Muchas cosas pasaron en la vida de Sara en 1880. Conocer el mundo fue una de ellas.
Sara caminaba por las calles del centro de su capital. Las nubes en el cielo lucian grises. Parecia que un aguacero tipico de la temporada no tardaria en caer, aun asi, ella tenia que llegar a esa cita Estaba impecable. El maquillaje mas sencillo posible, su cabello ligeramente ondulado cayendole por la espalda y un vestido purpura que hacia juego con el sombrero. Ambos recien traidos de Paris. Como pudo, la mujer alzo un poco la parte posterior de la prenda. Asi, la tela no entraria en contacto con el suelo.
A instancias de su nuevo jefe, Mexico se habia visto obligada a fortalecer sus relaciones diplomaticas con las naciones del mundo. Aquello sin duda era tedioso, ya que despues de practicamente 80 años sin paz, lo que menos deseaba ella era tener que presentarse ante los demas paises en un intento por demostrar que la barbarie y el atraso ya no la gobernaban. Cuando lo cierto era exactamente lo opuesto.
Lo unico que ella desaba era que la dejaran tranquila.
La joven llevaba en manos un maletin con contratos mercantiles que debia entregar a su vecino del norte. Alfred.
Inmediatamente el rostro del rubio comenzo a darle vueltas en la cabeza y con el, las demas caras aparecieron.
Antonio, Francis, Arthur…
Aparte del cerdo de su vecino, esas eran las naciones con las que mas problemas tenia.
Por mas tiempo que pasara, daba igual si eran semanas, años o decadas, la joven no podria olvidar todos los problemas y dolores de cabeza que le habian hecho pasar.
Aun podia recordar cuando el frances tuvo el atrevimiento de invadirla. Luego de tantos meses guerreando y bajo la sombra de un gobierno dividido, la mexicana saboreo su primera victoria como una nacion independiente.
Y tambien con ello, la primera vez que podia desquitar su frustracion contra alguien que era su enemigo. Rememoro la ultima pelea que habia librado con Francia.
Al hombre le disloco el hombro, rompio su nariz y lo golpeo hasta que los nudillos le sangraron. Se detuvo cuando el europeo se rindio. Ese dia y sin contemplaciones lo noqueo.
Ella se quebro los dedos en proceso.
Sacudio la cabeza y se concentro en lo que estaba por hacer. Cuanto mas se acercaba al lugar acordado, las manos comenzaban a sudarle. Sin duda se estaba poniendo nerviosa. Temia echar todo a perder.
Por otra parte, Alfred esperaba pacientemente en un restaurante. Se emociono ante la idea de que dentro de poco llegaria su vecina.
No podia ocultar su alegria. Despues de tanto tiempo por fin la veria.
Se acomodo la pajarita del saco que llevaba. Puso los cubiertos en su lugar y por enesima vez le dijo al mesero que aun no queria ordenar.
Desvio su vista hacia la ventana y vio el ir y venir de la gente. No tardo en comenzar a divagar.
Penso en su vida pasada como una colonia britanica. Co ello, recordo a Arthur y Canada. Al primero, un pedazo muy recondito de su corazon lo seguia considerando su hermano mayor. Las cosas estaban bien con el, nada fuera de lo comun. Matthew aun le miraba con cierto recelo despues de que él lo invadiera pero su relacion habia mejorado de manera considerable.
Casi todo iba bien, su independencia le estaba sentando de maravilla. Solo algunas naciones le trataban con cierto rechazo pero no llegaba a un desprecio absoluto.
No se podia decir lo mismo de su trato con Sara.
Despues de su guerra contra ella y hasta hace un año la habia visto en pocas ocasiones. Ella ni siquiera lo saludaba o le dirigia palabra alguna. En cambio, siempre le miraba con desden y rencor. El joven tenia la esperanza de que las cosas mejoraran ahora que tenian tratos economicos. Alfred queria creer que no tenia la culpa de que lo odiara. Su conciencia le dictaba lo contrario.
El azote de un protafolio contra la mesa lo saco de su ensoñacion.
La mexicana se sento mientras revisaba que los papeles estuvieran en orden. Alfred no supo que decir. Por primera vez, las palabras se quedaron atascadas.
—Sara…hola, yo…—.
-Los convenios estan en orden, cualquier duda o aclaracion que tu gente tenga, pueden hacerla con el ministro de economia.- La mexicana decia todo ello metodicamente, mirando las hojas de papel que tenia entre las manos. Se las ofrecio al rubio sin siquiera verlo. Las manos de ambos se tocaron por un breve instante.
Ella sintio escalofrios.
—Bien eso es todo,— Agrego poniendose de pie.—Buenas tardes.
Alfred se apresuro a tomarla por el brazo. Mexico se solto al instante.
—¡No me toques!— Siseo viendolo. Las gafas que el rubio llevaba solo la hicieron enfurecer.
Los comensales veian con disimulo lo que estaba sucediendo. Un señor dejo la cucharada de sopa a medio camino entre el plato y su boca.
—No te equivoques,— Dijo en voz baja.— No porque tengamos tratos en comun significa que tu y yo seamos amigos, no lo lo volveremos a ser. Metetelo en la cabeza.-—. Ella dejo el lugar mientras que Estados Unidos volvia a sentarse.
Despues de la conmocion inicial, las ideas comenzaban a darle vueltas en la cabeza. Le daba verguenza admitir que aun tenia la ilusion de que ella volviera a quererle. ¿Desde cuando estaba enamorado de Sara? ¿cien años quiza?. Si, existieron chicas, tanto humanas como naciones, que le llegaron a gustar pero ninguna se acercaba a lo que sentia por su vecina.
Los ultimos cinco minutos casi le habian destrozado todas las aspiraciones que tenia sobre ella. Casi.
El camarero volvio a acercarsele.
—¿Quiere ordenar algo señor?—.
Sacudio la cabeza en un intento por aclarar su mente.
—Quiero el especial del dia, y una botella de whiskey—.
Suspiro. Espero a que trajeran su comida y una vez que estuvo alli la devoro practicamente al instante. Comenzo a beber a grandes tragos.
—Sera mas dificil de lo que pensé—. Murmuro mientras tomaba un sorbo. Le quemó la garganta.
Dificil si, mas no imposible.
Hola. Les saluda Ryna Vratasky!
Bien, no tenia planeado escribir esta historia, al menos no tan pronto, pero bueno, la inspiracion me dicto escribir algo romanticon y aqui esta primera entrega de este fic. Se que es bastante corto, pero creo que nos situa bastante bien en como estan las cosas entre estos dos.
Espero de todo corazon que les agrade y quiero agradecer a los que se aventuren a leer esta cosa toda rara xD.
MonserratPantoja, si de casualidad llega a leer esto, sepa que estoy trabajando en el POV de Alfred en Endure and Survive. Tratare de publicarlo a la mayor brevedad posible!
¿Podra Alfred ganarse de nuevo el cariño de Sara? ¿Ella le querrá de nuevo? Todo esto y mas en los capitulo que siguen. Perdonen las faltas de ortografia.
El titulo de la historia corresponde a la cancion homonina del grupo Pearl Jam.
