otra vez nuevamente aquí, suelto un fuerte suspiro como es posible que mi padre aún piense que puedo "reformarme", no soy como los otros lo sé, no puedo pelear contra dragones, no quiero hacerlo, es decir son criaturas vivas como podría no sentir algo de lástima por su muerte, no definitivamente no, yo sabía esto no era para mí, pero claro como los padres no se caracterizan por oírnos atentamente y permitirnos hacer lo que se nos venga en gana; heme aquí nuevamente en el entrenamiento para cazar dragones tras haberme escapado con éxito la última semana, aún me pregunto porque esa obsesión mal sana de mi padre, ya es cierto dentro de mi familia se han destacado grandes cazadores, sin embargo yo solo quiero romper con la tradición familiar y me he negado rotundamente a asistir a esta masacre, entiendo que desde que un dragón se acercó a mi sin hacerme el más mínimo daño y todos miraban anonadados la situación antes de que mi padre lo matara frente a mis ojos, todos pensaron que podía ser alguien especial quizá una especie de prodigio "diferente", pero jamás he pensado en levantar un arma en contra de aquellas nobles criaturas…
Creo que nací en el momento equivocado, como maldigo mi suerte de no haber nacido mujer en primer lugar y en esta época de bárbaros donde la ley es "mata o muere" quizá mi suerte habría sido diferente, quizá no me estarían forzando ahora a tomar este entrenamiento ya han sido tantas veces las que me he negado a participar que perdí la cuenta de cuantas he estado frente a la puerta de la arena y me he dado media vuelta a ir a aprender otras cosas de "más" valor, ya sea escapar por las tardes con los artesanos o ir a cantar con los juglares que llegaban de visita, incluso me instruía en el arte de la herbología con la anciana de Berk, claro mi padre por supuesto no estaba al tanto de mis regulares escapadas, hasta ahora, pues mi edad para el entrenamiento estaba en el límite, ya no puedo escapar y para asegurarse de eso han dejado a la pared andante de Estoico el basto, el primogénito del jefe, y uno de los instructores, en resumen mis posibilidades de saltarme esto eran cercanas a cero y claro no podía evitar sentirme al igual que una fugitiva pues el ha venido en calidad de carcelero o como los demás dicen "cuidador", estoy segura de que la mitad de la aldea sabe que es para que vigile que esta vez si entre a la arena y cumpla mi entrenamiento como todos los demás jóvenes vikingos.
Aunque realmente preferiría estar con Gothi ahora aprendiendo las artes curativas o adivinatorias. Pero me repito a mi misma un paso en falso y con solo el movimiento de su mano Estoico el basto podría devolverme a mi lugar y dejarme en la arena para ser carnada de dragón, creo que ya debía resignarme. Siento una pesada mano tocar con suavidad mi hombro me volteo y noto que he estado parada en el umbral de la arena todo este tiempo, solo sopesando como escapar o maldiciendo mi destino.
-¿No crees que si te quedas mirando tendrás que seguir viniendo?- dice con su voz ronca y grave mientras aun intento que en mi mente surja alguna gran idea que me ayude a evitar este suplicio una vez más. -Es tu destino Valka no eres la única que pasa por esto- dice en un tono paternalista que no me agradó del todo. ¿Que era mi destino? pensaba con ganas de gritarle a medida que nos acercábamos al centro de la arena. No creo que algo como eso era a lo que estaba destinada, yo quería conocer nuevos horizontes quizá no tenía el mismo ideal que el, yo no era uno de ellos, evidentemente; en primer lugar no quería matar dragones, segundo mi apariencia no era ni cercana a ninguna de las chicas de por aquí, es decir no tenía sus músculos y ni hablar de su delantera, definitivamente esta no debía ser mi vida, me estaba resignada a jamás poder adaptarme. Es cierto todos pasaban por esto y en realidad exageraba un poco viendo esto como una masacre, pero después de aprobar este entrenamiento saldría al mundo como uno de ellos un depredador, un asesino de dragones y yo no quería eso, pero ya estábamos empezando y todos los demás ya se encontraban ahí veía caras emocionadas todos hablando de la clase de cicatrices o magulladuras que podrían obtener como trofeos de guerra o de los dragones que querían matar, Estoico mi "niñera" se alejo de mi lado, aunque en este momento quizá si deseaba tener al hijo del jefe a mi lado el hecho de pensar hacerle daño al dragón que saliera del establo me hacía estremecer.
