Esta historia nace de la canción que le da titulo. Es de America y aunque tenga muchos años creo que es uno de esos temas intemporales :) y que consigue transmitir muy bien ese sensación que todos hemos experimentado alguna vez, la carretera extendiéndose frente a ti, el aire en la cara y todo tipo de posibilidades por delante ^ ^ Es el primero de algo que estoy empezando a probar ahora. Consiste simplemente en coger una canción y escribir algo acerca de ella. La idea es que sean cosas cortas, del tipo one-shot pero precisamente este con el que he empezado me ha salido más largo... así que lo voy a dividir en siete capitulos. Como es un viaje cada capi llevará el nombre de uno de los puntos de la ruta ;)
Digamos que es algo que pudo haber ocurrido a mediados de los años noventa, diez años antes del accidente del 815, así que Kate y Sawyer son más jovenes y su historia es básicamente la misma que en la serie, aunque alguna cosa importante no haya ocurrido y otras aún no hayan pasado... Los puntos de vista se irán alternando, él y ella, unas veces coincidirá con el capítulo entero pero otras como en este de hoy incluirá de los dos. Para que quede más claro cuando cambie dentro de un mismo capi insertaré una línea para separarlo ;)
Espero que os guste :)
-NASHVILLE-
Había salido temprano de Clarksville.
Tenía más de setecientas millas de camino por delante hasta llegar a Tampa. Si no se entretenía demasiado podría estar allí antes de que se hiciera de noche… Eran doce horas en coche desde Tennesee, atravesando todo el estado de Georgia y media Florida. Un largo paseo... Más valía que Hibbs cumpliese su palabra…
Cuando se lo contó por primera vez no le prestó mucha atención. Demasiado fácil y demasiado bonito. El veinte por ciento del negocio y sin poner nada más que la cara. Solo tenía que hacerse pasar por un inversor interesado en quedarse con la patente que Hibbs quería endosar al primo de turno.
No era su estilo y no era lo que solía hacer. Prefería ir por libre y trabajar solo, y además sabía que tenía que andarse con cuidado con Hibbs… pero desde que cometió aquella última estupidez… Sí… Normalmente evitaba pensar en eso, pero mientras el Jeep Cherokee de segunda mano que había conseguido el día antes devoraba millas de carretera bajo sus pies, él no podía dejar de recordar la sonrisa empalagosa de Jessica y lo absurdamente sencillo que había resultado convencerla para que pensase que había sido idea suya entregarle ciento sesenta mil dólares… Incluso el imbécil de su marido había picado el anzuelo sin apenas resistencia… A todos les cegaba la tentación del dinero fácil… Eso más que ninguna otra cosa… Pero no había ningún dinero fácil, y él era el primero que podía dar fe de ello…
El problema era que la maldita Jessica le había hecho perder ciento cuarenta mil dólares. Ciento cuarenta mil dólares que no eran suyos y que había dejado tirados en el jardín de aquella casa, junto con los ciento sesenta que había conseguido sacarle, ochenta para Kill y otros ochenta para él… Aún no comprendía como podía haber sido tan imbécil, o sí lo comprendía pero prefería no darle más vueltas…Aquel crío que apareció en el último momento… Imaginaba que Kill se habría encargado de recuperar su parte, pero eso no arreglaría las cosas… Había tenido que poner tierra de por medio de la noche a la mañana y marcharse lo más lejos posible de Houston…
Un mal negocio… Una mala racha… Otra mala apuesta… Una sombra pareció cubrir aquella luminosa mañana de junio pero se sobrepuso con rapidez. Nada de sentimentalismos. Su suerte iba a cambiar. Lo intuía… Iba a dejar todo eso a un lado…
La vio al hacer el giro para incorporarse a la interestatal. Le pareció muy joven y le hizo pensar que debía ser muy decidida, temeraria incluso, si estaba dispuesta a hacer autostop ella sola con los tiempos que corrían... Ni siquiera tenía pinta de ser una de esas piradas que se dedicaban a recorrer el mundo disfrazadas de exploradoras y con mochilas más grandes que ellas a la espalda. Esta chica llevaba simplemente una camiseta verde, unos vaqueros, el pelo recogido en una coleta y una pequeña bolsa colgada al hombro.
No podía dejar de mirarla con creciente curiosidad según se iba acercando a ella a las treinta millas por hora que la señal de velocidad controlada por radar le marcaba. Ella no le quitaba la vista al coche y su mano y casi su cuerpo entero, puesto de puntillas sobre sus deportivas blancas, se inclinaban expectantes hacia la carretera.
Redujo la velocidad por debajo incluso de las treinta millas y ella se enderezó y echó hacia atrás su bolsa dando por supuesto que iba a parar. Era mucho suponer. No llegó a pisar el freno. No más distracciones.
Tenía que haber salido ayer pero la vendedora de la casa de coches había sido muy comprensiva con él, teniendo en cuenta que la documentación que le había entregado para justificar el crédito dejaba mucho que desear y seguramente le habrían bastado un par de llamadas de teléfono para comprobar que todo era falso, pero ella no había hecho esas llamadas y en cambio le había acompañado a probar el coche… Total, que ya iba retrasado.
