Líneas en blanco
Antes que nada quiero aclarar que los personajes de Naruto pertenecen uncamente a Masashi Kishimoto - sama solo el puede crear personajes e historias tan originales y adictivas :D
nota: en este fic aparecerán algunos personajes que salieron de mi cabeza (despues de tomar mucho sake xD) conforme vallan apareciendo en cada capitulo les daré pequeños detalles de ellos :D
Finalmente: esta es mi pequeña contribucion para el primer aniversario de la Comunidad Irresistible Naranja :D se lo dedico a todas mis hermanas que me han recibido como solo lo sabe hacer una familia :D y en general a cualquier persona que se tome la molestia de leer mis ocurrencias :D
Capitulo 1: ¿Cómo empezar?
-Querido Minato – Después de escribir esto, hizo un puchero, ¿Por qué no le gustaba como sonaba? Hizo bolas la hoja y volvió a empezar
- Minato – Ahora le parecía muy seco, se quedo pensando unos segundos y volvió a desechar la idea
- Hola – que rayos le pasaba… si tenía esos problemas en el saludo, ¿Cómo seria lo demás?
- ¿Qué te parece mejor algo como: hola ricitos de oro? – Se burlo el Kyubi dentro de su mente
- Cállate o te corto cada una de tus colas y te las pongo de falda – respondió exasperada la pelirroja
Decido dejar la tarea por el momento y se dispuso a prepararse un plato de Ramen, pero por más que trato de demorarse, no se llevo mas de media hora, a pesar de que había lavado todo lo que ocupo – maldita sea—pensó para sus adentros – yo y mi estúpido acorazamiento con el Ramen – Sin nada mas que hacer, se dirigió a su recamara para terminar esa carta que había pospuesto desde mas de un mes.
Entro, cerro la puerta, tomo un pergamino, pensando que era mas practico que un montón de hojas y se dispuso a el tiempo y solo permanecía apoyando su mano sobre el papel, sin escribir nada, pero no era porque no tuviera nada que decirle, al contrario, quería decirle tantas cosas que se había guardado desde que la rescato, decirle o mucho que le agradecía por salvarla, por devolverle la fe, por hacerla sentir por primera vez en casa, pro primera vez parte de Konoha, pero no sabia por donde empezar, ¿Y si antes de terminar de leerla se aburría? ¿Y si no le entendía a su letra? ¿Y si se le hacia una tontería todo aquello?... se detuvo ante ese pensamiento, Minato seria incapaz de pensar eso, él era, no, ES una persona muy amable, y jamás pensaría de esa forma de nadie, porque así era el, amable, entiéndase como una persona que provoca que la amen, no por nada tenia un club de fans, que en la opinión de la Uzumaki, eran solo una bola de viejas calenturientas sin nada mejor que hacer que molestar a una persona que no se atrevía a darles su merecido por ser muy educado y atento.
Regreso su atención al pergamino, dejando a un lado a las tipas gritonas que la ponían de un humor peor que el del Kyubi. Trazo una línea para escribir sobre ella un saludo en otro momento y comenzó a escribir:
Gracias, gracias por rescatarme aquel día, no te imaginas la desilusión que inundaba mi mente antes de que tu llegaras, me sentía desdichada, estaba convencida de que nadie me extrañaría, que nadie notaria mi ausencia, que incluso tal vez hasta se alegraran de no tener que lidiar un día mas con la molesta Kushina Uzumaki, y así, me fui hundiendo en mi tristeza hasta ese momento en el que acudiste, desde ese día. ¿Te acuerdas de lo que me dijiste ese día? Dijiste que ante tus ojos no era una forastera, sino una compañera de Konoha, y que jamás abandonarías a una camarada, después de eso creo que ya no soy la misma, tal vez sigo siendo ruda, salvaje, poco femenina, altanera, prepotente, irrespetuosa, gritona, escandalosa, pero a pesar de todo eso, ahora soy mas feliz, tengo amigos y todo gracias a ti, que me abriste los ojos y me mostraste una Konoha diferente, una donde las personas saben quererte sin importar de donde vienes.
Se supone que tendrías que estar leyendo esto un día después de que me salvaras, pero sabes que, olvídalo ttebane!
Cuando termino de escribir esa ultima línea tenia una sonrisa en a cara, pues estaba satisfecha con su trabajo, solo había un pequeño detalle que no le agradaba, y era esa línea en blanco – Que mas da ttebane! Cuando se me ocurra algo bueno lo escribiré y se la entregare o me dejo de llamar Kushina Uzumaki.
Pasaron varios meses y en la recamara se Kushina se podía apreciar cierto pergamino naranja un poco empolvado en su pequeño buro, junto a un despertador bastante maltratado debido a los golpes violentos que reciba cada mañana y unos embaces de Ramen vacíos.