-Al parecer no puedo volver a salir de esta- dije en un susurro solo para mí pensando en voz alta, mientras veía como Bocón mi viejo amigo en reemplazo del hermano de Estoico, Patón, estaba a cargo de enseñar la noble disciplina de la caza de dragones junto con Estoico el día de hoy, no me preocupaba en lo absoluto lo que planeaba hacer; sino lo que harían mis compañeros para defenderse en su mayoría eran algo menores que yo, por lo que sus acciones guiadas por el miedo podían ser impredecibles aunque poco certeras para mi alivio, así ningún dragón sufría heridas muy graves o mortales.
-Bueno es hora de liberar a la bestia- dice dramáticamente Bocón al tirar de la palanca, mientras todos contienen el aliento, miro a mi alrededor me he perdido bastante de clase al menos es solo lo teórico aunque creo que debí haber elegido mejor que parte evitar la practica no se destacaba por darle leche caliente de yak al dragon y mandarlo a dormir era algo más rudo, escucho al dragón no esta de buenas y veo por el rabillo del ojo que hay escudos desperdigados por el suelo, una buena defensa que con fortuna no le haría daño a un dragón aunque debiese defender mi vida, en el lapso en el que me lanzo al escudo, veo como Bocón cavila como si hubiese olvidado algo mientras el grupo de nuevos reclutas sale disparado para todos lados huyendo de la criatura que volaba sin dirección definida arremetiendo contra el que estuviese más cerca, reconocí al dragón como un Gronckle, no recordaba su clase o especialidad pero al menos tenía el… ¿escudo?.
Escucho un grito a lo lejos, aparentemente alguien casi es alcanzado por las llamas del dragón, o mejor dicho lava -Creo que olvidé algo- escucho que Bocón grita a Estoico a lo lejos, mientras busco refugio apoyándome con el escudo -Quizá debiste decirles que necesitaban algo para protegerse en primer lugar- grita Estoico a Bocón y al instante se dirige a todo el grupo -¡¿Los que aún no han tomado un escudo que esperan?!- y con una velocidad impresionante los escudos desaparecen del suelo, noto que Estoico me dirige la mirada levemente quizá para comprobar que aún no haya escapado, aunque creo que su razón era otra, solo por arriesgarme a soñar siento que vi una leve sonrisa en el al notar que a estaba preparada y a resguardo con el escudo.
Somos doce reclutas aparentemente el doble que la cantidad de tiros del dragón, en cuanto termina de lanzar su ultimo tiro me acerco para que pueda entrar nuevamente al establo pero sin violencia, sin embargo se lanza hacia mi, no hago nada para detenerlo, espero que se calme que se de cuenta de que no deseo hacerle daño, de que no quiero empeorar esta guerra, sin embargo escucho un fuerte estruendo, el dragón yacía inconsciente en el suelo y Estoico esta delante mío, Bocón se encuentra a medio camino sorprendido aparentemente el también había visto que podía pasar pero el hijo del jefe reaccionó primero, el era un hombre de pocas palabras protector, enorme, tenía una cabellera cobriza abundante y una barba que prometía ser prominente. Mira a los demás antes de dirigirme la mirada a mi y les dice -La clase acabó por hoy mañana traigan un arma nos enfrentaremos a otra especie- y ya cuando sale el último de ellos me mira fijamente pero no puedo leer sus ojos su tono es evidentemente irritado -¡¿Cómo se te ocurre semejante idea?!¡¿Te paralizó el miedo Valka?!- dijo casi a gritos, no sabía en que momento me había empezado a llamar por mi nombre, fruncí el ceño no quería sermones y menos de el, acababa de noquear a un dragón, … y claro salvar mi vida pero de todos modos había hecho daño a un dragón. Bocón me miraba sabía en que estaba pensando y en cuanto yo perdiera los estribos y comenzara a oponerme en un discurso interminable el haría su aparición, no conocía mucho a Estoico por eso era cuidadoso, es más quizá hasta yo tenía una relación más cercana con él. -Ya se que hice mal que debí haber respondido que no me debí haber mostrado débil, pero no puedo- le entregué el escudo al empujarlo a su pecho -Soy completamente incapaz de hacer daño a algún dragón menos si es por entrenamiento- El me mira irritado pero con un aparente deje de preocupación -¿Y si es por tu propia vida? Somos vikingos es lo que hacemos- desvío la mirada de el sus ojos me penetran demasiado como para soportarlo es como si pudiese ver mi alma, odio eso, porque tendrá esa capacidad será el carisma asociado a un jefe, creo que debía dejar de pensar en eso -Yo no quiero ser un vikingo- concluyo en voz baja y me alejo de la arena.
