Los personajes de Bleach no me pertenecen.

Sal conmigo.

Y ahí se encontraban, mirándose intensamente, con la mirada clavada, con el rostro tenso.

Los hombros pequeños de Orihime temblaron, mientras que él apretó los labios.

―No puedo hacerlo Inoue-san. ―bajo la voz él. Inoue sonrió.

―¡Claro que puedes!

―No, no puedo.

―¡Eres Ishida-kun, puedes hacer todo! ―respondió y movió los brazos para dar más énfasis. Ishida sintió su pulso correr contra reloj, miro otra vez a la mujer y asintió, abrió la puerta que daba a la terraza del instituto. El grupo, su grupo, estaba comiendo tranquilamente, ella estaba ahí, sentada sonriendo, sí, sonriendo, e Ishida pensó que estaba más deslumbrante que antes. Se acerco con pasos lentos, casi perezosos, clavó su mirada en ella y luego cerró la vista.

Ahora o nunca pensó, camino con más prisa.

―Sal conmigo.

―¿A quién coño crees que estás pidiendo una cita, imbécil?

Horror, desastre, paranormal, algo que nunca, nunca, debe pasar.

Kurosaki Ichigo frunció más las cejas y sus labios se bajaron.

―¿K-Kurosaki?

―¿Eres idiota?

Se encontró en su asiento, mirando el cielo azul, sus ojos capturaron unos pájaros que volaban, suspiro y mascullo algo.

―¿Ichigo? ―preguntó una voz burlona. Ishida pensó sin siquiera mirar que era Rukia, se encogió de hombros.

―No era para él.

―¿Para quién entonces?

Ishida Uryuu entonces soltó la segunda estupidez del día.

―Tatsuki Arisawa.

Entonces, como si recién hubiera procesado la información miró a la mujer, que creyó y joder quiso con sus ganas que fuese Rukia, pero no.

―¿A-Arisawa?

Inoue miró a su amigo, vio dos contusiones en su rostro, el primero del puño de Ichigo, pero el segundo…

¿Quién golpeo a Ishida-kun?