Pequeña historia, apenas un puñado de palabras. Mañana sin falta estará posteado el capítulo 64 de mi otra historia.


El tiempo se detiene en los relojes cuando ellos dos se miran, cuando se pierden uno en los ojos del otro.

El tiempo se detiene en los relojes cuando ellos dos hablan, los susurros encerrando palabras murmuradas en un idioma que es sólo comprendido por sus corazones.

El tiempo se detiene en los relojes cuando sus labios rozan los de ella, los besos sellando un pacto de amor que jamás podría ser roto.

El tiempo se detiene en los relojes cuando sus dedos se entrelazan, la unión de sus almas materializada en algo físico y visible para los ojos humanos

El tiempo se detiene en los relojes cuando ellos dos se abrazan, y el mundo gira más despacio, al compás de sus latidos, que repiten constantemente esas mismas palabras murmuradas en un idioma que es sólo comprendido por sus corazones, ese idioma que los dos inventaron, ese idioma en el que se hablan al oído.