En mi vida había tenido una mañana tan poco productiva como lo era entrenar para matar dragones, no entendía la lógica y el avance del grupo no era lo que se podía llamar veloz, esto solo nos preparaba para algo horrible, pensaba inundándome en mis pensamientos hasta que escucho un par de pasos tras de mi, como no, Bocón venía en mi busca, realmente le apreciaba, pero solo quería estar sola ya era bastante que el segundo al mando me regañara no podía soportar otra reprimenda en el mismo día y ni pensar que me diría mi padre si se enteraba, quizá eso fuera positivo y me dejara tranquila sin tener que enfrentarme a los dragones.
-Te ves tremendamente feliz, ¿Cual es tu secreto?- le miro con una cara de pocos amigos y el prosigue monologando -¿Ya anímate que te parece ir conmigo a la herrería?- le miro suspicaz y le respondo -Tu solo quieres mano de obra- a el se le escapa una sonrisa -parece que aún puedes hablar, ¿Pero podrás con un mazo?- se burla, le vuelvo a dar la misma mirada pero ya pasando de a poco mi enfado -Entrégame uno y le demostraré a tu cabeza que tan buena soy con el mazo- le digo entre broma y ganas de lanzarle uno realmente -Mientras me ayudes con los pedidos- sonríe, sabe que no me puedo resistir a meter mis narices en la herrería por lo general el me saca de ahí después de todo soy mujer mi trabajo no esta ahí sino que en la cocina, sin embargo el sabe tan bien como la mitad de la aldea que mis guisos pueden ser más letales que cualquier espada ni toda la flota de los Berserkers soportaría tal ataque.
Ya en la herrería nos dedicamos a trabajar cada uno en silencio, esta actividad puede mantenerse en calma mientras no llegue el herrero oficial el cual será suplido por Bocón cuando ya no pueda cumplir con sus deberes, cosa que no tardaría mucho pues era un viejo que realmente nos sorprendía como se mantenía en pie e incluso luchando contra dragones. Era un viejo bonachón me enseñaba a escondidas de mi madre el arte de la forja cuando debía aprender a hacer el pan, quizá si debí haberme quedado con ella en esos momentos, aunque realmente me encantaba que nadie pudiese soportar mi comida me evitaba trabajos molestos en el gran salón gracias a mi noble reputación de ser una cocinera peligrosa. Y de todos modos así conocí a Bocón alguien lleno de historias impresionantes sobre grandes luchas aunque a estas alturas no sabía cuales eran invento y cuales reales, pero me divertía oírlas de todos modos.