Pasó de largo junto a ella y por el espejo retrovisor vio cómo se volvía incrédula y le miraba como si apenas pudiese contener la indignación por el engaño del que había sido víctima. De alguna retorcida manera esa visión le hizo frenar en seco. Por el espejo vio como ahora se sorprendía y dudaba sobre si recorrer los cuarenta o cincuenta metros que los separaban. Bien. Más valía que se decidiese pronto o la dejaría allí plantada mientras se lo pensaba...
Llevaba allí un buen rato y nadie la había parado. Tampoco es que pasasen muchos coches pero no había creído que la fuese a costar tanto… Había hecho la mayor parte del trayecto desde Des Moines en autobús pero ya casi no le quedaba dinero y aún faltaban muchas millas hasta el sur de Florida. Había decidido arriesgarse. Aquel idiota había frenado y luego había pasado de largo para después parar a más de cien metros de ella… No le daba buena espina pero comenzaba a hacer calor y quién sabe cuándo pasaría alguien más… Comenzó a caminar a buen paso hacía el Jeep.
Por un momento cruzó por su cabeza la idea de que él pondría en marcha el coche en cuanto estuviese a punto de alcanzarlo. Pero no, siguió allí. Ella le saludó a través de la ventanilla bajada.
- Hola. ¿Vas hacia Atlanta?
- ¿Hacia dónde si no? ¿No es lo que pone ahí?
A su lado y en letras bien grandes un cartel indicaba I-75 S Chattanooga – Atlanta – Tampa - Miami.
Kate contuvo su genio. No había más que verle para darse cuenta de que era un borde y un creído. Sí, y tan atractivo como para comprender también al instante porque podía permitirse el lujo de actuar así… Por un segundo dudó. No era la compañía que había pensado… Se había dicho que lo mejor sería viajar con alguna mujer, pero varias de ellas, las muy zorras, la habían visto y habían pasado de largo… Podía haber sido peor… Esbozó una sonrisa tímida.
- ¿Entonces me llevas?
Él también sonrió, pero no fue una sonrisa amable, sino más bien maliciosa.
- Claro, si subes…
Kate no se consintió dudar. Abrió la puerta con decisión y se sentó junto a él, dejando la bolsa entre sus pies. Él arrancó el coche y apenas unos segundos después estaban en la autopista. Ella se sintió obligada a romper el hielo. Quedaban cuatro horas hasta Atlanta…
- Me llamo Kate.
- ¿Qué tal, Kate?
No la gustaba mucho ese tono con el que le hablaba, como si ella fuese una niña boba y él se creyese mucho más listo y mayor que ella. Le sacaría casi diez años pero eso no significaba nada...
- ¿Y tú eres?
- Sawyer.
Kate pensó que en todo caso ese sería su apellido y no su nombre pero decidió dejarlo ahí.
- Muchas gracias por parar. Empezaba a pensar que nadie lo haría…
La sonrió con la misma sonrisa que debió poner el lobo cuando Caperucita le preguntó si por allí se iba a casa de su abuelita…
- De nada.
Decidió que lo mejor sería dejar que fuese él quién continuase la conversación si quería hacerlo. Buscó en su bolsa y sacó un paquete de chicles y le ofreció a él.
- ¿Quieres?
La miró un momento apartando la vista de la carretera y después negó con la cabeza. Kate se cogió uno para ella y después se dedicó a contemplar el paisaje. Bosques y grandes prados se extendían ante sus ojos. No había hecho otra cosa más que apreciar las vistas desde que se marchase. Había atravesado ya Illinois y Kentucky. Todos los lugares tenían su encanto pero conforme bajaba hacia el sur más le gustaba lo que veía. Su voz le sacó de sus pensamientos.
- ¿Y no eres demasiado joven para andar tú sola por ahí?
Y él no era demasiado original. Todos los que le habían parado le habían dicho lo mismo. Ella esperaba que cuando ya no fuese tan joven no necesitase hacer autostop…
- Depende de lo que consideres demasiado…
- Pero al menos tendrás dieciocho ¿no?
Los acababa de cumplir. Por eso ya no podía seguir más tiempo en la casa de acogida que le habían asignado tras pasar por el correccional de menores. Y cuando salió, apenas hacía una semana solo una idea aparecía clara en su cabeza. No volvería allí.
- Sí. Los tengo. ¿Quieres que te enseñe el carnet?
- Después…
Esta vez no volvió la cabeza así que apenas vio su sonrisa de perfil, pero su voz sonó divertida. Kate le ignoró. No pensaba seguirle la corriente. Seguro que estaba acostumbrado a que se la siguiesen demasiado a menudo…
- Pero no te habrás escapado de casa…
Ella se volvió hacia él, cansada de responder siempre las mismas preguntas.
- No soy menor, no me he escapado de ningún sitio y no me persigue la policía. ¿Contento?
Sawyer se desconcertó un poco ante su gesto serio y concedió como si en el fondo no le importase mucho.