Comenzaba a anochecer, Kushina estaba chocada pues, aunque fue su día libre, tubo que pasar el día completo con su amiga Mikoto, la verdad es que le encantaba pasar tiempo con ella y con Hana, pero esta vez fue diferente pues su amiga había empezado a salir con el futuro líder del clan Uchiha, o como ella prefería llamarlo, Fubaka, y su amiga, cuando no estaba con el susodicho, se la pasaba parloteando sobre este, que si Fugaku la llevo a tal lado, que si la beso tantas veces y de tal forma, que si sus labios sabían a no sé que, que si sus ojos eran tal, que si hablaron de sepa Kami que, que si la tomo la mano, que si la abrazo en frente de todos, que si se sentía de X forma a estar con el, en fin, todo un rollo de patrañas según ella, que le dolía la cabeza únicamente al recordar la charla, o mejor dicho monologo de su amiga.
Se tumbo en la cama y giro su vista hacia el buro, sin pensarlo dos veces tomo el pergamino, saco una pluma de un cajón, se apoyó en la cama y comenzó a escribir, dejando una vez mas una línea en banco, pues aun no se le ocurría la forma adecuada de dirigirse a él, (¿por qué otra razón estará el pergamino ahí?):
Sabes, hoy estuve todo el día con Mikoto, ¡¿sabias que ya es novia de Fugaku? Tal vez si, pues él es tu amigo, pero no dudo que el muy idiota no te haya dicho nada, no es muy expresivo que digamos ttebane!, aunque según mi amiga, con ella es otra persona, la verdad me aburre hablar de eso. Por favor, si algún día también me encuentro en esa situación con alguien –se detuvo un momento, pues estuvo a punto de escribir contigo en lugar de con alguien- , no dejes que me comporte de a misma forma melosa e idiota como ese par, si descubro que no has cumplido con tu palabra, desearas que el mismísimo Kyubi te comiera vivo para evitar el fatal destino que te esperará con la habanera sangrienta ttebane!
Te preguntaras, porque dos cartas en el mismo pergamino, y porque son de fechas muy lejanas, pues es una historia muy larga, prometo contártela a cambio de un plato de Ramen, o ¡mejor que sean dos!
Después de solo dos semanas, otra vez se observaba una Kushina igual de aburrida, la razón, la misma que la de la vez pasada, día libre en compañía de sus amigas, y resulto doblemente tedioso pues ahora Hana estaba igual que Mikoto, solo que con Haiashi.
-¡Que demonios le ocurre a la juventud de ahora!—exclamo para si misma
-¡solo falta que dentro de un mes me salgan con la noticia de que voy a ser tía ttebane!—ahora dijo esto jalándose algunos mechones de su singular cabello
-Acéptalo, tienes miedo de quedarte más sola que la vieja Tsunade—Le dijo el Kyubi, que se encontraba de lo más divertido con el pequeño berrinche de la pelirroja
- Valla, creí que habías muerto—contesto mas tranquila de lo normal debido a que le había causado gracia el comentario sobre su sensei
- ¡Óyeme bola de pelos mal oliente! No tengo miedo a ese tipo de cosas ttebane! – Regaño al zorro entendiendo demasiado tarde el comentario del nueve colas.
De manera inconsciente tomo el pergamino naranja de su buro. –Línea blanca—fue en ese momento en el que se percato de lo que estaba haciendo, pero sin darle importancia continuó con el escrito dejando que sus pensamientos se plasmaran en el papel.
¡Puedes creerlo! Ahora Hana esta en la misma situación que Mikoto, y es tan repetitivo, mis dos mejores amigas emparejadas con los dos mas simplones, caras largas y amargados de toda Konoha, y por si fuera poco, por una extraña razón también son tus mejores amigos, definitivamente, el destino quiere fastidiarme, de eso no hay duda, pues ahora la tortura es doble, pues los monólogos corren por doble cuenta, creí que tal vez Hana seria diferente pues ella es mas callada y reservada pero según palabras de ella: "el amor te cambia" valla molestia. Otra vez te exijo que no dejes que yo cambie por esas babosadas, y no te preocupes, que yo también me encargare de que tu no lo hagas cuando estés también como esos dos, pfff, me aburro y al mismo tiempo me molesta pensar que estarás igual que esos con una de esas tipas escandalosas, metiches, acosadoras, pervertidas y buenas para nada que andan tras de ti como manada de perras en brama –extrañamente la chica de ojos violetas no se dio cuenta de lo que escribió, pues si hubiera sido así, seguramente lo habrá desechado—Bueno, a pesar de que resulta una tortura para mi, parece que ellas están felices con ese par, y si ellas están felices, lo estaré yo también, pero muy muy muuuy en el fondo y espero que ellos también lo estén con ellas, pues esos idiotas no podrían conseguir nada mejor, no hay mejor opción que mis amigas, bueno, tal vez yo, pero ni por una dotación de por vida de Ramen me fijaría en tan poca cosa como lo son ellos. O ¿tu que piensas Mina-chan?
Y así, volvieron a pasar los meses, poco a poco Kushina se fue acostumbrando a todo ese ambiente amoroso en el que la envolvían sus amigas, no es que ahora le resultara agradable, sino que simplemente aprendió a no darle importancia.