Ya terminando con los trabajos del día en la mitad del tiempo, nos dirigimos al gran salón por una merecida cena, aunque en realidad no quería aparecer por ahí quizá que rumor se había extendido ahora, froté mis manos antes de subir el primer escalón y bocón me miró y para relajarme comentó algo -Con esas manos jamás conseguirás un marido- le miré con sorpresa no me esperaba eso y le di un codazo -Y tu tampoco- le dije fingiendo molestia e imitando su tono burlesco, entramos con la multitud hambrienta que se congregaba en el lugar en ese momento, vi como todos los del entrenamiento estaban cuchicheando en una mesa, trague hondo no me sentía con ánimos de otra reprimenda ahora cuando casi había olvidado lo sucedido. Me despedí de Bocón y me acerqué a la mesa donde estaba ubicado mi clan. Esperando la reprimenda de mi vida sin embargo no hubo comentarios al respecto, solo preguntas que tal había sido mi primer día, si no había causado molestias, que si había agradecido a el hijo del jefe por ser amable conmigo entre otros comentarios, todos parecían tan emocionados por tener a otra promesa en la caza de dragones. Al parecer Estoico había controlado bien la situación y solo se sabía de mi gran velocidad de reacción y reflejos en el campo de entrenamiento.
Dirigí una mirada a la mesa donde estaban comiendo los líderes vi como el me miraba, y le di una sonrisa sincera ya no estaba enfadada, es más me sentía incluso agradecida de que esto no hubiese salido a la luz, ya que mantenía mi integridad intacta y mis padres sin presionarme.
Una vez terminé de cenar y recoger lo que había usado salí del gran salón, mi familia aún estaba ahí disfrutando en grupo mientras que yo me había retirado con la excusa de estar agotada, sentía el viento helado golpear sobre mi cara probablemente llovería esta noche, los dragones no deberían salir, me pregunto mientras me siento a los pies del gran salón en uno de los primeros escalones, que se sentirá volar, como será que lo hacen los dragones, debe ser una sensación de libertad increíble… En eso siento un calor conocido a mi lado que me saca de mis ensoñaciones, es Estoico.
-¿Deseas algo?- le pregunto sin mirarlo con la vista aún fija en aquel cielo próximo a desaparecer en la capa de nubes -¿Puedo?- pregunta, sorprendiéndome con el gesto, el es tan diferente a los demás vikingos, finalmente le vuelvo la mirada cuando termina de sentarse a mi lado acomodándose como puede en el pequeño escalón de piedra para evitar resbalar. -Me gustaría ofrecerte algo Valka- dice mirándome serio, a lo que yo levanto una ceja intrigada, el continua -Me gustaría entrenarte personalmente- me sorprende realmente su propuesta es cierto me salté un par de clases, bueno más que eso, pero tan indefensa me veo, no creo que jamás use habilidades de batalla o que llegue voluntariamente a querer participar en alguna batalla, pero reconsidero su propuesta parece haber algo más oculto así que pregunto sin rodeos -¿Tan indefensa me veo?- El duda antes de responder, sopesa sus palabras no como Bocón o cualquiera de los otros que no piensa ni un segundo antes de hablar -Si y no, puedes defenderte sola, pero aquello no sirve de nada si no sabes como explotar tus habilidades al máximo- le miro examinando todo lo que dice, no puedo negar que tiene razón el incidente de hoy es solo una prueba de que me quedaré congelada por mis ideales, y perderé mi vida por un dragón, si no puedo protegerlos por no protegerme a mi misma esto no tendría sentido alguno al menos puedo intentar cambiar en algo este lugar.
Y en ese momento dije la palabra que cambiaría todo -Acepto-
Los personajes son de Dreamworks y a Cressida Cowell (ya quisiera que yo que fueran mios :( )
Gracias si llegaron hasta aquí, cualquier sugerencia se agradece :') (ya que …creo que no recuerdo como escribir XD)
En fin he intentado hacer que los personajes no perdieran su esencia (aunque no creo que haya resultado del todo), bueno solo quise darme el gusto pues quiero hacer algo que me ha estado dando vueltas desde la primera vez que vi la segunda película ,como es que dos personas tan diferentes se enamoran y pueden ser tan devotos, admito que todo partió de ahí y viendo la serie también quería intentar imaginar la forma en la que Bocón y Estoico se volvieron los grandes amigos que son ahora… o que eran ¬¬U