- Como tú digas… Solo estaba preguntando.
Ella lo intentó de nuevo, esta vez con una sonrisa.
- ¿Por eso no ibas a pararme?
- Por eso… entre otras razones…
- Pero al final paraste…
- Soy un tipo complicado, cariño.
La dirigió una breve mirada con la que Kate entendió que pretendía hacerse el interesante. Aunque miradas apartes, se dijo a sí misma Kate, el caso era que comenzaba a interesarle de verdad… No quería que él lo notase así que dejó su observación en el aire y dedicó su atención a la radio que comenzaba a oírse con interferencias.
- ¿Te importa si buscó otra emisora?
- Toda tuya, pecosa.
Miró hacia la radio del coche, haciendo como si no le hubiese oído. Le fastidió que la llamase así, como si fuese una chiquilla, pero no iba a darle el gusto de que viese que eso la molestaba. Intentó encontrar una emisora que se oyese en condiciones pero no hubo forma, todas se oían mal. Genial… Cuatro horas hasta Atlanta y sin música…
- ¿No tienes ninguna cassette?
- No lo sé. Mira por ahí…
Abrió la guantera y unas cuantas cintas aparecieron. Ellas las sacó todas.
- Simon and Garfunkel, James Taylor, Neil Young… Oye, te creía más joven que esto.
Ella le miraba divertida y él se volvió en el acto.
- ¿De qué demonios hablas? Eso ni siquiera es mío.
- Pero si está en tu coche.
- Lo compré ayer. Serán del anterior dueño.
A Kate le hizo gracia su enfado.
- Bueno, no te lo tomes tan a pecho. La música de los setenta también está bien.
- No me lo tomo a pecho. Es solo que eso no es mío. ¿Está claro?
- Muy claro, pero puedo poner alguna, ¿no?
La contestó como si empezase a perder la paciencia.
- Ya te dije que pusieses lo que quisieras.
Kate no insistió y cogió una cualquiera. Ni tan siquiera tenía nombre. Era una cinta casera. De esas que tú mismo grababas con tus canciones favoritas. Podía haber cogido cualquiera de las otras, pero le gustaba lo inesperado. No siempre salía bien pero esta vez había acertado. Los primeros acordes de Ventura Highway sonaron nítidos. Subió el volumen, se recostó contra el asiento y dejó que aquella música evocadora y a la vez luminosa y esperanzada lo llenase todo.
Chewing on a piece of grass/ Masticando una brizna de hierba.
Walking down the road/ Caminando por la carretera.
Tell me, how long you gonna stay here, Joe?/ Dime, ¿cuánto tiempo vas a quedarte aquí, Joe?
Some people say this town don't look good in snow/ Mucha gente dice que esta ciudad no es buena cuando nieva
You don't care, I know/ No te preocupes, lo sé.
Ventura Highway in the sunshine/ Carretera de Ventura a pleno sol
Where the days are longer and / dónde los días son más largos y
The nights are stronger/ las noches más fuertes
Than moonshine/ que la luz de la luna.
You're gonna go, I know / Te irás, lo sé.
'Cause the free wind is blowin' through your hair/ Porque el viento está soplando libre a través de tu pelo
And the days surround your daylight there/ y los días allí están envueltos en claridad
Seasons crying, no despair/ Estaciones tristes, no desesperes.
Alligator lizards in the air/ Caimanes en el aire.
Wishin' on a falling star/ Anhelando una estrella fugaz.
Watchin' for the early train/ Esperando el primer tren.
Sorry boy, but I've been hit by purple rain/ Lo siento chico, pero a mí ya me ha golpeado la lluvia purpura.
Aw, come on Joe, you can always/ Vamos Joe, siempre puedes
Change your name / cambiar tu nombre.
Thanks a lot son, just the same / Te lo agradezco hijo, pero ya da igual.
Ventura Highway in the sunshine/ Carretera de Ventura a pleno sol
Where the days are longer and / dónde los días son más largos y
The nights are stronger/ las noches más fuertes
Than moonshine/ que la luz de la luna.
You're gonna go, I know / Te irás, lo sé.
'Cause the free wind is blowin' through your hair/ Porque el viento está soplando libre a través de tu pelo
And the days surround your daylight there/ y los días allí están envueltos en claridad.
Seasons crying, no despair/ Estaciones tristes, no desesperes.
Alligator lizards in the air/ Caimanes en el aire.
Ella ya se había marchado. El aire le daba en la cara y el sol brillaba en el cielo. Eso era justo lo que quería. Lo que estaba buscando. No deseaba nada más. Nada más por ahora...
Por un momento olvidó las preocupaciones, qué haría después, cómo saldría adelante, que sería de su vida. Al menos en ese instante Kate sintió que todo era como tenía que ser.
Se volvió hacia él quizá porque se sintió observada y se encontró con que la estaba mirando con una expresión extraña en sus ojos. Ella sonrió un poco, sin saber muy bien cómo interpretar esa mirada.
- ¿No te parece preciosa?