Ese día amaneció con un calor de los nueve biujis, pero a pesar de eso, Kushina se levanto muy descansada después de dormir como nunca lo había hecho, o al menos desde las anteriores cinco semanas, pues se había encontrado en una misión muy tediosa para ella, pues por ser la jinchuriki del Kyubi, no la dejaban estar en la división de ataque por temor a que fuera capturada (conociéndola como era, se enfrascaría en una batalla con el enemigo sin antes escuchar un plan y por lo tanto, seria un objetivo fácil) y esta vez, el rubio no estaría lo suficiente cerca para rescatarla, ni siquiera para enterarse de lo sucedido a tiempo.
Pero tampoco la dejaban retornar a Konoha, por lo que todo ese tiempo se la paso enfurruñada por no tener un poco de acción (como decía ella) sin embargo, no se atrevió a desacatar las ordenes del capitán del equipo, pues una de las pocas características positivas que poseía la kunoichi (pocas para la mayoría de las personas, excepto para sus amigos, y sobre todo, para cierto ojiazul) es que era una excelente Shinobi, y como buen Shinobi siempre respetaba las reglas o al menos la mayor parte del tiempo.
Volviendo al presente, en las calles de Konoha, para ser mas exacta, en el puesto de Ramen Ichiraku, se podía ver a una pelirroja sentada en la barra devorado un plato de su alimento favorito, lo que pocos sabían era que este era su séptimo plato, y a parecer el ultimo, o eso le susurro su bolsillo, y de manera inconsciente, ella estaba esperando la llegada de alguien, alguien que siempre la acompañaba a la hora sagrada (entiéndase hora del Ramen), alguien que solía ser puntual a la cita extraoficial, pero que esta vez estaba tarde, muy tarde. Sin más apetito (por el momento) la chica se levanto un tanto molesta de su asiento, dejando atrás el dinero de la cuenta.
-Ya no le interesas—le susurro una voz que buscaba provocarla.
-No sé de que me hablas colitas—Contesto con indiferencia la pelirroja. Acto seguido, la vocecita se callo, no le gustaban los diminutivos, y en especial ese que era tan ridículo, y eso, la de los ojos violetas lo sabia muy bien.
Abochornada por el calor que hacia, se dirigió al bosque, razón: un chapuzón en el lago mas cercano de donde ella estaba, sabia perfectamente como llegar, pues no era la primera vez que o visitaba, hace algún tiempo, cuando ella desconocía de su existencia fue acompañada por un rubio de ojos azules y habían pasado todo el día a la orilla de este, recostados sobre el pasto, uno al lado del otro, tratando de encontrar formas en las nubes, y platicando de cosas tan simples, pero que mas de una vez les sacaron una sonrisa, e incluso algunas carcajadas, de esas que duelen en el estomago y con el riesgo de terminar con los pantalones (short, en el caso de ella) mojados.
Cuando llego a los arbustos que ocultaban dicho lago, escucho el salpicar del agua, que indicaba que alguien se había introducido en ella, pensó en retirarse, no tenia ganas de estar en aquel lugar con nadie que no fuera ella misma, dio media vuelta, pero antes de desandar el camino se detuvo, pensando que tal vez seria su amigo el que estaba ahí– El muy desgraciado no me aviso que vendría—pensó la Uzumaki, volvió a dar la vuelta, dispuesta a descubrir a la persona que se encontraba ahí, pobre del Namikaze si se trataba de él.
Atravesó la pared de arbustos y o que descubrió la dejo petrificada, con sus ojos violetas abiertos como platos le ardían, y comenzaron a llenarse de un liquido que ella odiaba mostrar en publico, sin saber que hacer, parpadeo dejando escapar esas gotas que (según ella) mostraban debilidad huyo de ahí corriendo con los ojos cerrados, tratando de evitar el escape de mas lagrimas, pero fue inútil, estas lograban colarse a través de sus parpados y resbalar por sus mejillas.
Lo odiaba, lo odiaba todo, odiaba a Natsuki, esa estúpida chica con la ropa mojada y tumbada en el suelo, odiaba ese cabello castaño con pequeños destellos rojizos que se colaban a través de los largos mechones ondulados de manera irregular, odiaba recordar su nombre, odiaba el estúpido calor que la había arrastrado a ese lugar, odiaba ese vacío en el corazón que causaba el escape de su debilidad por sus ojos, odiaba el camino tan largo que le impedían alejarse mas de ahí, y en especial, lo odiaba a él, al causante de todo lo que le pasaba, el idiota que la había abandonado ese día, el idiota que la había traicionado, al idiota con un cabello como el sol inundado de pequeñas gotas de agua que se escurrían por ese maldito rostro inclinado hacia ella, con sus malditos ojos como el cielo cerrados al mundo externo, y sus malditos labios unidos a los de ella. Después de lo que pareció una vida llego a su casa, se tumbo en la cama, boca abajo y con su rostro escondido en una almohada, mejillas surcadas por lágrimas que resbalaban de manera constante desde sus ojos, ojos que se encontraban cerrados pero con una imagen (demasiado clara para su disgusto y tristeza) tatuada en sus parpados:
Natsuki siendo besada por Minato Namikaze.
Como pudieron observar, el nuevo personaje es nada mas ni nada menos que: Natsuki, como no soy nada origina solo se me ocurrió introducirme a mi misma en la historia con otro nombre xD
